31 agosto, 2007

Wanda Nara y ahora Nicole... El peruano no afloja!

Anita colgó el teléfono, y se volvió hacia la computadora. Aún tenía en su mano las anotaciones del Peruano Dorado, de las que parecían ser direcciones de Internet donde se hallaba alojado el vídeo de Wanda Nara.

¿Pero... Dónde estaba Demian?...

Fue cuando estaba haciéndose la pregunta que se percató de lo que había en la pantalla del monitor: “Hoy, en pleno centro porteño, se desnuda Nicole Newman”... Y ató cabos.

Al instante, volvió a llamar a la Fundación Ferrante Kramer; atendió Artemio Ferreyra, uno de los incondicionales del peruano.

- “Hola, Anita, qué placer escucharte... Pero tu tío ya se fue, qué necesitás?", se despachó amable como siempre el viejo Artemio, en respuesta a la pregunta de la sobrina de Liberatti.

- “Artemio, escuchame bien... Creo que sé dónde está Demian”, exclamó, y agregó...

- “No sé qué le pasó a nuestro héroe, a mi héroe...”, y no pudo más, se quebró... El llanto se apoderó de ella. Nadie quería más a Demian que aquella pequeña niña. Desde que era un bebé, y el Peruano Dorado la arropaba sobre su pecho, Anita sentía por él una atracción peculiar...

Y la volvía loca la idea de que no se fijara en ella. Había algunos que hasta decían que la “vida ligera” que Anita llevaba, era para vengarse de la indiferencia del peruano. Pero parecía ser que a Demian no le importaba nada la sobrina del viejo Liberatti, habida cuenta del agua que había ya pasado entre sus piernas...

- “Anita, calmate, no llorés.... Vos sabés que a Demian no le van ni le vienen las chicas buenas como vos... A él le gustan otras cosas”, le hablaba Artemio al teléfono, tratando de sacarla de la depresión. Aunque en el fondo sabía que le estaba mintiendo, que aquellas “otras cosas” que le gustaban a Demian no era lo que Anita imaginaba.

- “Yo me encargo, nena.... Lo voy a buscar al obelisco, debe estar mirando a esa Nicole que se desnuda hoy en defensa del lobo estepario”; la ignorancia de Ferreyra no hizo a la cosa, Anita era más burra que él y asintió que fuera para llevárselo al peruano.

Artemio salió de la Fundación en busca de Demian. Le había prometido a Anita salvarlo, y él era un tipo de palabra. Si Anita le había ordenado que “Ninguna loca le pusiera una mano encima a su héroe”, él habría de cumplir, a cualquier precio.

Estaría a unos 100 metros del lugar del show de Nicole, cuando Artemio alcanzó a ver al Peruano. Estaba entre una multitud, e intentó gritarle: “Demian, Demian!”.

El Peruano Dorado reaccionó a la voz de alguien que conocía y quería, su fiel Artemio.
- “Acá estoy, Arty... Mirá cuántas tengo alrededor, y todas para mí!”, alcanzó a oír que Demian le decía, mientras se reía, manoseaba y era manoseado por un sinnúmero de fogosas figuras femeninas, que por su vestimenta escasa y pelo rubio, intentaban emular, cual clones, a la famosa modelo argentina.

- “No llego, no llego!”, le gritaba Ferreyra, quien se iba acercando, pero que sabía que jamás llegaría al punto donde Demian se encontraba.

No obstante la distancia que mediaba entre ambos, de pronto Artemio se percató de algo que llamó su atención. E intentó advertir a su protegido que se encontraba en peligro.

- “Demian, salí de ahí... Venía para acá!... No son lo que parecen, no son lo que parecen!”, vociferaba Ferreyra inútilmente. Demian ya no podía escuchar.

El show había finalizado, y aquellas señoritas se llevaban al Coloso de Tumbes en andas, zarandeándolo como en un samba, en tanto el peruano reía y reía, como si se dirigiera al paraíso. En fila india, una multitud que rondaría las 60 personas, marchaba por la Avenida Corrientes, y doblaban por Libertad con destino al barrio de Constitución... Más precisamente, Salta a 1200.

Ferreyra supo del dato a la mañana siguiente, y por lo diarios: “Importante escritor extranjero abusado sexualmente en hotel de Constitución”. Hasta la prensa omitió los detalles del hecho por pudor.

Apenas si mencionaron cantidad de participantes y duración probable de la orgía, sólo para darle seriedad a la noticia y algún contenido. Bah!, aunque el contenido lo tenía todo adentro el peruano, y no hizo falta más la foto que ilustró la primera plana para que la gente diera cuenta de ello.

No obstante la bronca, Artemio estaba feliz de no haber faltado a la palabra dada a Anita: En definitiva, “Ninguna mujer había puesto sus manos sobre el peruano”

29 agosto, 2007

Vídeo de Wanda Nara: El Peruano Dorado lo encontró...

No se dio por vencido el Peruano Dorado luego del mal trago habido en manos de René y Clara, sus compinches de la noche anterior.

Desesperado como nunca antes, a su manera investigó cómo hacerse del famoso vídeo de Wanda Nara; no está de más reiterar que Demian no conoce nada de computación, lo que complicó su búsqueda desde el vamos.

Luego de averiguar en varios cines y casas de alquiler de vídeos, finalmente un chico de unos 20 años, que vive en frente de la pensión donde para Demian, le aclaró todo:

- “No, peruco!!... Eso no se ve en los cines, anda dando vueltas por Internet!... Tenés que tener una compu, entendés?”

“Internet” y “Compu” eran dos términos ajenos a su vocabulario. Pero el muchacho, piadoso como pocos con el peruano, le explicó que eran ambas cosas. Pero... ¿Dónde conseguir una PC con Internet, y más...Alguien que le explicara cómo buscar lo que quería?...

El chico le había dado una pista. Y pensó que Anita, la sobrina de Walter Liberatti, el Presidente de la Fundación Ferrante Kramer, podía ser la persona indicada. Y se dirigió raudamente a pie hasta su casa, distante apenas unas 40 cuadras.

- “Anita, abrime, soy Demian”

Anita entreabrió la puerta con cara de asombro. Se veía que estaba ocupada. Detrás de ella, un joven se anticipaba a irse... “Nena, yo me voy, no quiero quilombos... Arriba de la mesita te dejé la plata”. En tanto, Demian como si nada...

- “Anita, tenés compu e internet”, lanzó de una el peruano; ni siquiera la había saludado.

- “Sí, tengo... Pero, para qué querés conectarte peruquín”, preguntó la sobrina de Walter, quien desde pequeña gustaba del peruano.

- “Estoy buscando un vídeo, con “v”, aclaró… “…De una tal Wanda Nara, la conocés”, preguntó esperanzado

Anita conocía mejor que nadie a Wanda y a cualquiera del ambiente. Ella era parte de esa movida.

- “Demian, pero si podés tener algo en vivo y en directo, por qué estás tan desesperado por tan solo un vídeo?... Querés saber cómo hizo el vídeo Wanda?... Yo te explico, si querés...”

Por lelo, tonto o por alguna otra razón que desconocemos, Anita vio frustrado su intento. El Peruano Dorado se cerró en su posición y reclamó... “Bueno, Anita, me vas a ayudar...Sí o no?”.

Anita lo hizo pasar, y tal como Pierce Brosnan -el científico del filme “El hombre del Jardín”, le explicara como se usaba una PC al retardado interpretado por Jeff Fahey -el jardinero-, Demian quedó sentado por largo rato al frente del monitor, como un bobo, buscando y buscando...

Las primeras exploraciones lo condujeron a un link: http://ferrantekramer.blogspot.com/, su propio sitio en Internet, algo que hasta él desconocía. Ni imaginaba que alguien se dedicara a reivindicar y rememorar su vida y obra. Siempre daba con la entrada a la nota que antecede a ésta…

Luego de entrar en sucesivos loops por más de una hora a su propio Blog, se avivó que volvía siempre al mismo lugar. Así que se metió en Google, en busca de otros sitios donde hallar su vídeo.

Anita, que volvió como a la madrugada luego de un arduo día de trabajo, encontró a Demian dormido, y junto a él unas anotaciones en una hoja. Eran direcciones de páginas de Internet…

Inmediatamente nos llamó para ver si estábamos interesados en la información, previo pago de unos pesos por los servicios prestados. Y aceptamos.
Teníamos el presentimiento que los datos del Golden Peruvian eran buenos. No sabemos si conducirán al tan mentado vídeo, pero quizás den una pista de dónde se encuentran.

Acá va lo que dejó anotado Demian. Esperamos que, al menos estos escritos suyos, sirvan para algo y lo lleven al éxito de una buena vez.

27 agosto, 2007

Vídeo de Wanda Nara: Demian estafado

Si alguien está más alejado de lo que ocurre en la farándula internacional, ése es Demian Ferrante Kramer.

En la pensión "Don Horacio" de Villa Martelli, donde vive actualmente, no hay televisor. Realmente, no hay radio, diarios ni revistas. Abunda la nada.

Sin embargo, sobran los "bocones y las boconas"... Los que gustan de fabular los chismes del barrio. Que Fulana le pone los cuernos al pelado de la esquina; que Mengano vende falopa a la vista de todos. O también los que comentan si en el "Baile del caño" de Tinelli estuvo Nazarena Vélez, si se le vio algo, o cualquier otra pelotudez por el estilo con tal que tenga dos ingredientes: morbosidad y sexo.

Y Demian, no es sordo, ni tampoco de madera. Más allá de que su cerebro esté medio quemado por los excesos de su pasado, es un "hombre" y siente como tal. Por eso ayer, cuando como al pasar escuchó lo del vídeo de "Wanda Nara", casi se volvió loco.
En Tumbes -su ciudad natal-, se comenta que el Peruano Dorado de muy pequeño conoció a una jovencita, también llamada Wanda. Quizás haya sido ella un temprano despertar sexual, de esos que quedan en las miradas y en los roces. No se sabe bien. Ah!!... Además, Wanda tenía un hermano bastante apuesto.

- "Quiero ver el vídeo, dame el vídeo", casi ordenó el Atila peruano, cuando Cacho, el bocón mayor de Martelli, se babeaba contándole al viejo Don Horacio lo que hacía esa chica con aquellla cosa entre sus manos.
- "Quiero el video, quiero el video!", continuó repitiendo, a la vez que elevaba el tono de su voz, distorsionándola guturalmente al punto de hacerla casi inaudible.
Demian estaba totalmente descontrolado, no reparó siquiera que se encontraba en plena calle y que todos los vecinos escuchaban sus gritos. Sus hormonas hicieron "click" de golpe; el nombre de "Wanda" lo había precipitado a un abismo de lujuria incontrolable...

Clara y René, dos travestis conocidos de la zona, escucharon los gritos de Demian desde lejos, y acudieron alentados por la prédica del peruano. A esa altura, Ferrante zarandeaba a Cacho como a un muñeco de trapo, golpéandolo mecánicamente sobre la pared pidiéndole el video.
- "Demian, vení, tranquilizate, nosotras tenemos lo que querés", gimió Clara al oído del peruano, entretanto René lo arrancaba del lugar tomándolo fuertemente del brazo, y se lo llevaba hacia el hotelucho donde ambas paraban, a pocas cuadras de allí.
- "Chicas... Ustedes lo tienen, no?... No me están jodiendo, no?... Lo voy a ver, lo voy a ver completo, todo?", inquirió entre sollozos Demian, un tanto más aliviado.

- "Si nene, fumaa!! ... Nosotras lo tenemos", aseguró René.

- "Pero, tienen ese aparato para ponerlo, no me están jodiendo, no?... No sea cosa que se zafe la cinta y nos quedemos en bolas sin diversión?", insistió Demian...
Ambas se miraron, y se dieron cuenta que la cosa venía con todo.

Demian fue encontrado a la mañana siguiente por la encargada de limpieza. Estaba boca abajo, y encintado por sus muñecas y tobillos a los barrales de la cama de René. Si bien el peruano había aclarado finalmente a las "chicas" que el quería "el video", la confusíón estaba demasiado avanzada como para echarse atrás. "Vídeo o fideo", ya daba lo mismo.

Ferrante degustó dos sabrosos paquetes de canelones rellenos.
Y mientras que el vídeo de Wanda Nara sigue dando vueltas por Internet, Demian aún no ha podido verlo. Aunque se comenta que hay otro, más reciente, "Por popa y proa", con protagonista masculino esta vez, que no tiene nada que envidiarle al de la doncella.
Mañana.... "La tercera y última parte de LA LIGA DE HÉROES PARALELA". Con un final tan abierto y desgarrador como éste de hoy.

26 agosto, 2007

La Liga de Héroes Paralela - Parte 2

Desde que publicamos la primera parte de esta historia, hace más o menos unas 48 horas, no paramos de reciobir en nuestra mesa de trabajo extrañas amenazas: "Paren con La Liga", "Si no quieren terminar como el peruano, córtenla!", "Sonofbich" (que no la entendimos), o "Miren al peruano de espalda, y piensen si quieren una final así!", fueron algunas de ellas.

En un primer momento, nos amedrentaron. Pero como dice el viejo dicho: "Lo que no te mata, te fortalece...", decidimos, mas allá del miedo, continuar con nuestra gesta magna en defensa del Peruano Dorado, porque ella está por encima de todo.

A ese cobarde que no dio la cara y nos mandó en varias oportunidades en forma anónima cajas de zapatos en cuyo interior había una pluma blanca y una piedra atada a una hoja de cuaderno Arte que rezaba "Vas a volar...!" Le decimos: NO TE TENEMOS MIEDO.

Así que, amigos, sin más preámbulos, aquí va la segunda entrega de esta descabellada historia de la Liga Paralela, y la relación de
Demian Ferrante Kramer, el Hombre Invisible y el Hombre Alado de Almagro.

Después de que el Hombre Invisible literalmente se le escabullera entre los dedos, el Hombre Alado se tomó unos días para encarar la fase final de su venganza.

Pensó en contactar al Hombre Perro y al Hombre Auto de Castelar, tipos que, por su dudosa calaña, tal vez por unas monedas los tendría de su lado.

Pero, el hecho de carecer de esas monedas, y el tener la certeza de que de tan veletas que eran, si el Ilusionista de Boedo sí las tenía, podían llegar a arruinarlo todo, se decidió finalmente a abordar a Demian Ferrante Kramer, ese enigmático nuevo integrante de la Liga de Hombre Extraordinarios.

(Como para mantener un hilo temporal ordenado, si usted no leyó la historia del ingreso de Demian a la Liga de Hombres Extraordinarios mencionada, haga click aquí.)

Varios meses después de la primer reunión de la LHE de la que participó Demian, frente a la cancha de San Lorenzo, y sin haber hecho absolutamente nada para merecer formar parte de este extraño grupo, Ferrante se sentía extrañamente privilegiado.

Una mañana, mientras acomodaba algunos trastos para llevar al Laverap, sintió un fuerte golpe en la puerta de su habitación en la pensión. “Demian!”.-gritó Don Horacio (el dueño de la pensión)... “… Te buscan”.

Demian se acomodó y abrió la puerta rápidamente. “Te busca un jorobado...”, dijo don Horacio medio intrigado. Pero más aún fue la intriga de Demian, quien no tenía a ciencia cierta ningún jorobado amigo. Es más, intento hacer memoria y tampoco pudo recordar el hecho de que tuviera algún amigo.

El jorobado, no era otro que el Hombre Alado de Almagro, y la joroba -ya lo habrá imaginado usted lector- eran sus alas prolijamente dobladas debajo de un suéter rojo.

- “Buen día Demian... Soy El Hombre Al.....”

- “No hace falta que me diga quién es. Ya lo sé. ¿Qué quiere?”, preguntó Demian con voz fuerte, provocando la sorpresa tanto del extraño visitante como del dueño de la pensión, quien nunca había escuchado al peruano decir más de cuatro palabras juntas cuando estaba sobrio.

- “Necesitaba hablar con usted....”, le dijo el plumífero de Almagro, algo estupefacto por la chapeada de Demian. A tal punto quedo descolocado que hasta llegó a pensar que estaba equivocado y que en verdad Demian había sido elegido por el Ilusionista de Boedo por su fuerte carácter y su hidalguía.

- “Bien” -dijo Demian con una fiereza inusitada. “Sígame a la sala de conferencias”, y se dirigió al comedor de la pensión, ante la gran sorpresa de Don Horacio que se quedó repitiendo en voz baja... "¿Sala de conferencias? Este pibe esta definitivamente perdido.”

Mientras caminaban por la sucia pensión de Martelli, el Hombre Alado de Almagro empezó a barajar algunas alternativas para abortar su plan de asociar al Peruano Dorado. Evidentemente, Demian tenía una gran personalidad, Y por lo poco que había visto desde que lo conociera hacía tan solo unos minutos, tenía verdadera pasta de líder y mucho carisma...

Mientras evaluaba qué excusa poner para abandonar el lugar, Demian lo interrumpió de repente:

- "Disculpe señor...” -le dijo en un tono completamente distinto, casi como avergonzado- “No tengo la menor idea de quién es usted ni qué ha venido a hacer aquí. Y disculpe mi actitud… Lo que pasa es que tengo muchos problemas para relacionarme con esta gente, piensan que soy un estúpido. Es más, no solo lo piensan sino que no dudan en decírmelo en la cara. Como nunca nadie viene a verme a la pensión, pensé que hacerme el duro con alguien desconocido frente a todos estos pusilánimes, haría que creyeran que tengo un poco de personalidad y no me insultarían mas... Pero, por favor, le pido nuevamente disculpas”, dijo Demian, casi a punto del llanto.

- “¿Viene a cobrarme alguna deuda?, no sé... Usted dirá. ¿Le debo algo? ¿Cuánto es?”

- “No se preocupe, amigo...” -exclamó El Hombre Alado de Almagro con cierto aire de sarcasmo- “… Quien va a deberle algo soy yo.....”

Estaba todo preparado. Ahora si empezaría su venganza…

Continuará…

24 agosto, 2007

La Liga de Héroes Paralela - Parte 1

Aquellos seguidores de este Blog que nos acompañan desde el primer momento, tal vez recuerden la historia de la Liga de Hombres Extraordinarios, conjunto de humanos poderosos que, encabezados por El Ilusionista de Boedo, en determinado momento reclutaron a nuestro héroe peruano, en el camino para lograr su fin último que tenía que ver con el beneplácito de la humanidad.

Lo que nadie sabía hasta este momento es que esta formidable unión de vigorosas figuras tiene un lado oscuro, el cual lamentablemente también tiene relación con Demian Ferrante Kramer.

Esta historia puede no estar completa, ya que fue construida únicamente con algunos comentarios aislados recogidos de los testimonios de Walter Liberatti (como siempre, muy escueto y reservado, casi reacio a brindar este tipo de declaraciones), Casimiro Arenas (famoso biógrafo del Coloso de Tumbes) y Marcelo Villamayor, un florista de la Av. Corrientes al 3000, frente al templo evangélico más grande del mundo. De más está decir que el relato está pulcramente cuidado y tratamos de no agregar nada de lo que no se nos haya dicho en las reuniones mantenidas con estos tres personajes mencionados.

Cuenta la leyenda que hace casi quince años, la Liga de Hombres Extraordinarios encabezada -como dijimos- por el ilusionista de Boedo, tuvo una pseudo fractura interna. El Hombre Alado de Almagro intentó, apoyándose en su inseparable amigo Edmundo Gûiraldes (el Hombre Invisible de Villa del Parque) promover una compulsa con el fin de tomar el poder.

El hombre volador no pudo ni desplegar sus alas. Su co-equiper desapareció en un santiamén y quedó solo frente al Ilusionista de Boedo quien con todo su poder creó una fantasía que hizo que el hombre alado creyese que era una paloma. Con ese "hechizo", el Ilusionista de Boedo terminó con la crisis del grupo, desterrando al Hombre de Almagro, confinándolo a la cúpula de un edificio ubicado en la esquina de Corrientes y Medrano, en la Capital porteña.

Pasaron los años, y una tarde de octubre, el Hombre Alado de Almagro despertó de su trance, casi sepultado bajo excremento de palomas verdaderas que compartían el edificio. Su capa púrpura estaba destruida. Volver en sí le costó unos minutos, pero cuando lo hizo no vaciló. Clamaba venganza. Ahora sí. La liga de Hombres Extraordinarios sería suya.

Tardo unos días en ponerse al tanto de las novedades de este grupo de personajes sobrehumanos. Supo del último ingreso a la Liga de un escritor peruano. Su plan tendría dos aristas. Primero cobraría su deuda con Edmundo Guiraldes, el Hombre Invisible de Villa del Parque, y luego iría con todo por el Ilusionista de Boedo. Para cristalizar su plan, utilizaría al inexperto nuevo integrante de la Liga: El peruano Demian Ferrante Kramer.

Su propósito se activó casi sin querer, una mañana de noviembre, mientras sobrevolaba la Av. Panamericana con destino a Don Torcuato. Mientras relojeaba a una rubia que conducía un Fiat Duna blanco, el Hombre Alado de Almagro casi colisiona contra una columna de un cartel publicitario. Paradoja del destino tal vez… Casualidad o causalidad, desde aquel gigantesco cartel, a más de veinte metros del suelo, vio una imagen de Edmundo Guiraldes sonriendo bajo el titulo "FolclorísimoTV", un mediocre programa de televisión en el canal estatal el cual sorpresivamente hacia referencia a un tal Rudolph Von Papen.

Una cara demasiado familiar para él. Era Edmundo que por alguna extraña razón ahora había adoptado otro nombre. ¿Tal vez para esconderse de él? ¿Tal vez por la vergüenza que podía ocasionarle el haberlo traicionado? Pero, más allá de eso... ¿Cómo era que ese maldito infeliz se había vuelto visible?

Interrogantes sin respuestas... No había tiempo de buscarlas.

Esa misma noche fue a Canal 7, haciéndose pasar por un primo lejano de Von Papen... Los empleados de seguridad primero y los de la productora después no hicieron otra cosa que desconfiar. Un hombre serio, morocho de barba, con una joroba (que en realidad eran sus alas recogidas) debajo de un sweater rojo, poco tenía que ver genéticamente con el anciano alemán, tan jocoso y simpático. “¿Será adoptado?”, se preguntaban con una mueca que mezclaba ingenuidad y sarcasmo.

El encuentro fue patético. Se cruzaron en el pasillo del estudio. “¿Vos sos mi primo en serio?”, le preguntó sorprendido el anciano, ahora rebautizado Rudolph.

“No, bastardo traidor”, le gritó el Hombre Alado, desplegando violentamente sus alas al mismo momento que lo tomaba del cuello en un fuerte forcejeo.

La escena, más cerca de una película hollywoodense de ciencia ficción que del backstage de un programa folklórico de segunda, se volvió extremadamente apremiante. Las alas de oriundo de Almagro, golpeaban con furia contra las paredes, desparramando las plumas por los alrededores… Rudolph, entretanto, pedía clemencia casi llorando...

De golpe, como quien aprieta un sachet de mayonesa sobre una hamburguesa, el Hombre Alado de Almagro vio como frente a sí, el cuerpo del Hombre Invisible se iba derritiendo.

Los testigos empezaron a gritar como locos presos del pánico. El Hombre Alado lo descubrió: El madito Rudolph Von Papen se había hecho visible usando una especie de piel sintética como traje que le cubría todo el cuerpo… ¡Vaya treta!. Mientras lo castigaba, Von Papen o el Hombre Invisible, da lo mismo, había logrado desembarazarse dejando al justiciero alado tan solo con una cubierta de látex y algunas ropas suyas entre las manos.

Pudo ver una puerta entreabierta al final del pasillo. Tal vez por ahí se habría escapado... Seguirlo sería en vano, no lo vería... Ya era tarde.

"Este puto es tan cagón, que no va a aparecer por un buen rato...", masculló con bronca.

Habiéndose sacado de encima a Edmundo Guiraldes o Rudolph Von Papen o el Hombre Invisible, como ustedes gusten, supo que era tiempo de avanzar sobre su otro enemigo. El más importante: El Ilusionista de Boedo.

Para ello tendría que encontrar un camino alternativo. Y ese camino alternativo tenía un nombre: Demian Ferrante Kramer.

Continuará...

22 agosto, 2007

Colapsó Blogger... Las causas

Se sabe que el colapso de los sitios de Internet tienen siempre una misma causa: exceso de tráfico. El ciberespacio es limitado, y cuando todos quieren lo mismo, no hay servidor que aguante.

Demian lo sabía, pero igualmente insistió en que publicáramos su increíble historia con Los Beatles, la anterior a este post, ofrecida en 2 partes, dada su extensión.

- “Demian, se trata de los 4 de Liverpool…. De los genios de la música del siglo XX”, le dijimos. Pero el Peruano Dorado, no transigía…

- “La quiero igual, que se publique!”, nos ordenó a todos, y cuando el jefe manda, solo se puede hacer una cosa: hacer lo que el jefe manda.

Intentamos convencerlo de que la “Verdadera historia del quinto beatle” iba a provocar daños en la Red, que era un riesgo, que ya había pasado otras veces, como con los “Gaucho Salta”, que se hicieron famosos con un vídeo pedorro hace un año.

Pero Demian no entiende de redes, de cibernautas, de blogs, de correos electrónicos, ni de tags, ni de posteos … Tiene 73 pirulos, y si bien no los representa -parece de no más de 40 años- en el fondo acusa una vetustez tremenda en lo que a avances tecnológicos se refiere.

Y publicamos la historia que pudo haber cambiado, valga la redundancia, “la historia de la música moderna” tal como hoy se la conoce. Y vaya que la cambió; de haber seguido Los Beatles los consejos del peruano, hoy estaríamos escuchando a la nieta de Bing Crosby o a los sobrinos de Los Plateros, remozadas versiones melosas de UnforgettableyOnly you”.

1.220.024 visitas al Blog de Demian en apenas 48 horas produjeron que las vías de entrada al sitio de Blogger colapsaran. Recibimos advertencias telefónicas por parte de sus directivos, e-mails, y hasta la visita de un representante de la empresa residente en Argentina…

Pero levantar la nota no servía, la gente seguía entrando de a miles por minuto para buscar “La verdadera historia del quinto Beatle”. El boca a boca había ganado dimensiones inusitadas, y Blogger no tuvo otra alternativa que tomar una medida drástica y antipática: cerrar el sitio por más de una hora.

Entretanto, el contador de visitas de nuestro Blog -colapsado también- giraba como loco… Dio vueltas y vueltas, reiniciando su conteo desde “cero” en 12 oportunidades.

Como a la media tarde de hoy, la cantidad de entradas se normalizó y entró en su ritmo habitual. El huracán había pasado, reinaba nuevamente la calma…

Cuando le comentamos al Peruano Dorado lo que había sucedido, no dijo palabra. Solamente se sonrió y nos palmeó la espalda a cada uno de nosotros. Aunque a Artemio Ferreira, su edecán y escudero actual en la Fundación, lo palmeó un poquito más abajo, sobre los glúteos.

Cuando se estaba yendo con Artemio para la pieza de la pensión donde aún sigue parando en Martelli, quien les escribe hizo un último intento para obtener de él al menos una palabra.

- “Demian, maestro, deme un segundo, por favor…”, le grité… Estaba tan solo a unos metros de distancia…

Al girar, no tuve necesidad de nada más. Pude ver sus ojos… Estaba llorando de alegría.


Por Casimiro Arenas, biógrafo de Demian Ferrante Kramer

Para constatar la verocidad de los hechos reproducidos en esta nota, ingresar a: http://www.infobae.com/notas/nota.php?Idx=333247&IdxSeccion=0

19 agosto, 2007

El verdadero Quinto Beatle - Parte 2

En 1956, junto a unos compañeros del colegio y supervisados por Demian, Lennon forma "The Quarrymen", en homenaje al sucio bar en el que conoció al peruano.

Un año después, Demian les presenta a un muchachito que el conocía (no nos queda claro de dónde, pero era muy afectivo con él). A un joven de 14 años llamado James Paul McCartney.

Demian aporta algunos compases. La asociación empieza a dar frutos y empiezan a surgir las primeras canciones.

En 1958, Demian recluta a otros jovencitos, George Harrison –de apenas 15 años- a la guitarra y Stuart Suttcliffe al bajo, tan joven como el anterior (nótese el extraño perfil de edades que tenían las amistades de Demian, que acusaba 25 años en ese entonces).

Al año siguiente, toman parte en un concurso de jóvenes talentos de Manchester, con el nombre de “Demian’s”. Al ser reprobados en la preselección, cambian por “Johnny & The Moondogs” que desecharían, para bautizarse “The Silver Beatles”, hasta llegar a la definitiva denominación de “The Beatles”, poco después.

Y de ahí al éxito todo pareció un gran tobogán. El grupo del joven John, comenzó a tener algunas audiciones. Demian hacía las veces de instructor. Abandonó el bar en el que trabajaba, pero nadie noto su ausencia hasta meses después cuando encontraron algunos de sus trastos en el baño de empleados.

Entretanto, el grupo va adquiriendo fama en The Cavern, el legendario club de su ciudad, inicialmente dedicado a programar actuaciones de Jazz.

Demian no faltaba a ninguna actuación. Mientras, deglutía gran cantidad de aros de cebolla con cerveza Pilsen, y daba indicaciones a los jóvenes de Liverpool. Fue aquel el momento en que entró en escena un personaje que generó un quiebre en esta historia: Brian Epstein. Un prolífero productor londinense que ofreciendo un contrato con la discográfica EMI, rápidamente tomo en management del grupo para catapultarlos a la fama.

El ingreso de este hombre a la vida del grupo dejó a Demian mal parado. A partir de entonces todas sus indicaciones fueron ignoradas. Los jóvenes no le hacían caso.

Una tarde, Demian encaró a John y a Paul -a quien él había presentado- para pedirles explicaciones. Apesadumbrado, les exigió que le devolvieran su lugar como referente. Al fin de cuentas, si ellos llegaban a algo era por todo lo que él había hecho en pos de convencer a John de avanzar con la música, y al continuo aporte humano y musical que les había ofrecido.

John intentó conciliar, pero fue en vano....

- “Demy (le dijo fraternalmente en un apodo pocas veces escuchado)... Esta noche es muy importante para nosotros, vamos a grabar -gracias a EMI (y sin decirlo gracias a Epstein)- un recital en la BBC radio. ¿Por qué no nos relajamos, disfrutamos del momento y mañana mas tranquilos lo charlamos?”.

Demian se retiró ofuscado. Se sintió traicionado. “Váyanse al demonio pendejos de mierda!” dijo, mientras se retiraba. “Se van a cagar de embole, porque sin mí van a volver a ser los chicos malcriados que eran hasta antes de que yo los juntara. No van a ir para ningún lado... Esa música melosa que hacen no va a pasar de dos o tres recitales...Van a desaparecer!. Van a volver a la mierda de donde vinieron!!”, y cerró la puerta de un estruendoso portazo.

Los dos jóvenes se miraron absortos... En eso entró Brian Epstein y preguntó con cierto aire de asombro: “¿Qué fue ese ruido?” . Paul, sin mirarlo, le contestó: "El viento...", a lo que él productor pensó para sí: "...Qué lo parió!!”.

Esa noche fue un éxito terrible. La grabación salió espléndida. Estaban todos. Amigos, familiares, conocidos, todos menos uno: Demian.

Al igual que cuando trabajaba en Quarry, nadie noto su ausencia. Es más, los chicos ni siquiera volvieron a hablar de él por mucho tiempo.

Lamentablemente para Demian, su vaticinio de este grupo no pudo ser mas errado. The Beatles, el cuarteto de Liverpool que el peruano ayudó a gestar ha sido el grupo más famoso de música Pop del siglo XX, y ha llegado a vender más discos que cualquier otro intérprete, conjunto o formación.

Además de su carrera como grupo, todos sus integrantes obtuvieron rutilantes éxitos como solistas.

John, fundamentalmente, se convirtió en el emblema del pacifismo en épocas de guerra y furia. Esa misma furia que apagó su llama y a la vez lo convirtió un verdadero mito moderno: El 8 de diciembre de 1980 a las 11:00, al terminar de grabar, con Yoko, algunas pistas para la canción "Walking on thin ice", fue asesinado por un desconocido que le disparó con un revolver seis balazos (de los cuales cuatro le alcanzaron en la espalda) después de haberle pedido un autógrafo esa mañana a las puertas del domicilio de Lennon, el edificio Dakota. Si bien algunos testigos no terminan de describir con cierto dejo de detalle las características del agresor, varios de ellos coinciden en nombrar en la escena del crimen a un hombre corpulento de barba candado y anteojos de sol.

El conserje del edificio, el peruano José Sanjenis Perdomo acuso vehementemente a un tal Mark David Chapman, un joven estudiante de la Universidad de Covenant de Georgia con antecedentes neuro psiquiátricos que se encontraba frente al edificio.

Chapman fue condenado rápidamente. Aún hoy, habiendo cumplido 27 años de su condena en su celda del Correccional de Attica, sigue insistiendo en su inocencia.

El hecho es que Lennon murió esa noche en un coche patrulla a las 11:15 camino del hospital en brazos de su esposa. Al día siguiente, pintado sobre una de las paredes laterales del Dakota Building se pudo ver una extraña inscripción: “Venganza!”

Lo cierto es que en un rincón del Central Park, cerca del Dakota Building, denominado Strawerry Fields, los fanáticos han creado un altar para venerar a Lennon. De los miles y miles que pasan por día, más de un cuidador cree identificar cada 8 de diciembre a un hombre corpulento, con esa misma barba candado que algunos testigos del asesinato hicieron referencia, dejando un ramito de jazmines sobre la placa que se muestra en la foto.


18 agosto, 2007

El verdadero Quinto Beatle - Parte 1

A mediados de los años 50, nuestro héroe sobrevivió en Londres, y después de mendigar por las más importantes avenidas de la capital inglesa, recaló como lavacopas y encargado de la basura en un mugroso bar de las afueras Liverpool denominado Quarry, ubicado en Menlove Avenue.

Por ser latino, durante meses Demian fue ignorado por sus compañeros de trabajo -no creemos que el idioma haya sido el motivo; se dice que manejaba perfectamente el ingles, aunque nadie pueda aseverarlo fehacientemente-. A tal punto que los parroquianos no lo identificaban como un empleado sino que pensaban que era un homeless.

Una tarde, mientras el Atila peruano acomodaba una pila de platos sucios para liberar la pileta de la cocina, fue observado por un joven de cabellos largos y anteojos. Demian, al ver que el muchacho lo miraba con insistencia se sintió incomodo. Tal vez por el hecho de que alguien lo estuviera mirando, al fin y al cabo, hacía más de 9 meses que trabajaba allí y nadie había reparado siquiera en su presencia.

De golpe, el joven con una sonrisa se le acercó y le dijo: “Perdón... ¿Usted trabaja acá? ¿no podría calentarme el bistec?... Está frío...”

Demian, que hacía meses no probaba un pedazo de carne, sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas de hambre mientras miraba el plato, conteniéndose.

- “Si, cómo no”, dijo balbuceando.

El joven se sentó y no dejó de observarlo. Cuando Demian le alcanzó el plato (luego de un par de minutos al fuego de una tostadora), el joven le dijo:

- “Espere un segundo...”. Tomó un pan, lo abrió, y cortó medio bistec. Lo puso dentro del pan y lo cerró dándoselo al peruano en la mano.

- “Gracias.”, devolvió Demian.... “Que lo disfrutes”, asintió su benefactor.

Demian casi se pone a llorar. Tomo el pan con el bistec, lo miró a los ojos con esa mirada penetrante que siempre lo caracterizó.

- “Soy Demian... Demian Ferrante Kramer”, le dijo con gran prestancia.

- “Encantado” -respondió el muchacho- “... Soy John.... John Winston Lennon”

En ese momento, casi sin querer nació una bella amistad.

El tiempo transcurrió, y Demian y John se hicieron casi inseparables. El joven llevaba a Demian a su casa por las noches. Si bien no hay registros de que actividades desarrollaban juntos, nos conformamos en decir que compartieron muchas madrugadas de alcohol, pastillas y charlas.
Un día John le confesó que era músico, pero que sus padres no lo apoyaban. Demian, enardecido, comenzó una defensa de la música y de la necesidad de expresarse a través de instrumentos....

Le dijo que el también había sido músico -recordar su frustrada experiencia con Teicher y Duke Ellington- y le habló de la constante falta de apoyo de sus padres, que fue suplido por el que le dispensaron sus amigos.

Después de aquella charla, John se decidió a volcar todo su potencial artístico -en contra de lo que opinaban sus padres- a la música. Formaría un grupo de rock. Y el empujón para empezar se lo había dado Demian.

Continuará...

14 agosto, 2007

El coleccionista - Última Parte

La oferta de comida por parte del Lt. Riviere llegó a calar muy hondo en el peruano. A tal punto estaba desbordado por la emoción del convite que comenzó a hacerle preguntas al francés sobre “cómo se puede hacer para ingresar a la Surete, si pagaban bien, si con 60 pirulos encima tomaban gente, si había ticket restaurante”, entre tantas otras fastidiosas consultas que le brotaban de a borbotones.

Luego de la comida –salmón al roquefort, con papas noise, plato que Demian recordaba haber comido casi 3 décadas atrás en una cena íntima en casa de su amigo Truman Capote- el peruano se puso a disposición para que le ocultaran el diminuto transmisor.

Comenzó a desvestirse y se puso boca abajo, abriendo sus glúteos... “Bueno, para cuándo?”, inquirió a sus amigos policías, indicando con su dedo en dirección al orificio anal...

Todos se quedaron azorados, no entendían la razón por la que Ferrante se había desnudado, pero interpretaron que algo le habría sucedido en el pasado para provocar en él una reacción así, tan sodomita... “Bueno, me lo van poner o no al transmisor ése?”, repreguntó molesto...

“No, amigo, el transmisor es éste”, respondieron mostrándole un reloj plateado, discreto, como para no llamar la atención de nadie, siquiera la de su futuro agresor.

“Ah!!, pensaba que era como cuando participé en la misión en Rusia (1)" , menos entendieron aquello sus interlocutores, pero se dieron cuenta que tenían delante suyo a un tipo experimentado, viajado, conocedor de lides.. No era un perejil, la elección no podía haber sido mejor, asintieron entre ellos con solo mirarse...

Al día siguiente, una nueva pista dada adrede por El Coleccionista, los puso en estado de alerta. Sin embargo, esta vez había cometido un error tan soberbio como fatal. “Mañana, a las 10 en punto, mi última víctima sabrá de mí... Ja, ja. ja... Y completaré mi colección!!”, rezaba su nota. Lo que desconocía el asesino era que todos ya sabían quién sería el objetivo de su próximo ataque.

La operación se discutió mucho, nadie quería que Demian asumiera riesgos innecesarios...

De ello que tanto la INTERPOL, como la Surete, el CI5 y el FBI estuvieran de acuerdo en que Demian esperara al Coleccionista simulando dormir.

Intentaban por todos los medios evitar que el peruano fuera agredido; especulaban que “... Si el Coleccionista disponía de la habitación a su antojo, Demian contaría con más tiempo para dar aviso a la policía”. La cuestión pasaba por ahí: ganar tiempo...

Llegó el día, y dejaron solo a Demian. No fuera que el criminal estuviera observando e hiciera fracasar el plan. Las horas parecían eternas, pero finalmente llegaron las 9 de la noche. El peruano simuló irse a dormir, para lo cual apagó la luz de su habitación, quedando todo a oscuras.

Se hicieron las 22 horas, y nada parecía suceder en los alrededores. Ningún movimiento, ninguna cara sospechosa, siquiera un auto. Aquella zona marginal de Villa Martelli era un verdadero desierto.

Sin embargo, en la habitación de Demian sí pasaba algo. La puerta, que carecía de cerradura, comenzó a abrirse lentamente, dejando entrever un haz de luz que provenía del pasillo... Demian alcanzó a vislumbrar una silueta.

El miedo se apoderó de él, pero no obstó para frenar su determinación y gallardía. Amén de encontrarse su brazo izquierdo en mala posición para disparar la alarma, sigilosamente, como solo un maestro del espionaje podría hacerlo, giró su cuerpo.

Pero no llegó a activar el disparador de su reloj. Alguien se abalanzó sobre él, inmovilizándolo con el peso de su cuerpo. Se percató que su agresor tenía las rodillas sobre su espalda, y lo tomaba fuertemente por sus muñecas... "¿Quería el reloj?", se preguntó, “Estará coleccionando relojes ahora?”, dudó...

La cuestión era que estaba atrapado, y no podía pensar en otra cosa que ese jadeo de su agresor sobre su nuca....

- “Me vas a dar lo que quiero?”, escuchó. La voz, ronca, áspera, provenía del Coleccionista.

- “No te lo puedo dar, nunca tuve uno en mis manos, te lo juro”, respondió Demian, intentando convencer con voz determinada a su atacante que no tenía ningún ejemplar de La Biblia Peruana.

- “No mientas!!, me vas a decir que jamás se lo mostraste a nadie?”, gritó enfurecido, “¿Cuántas manos habrán estado sobre él antes que las mías, cuántos lo habrán deseado?”, bramó aún más fuerte.

- “Te lo juro, coleccionista, comprobalo vos mismo si no me creés… Revisá bien a fondo!”, fueron las últimas palabras que pronunció Demian. Luego se escucharon solamente gritos desgarradores de su boca. Literalmente, el Coleccionista lo estaba destrozando.

Demian creyó haber perdido el conocimiento, y estaba en lo cierto. Eran las 23,15 horas. Fue en ese instante cuando pudo activar la señal de alarma en su reloj. Pero no fue más que un acto reflejo inútil... Al encender la luz vio a su alrededor a Serling, Riviere, media docena de agentes de la Policía Federal y a Don Horacio. Este último llamó su atención: estaba esposado.

- “Qué me pasó?”, exclamó el Coloso... “Siento como si un camión me hubiera pasado por encima... ¿Lo atraparon?... ¿Dónde está?... ¿Quién es?”....

- “Ferrante”, respondió Riviere, de la Sureté, “Ya terminó todo, usted es un héroe!”.
Demian no entendía nada, las caras tristes de los presentes en la habitación se parecían a las de un velorio, cuando debían estar de fiesta... Además, ¿Por qué se lo estaban llevando preso al pobre viejo Don Horacio?... Nadie respondía a sus preguntas, simplemente lo palmeaban y le decían “Héroe!”. Fue recién entonces, al retirarse de la habitación con los policías, que sintió una molestia al caminar... Pero no le dio importancia; recordaba en el pasado haber sentido algo así infinidad de veces.

La pensión fue clausurada, y Demian fue trasladado a otra. El FBI y la INTERPOL se hicieron cargo de los gastos de Demian por un año; “Se lo merecía!”, declararían en sus respectivas sedes centrales a su regreso.
A la mañana siguiente de aquel incidente entre Demian y su agresor, los diarios publicaban un festivo titular: “La última víctima”. Abajo una foto de otro hombre decapitado, un tal Roberto Cárdenas.

Y a continuación, una trascripción de la nota de El Coleccionista: “Con esta edición del española del Quijote de 1866, he completado mi obra... No más muertes, lo prometo”.

12 agosto, 2007

El coleccionista - Parte 2

Los funcionarios policiales de la brigada internacional que perseguían al “Coleccionista” habían dado con el paradero de Demian. Y coincidían plenamente en que se trataba de la persona indicada.
La investigación tomaba de golpe un nuevo rumbo gracias al Peruano Dorado quien, a la propuesta hecha por sus interlocutores de servir a la Argentina -amén de ser extranjero-, se mostraba honrado, condescendiente y presto a entregarse en cuerpo y alma...

“Cuenten conmigo, señores!”, respondió Demian sin titubear, en una clara demostración de coraje cívico… “Solamente denme unos minutos para asearme, recién me levanto” -confesó avergonzado; eran las 3 de la tarde-, petición a la que gustosos accedieron los agentes de seguridad.
La espera fue interrumpida por el crujir de unos vidrios rotos. Demian estaba intentando escapar por la ventana del baño con la ayuda del viejo Don Horacio, el dueño de la pensión.
Desde una cuadra se podían escuchar los gritos del peruano: “Tenía hambre, por eso me lo robé… Si quieren llévenselo, apenas si está mordido!”.
Ya no como buenos amigos, los funcionarios policiales se llevaron a Demian por la fuerza. No podían hacerle entender que no lo buscaban por robar un pan lactal del almacén de la esquina -como él creía-, sino para que prestara una contribución patriótica a la sociedad.

Ya en el auto, una idea del teniente Riviere pareció traer un poco de calma en Ferrante: “Tome amigo, beba”, le propuso a Demian… Había recordado que en la guantera conservaba una pequeña botella de brandy. Riviere conocía de lejos a los viejos borrachines, y Demian le recordaba a uno de ellos.

A los pocos minutos, estaban como chanchos. Dentro del carro policial, cada uno de ellos entonaba una melodía de su país, que los demás seguían como podían. Llamó la atención de todos que Demian siguiera al pie de la letra todas ellas, pronunciándolas en perfecto inglés y francés.

(Valga la aclaración de los que hacemos este Blog, pero aquella gente tenía delante a un políglota, un maestro de la lengua, nada más y nada menos que a Ferrante Kramer. No había de qué asombrarse.... Pero, bueno, no era su culpa, lo ignoraban, como lo ignoró todo el mundo a lo largo de su vida.).
“¿No es por lo del pan lactal?”, insistía Demian, preocupado... “No, hombre!... Cálmese!... ¡No ha sentido hablar del Coleccionista”, inquirió Serling, de la INTERPOL...
“No, no sé nada... Me la paso solo, en la pensión, casi no salgo...”, respondió Demian, causando una profunda desolación en sus interlocutores, quienes se preguntaban íntimamente “… Qué pudo haberle sucedido a aquel hombre -si es que había sido en realidad tan notable escritor como se decía- para caer en semejante desgracia”... Todos ellos fueron invadidos de una profunda piedad cristiana. Ese sujeto ya había sufrido bastante, no tenía caso cargarle otro peso más a su penosa existencia.
Sin embargo, tampoco podían renunciar a atrapar al asesino... El dilema era terrible!... Hoy eran libros, pero mañana El Coleccionista podía recomenzar la pesadilla con cualquier otra cosa: estampillas, cuadros, pelotas de golf, alicates, lamparitas de 6 o de 9 voltios... Lo único seguro era ponerlo entre rejas, y para eso era necesaria la intervención de un hombre: Ferrante Kramer.

Fueron sinceros con él, le advirtieron de la peligrosidad del asunto. “El Coleccionista” no iba a venirse con chiquitas. Había que estar prevenido, podía atacar en el momento menos pensado. Y tratándose de Demian, el momento menos pensado duraba las 24 horas del día...
“Pero, si yo no tengo ningún ejemplar de la Biblia Peruana!... Bah!, siquiera tengo un Patoruzito... ¿Qué me va a venir a sacar ese Coleccionista?”, interrogó Demian, en clara proyección al momento en que se enfrentaría a su enemigo.
“My friend...Usted no será otra cosa que el anzuelo... Lo necesitamos para ganar tiempo, solamente para eso”, le dijeron... Y prosiguieron: “Cuando el Coleccionista lo visite, usted nos va a enviar un mensaje a través de este transmisor que le colocaremos en un sitio poco visible de su cuerpo; nosotros llegaremos en escasos minutos, y lo atraparemos, se lo aseguramos”.

Las inequívocas promesas de que su vida no correría peligro en ningún momento, sumadas al convincente argumento de que el asesino no lo mataría en tanto no tuviera en sus manos el ejemplar de La Biblia Peruana que tanto buscaba, convencieron al Peruano Dorado de contribuir con la noble causa ciudadana.
“Está bien, cuando comenzamos?”, preguntó Ferrante, entre atemorizado y motivado por “ser alguien” alguna vez. “Ya mismo”, respondió Riviere, “... Pero primero vayamos a comer algo, qué le parece Demian?”...

Continuará....