30 agosto, 2006

Ferrante, y una historia perdida de su juventud

Iba a titular esta entrada como “Ferrante, y una historia de su juventud perdida”, pero recordé de pronto lo que me había jurado cuando les acerqué aquel triste episodio con el gordo De Renzis, recuerdan .... Les prometí “ ... no volver a tocar nunca más el ominoso pasado del maestro”. Aquella iba a ser la última de una serie de desafortunadas notas sobre su persona.

Sucede que me es mucho más fácil recordar pasajes de Ferrante ligados al desastre, anécdotas ruinosas y caóticas, porque como se suele decir, “la noticia que la gente lee, la que queda en la memoria..... es la mala noticia”.

Sin embargo, también hay algunas pocas y pequeñas anécdotas que ligan a Demian con la virtud y el arrojo. Son las que se remontan a sus briosos años jóvenes. Me propuse entonces cambiar el título de esta reseña enrocando hábilmente las palabras “perdida” y “juventud”, para darle el tono adecuado a lo que se viene.

Esta conmovedora historia de hoy, pinta a Ferrante tal cual fue por aquella época: arremetedor y transgresor. Un ínfimo pero delicioso fragmento de su vida que muestra “.... el talento del escritor en ciernes”, como alguna vez dijera de él, Guido Gorgatti, su entrañable compañero de trapisondas nocturnas, devenido hoy en uno de sus más caros biógrafos.

Una partícula de su existencia, que se sitúa hacia fines de los ’50 o principios de los ’60, fruto de alguna de sus escapadas desde los EE. UU. a la Argentina, “... mi segunda patria”, como solía decir el peruano.

Demian había conseguido “conchabo”, así acostumbraba definir él al trabajo. Decía bromeando que le gustaba más pronunciar esa palabra porque “.... sabe mejor y se me hace agua la boca” (1).

Se trataba de un buen empleo en la Editorial Códex (2), aunque con poco futuro: era asistente junior del Sector de Utilería, vale decir, el encargado de ensobrar compases, sacapuntas y papel secante que se entregaban junto con las enciclopedias “Papá lo sabe todo”, muy famosas por ese entonces. Un trabajo rutinario pero fácil, que dejaba libre la cabecita del espléndido escritor para cosas mayores.

Ante todo... y como presiento que estoy creándoles a los lectores demasiada expectativa con este relato, quiero hacer una pausa para aclararles y afirmarles que lo que sigue no es nada rimbombante. Por el contrario, es tan sólo otra anécdota característica del maestro. Continúo.....

Ferrante, acomodaticio y seductor como siempre, no desperdiciaba ocasión que lo llevara a rozarse con el entorno gerencial de la editorial, por más humillante que fuera. Era común verlo munido de pomada negra y marrón para zapatos, hilo dental, pasta dentífrica, peines, pañuelos, rimel, aspirinas, curitas o gotas óticas, con tal de tener siempre a mano aquello que podía necesitar el dueño, su esposa o el gerente tal o cual .... parecía un vendedor ambulante (3). Pero su objetivo no era poner una zapatería ni la practicar la medicina, estaba claro. Su propósito era otro: “llegar a las altas esferas con su material literario” – muy pobre por cierto en esos tiempos (4) – una serie de “aforismos y máximas”, que años después volcaría como sofisticados consejos en La Biblia Peruana.

Los altos mandos de la empresa – decididamente familiar – ya le habían tomado el pulso a Ferrante. Si bien su personalidad era en el fondo débil y vulnerable, su empeño por sobresalir lo hacía parecer peligroso, y nadie le brindaba el espacio que anhelaba, ni mucho menos.

Sin embargo, se las arregló para imprimir pequeños libritos llamados “Consejos, máximas y aforismos” que él mismo vendía en la boca del Subte B de Federico Lacroze los sábados y domingos. Un compañero con el que había hecho migas y que a la sazón manejaba la impresora de la Editorial, le proveía por izquierda el tan preciado material en retribución a la solidaridad demostrada por Ferrante en ocasión de sus frecuentes desmayos. Demian jamás olvidaría a Mich, a quien volvería a ayudar años más tarde.

Pero aquellos libros le habrían de cobrar más de una mala jugada en plena calle Corrientes. Para promocionar el material, Ferrante charlaba sobre el contenido de su obra con la gente y daba ejemplos. Una tarde, me tocó presenciar uno de ellos. Un interesado le preguntó que le hiciera conocer uno de los consejos de su libro, a modo de prueba. Demian, muy circunspecto y ceremonioso le contestó: “No está bien comer tamales”.... y a la pregunta “Por qué?”, el maestro respondió: “Porque tamal”, y sonrío como gastándolo.

Recuerdo que le bajaron 3 dientes de una trompada (5), mientras el ex potencial comprador le gritaba “Sos un nabo, un dolobu del carajo!!”, no sin antes despedirse con un “Tamal que te patee los huevos??.. Tamal imbécil?”, obviamente acompañado de los respectivos golpes ahí.

Sin embargo, Demian no se rindió aquella vez ni nunca. Su férrea voluntad asombraba. Por caso, en otra ocasión, visitó la Editorial un gran escritor, Julio Cortázar. Se estaba por publicar un libro relacionado con reportajes a Pío Baroja, filosofando sobre “La Ignorancia”. Recuerdo que Demian lo estaba leyendo tan concentrado que no se percató de la presencia del escritor belga (ver foto), a punto tal de no llamar su atención mientras se le acercaba subrepticiamente por detrás. Estimo que Don Julio habrá pensado: “....un hombre tan joven..... tan interesado por la filosofía!”.

Demian se sobresaltó cuando vio a Cortázar, pero estoy seguro que no lo reconoció. Si no salía en tapas de revistas que pudiera hojear de garrón en algún quisco, para él no existía nada.

¡Era una oportunidad de oro para Ferrante ... de la hooostia!!!. Era como si Michael Schumacher te sentara hoy en su Ferrari y te diera las llaves, pero ....

Fue en ese momento cuando lo vi a Don Julio, tomándolo paternalmente por los hombros a Demian, e inquirirle con su profunda y cálida voz: “Dime muchacho... para ti, QUÉ ES LA IGNORANCIA?”. Ferrante, pensando que se trataba de algún fastidioso vendedor de corbatas, le contesto “MIRE, NO SÉ, NI ME INTERESA!!”, a lo que Cortázar respondió persignándose delante de él, y pronunciando algunas palabras en latín que creo haber leído alguna vez en el ritual cristiano de exorcismo.

Aquel fue el último día de trabajo de Ferrante en la Editorial Códex.
Mich, por algún tiempo siguió entregándole algunos ejemplares de “Consejos, máximas ...” a Ferrante para que los hiciera plata en el subte; eso también se cortó el día que descubrieron el fraude y lo despidieron.

Algunos, los que lo aprecian, cuentan que Demian volvió a los EE. UU. y continuó fracasando allí; otros, sus más ácidos detractores, afirman que siguió cuesta abajo: “... le gustaba tanto la boca del subte, que a lo mejor le pegó un chupón, luego se enamoró y la invitó a dar una vuelta”, se mofan, fantaseando que terminó manejando un subte (6).

(1). Ya en esa época se perfilaba el Ferrante que se vendría en tan solo algunos años.
(2). Códex era todo un referente literario por aquel entonces. Poco después de la partida de Ferrante, la editorial comenzó a registrar una inexplicable seguidilla de tragedias económicas que llegaron a ser conocidas por el nombre de “Síndrome Códex”. Quebró pocos años más tarde.
(3). Sus problemas de columna en la vejez, se atribuyen al exceso de peso que cargó por esos años
(4). Algunos detractores sostienen que la frase correcta habría sido “muy pobre”, solamente.
(5). Uno lo guardé como recuerdo. Hace poco intenté subastarlo por Internet con base de $ 5, pero no tuve ofertas.
(6). Al menos, ahora sus detractores bajaron el volumen de la infamia. Anteriormente, decían que “Ferrante se había dedicado a la escritura, porque de adolescente siempre estaba con la boca llena”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo entendido que DFK en el año 1987 mas precisamente en el mes de febrero, paso unos dias en mar del plata , quisiera saber que extraño vinculo une a este personaje con el tragico accidente que le costo la vida a la señora Alicia Muñiz de Monzon... y de ser asi..de que manera realmente sucedieron los hechos, ya que tengo entendido que el mismo se encontraba junto al Sr.Baez haciendo una operacion ilegal en las cercanias del lugar.
gracias por todos los datos que puedan ser aclarados.
saluda muy atentamente.

Dr. DIldo

Anónimo dijo...

la frase que figura en la caja de pizza uggy's que dice.. decile SI a la pizza, NO a la droga.... corresponde a la poesia urbana del señor DFK ? o tan solo es un mal entendido de mi parte ?

Dr.Dildo

Anónimo dijo...

revelacion !
calculo matematico:

fecha de nacimiento de DFK
05/10/33 estos numeros sumados dan 48 , sumados entre si 12 .

DFK estas letras en el alfabeto te da como resultado el numero 19 que sumados entre si da 10 que sumado entre si, da 1

ahora bien si sumamos el resultado de la fecha de nacimiento mas el resultado de las iniciales da 13

DFK es la yeta misma ?
aclaren carajo !! tengo miedo de seguir leyendo esta pagina !!!

Dr.Dildo