Demian no se relacionó mucho con adolescentes de su nivel social durante su infancia y su preadolescencia. Prefería recluirse a leer en escondites de la montaña, mientras mascaba restos de coca.
Se cree que allí comenzaron sus primeros contactos con el flagelo que años despues llevaria su vida al borde del abismo.
A los 19 años, en un concurso de literatura, se ganó un viaje a Nueva York. Demian, recopiló relatos de sus abuelos maternos (indios peruanos de la zona de Guachipato) y los mandó como si los hubiera creado él.
Nadie descubrió el fraude hasta que años después, en su autobiografía "Soy así y me la banco", Ferrante confesara el plagio. La fama lo cubrió con su baño protector y nadie prestó atención a esa afirmación. Pensaron que, como tantas veces, estaba fumado.
En Nueva York, conoció a un joven Americano Andy, quien no era otro que Andy Warhol, quien con el tiempo se convirtió en uno de los referentes internacionales del arte contemporaneo. Dicen que en 1955, Andy estuvo de incógnito en el departamento de soltero de Demian en Lima, pero hasta ahora no hay pruebas de dicha afirmación.
No se le conocen mujeres a Demian durante esa etapa de su vida. No queda claro a sus biografos, si fue porque volcó su libido en la literatura o se dedicó a una vida non sancta lejos del mundanal ruido de la clase social a la cual pertenecía.
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