31 mayo, 2007

La noche de los bastones negros - Parte 2

La primera parte de “La noche de los bastones negros” nos mostró una faceta poco conocida del Coloso de Tumbes. Nos enfrentó con la mitad siniestra del artista, ese monstruoso “alter ego” que suele aflorar en situaciones extremas en casi todos los seres humanos.

Algunos dirán que fue la miseria y la falta de vergüenza lo que lo llevó a ser un delincuente... Otros que su conducta se debió a que las drogas y el alcohol le habían quemado el cerebro...

En cambio nosotros, que debemos ser más imparciales que nadie, coincidimos con ambas posiciones....

Los invitamos a disfrutar la segunda parte de esta historia. Nuevamente Ferrante Kramer nos sorprenderá con otro de sus tantos “ases” que tiene guardados vaya a saberse dónde!!

Al peor estilo del Tony Montana que personificara Al Pacino en “Scarface” (Cara cortada) de Brian de Palma, y motivado por algunas “líneas” que había leído sobre un espejo, Ferrante Kramer se hundía en el delirio místico una vez más: “Soy intocable, conmigo nadie se mete!!”. Su pasado negro no le había servido de lección, volvía a las andadas...


En el barrio comenzaron a temerle. Pero igualmente seguía con sus dados y sus cartas marcadas esquilmando a los pobres laburantes que dejaban parte del sueldo en sus bolsillos.... “... Siempre hay nuevos boludos”, solía comentar entre la claque paga que servía a su escenario, un grupo de truhanes como él, bien entrenados, que entraban en escena como “supuestos ganadores del juego” ante la presencia de un nuevo incauto.

Mesiánico como nunca antes, y sumido en una nube blanca como en sus peores tiempos, Ferrante se dejaba llevar por su alucinación de creerse “superior a todos”. A punto tal de decidir patear el tablero: “A la yuta (1), de ahora en más ni un mango!!...”, se jactó una tarde, mientras contaba los billetes mal habidos.

Su gente primero lo aconsejó... “Con la cana (1) no se jode, Demian, reflexioná”. Pero ante su sordera, luego lo fue abandonando de a poco. La cosa iba a estallar tarde o temprano, es sabido que nadie se mueve tan impunemente en el “mundo del juego” sin ayuda...

Y ese día llegó, de la mano de un enigmático personaje....

- “Decime peruano, no te estás olvidando de pasar por la casa de los muchachos con el sobre??”, escuchó decir del que creía un nuevo desprevenido. Un tipo bajito, de civil, insignificante, que lo amenazaba en voz baja como si fuera un mafioso.

Demian se le cagó de risa en la cara, ante la estupefacción de su interlocutor...

- “Y decime, qué me vas a hacer vos, enano del toor??”

El petiso lo miró, dio una vueltita en derredor suyo observándolo de arriba a abajo, y a media voz le susurró al oído:

- “Te vamos a romper el culo, nada más y nada menos!”, en tanto ya se retiraba escuchando de Ferrante sus últimas bravuconadas:

- “Ferrante no paga ni va a pagar más, entendiste torso!!.. Y deciles a tus amigos que no me importa cuántos son, sino que vayan saliendo!!”.

Ferrante no se hizo presente al día siguiente en su clásico puesto de la Estación Ciudadela. Ni ése, ni los sucesivos. Para decir verdad, aquel fue el último día en que se lo vio.

Durante esa semana, la comisaría de Ciudadela fue objeto de una investigación. Habían desaparecido todos los “bastones” policiales, esos con que los de la bonaerense saben intimidar cuando se arma alguna gresca callejera. ¿Se los habían robado? ¿Los habían vendido?... Era todo un misterio.

También durante esa semana, se supo de un indocumentado que fue internado de urgencia en el Hospital Posadas, de Caseros, con severos daños rectales e intestinales producidos aparentemente por la introducción de extraños elementos. Algunos sostienen hasta hoy que se trató de Demian Ferrante Kramer... Que fue él al que vieron salir del nosocomio un mes después de su desaparición. Llevaba un pesado bolso rojo en su mano derecha, y evidenciaba problemas al caminar como si hubiese sufrido un accidente en la cadera o en una de sus piernas.

Quienes afirman esto último dicen recordarlo muy bien por un hecho poco usual. Interceptado por un policía a poco de salir del hospital, aparentemente para requerirle documentos, aquel hombre solo atinó a entregarle el bolso que portaba y a arrodillarse en clara actitud de ruego.

¿Era Demian realmente?... ¿Qué fue lo que le entregó a aquel policía?... ¿Cuál fue la razón de su súplica?... Todas las especulaciones están abiertas...

El “Caso de los bastones negros”, tal como se caratuló al resonante caso, se cerró poco después cuando “milagrosamente” aquellos objetos extraviados fueron encontrados en la seccional policial de Ciudadela dentro de un bolso rojo.

(1). En Argentina significa “Policía”


28 mayo, 2007

La noche de los bastones negros - Parte 1

Era sorprendente la capacidad histriónica que desplegaba aquel hombre ante esa muchedumbre enardecida. Seguro, soberbio, locuaz, cautivaba con su oratoria. Quienes pasaban por el lugar no podían evitar detenerse y escucharlo.

Se trataba de un dotado de la retórica, no cabían dudas...

Cada cual reclamaban lo suyo: “A mí, a mí!!”, unos... “No me dejes afuera campeón”, otros... La cuestión era que su propuesta llegaba como un mandato al que nadie podía resistirse.

Demian había abandonado las letras por aquel entonces.. “No pasa nada con los libros, a la gente ya no le gusta leer... Internet, las computadoras lo cambiaron todo!!!”, decía... Así, con desdén y un cierto dejo de bronca, Ferrante ubicaba la causa de su fracaso en la modernidad.

Por ello había decidido transformar su colosal don de escritor en “palabra viva”.

Pero no fueron la política ni la religión sus nuevas bases de trabajo, sino el “embuste”. Demian Ferrante Kramer, luchador incansable de nobles gestas a lo largo del mundo, defensor inclaudicable de los derechos de los niños y de los adolescentes, consejero espiritual de miles de almas perdidas -como él-... Sí, Demian Ferante Kramer, el mismo al que muy pocos conocieran como el Coloso, el Atila, o el Peruano Dorado, se había convertido en un embustero.

Su lengua no sería más el instrumento de goce de muchos... Ahora era un timador que a través del juego se aprovechaba de la buena fe de la gente, a la que sacaba sus ahorros bajo la falsa promesa de un futuro pletórico de riquezas y gloria.

Así, convertido en un bastardo seducido por el dinero, solía vérselo “operar” a la salida de la estación Ciudadela del ramal del ferrocarril Sarmiento, lado norte, justo frente al último cine porno del Gran Buenos Aires donde por las noches también sabía despertar sus solitarias pasiones. Allí Demian desplegaba su nueva maestría: el fraude.

Una práctica que no conocía de límites... Cualquiera podía ser su próxima víctima. El fracaso lo había envilecido tanto, que nada de sus antiguos valores quedaba en pie. Daban lo mismo jóvenes, discapacitados, ricos, pobres, comunistas o indefensas jubiladas; todos estaban a tiro para la próxima bribonada de Ferrante Kramer.

Y aunque las señoras del barrio bien habidas solían gritarle en ocasiones - “¿No le da vergüenza??.”- , Ferrante a esa altura tan sólo atinaba a contestarles con su clásica sonrisa, seguida de un “corte de mangas”, como queriéndoles decir “Chúpenme un huevo jovatas de mierda!!”.

Todo parecía indicar que Demian había finalmente triunfado. No como el lingüista que alguna vez fue, sino todo lo contrario... Como un delincuente.
Todo parecía indicar que el peruano era dueño de su destino. Con un negocio que marchaba gracias a la incredulidad de la gente, y ciertamente impune a la luz del apoyo que recibía de la policía local que veía en él una fuente segura de ingresos.

Pero, muchas veces el enemigo no se encuentra afuera sino dentro de uno. Cuando se tocó fondo y mal, como Ferrante lo hizo a lo largo de su atribulada carrera artística, los fantasmas del pasado golpean la puerta en busca de nueva diversión.

25 mayo, 2007

Situación límite

Era una tarde gris y plomiza como pocas. De esas que desaniman a fondo, de las que sumen en una profunda depresión al más optimista. Y a Ferrante Kramer, esas tardes lo podían....

Demian necesitaba más que nunca un elogio, una caricia. Estaba desesperado...

Y fue en medio de esa angustia que balbuceó: “¡Qué lindo sería un mimo, un miimooo...!”, como clamando por un milagro.

Sus ruegos en alguna medida fueron escuchados, aunque mal interpretados... En ese mismo instante, el cable local ponía al aire un documental sobre la vida de Marcel Marceau, el genial clown... Daba la sensación que hasta la televisión gustaba gastarle bromas pesadas al peruano...

No obstante aquella ironía del destino, lo cierto es que Demian estaba realmente mal; no encontraba eco a su dolor. “Soy un creador, un literato, y no puedo ganarme la vida haciendo lo que me gusta!!... Por qué?”, se repetía desconsoladamente entre lágrimas.

Washington, un indocumentado como él, de nacionalidad uruguaya, y con quien compartía la renta de la habitación en un pobre hotelucho de Retiro, quedó impactado por lo dramático de la escena. Era un tipo muy sensible, de esos que se abren y lo dan todo... “No sea que a Ferrante se le dé por hacer una locura”, meditaba... “No la soportaría”.

Pero, aquel nudo que Demian tenía en la garganta le reclamaba terminar ya mismo con tanto pesar... Apretaba demasiado como para no hacer nada. Y decidido como siempre lo fue, el Coloso resolvió tomar una resolución drástica y final ...

“¿Cómo que vas a dejar de trabajar... Y de qué vamos a vivir?”, le recriminó Washington mientras terminaba de pintarse los labios. “Yo sola no voy a hacer la calle... Hacela también vos, si querés comer y pagar tu parte de la pensión...Entendiste peruquín?”, le recriminó con furia inusitada.

A aquella altura de su vida, Ferrante Kramer lo había aceptado todo. Incluso, hacer unos pesos como travesaño... Había tocado fondo, no cabían dudas ... Ya casi no quedaban vestigios del hombre de letras que supo ser.

“Estoy podrido de esperar!!... Quiero que me reconozcan como el escritor latinoamericano que soy, y lo quiero ya!”, gritó, esperando el apoyo de su compinche... Pero cualquiera sabía que su prédica resultaba imposible...

¿Cómo esperar que lo“re-conocieran” cuando siquiera lo “conocían”?. Ferrante era nada, un Don Nadie absoluto. Pero el titán de la pluma se negaba a aceptarlo... El único que a duras penas lo había reconocido era su padre, quien no pudo negarse ante el parecido que guardaba con su hermano Dionisio.
En la medida que indagaba en su dolor, su desesperación aumentaba... “Tengo que hacer algo grande”, se dijo... “Algo de lo que nunca se olviden.... Ya sé, voy comunicar a los medios que dejaré de escribir para siempre”, sentenció ante Washington que, viendo que estaba cada vez más loco, comenzaba a armar las valijas para irse.

Pero, aunque la decisión ya estaba tomada, Demian sabía que sólo no podría con semejante movida, que necesitaría ayuda. Y se decidió por la de la Fundación que llevaba su nombre.

Había estado apenas unas pocas veces allí ... Para dejar una nota bajo puerta –cuando el fallecimiento de su amigo, el goleador Ferenk Puskas- o disfrazado de empleado de una empresa de desinfecciones, para matar aquella rata que había destrozado su Biblioteca, no más.

Pero no importaba, la cuestión era enfrentar la realidad y decirles: “Amigos, se terminó el Atila peruano... Ferrante Kramer dejará de escribir para siempre”... Y quizás a partir de allí –imaginaba- “... Me valoren por lo que realmente valgo”.

Estaba a metros de la puerta de entrada de la señera institución de Villa Martelli, cuando lo atacó el miedo. No era moco de pavo... Iba a patear el tablero; su decisión implicaba un cambio en el mundo de la literatura moderna –al menos eso pensaba-.

No obstante, se armó de valor y siguió avanzando los pasos que le faltaban. Y fue durante aquel pequeño trayecto que a Ferrante le pareció que la gente del barrio lo miraba, que su presencia no pasaba inadvertida.

El timbre de la Fundación, un ding dong clásico, sonó como presagiando un “adiós”... Parecían campanadas de despedida; todo aquella escena semejaba a un filme francés de los años ’60, lánguido, lento, triste, en blanco y negro.

Con un fuerte crujido, la puerta de la Fundación se abrió de par en par y dejó ver la figura de una señora, algo poco habitual en aquella institución machista de Martelli; y allí, la sorpresa...

Ferrante no necesitó de presentación alguna... Ni bien fue visto por la mujer, se escuchó un “Ay!!... Mi Señor!!...Madre mía, no lo puedo creer!!”, a la vez que se precipitaba a cerrar la puerta.

“¡Upa!!.. Parece que todavía no me llegó la hora!”, gritó a los 4 vientos girando sobre sí, como para que todo el barrio lo viera y escuchara... La exclamación desmedida de la supuesta ama de llaves de la Fundación, le había insuflado nuevos aires a su agónica existencia, le había abierto una esperanza... “Me dijo MI SEÑOR; me reconoció y se enloqueció como una quinceañera!!”... “¿Me habrá llegado verdaderamente la hora de decirle adiós a las letras?”, reflexionó.

Demian siguió insistiendo por largos minutos con el timbre. La mujer no había vuelto a abrirle. De todas maneras, ya no estaba tan seguro de lo que quería hacer con su vida como cuando había llegado...Visto el nuevo panorama, no era tan sencillo...

Para más, poco a poco se había amontonado gente en la vereda de enfrente y linderas con la Fundación; serían unas 50 personas las que estaban pendientes de lo que ocurría en el lugar.

La situación estaba lejos de incomodar al Coloso, quien ya a esa altura se mostraba como en su casa. Alardeaba como un “pavo real”, moviendo su cuerpo exageradamente y blandeando su abundante cabellera.

Hasta había encendido un cigarrillo –no fumaba desde su encuentro con Truman Capote- y lanzaba bocanadas de humo como un intelectual; hacía mucho tiempo que no era admirado por el populacho de esa forma, y le agradaba la sensación de ser observado, aunque más no fuera como un mono en un zoológico... El peor pecado de todo artista –la vanidad- se hacía presente aquella tarde en Martelli en la persona de Ferrante Kramer.

De pronto, el ulular de unas sirenas se interpuso a los murmullos de la chusma. Era la policía... Ferrante especuló que el desmadre producido por “su presencia “ había alertado a las autoridades, y eso incrementó aún más su ego. “Buen comienzo para una nueva vida, no chicos?”, le susurró al oído a uno de los agentes del orden, mientras le guiñaba un ojo al otro en actitud cómplice….

Al día siguiente, el abogado de Washington, lograba la liberación de Ferrante; estaba preso en una comisaría del partido de Vicente López. Había sido detenido por una serie de denuncias recibidas en la seccional local por “comportamiento obsceno en la vía pública”. Entre tanta excitación y bronca, Demian había olvidado de mudar su ropa de trabajo antes de salir.

20 mayo, 2007

Señales (Parte 2)

Sin el perro a la vista, desesperanzado y carente de rumbo, Demian elevó su vista al cielo e imploró: “Señor, dame una señal, por favor.... Ya estoy grande para esperar... Es verdad, fui un perezoso, un vago de mierda, pero dame una oportunidad... Te lo ruego!!”... No terminó su rezo cuando, como por arte de magia, un terrible chubasco se precipitó sobre el lugar...

“¡Agua, agua!!" –gritó eufórico-, e imaginó que esa lluvia era como un tardío bautismo que el Altísimo le regalaba ante su prédica... Su milagro personal se había hecho realidad, lo habían escuchado allá arriba... El peruano estaba feliz!!!.

Casi en trance, y remojándose como un niño, se dejó llevar por los recuerdos de su Perú natal, cuando se introducía en el lecho del río Pizarro como le habían enseñado sus antepasados...“Uyy!!...El escondido!!” -exclamó a viva voz en su añoranza- rememorando a aquel escurridizo pez que siempre le ganaba de mano entrometiéndose en su mallita... Todavía podía sentir aquellas “contagiosas cosquillas” sobre sus genitales que tanta felicidad le traían.

Así, extasiado al extremo por el redoblar de las gotas de lluvia que caían sobre su rostro, Demian navegaba en sus emociones... Con los ojos entreabiertos, como drogado por aquel bendito néctar del cielo, danzaba poseído al compás de un indescriptible y frenético ritmo incaico. Como si esa sinfonía acuática tuviera un único espectador: Él....

Sin embargo, y a pesar de su lento razonamiento, Demian no tardó mucho en darse cuenta que había algo raro en aquel aguacero. Era evidente que no llovía en todos lados, solamente sobre él, más precisamente desde el balcón que tenía sobre su cabeza...

Miró hacia arriba, y puteó para adentro.... Una anciana, que le recordaba a su abuela en Tumbes, estaba regando las plantas.

El Coloso estaba destruido, sabía que había perdido el tren. Nunca habría señales para él. Resignado, solamente deseaba regresar...

“Señora, sabe cuál es el camino que me lleva a...”

Siquiera terminó la pregunta, la viejita levanto su brazo y señaló el oeste como su ruta, al tiempo que en silencio se despedía del peruano con una apacible sonrisa en sus labios.

Demian quedó perplejo... “Esa sí fue una señal, una señal!!” -gritó convencido-. No tenía porqué rendirse, los dioses lo acompañaban, solo había que estar atento. “Nadie muere en la víspera!...”, exclamó después, aunque la frase no tuviera un carajo que ver con la situación.

Y así, nuevamente embelesado por su destino mágico, Demian se dejó llevar por sus pies, mirando al cielo en todo momento. Tan absorto estaba, que no se percató de la columna de alumbrado público que se llevó por delante. Pero no fue tan duro el golpe como la sorpresa que le produjo leer el afiche pegado en ella... “Hoy, Blues Negro en el Auditorio Podesta”...

De golpe –ninguna palabra mejor que ésta para describirlo- se le vinieron al recuerdo sus días con Duke Ellington en Lousiana... No podía creerlo, todo lo que encontraba a su paso tenía un mensaje. Agradeció a Su Creador por mostrarle la senda, ya que no creía ser merecedor de nada por haber sido tan desatento en el pasado.

No obstante, las sorpresas continuarían...

No había Demian salido del éxtasis anterior, cuando la aparición de un antiguo Buick 66 pasando raudamente a su lado casi le produce un paro cardíaco. “Pero qué pasa hoy!!”, exclamó... El recuerdo de su viejo amigo Jim Morrison, y sus noches durmiendo en aquel Buick abandonado en Denver, le inundaron el rostro de lágrimas.

Le estaban marcando el camino, era indudable. Y, además, presentía que el arribo estaba próximo.

A pesar de sus años, Demian corrió como un atleta olímpico detrás de aquel viejo auto. Algo en su interior le decía que donde se detuviera encontraría respuestas. Sin embargo, ni siquiera su hidalguía y entrega pudieron con la velocidad de aquel bólido sesentista... Definitivamente, lo había perdido a la distancia...

Miró a su alrededor y no reconoció el paisaje, estaba desorientado. Y en apenas minutos, aquel lugar se hizo espeso.... El barrio comenzaba a proyectar sus sombras poco amigables, y a emitir sonidos peregrinos como el de una respiración enferma.

Cualquiera habría sentido miedo en una situación así... Sin embargo, Demian no. Por primera vez él había seguido las señales que le había marcado el destino. Se sentía un bendito, un elegido... Alguien, desde algún lugar –acaso donde se cocinan los héroes, los puros de corazón, los que hacen historia- le estaba indicando el rumbo, y él solo debía prestarse a seguir adelante, sin preguntar, sólo esperando arribar al puerto.

De pronto, un grupo de muchachas vestidas con llamativas y escuetas vestimentas llamó la atención del tumbesino. Nunca había visto chicas así, parecían modelos, pero más sugerentes.

Se quedó quieto , expectante, como el viejo sabio le había dicho: “... Demian, cuando llegues al lugar indicado, tu lugar, te vas a dar cuenta solo... Lo que sea, va a estar esperándote...”.

De pronto, el grupo de señoritas volteó sus miradas hacia Ferrante:“Hooola... Te estábamos esperando... Vení, somos tus ángeles, el paraíso queda por aquí... “.

“¡Llegué!!”, gritó Demian ... “No fue tan difícil!!", agregó, y se dirigió brincando alegremente hacia aquellas hadas madrinas que lo llevarían a las puertas del edén...

Ferrante Kramer fue encontrado al día siguiente por autoridades policiales, desnudo, a la vera de una zanja, en un barrio interior de Rafael Calzada. A su lado, había una roída pollera roja y un par de zapatos con tacos aguja al tono.

“Otro más y van!!....” –gritó el agente- al tiempo que le volteaba la cara al peruano para ver si estaba vivo o muerto... Tenía lo labios pintados... “... Este parece que la pasó fulera, fijate en qué condiciones está!!”, sentenció, mirando a su compañero.

Ferrante recién recobró el conocimiento mientras era trasladado a la Seccional Policial. Y durante el trayecto, intentó explicar a los agentes bonaerenses que lo suyo era una equivocación, que no debían llevarlo detenido... Pero casi no lo dejaron hablar.

Los que dan crédito a esta historia aseguran que las últimas palabras de Ferrante Kramer fueron “... Soy la víctima, no el victimario... Si tan sólo me dejaran abrir la boca para ...!”

“¿Explicarles?...”... Es posible, a la luz de lo acaecido posteriormente....

Demian fue liberado minutos más tarde, a pocas cuadras de la comisaría. Y hasta se rumorea que recibió algo de ropa y unos pesos de ambos policías. Sin duda, el poder de la “oratoria” del peruano en situaciones extremas se hizo sentir como en tantas ocasiones antes.

A los que como nosotros veneramos al Peruano Dorado, historias heroicas como éstas nos dejan boquiabiertos!!


16 mayo, 2007

Señales (Parte 1)

- “Usted ha equivocado el camino, amigo... Ése ha sido su problema!”

Demian estaba desconcertado.... ¿Quién era aquel viejo linyera?, se preguntaba... Apenas había compartido con él algunos minutos, y parecía saberlo todo de su persona. La curiosidad crecía dentro del peruano, necesitaba saber más...

- “Si hubiera prestado atención a las SEÑALES que le dio la vida, no estaría como está, Ferrante?

¿De qué “señales “ hablaba?... ¿Y cómo sabe mi nombre? –se preguntaba Demian-...

Ese enigmático personaje parecía un sabio, cual Oráculo de Delfos. Y lo que había comenzado como un inocente acercamiento para compartir una petaca de licor, se estaba convirtiendo en una lección para el tumbesino. Sin embargo, y aunque un tanto incómodo por la situación, Demian decidió quedarse y escuchar las intrigas del anciano...

- “Amigo, sé mucho porque viví mucho... Y así como me ve, aunque le parezca un zaparrastroso, yo he sido muy feliz y lo sigo siendo porque hago lo que me dictan desde arriba... Ah!!, y si le extrañó que lo conociera, no se asombre... He leído su Biblia Peruana, es uno de mis libros favoritos”.

Demian no salía del éxtasis. Como a borbotones, de su boca comenzaron a salir una tras otra preguntas que encontraban rápidas y sencillas respuestas en la cálida voz de aquel pordiosero.

Así, uno a uno, Demian fue viendo sus errores del pasado –lo que le llevó más de 5 horas tan solo repasarlos a modo de resumen- y reflexionando acerca de si se encontraba aún a tiempo de darle un giro a su patética existencia... Se trataba solamente de “prestar más atención a lo que ocurría a su alrededor”. Nada más que eso, ni nada menos..

Demian no sabía cómo empezar, y recordó el primer consejo del anciano: “Déjese llevar...”

Como un ciego irremediable, Ferrante se aferraba a cualquier cosa que encontrara a su paso. Un boleto de colectivo, una colilla de cigarrillo mal apagada, un chicle pegado sobre el poste de un semáforo... La cosa parecía no funcionar para él; quizás había empezado muy tarde, y ya nadie quería hacerle llegar ninguna SEÑAL.

Fue cuando estaba a punto de rendirse que apareció aquella mujer buscando algo.

- “Señora, qué le pasa, ha perdido algo?”, inquirió Ferrante, con actitud de ayudar...

- Mi perro, señor!!, .. Mi perro!!... Nunca lo saco a la calle a esta hora, se asustó con tantos autos!!...

- “Allá está, ayúdeme, se está alejando!!”, exclamó angustiada.

A unos cien metros, Demian alcanzó a ver una silueta entrañable... Muy parecida a la del can de su niñez, y moteado al mismo tono café con leche...

¿Era esa la estrella que estaba buscando?... La cosa parecía cerrar, pero faltaba un detalle, “EL NOMBRE”... Si tenía nombre musical, no le cabrían dudas que se trataba de una “señal”..

- “¿Cuál es el nombre del perro, señora?, preguntó Demian.

- “Bronco” –le respondió-, defraudando sus expectativas de alcanzar con aquella respuesta la veta mística que estaba buscando.

“Bronco, Bronco!!”, gritó Demian con voz fuerte y firme, y el can pareció obedecerlo de manera mágica, acercándose sumisamente como si fuera él y no la mujer su verdadero amo.

La sorpresa de Ferrante alcanzó su clímax cuando la dueña, consternada por la emoción del reencuentro, lanzo un: “Venga con su dueña, MI SOL... Ay!!, Bronco, luz de mis ojos, MI SOL que ilumina todos los días de mi vida!!”

¿Había escuchado mal o la señora llamó al perro “MI SOL”?... No!!... Había escuchado bien. La señora se refería a él también con ese calificativo musical, dos notas: MI y SOL, al igual que su querida FAMI... “¡Qué Dios la tenga en la gloria!", murmuró recordándola.

De pronto, Bronco se acercó a Demian, y comenzó a emitir unos gruñidos raros, como si intentara decirle algo. La escena era extraña, porque el perro parecía estar hablándole en un idioma conocido para ambos. Pero, no... Al ver la cara de pavo del peruano, lo tomó por la botamanga de su pantalón y comenzó a tironear, al tiempo que levantaba los ojos mirándolo fijamente...

Habrá estado así unos segundos hasta que, sorpresivamente, lo soltó y comenzó a correr por donde había venido. En la esquina, observó a Demian como indicándole el camino y dobló raudamente desapareciendo de su vista...

La dueña cayó nuevamente en llanto, y Demian decidió seguirlo. Lo hizo por un largo rato, hasta que se convenció de que había perdido su rastro. Se encontraba en algún lugar, vaya a saber dónde....

Continuará ...

14 mayo, 2007

Nuevo comic de Ferrante Kramer: "El adicto"

Todos los días llegan a este Blog nuevas historias sobre la agitada vida de Ferrante Kramer. Provienen de distintas latitudes, y de los cinco continentes.

Algunas creíbles, otras más rayanas con el mito, la mayoría encierran un común denominador: el fracaso. Una nefasta característica de Demian, que en ocasiones nos resulta difícil de enseñar con meras palabras.

Por esa razón hoy hemos decidido contar otra de sus tantas desventuras a través de la "historieta gráfica", o del "cómic", como también se la conoce.

"El adicto" -así se titula la historia de hoy- hubiese sido demasiado dura de relatar de la manera tradicional. Nos habla de un período de "caos y debacle moral" del Coloso peruano, cuyo recuerdo entristece profundamente a los que amamos su figura y obra.

Creemos que presentarla en "imágenes" ha sido la mejor elección, y una manera respetuosa de "cuidar" al artista magno que representa Ferrante Kramer para la literatura latinoamericana.

12 mayo, 2007

"Contacto Estelar"... El día que se conocieron Demian y Fabio Zerpa (Parte 2)

Copa va, copa viene, lo cierto era que Demian estaba un poco mareado y no se sentía seguro de sí. Por aquel entonces no era un alcohólico perdido; siquiera había probado más que alguna que otra droga, pero de las blandas, y para presumir delante de sus compinches de letras...

- "No quiero más Don Santiago, estoy muy mareado... Me va a dar el libro, si o no??", exclamó elevando el tono de su voz.

- "Sí, mocoso... Acá tenés", le dijo entregándole en mano un libro de tapas negras, enfundado en polietileno o celofán. Antes de irse, el editor asaltó a Demian con una última pregunta: "Decime, no tenés unos pesos para imprimir más ejemplares??... Te vas a perder este negoción?"...

Justamente el peruano había cobrado su mensualidad en el supermercado donde trabajaba, y viendo la oportunidad, le entregó los 1000 pesos que llevaba encima. En el fondo, pensaba: "Creo que los traje porque estaba convencido que se me iba a presentar una buena como ésta... Intuición, lo que se dice!!"...

Se despidieron a los besos. Demian casi no podía estar en pie del pedo que tenía...

- "En la esquina pasa el bondi, peruco!", fue lo último que se le escuchó decir a Don Santiago antes de cerrar estruendosamente la puerta. Eran las 10 de la noche, y en la calle no había un alma...

En eso, un viejo Fiat 128 se detuvo delante de él. En su interior había 3 morochazos...

- "Caballero, disculpe, vemos que se encuentra solo esperando el colectivo, y a estas altas horas de la noche es inconveniente que permanezca en una zona peligrosa como ésta... ¿Desea que lo acerquemos hasta la estación del ferrocarril?"..

"¡Qué pardoja!" –reflexionó Demian para adentro- ...".. ¡Tanta precaución, tanta desconfianza acerca del Gran Buenos Aires y con qué me encuentro!". Ferrante estaba sorprendido, no conocía de tanta amabilidad desde sus épocas en Denver...

"Señores, me sobrecoge gratamente vuestra invitación... Pero no quiero importunarlos" –respondió Demian- ".. ¿Realmente hay lugar para mí en el carro, o es mera cortesía de este pueblo generoso de Aldo Bonzi?"

El culto lenguaje de Ferrante desconcertó a sus ocasionales anfitriones, pero pareció entusiasmarlos aún más...

- "Pero, cómo no va a haber lugar para un tipo como vos, con esa pinta y esa labia!!", le gritó el que manejaba. Entretanto, la única luz de mercurio que alumbraba la escena, dejaba entrever un tatuaje colorido y llamativo sobre la parte superior de su brazo: "Love & Hate".

Demian subió, y para romper el frío, exclamó: "Ciento veintiocho, no?"

- "Si, Don, pero no creo que lleguemos a esa cantidad esta noche, no negro?", vociferó mirando a su compañero que se encontraba en el asiento trasero... Las risas mordaces dominaron la ocasión...

Y así transcurrió la velada para Demian, dando vueltitas con el coche y aprendiendo una inolvidable lección de vida...

- "Chau, Moctezuma!!.. Y espero que hayas aprendido en quién se puede confiar y en quién no?", bramó desde el Fiat Quique, conductor del rodado y líder del trío.

Demian estaba asustado. Ya no pensaba lo mismo de la hospitalidad pueblerina de Aldo Bonzi. Lo último parecido a lo que había experimentado con aquellos muchachos le recordaba su partida de la selva tumbesina... A la última tarde con Rogelio, Traka-Traka y Trompita...

No obstante, había podido conservar su libro, y era lo que realmente le importaba... "¡Upalala!!, aca tá!!", gritó... Tenía entre sus manos el primer ejemplar de su Biblia Peruana, todo un orgullo para él. Y una "venganza personal" contra aquellos que no apostaron por su futuro como escritor, para los que le dieron vuelta la cara...

Llegó a la pensión de Martelli donde paraba, se sentó sobre el borde de la cama, y sacó de un tirón la funda de celofán que cubría el libro.

Al abrirlo, grande fue su sorpresa. La primer página decía "Los hombres de negro y los Ovnis"; era el libro piloto –finalmente editado en 1977- de un joven escritor llamado Fabio Zerpa. Demian no tenía idea de quién era ese tipo, pero enseguida lo relacionó con los "negros" que lo tuvieron a maltraer toda la noche...

Y menos idea aún qué eran los "ovnis", aunque dedujo que debieron ser aquellos voluminosos cilindros de látex con los que tanto se habían divertido todos, menos él...

Del otro lado del Gran Buenos Aires, en Temperley, un recién iniciado en el tema extraterrestre abría el que creía el prototipo de su primer libro, acusando similar asombro... En sus manos, Fabio tenía un ejemplar de "La Biblia Peruana", e imaginó que había sido víctima de una estafa por parte de la Editorial.

Sin embargo, leería el libro una y otra vez. Aquella Biblia habría de marcarle sus pasos futuros. No sería aquel el único contacto de Fabio con el Peruano Dorado. Las Pistas de Nazca, al sur del Perú, los tendría como protagonistas años más tarde.

10 mayo, 2007

"Contacto Estelar" ... El día de se conocieron Demian y Fabio Zerpa (Parte 1)

A lo largo de la historia de la humanidad, miles han sido las ocasiones en las que el destino se encargó de cruzar a grandes personalidades. Hombres famosos, estadistas, científicos y artistas, abonan una larga lista de “encuentros” que supera la más prodigiosa memoria.

Ronald Reagan – Mihail Gorvachov, Nikola Tesla Tomás Alba Edison, Adolf Hitler – Benito Musolini, Salvador Dalí – Pablo Picasso, Simón Bolívar – José de San Martín... De ellos, no puede decirse que todos hayan producido buenos frutos; por el contrario, los hubo nefastos y olvidables.

Pero de lo que no se puede dudar, es que después de ocurridos, el mundo cambió.... Para bien o para mal, pero no fue el mismo.

La anécdota de hoy nos habla del día en que nuevamente el destino decidió por algún motivo poner en la misma senda a dos grandes: Demian Ferrante Kramer y Fabio Zerpa.

¿La razón?.... Siempre hay una.


Corría la década del ’60, y Demian no se resignaba a que su última obra, “La Biblia Peruana”, no levantara vuelo. Nadie le rendía cuentas de las ventas... A 3 meses de lanzada no se encontraba stock en ninguna librería, no había críticas en diarios ni revistas, siquiera el ejemplar que le había prometido el Editor, Santiago Ellorto, había llegado a sus manos. Era verdaderamente un “libro fantasma”...

A esa altura del partido, Demian, quien había financiado el proyecto con los últimos dólares traídos de los Estados Unidos, sospechaba que había sido víctima de una estafa...

Azuzado por sus temores de haber sido engañado, Ferrante se encaminó decididamente a la Editorial, ubicada en la calle Obispo Feliú 25, de la localidad de Aldo Bonzi. Don Santiago, el editor, le dijo “Venite, peruano, que hay gente que te quiere conocer... Hablé mucho de vos”.

Después de más de dos horas de viaje parado en un Bedford devastado, Demian llegó al lugar. Estaba oscureciendo, y el barrio metía miedo a esa hora...

Pero, por fortuna, allí cerca estaba la Editorial...A simple vista, parecía una fábrica abandonada, pero podía leerse en un cartelito pegado con cinta sobre la puerta: “Grupo Editorial Santiago Ellorto...Demian, es aquí, golpeá!”.

Ese último detalle tranquilizó al Peruano. Sus dudas comenzaban a disiparse... La empresa existía, había un responsable después de todo...

- “Pasá Demian” –bramó el editor-, al tiempo que Ferrante tímidamente se abría paso a través de pilas de diarios, revistas, veladores, mesitas ratonas, cuadros, guardabarros, paragolpes y parabrisas de autos, y otro centenar de artículos domésticos.

- “¡Cuántas cosas raras que hay aquí!”, pensó... Ferrante se dio cuenta al toque que eso no era una editorial... Era todo un “holding” de empresas, como se lo llamaba en USA, donde había estado... El tipo era un grosso; muy lejos estaba la estafa que había imaginado..

- “Demian Ferrante Kramer... Querido peruquín del altiplano!!... ¿Cómo está mi amigo... Qué lo trae por aquí?", exclamó al verlo Don Santiago...

El Maestro tumbesino, impostando su habitual sonrisa, poco a poco le fue planteando al editor “..Las dudas” que lo habían asaltado, “.. Sus temores de haber sido víctima de un fraude”, y el “.. No tener siquiera un ejemplar de La Biblia, como para mostrar a los amigos”.

-“¡No te hagás problema Demiancito!... Ya lo vas a tener, lo que pasa es que se vendieron todos. De los 5000 impresos, no quedo nada!!!... La Biblia Limeña es todo un éxito!!”, gritaba como desquiciado.

- “Peruana, peruana... La Biblia Peruana”, retrucaba Demian fastidiado... Pero, más allá del descontento del Coloso, el abrazo reparador de Don Santiago, un histrión de las ventas, terminó finalmente llevándolo a su terreno, y hasta a aceptarle un trago de grapa.

Continuará...

07 mayo, 2007

La simiente del mal

"No todos los fracasos son casuales..."

Walter Liberatti (presidente de la Fundación DFK)

La triste experiencia de fundar la Universidad Ferrante Kramer en Argentina no bastó para evitar que otro emprendimiento similar se llevara a cabo en Denver, U.S.A. a mediados de los ’80...

Kafkiano o no, lo cierto era que la simiente sembrada por Milo Álvarez, el olvidado Coordinador Cultural de la Fundación DFK en Villa Martelli por aquel entonces, había fructificado en Dilbert Kooney, el responsable de la filial norteamericana de la Fundación DFK...

También él quería probar suerte; todo valía para Dilbert si se trataba de encumbrar la figura del Peruano Dorado.

Y no era casual que Kooney estuviera dispuesto a jugarse la vida por Demian... Una historia antigua lo unía a quien siquiera conocía más que por una foto. Aquella en la que el Coloso estaba al lado de su “ídolo”: Jim Morrison.

Kooney se enteró de lo ocurrido aquella tarde entre Demian y Jim; el cantinero de la hamburguesería donde compartieron un desayuno – abonado por Morrison – se encargó de contarle la historia de cuando Ferrante abordó al célebre músico con aquella palabra que tanto lo había impactado: “Hola”.

De cómo Demian intentó entre trago y trago, hamburguesa y hamburguesa, disuadir a Morrison para que dejase el flagelo de la droga... Demian sabía como ninguno de los estragos que producían los alcaloides: “No termines como yo, Jim”, cuentan que repetía, mientras engullía, una tras otra, las donnas también pagadas por el genio de los Doors.

Por eso Kooney tenía una deuda perpetua con Ferrante.

Y si bien ya había dado muestras de su agradecimiento al tumbesino con la conformación del Primer Fans Club del peruano en Denver, devenido luego en la primera y única filial de la Fundación en Estados Unidos, nunca se sentía conforme con lo hecho.

De ahí que cuando se enteró de lo que había realizado la “Casa matriz” en Villa Martelli, Argentina, puso manos a la obra y comenzó a trabajar en la construcción de una Universidad de las Artes... “La más grande” –decía-, “... A la altura del más grande escritor de América”.

Pero así como reza el dicho “la plata llama a la plata”, parece ser que también “el fracaso llama al fracaso”....

Aún con un mercado más diverso y sofisticado que el argentino, con un número de prospectos 10 ó 20 veces mayor, la cruzada de Dilbert Kooney nació muerta. Siquiera la estrategia marketinera de asociar a “Ferrante con Morrison” en afiches y volantes surtió efecto....

“Estudie en la Universidad del hombre que casi salva de la muerte al gran Jim Morrison”... “Ferrante Kramer y Jim Morrison, arte con mayúsculas”, o hasta avisos rayanos con el fraude como “Sé un ganador como Ferrante Kramer”; empapelaron la geografía de Denver. Pero, nada... Siquiera las tentadoras carreras diseñadas por Dilbert habían servido para atraer el interés de unos pocos.

Sin embargo, hubo alguien que sí prestó atención a la historia. Alguien que se acercó a la Universidad y le propuso a un Kooney desesperado y ahogado por las deudas, instituir la Cátedra de Ocultismo, so pretexto de enseñar las artes y prácticas para comunicarse espiritualmente con el famoso Jim Morrison.

La idea no era mala. Si bien a Ferrante no lo conocía nadie, Jim Morrison aún concitaba la adhesión de miles de fanáticos. La Universidad Ferrante Kramer se apalancaría en Morrison... Era una aleación sinérgica interesante.

La Universidad, contrariamente a lo que indica su nombre, arrancó con un único profesor y una sola Carrera: Ocultismo. Aquel hombre enigmático que dio cátedra por un año en sus claustros, adiestró a más de 200 alumnos en la práctica de las artes esotéricas... Precognición, levitación, desdoblamiento astral, transmutación material, magia negra, magia blanca e interpretación onírica, entre otras disciplinas, adornaron el programa académico.

Nunca nadie se comunicó con Morrison desde el más allá; siquiera generó en sus discípulos una mínima inspiración musical o literaria.

La falta de resultados, más algunas denuncias de abusos de algunas alumnas contra el profesor, dieron por terminada la efímera trayectoria de la Universidad de las Artes Ferrante Kramer. No se volvió a saber nada más del catedrático. Kooney cree hoy que hasta usó acreditaciones y nombre falsos.

Al poco tiempo, en la presidencia de la sede de la Fundación DFK de Villa Martelli, alguien colocaría sobre la pared un título universitario.

“¿Así que usted es Licenciado?...Qué bien!”, diría quien recibiera al flamante funcionario.

Era la primera vez que la Fundación estaba presidida por un profesional. Y eran otros tiempos... Un título universitario causaba asombro.

A partir de aquel entonces, la Fundación iniciaría su más vertiginosa carrera hacia la debacle moral y económica... De la mano de su nuevo presidente, el Licenciado en Ciencias Ocultas Walter Liberatti.

05 mayo, 2007

El día que internaron a Ferrante Kramer (Parte 2)

¿Demian está loco?

Comenzamos la segunda parte de esta historia con la misma pregunta que nos formulamos en la primera, no por capricho ni casualidad... Lo hicimos deliberadamente, para reafirmar que para nosotros lo importante no es conocer la respuesta, sino aprender a diferenciar si lo de Ferrante Kramer es “genialidad o locura”.

Todos los artistas de prestigio –los grandes- se mueven entre esos parámetros: genialidad o locura, vida o muerte, poder o sumisión, éxito o fracaso, blanco o tinto... Ferrante no es la excepción (por lo de blanco o tinto, lo decimos...)

AlexB – P. D’Orrys (Los autores)


El día que internaron a Ferrante Kramer - Parte 2

El celular de Liberatti había sonado, y entre tanta batahola no había podido atender....

- “Llamada perdida!” –gritó Liberatti-.. "Con todo este despelote, perdí la llamada, la putamadre!!. A ver si me dejan llamar, que puede ser que tenga que ver con MI A-MI-GO- DE-MIAN" –volvió a recalcar, separando en sílabas...

Inmediatamente, y haciéndose el preocupado (o el interesante), manoteó una sucia agenda del cajón… El aire se cortaba en el ambiente. Nadie tenía idea de dónde ni a quién iba a llamar.

Al mejor estilo de Susana Giménez, Walter balbuceaba mientras marcaba: ”Mm , mmmm, mmm”, y así hasta terminar los números a la voz de “Send”, que indicaba que iniciaba la comunicación.

- "Buenos Días, señorita"-dijo Walter con voz seria- "...Quería hablar con Demian Ferra..". No llegó a terminar.

Se produjo un silencio sepulcral y la cara de Walter comenzó a transfigurarse…

Lo que hasta ese momento era furia entre los presentes, se había tornado en tensa expectativa... Y eso indicaba claramente que, más allá de las disputas y envidias, el Peruano Dorado imponía respeto, admiración y querencia entre sus seguidores.

- "Gracias señorita…muchas gracias" –dijo Walter apesadumbrado.

- "Muchachos, tengo que darles una terrible noticia" –balbuceó -. Estaba pálido, parecía un muerto viviente.

- "Dale qué pasa, viejo... Está muerto, perdió un ojo??... Entró en coma, es un vegetal??", preguntaron un poco entre todos..

- "Ferrante está internado en un neuropsiquiátrico... Parece ser que está LOCO!!!"

Y ahí nomás se vieron los pingos, como se dice en la jerga del turf.

Aquellos vagos podían bancarse ser de una entidad que defendiera a un mediocre, a un fracasado, a un mendigo, a un trolo, a un drogón, al rey del infortunio... Pero seguir a un LOCO??... Pocos estaban dispuestos a brindarle apoyo a un demente... Sólo los locos siguen a los locos...

El primero que abandonó el barco aludiendo cuestiones laborales fue Aguirre Caspa, y hasta anticipó que probablemente no seguiría asociado a la Fundación ... No aclaró bien, pero se notó que quería zafar del entuerto.

Lo imitó Sacristán, quien mirando el reloj dijo que se le había hecho tarde para asistir a su clase de Reiki. Vargas, que se había mantenido callado en toda la reunión, al menos fue sincero...”Yo, muchachos, vengo acá a jugar al truco y a tomar mate, nada más... En mi familia hay varios locos y el tema me asusta ...Discúlpenme, pero no voy a seguir viniendo”, agregó, no sin antes chuparse un buen amargo, y llevarse unas cuantas galletas marineras... Después de todo, ése era su último día... Porqué irse en ayunas, no?...

Liberatti y Ferreyra se quedaron solos. Este último estaba hecho trizas y con alguna lágrima en sus ojos gritaba... “Loco, loco!!”, .. “Como en la balada de Piazzolla”, murmuraba, como si él también lo estuviera.

- "Pará, pará!!... No te lo tomés así Artemio", gritó Liberatti... sonriendo.

Ferreyra desconsolado lo increpó: "Como te podes cagar de risa con lo que le está pasando a Demian, Walter?"

- "Era todo una joda para que esta lacra se fuera de una vez... Me tenían las bolas al plato (1)"

- "¿Cómo?, ¿no está loco Demian?", preguntó Ferreyra con una sonrisa en los labios

- "Puede que el peruano esté un poco pirado… pero tiene el pire de los genios.. ¿O no?".

Y mientras decía esa frase, Walter abría el cajón de su escritorio y sacaba un paquete de facturas....

Eran de la confitería de 9 de Julio de Av. Balbín y Manzanares: medias lunas, vigilantes, bolas de fraile, manzanitas, sacramentos y algunas hojaldradas... Con sólo mirarlas daba ganas de hincarles el diente...

- "Si se quedaban esos vagos tenía que convidarles... Además, seguro que en una semana los tenemos a todos aquí de vuelta, ya vas a ver!!... Ahora, clavate (2) un cañoncito y cebá (3) el mate Artemio, que tenemos para empacharnos!!!..."

Pero eso no fue todo, mientras comían Walter sacó de otro de los cajones un Motorota V3 Black“Es para vos, Artemio” -, le dijo..... Parecía ser que era cierto que el viejo ladrón de Liberatti tenía algunos curros en la Fundación....

(1). Frase que simboliza hartazgo
(2). Clavarse significa tomar, comer o la acción más apropiada dirigida al objeto. “Clavarse un cañoncito” significa “Comerse una factura llamada cañoncito que viene rellena con dulce de leche”; “Clavarse una mina” significa “Enterrarle el miembro viril a una señorita”.
(3). Acción de poner agua caliente en el mate con yerba dentro, a lo efectos de preparar la infusión.

04 mayo, 2007

¿Alguien puede explicarlo?

¿Alguien puede explicarlo?

Habrá empezado de una buena vez por todas el período de resarcimiento para una de las figuras de la cultura Latinoamérica más relegadas de la historia contemporánea?

El hecho es que intuimos que se viene una movida multidisciplinaria a favor del peruano dorado que sin dudas va a dar que hablar.

Desde esta humilde columna, nos enorgullecemos en levantar la bandera del hijo pródigo de Tumbes, con la certeza de haber iniciado hace ya ocho meses, la difusión masiva de la historia de vida de este peruano, cuya figura se torna cada día más descomunal.

Para muestra de nuestra teoría, solo hace falta un botón: ésta es la nota que publica en su edición online, el matutino Clarín de Argentina, en el día de hoy, en el que hace mención a las personalidades mas influyentes del mundo. ¿Y quien aparece?

S´, Demian!. Comparta con nosotros este triunfo del Atila peruano

Que lo disfruten!

02 mayo, 2007

"200 posteos"... Los festejos en Argentina

Y el mundo se rindió a los pies del príncipe de los fracasados!!... Reconoció al faraón de la mediocridad!!

Demian adquirió trascendencia inusitada...

Desde esta humilde columna se difundió con sincera algarabía el hecho de que en solo 8 meses de vida, el sitio de Demian Ferrante Kramer había sido visitado por más de 12.000 personas e incluía ya más de 200 posteos narrando las desventuras del Peruano Dorado.

Como sucediese a principios de octubre (cuando se conmemoraba el natalicio de Demian), de todo el mundo sus seguidores nos hicieron llegar crónicas que hablaban de distintas concentraciones espontáneas, en donde cientos de miles de defensores del coloso literario se reunían para celebrar, comentar sus obras y hasta fumarse alguna hierba en nombre de Ferrante Kramer.

Aquí, reproducimos algunos de los mensajes de salutación recibidos desde distintas latitudes:

- “Por 200 posteos más” (Kimi, Finlandia)
- “Aguante peruano sarnoso culo roto!!” (Dionisio, Perú) (1)
- “Sigan Así!!” (Tony, Madrid)
- "Fidel Cumple, Ferrante dignifica" (anónimo, Cuba)

Y siguen las firmas..

Pero lo que más nos sorprendió de todo esto, fue una movida que se forjó casi en forma imprevista durante el pasado fin de semana.

Un grupo de muchachotes afines con la Fundación DFK, encabezados por Ulises Gorronali y Carlos Fesille, tramitó en la intendencia de Vicente López, autorización para armar una movida social para festejar los 200 posteos en la web. Estaban seguros que el peruano tendría ascendencia en su barrio adoptivo en Buenos Aires. El Japonés García (intendente de Vicente López) negó el pedido aduciendo que no tenia ni idea quien era Ferrante Kramer.

Estos jóvenes no se quedaron con la primer derrota y cruzaron la General Paz. Sabiendo de la relación que alguna vez unió al intendente de la Ciudad de Buenos Aires (Jorge Telerman) con el Atila peruano, tenían en claro que les iba a ir mejor.

Consiguieron una punta para armar algo en el barrio de Saavedra (lindero a Villa Martelli, pero del lado de Capital). Y el sábado 28 de abril, durante la tarde, se fueron a la Av.Balbín, en su intersección con las vías del FFCC Mitre, y montaron un modesto stand con fotocopias de algunos manuscritos de Demian de dudosa procedencia...

Estaban felices!!... El lugar se llenó de gente. Curiosos que preguntaban a más no poder.

Se embriagaron del éxito, festejaron hasta altas horas de la noche, pensando que había sido el peruano -a través de ellos- quien había convocado a tanta gente. Se fueron locos de contento y casi borrachos a ultima hora del sábado, abrazados por Av. Balbín con destino a Martelli, pateando bolsas de basura e intentando algún que otro ring-raje (2) en porteros eléctricos de edificios vecinos.

Nunca supieron en su euforia juvenil que en realidad habían colocado su puesto a 20 metros de la Feria de Saavedra que ese día festejaba los 134 años del barrio, provocando una concentración de gente poco usual y la instalación de más de 146 stands ubicados sobre una de las más importantes arterias de la zona.

En los últimos días realizamos una serie de sondeos en los vecinos de la zona de Saavedra y ninguno recordó haber pasado por el stand del Peruano Dorado el pasado sábado 28.

Una pena, pero la intención estuvo. Gracias Ulises Gorronali y Carlos Fesille. Otra vez será!!

(1) Por la furia que tenían los improperios volcados en este mensaje, sospechábamos que había sido enviado por Dionisio -hermano odiado de Demian-. Lo contactamos para confirmarlo, pero su secretaria se negó endémicamente a pasarle nuestro mensaje.
(2) juego usualmente practicado por los niños que consiste en tocar timbre y salir corriendo antes de que abran la puerta provocando que los dueños de casa tengan que movilizarse en vano a la puerta de sus domicilios
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