Si el término “trotamundos” puede aplicásele a alguien, sin lugar a dudas es a Demian Ferrante Kramer.
Luego de haber recorrido los Estados Unidos durante la última parte de la década del '60, se planteó la disyuntiva de encarar para el viejo mundo (donde aun contaba con recuerdos muy fuertes relacionados con vivencias juveniles) o volver hacia Buenos Aires, en donde al menos algún que otro amigote de sus años mozos le quedaba como para gestionar un plato de comida. Aun hoy, sus seguidores insisten en negar internas familiares con sus hermanos que le hicieron obviar la opción de volver a su país natal.
Para costearse los gastos de un pasaje en avión Ferrante trabajó en una funeraria en Seattle(1), haciendoguardias los domingos a la noche(2). El segundo domingo de septiembre de 1970, tuvo que atender de urgencia el sepelio de Maria Mundine, madre de Tony Mundine famoso boxeador americano de la época, con el cual entabló una amistad entrañable a lo largo de los años. En octubre de 1974 viajo a Buenos Aires formando parte de la comitiva que acompañó a Tony para el combate frente al entonces Campeón del Mundo, Carlos Monzón, en el Luna Park.
Ferrante acompañó a Mundine en el ring side hasta el quinto round. A partir del sexto comenzó a correrse y definitivamente dejó libre su lugar en el séptimo asalto, cuando el santafesino atestó un jab de derecha con el que Tony Mundine besó la lona para despertarse dos horas después en la guardia del Sanatorio Güemes.
Dicen sus detractores que Ferrante no visitó a su mecenas en la clínica y que al mismo tiempo que éste volvía en sí, Ferrante se encontraba festejando (paradójicamente hablando) a pocos metros de allí, en el salón privado del Restaurante Fechoría junto al entorno íntimo de Carlos Monzón. Y para probarlo, acercan la fotografia que acompaña esta entrada donde ambos intentan afinar sus guitarras para entonar “Zamba de mi esperanza”.
La Fundación DFK asegura –ofreciendo peritos judiciales para validarlo- que este material es un burdo montaje.
Se dice que Ferrante nunca más volvió a ver a Tony Mundine quien volvió a EE.UU semanas después del combate. También se supone que llegó a entablar una relación afectiva con la familia Monzón. Algunos habitantes de Los Cerillos (Santa Fe) aseguran que cada 8 de enero, un hombre de contextura física considerable, con anteojos oscuros y barba candado, se acerca al lugar en el que se provocó el accidente automovilístico en el que Carlos Monzón perdió su vida, y deja un ramillete de jazmines.
(1) La ciudad de Seattle, en el estado de Washington, es la ciudad más septentrional de EE.UU., si no tenemos en cuenta Alaska. Ubicada sobre una serie de pequeñas colinas, en uno de los espacios naturales más bellos del país, sus calles y sus casas miran hacia el puerto del Canal Puget, en el océano Pacífico, conectado con el lago Washington a través del lago Unión, lo que hace que la ciudad quede rodeada de agua.
(2) De acuerdo a estudios encarados por la Asociación Americana de Funerarias (FAA), ese es el momento en la semana de mayor muerte de latinos en los Estados Unidos.