31 diciembre, 2006

Una gran injusticia

Hace algunos días, el prestigioso periódico limeño “La Primera” publicó en su sección de cultura una breve encuesta de la que participaron importantes intelectuales, con el objeto de conocer su opinión acerca de lo que en materia literaria este 2006 nos ha dejado.

Figuras como Cueto, Watanabe, Calderón Fajardo, González Vigil, Zavaleta y Montalbetti, entre otras, respondieron a las siguientes tres preguntas: ¿Cuáles considera que han sido los tres libros, de autores peruanos, más importantes del año, ¿Quién considera que ha sido el escritor peruano revelación del año? y ¿Cuál ha sido el peor libro de un autor peruano que ha leído en el año?.

Ninguno de ellos, aunque parezca mentira, se dignó a mencionar al que nosotros consideramos “el más grande de todos los tiempos”, Demian Ferrante Kramer.

No queremos hablar de conspiraciones, ni de caprichos o envidias personales. Siquiera que el olvido se deba a ese halo de “traidor” que rodea a Ferrante desde su alejamiento del Perú, allá por los años ’60.

Pero, por encima de todo, y tratándose de intelectuales de primer nivel, nos parece injusto y desconsiderado no haberlo tenido en cuenta al Coloso de Tumbes.

La historia oficial es esquiva con algunos “grandes". La mediocridad, el miedo al otro, y la obsesión de manejarlo todo por parte de unos pocos poderosos, conjuran en contra de los verdaderos genios, en un vano intento por eclipsarlos a cualquier precio.

Pero, como siempre lo han dictado los tiempos, el revisionismo histórico se encarga de hacerles llegar a los olvidados, a los defenestrados, el reconocimiento que sus contemporáneos les negaron.

Algún día, cuando los libros de Ferrante Kramer vuelvan a ser editados, cuando estén presentes en toda librería, no como hoy que no se los encuentra por ningún lado; cuando su Biblia Peruana sea libro de lectura obligatorio en escuelas primarias... Ése día, amigos, ese bendito día, los intelectuales del momento no podrán esquivar más la verdad... Y cuando sean preguntados sobre “¿Cuál ha sido el peor libro de un autor peruano que ha leído en el año?”, la persona de Demian Ferrante Kramer seguramente les vendrá a la memoria.

Si no nos es posible que su figura sea honrada por sus buenas obras, los que hacemos este Blog nos conformamos al menos con que sea recordado por su falta de talento.

30 diciembre, 2006

Ferrante vs. Bayly: "Duelo de gigantes"

En aquel tórrido verano de 1992, nadie imaginaba que un encuentro semejante habría de ocurrir en Perú.

Por primera vez estarían frente a frente dos pesos pesados, y ambos peruanos. En un rincón, el “Maestro”, sin más palabras; en el otro, el conductor del programa televisivo del momento, Jaime Bayly, reportero incisivo y temerario si los hay, que había desafiado a su audiencia a “poner fin y desenmascarar al fraude literario del siglo”: Demian Ferrante Kramer.

Demian, con más de 30 libros editados aunque con inciertas cifras de ventas que iban de los 30 a los 100 ejemplares en el mejor de los casos (en total), seguía siendo “un mito”. La verdad es que los pocos que habían escuchado de él, lo conocían nada o casi nada. Y sus libros, que los debía haber de a montones y por doquier, no se conseguían en ninguna parte. Ferrante era todo un enigma para la mayoría de la gente.

Y eso no era todo... Demian sabía que por sus largas ausencias en su país de origen, le tocaría jugar de visitante. Que tendría al público mayoritariamente en contra, ya que la última noticia que se tenía de él se remontaba a su partida, hacía décadas, cuando había decidido probar fortuna en tierra yanqui.

Pero aunque paradójicamente Demian había probado de todo menos fortuna, sus coterráneos estaban creídos que regresaba “triunfador”, cuando en realidad se especulaba fuertemente “ ...Que Ferrante había accedido a ir al programa de Bayly tentado por el almuerzo con el que el anfitrión agasajaba a su invitado”. Para su pueblo Demian era “un traidor, un apátrida”, acaso el primer antecedente en la historia mundial de un “odio y una envidia tan grandes nacidos del fracaso”.

No obstante, para Bayly tampoco eran todas a favor. El hecho que Ferrante fuera totalmente desconocido para muchos, también lo afectaba a él. No había juntado más que unas pocas hojas de información sobre el coloso tumbesino, y se sentía inseguro de vérselas con un tipo que, a pesar que todo el mundo dijera que era un “sonrisa de nabo” y que nunca aprovechaba ninguna de sus oportunidades, se las había arreglado para ligarse por casi medio siglo con los grandes de las artes, del deporte, la ciencia y el espectáculo, quizás como ningún otro en la historia.

Por tal razón, Bayly especuló que el encuentro no sería una lucha de intelectos sino una batalla sin cuartel que se dirimiría en las arenas de la seducción... Ganaría el que primero sucumbiera al magnetismo del otro. Y en eso se tenía fe, pero no la suficiente.

El programa arrancó a la hora señalada, y con buen rating tratándose de un bodrio cultural.

La cámara delató a Bayly, quien se mostró sonrojado al llegar Ferrante. Si bien Demian acusaba por aquel entonces más de 60 años, y amén que vestía una ropa prestada por el sponsor del programa, la elegancia de su paso y su porte apolíneo pletórico de impostada vitalidad, dejaron impávido al conductor del ciclo “De a dos es mejor”, así su nombre, quien no tuvo otra ocurrencia que tomar la mano de Ferrante y besarla, no sin antes decir embelesado: “Maestro, es un honor”.

Ferrante, que lo último que había escuchado más parecido a un halago fue: “Espero que no se la gaste en vino!”, de boca de la mujer que le había entregado una limosna la semana anterior, se sintió como en sus mejores épocas, como cuando era el “hombre mimado” de Truman, Sábato o Borges.

“Siéntese Kramer”, tartamudeó Bayly, quien no podía sacar sus ojos de encima del libro del filósofo polaco Zygmunt Bauman que Demian sostenía en su mano. Si algo faltaba para aterrorizar a Bayly, era ese dato.

“Gracias, Jaime”, respondió Demian, ensayando una sonrisa que le habría valido el Oscar a la simpatía si el premio hubiese estado instituido. A esa altura, Bayly comenzaría a cuestionarse para qué se había metido en algo así... Sucedía que el “poder de seducción” de su compatriota, lo estaba matando. Se estaba convirtiendo en víctima de su propio plan.

Ambos se sentaron, uno a cada extremo de la mesa. Ninguno de los dos emitía palabra, solo se miraban, como estudiándose recíprocamente para definir a quién le correspondía hacer el primer movimiento en esa partida de ajedrez.

A Bayly le estaba ocurriendo lo mismo que antaño le ocurriera ante otros tantos “seductores natos” que llevó a sus ciclos televisivos, pero peor... No podía escapar al embrujo de Demian, y pavoneaba con su mirada, como intentando expresar con gestos lo que su boca, entreabierta y seca, aún no se animaba a decir.

El silencio se hizo eterno.... Fueron apenas minutos, pero en la medida que transcurrían, la falta de sonido se hacía más profunda, como si el propio silencio participara de aquel siniestro oficio mudo.

Bayly estaba a punto de largarse a sollozar ante cámaras y decir: “Me rindo, maestro, usted es el más grande!”, cuando aquella quietud sonora comenzó a ser alterada por extraños y alarmantes sonidos. Diminutos pero audibles estruendos que alertaron a los especialistas del estudio. Y que por más que intentaban disimularlos, todos sabían que se trataba de una odiosa combinación acuogaseosa intestinal.

Ferrante también estaba nervioso, no cabía duda. Aquellos fatales sonidos salían de su interior. Y quienes aseguraban que Demian había ido al programa solo por la comida, pronto sabrían que estaban errados. Demian había comido, y muy bien.

“Lo que para una persona normal es simplemente una descompostura, para Ferrante significó casi un infarto anal, debido al debilitamiento de los músculos orbiculares del orificio rectal”, diría al respecto el encargado de Guardia del Hospital Durand, donde fue llevado de urgencia antes de terminar el programa. Lo que el médico de turno quería decir con términos elegantes y técnicos no era otra cosa que Ferrante se había cagado encima durante la emisión televisiva.

Y sin quererlo, paradójicamente Demian se adelantaba otra vez a los tiempos: años más tarde, y quizás inspirado en aquella anécdota escatológica, el filósofo polaco cuyo libro Ferrante había llevado casualmente al programa publicaba “La vida líquida”, uno de sus más resonados éxitos.

Bayly, por su lado, terminó siendo el ganador de aquella jornada. Y lo festejó afirmando entre carcajadas que Ferrante no hizo otra cosa que confesar “... Que todo lo suyo era una mierda”.

Lo de Demian, obviamente un bochorno mayúsculo... Aún se recuerda el momento en que fue retirado, tomado de brazos y piernas, chorreando profusamente por su parte posterior. Todos los medios publicaron al día siguiente titulares impiadosos como “Cobarde, te cagaste en las patas”, no comprendiendo en lo más mínimo que Ferrante era ya a esa altura un hombre enfermo, ciertamente culpable de lo que le sucedía por haber abusado de su cuerpo y su salud, pero finalmente un ser humano como cualquiera (1).

Sin embargo, todo no terminó ahí. Demian fue nuevamente noticia a la semana, cuando dado de alta en el hospital protagonizó un escándalo al intentar permanecer dentro del nosocomio. Atado a su cama, y al grito de “Déjenme adentro, acá me dan de comer!!”, volvió a conmover a seguidores y detractores quienes no salían de su asombro y se preguntaban cómo un titán de la literatura como él pudo caer tan bajo.

Y ése no sería sino uno más de sus tantos pasos hacia su infierno personal. Sus futuras historias no harían más que confirmar que su descenso jamás conocerá límite alguno.

(1). Cualquiera como él, obvio.

28 diciembre, 2006

Ferrante Kramer y las pasteras

No es la primera vez que Ferrante Kramer se vincula a una causa solidaria, ni será la última. El Coloso siempre ha evidenciado esa predisposición natural a escuchar el llamado de los desposeídos, de los débiles, de cualquier necesitado.

Y lo ha hecho en sus libros - valga sólo mencionar los consejos de su Biblia Peruana -, o en situaciones puntuales, como las que le tocó vivir junto a Jim Morrison, Fangio, el hijo de Tu Sam o Luther King, por citar algunos casos.

En esta oportunidad, conminado por el tema de la instalación de las pasteras (1) y el medio ambiente (2), y con el ánimo de constituirse en una voz más que preserve la equidad y la justicia, Demian ha querido hacernos saber que está dispuesto a llegar hasta el mismísimo Rey Juan Carlos de España.

Y qué mejor manera de hacerlo que con el humor que lo caracteriza, no?.

Los invitamos a ingresar a la siguiente página, para conocer la estrategia que Ferrante ha planeado para terminar de una vez por todas con este entuerto entre dos países hermanos.

http://www.elfyourself.com/?userid=b130fe94df36063b5b8d953G06122620

(1). El tema de las pasteras llamó su atención como todo lo referido a la "pasta" a la que estuvo tan familiarizado.
(2). Ferrante confunde el tema con un departamento muy chico en el que vivió alguna vez, que no llegaba a ser de un ambiente.

25 diciembre, 2006

El momento tan esperado llegó. Demian esta en Wikipedia

Wikipedia la enciclopedia libre en línea más importante del mundo ya no será igual. Como regalo de navidad para todos los seguidores de Demian informamos que a partir del día de hoy, Demian Ferrante Kramer tiene un capítulo en Wikipedia.

Para acceder al mismo ingresá en
http://es.wikipedia.org/wiki/Demian_Ferrante_Kramer, o bien tipeá Ferrante Kramer en el buscador de la página principal: www.wikipedia.org

Al igual que lo hacemos desde este blog y desde el de la Fundacion DFK -
http://dfk-foundation.blogspot.com- continuamos con nuestros esfuerzos denodados por engrandecer la figura del Coloso de Tumbes.

Gracias a los mas de ochocientos mails recibidos con mensajes de aliento, salutación en estas fiestas e intimaciones de pago

Alex. B. - P. D'Orrys - DFK

24 diciembre, 2006

Usá a Ferrante de plataforma de despegue

Sumate a los festejos de fin de año y ayudá a la Fundación Demian Ferrante Kramer a realizar su sueño: proclamar a Demian Ferrante Kramer patrono de Villa Martelli... La convocatoria es abierta, como Demian, un ser de una apertura y profundidad increíbles.

La llevaremos a cabo en la Plaza de los Intendentes - Deprati al 4100 -, en Villa Martelli, ciudad adoptiva de Demian, el próximo 31 de diciembre, entre las 22 hs y la medianoche. Y participar es muy fácil... Te contamos...

Llevando tan solo una “cañita voladora”, y utilizando como base de lanzamiento la escultura realizada para la ocasión por el artista plástico Aldo Licome - el mismo que diera forma a la extraviada estatua de Ferrante -, todos podemos divertirnos

Se trata de un magnífico “Demian cuerpo a tierra” (1), con un orificio generoso ubicado unos 20 centímetros por debajo de la cintura del Coloso, sitio en el que cualquiera – sí, cualquiera, así como lo estás leyendo - podrá introducir su fuego de artificio y jugar con Demian un rato.

¿Qué obtiene la Fundación con todo esto? ... Tan solo un poco de tu dinero, porque no le quisimos poner precio a la escultura de Demian: TODO ES A VOLUNTAD.... Usá el agujero, despegá tu cañita, y dejá lo que puedas... Si es un billete, mejor... Pero las monedas también valen!

Con lo recaudado, iniciaremos ante las autoridades municipales el trámite administrativo para que nuestro Demian sea “más nuestro que nunca”. Por un Ferrante Kramer patrono de estas tierras, por una noche segura, sin riesgos y en franca unión.

Advertimos a los que intenten traer fuegos de artificio peligros abstenerse de hacerlo. Sólo se aceptarán cañitas voladoras cuyo diámetro no exceda de 6 cm. de diámetro, medida del hoyo que el gran Licome emuló en el cuerpo de nuestro héroe local.

Bueno, pues, todos el 31 a la noche presentes en la plaza!!. Viva Ferrante Kramer, patrono de Villa Martelli.

(1). En un reportaje ofrecido a una FM local de Villa Martelli, el artista plástico Aldo Licome confesó haber tomado la idea de la graciosa anécdota de Ferrante Kramer, registrada en el reality show “Los 8 magníficos”, cuando perdió “por puntos” (2) la famosa “Travesía del tapir” (ver entrada mes de Octubre).
(2). 10 puntos en la región rectal, para ser más exactos, según partes médicos de la época

22 diciembre, 2006

¡Feliz Nabidad!

“Feliz Nabidad”, así, con “b” larga, escribió alguna vez Ferrante Kramer cuando chico, en una carta dirigida a Papá Noel. En ella le hacía saber al viejo gordinflón de blancas barbas que deseaba fervientemente que le trajera aquello que se le había negado por años: un sánguche.

Esta anécdota, “graciosa” a decir de los opositores a la figura del gran Ferrante que lo consideran “Un burro con lapicera”, en el fondo esconde una vida plagada de carencias y dificultades, una novela colmada de personajes mendaces y de promesas incumplidas.

Una penosa historia de su infancia, que en interpretación de sus seguidores le hizo incursionar de lleno en las letras y lo convirtió en lo que es hoy. Tan solo un simple “error ortográfico” producto de la ignorancia de un chico de apenas 15 años, que en palabras de su padre, Doroteo, sonaría por décadas como burla diabólica: “Nabidad es cosa de nabos!... Eres tú un nabo, Demian?”

Esa sentenciosa pregunta, que amenazaba con un futuro gris y mediocre la existencia del “Peruano Dorado”, aseguran sus biógrafos fue el punto de partida, el puntapié inicial que lo impulsó a dedicarle su vida a las letras.

Doroteo intentaba, aunque no muy delicadamente que digamos, hacerle tomar conciencia a su vástago de que “Sólo el buen manejo de la lengua le abriría camino en este mundo”. Pero no sería tan así, lo que daría lugar a la conjetura de que “No siempre los padres aciertan en la educación de su hijos”.

No solamente la lengua le permitiría a Ferrante sobrellevar tantas situaciones apremiantes a lo largo de su consternada existencia. Por el contrario, Demian hallaría con el tiempo distintas formas de enfrentar la adversidad, poniendo de manifiesto ante el mundo en su Biblia Peruana que “La ignorancia es vacío... Un hueco que hay que saber llenar de a poco. Y si uno no puede solo, hay que pedir ayuda porque siempre hay alguien dispuesto a llenarte ese hueco”

No encontramos en la Fundación mejor semblanza de Demian que ésta para dar un ejemplo de vida en Navidad. Esperamos que este regalo nuestro les haya agradado.

FELISIDADES!!!

Walter Liberatti
Presidente

Gran Concurso para seguidores de Ferrante Kramer

Si! Ahora podés probar la legítima chicha peruana con la que van a festejar los familiares de Demian el 31/12. Manda un mail a antes del 29/12/2006 a la dirección ferrantekramer@latinmail.com y participá del soreteo por dos pasajes terrestres a Perú, con alojamiento "Nothing inclusive" entre el 31/12/2006 y el 01/01/2007 en la posada familiar de los Ferrante Kramer.
Dos encantadores días en bus, parando en más de 125 destinos intermedios de toda Latinoamérica, para estar con el Coloso de Tumbes compartiendo uno de los más característicos platos del Perú.... Y todo a tu cargo... Sí, leíste bien: A TU CARGO!!

Los usuarios registrados del Blog y los socios de la Fundación DFK tienen doble chance de ganar!!! Y los que a nosotros nos parezca... ¡Todas las chances!!

Tumbes te está esperando. Recorré los rincones de la infancia de Demian. Viví lo que el vivió. Respirá sus olores. Padecé sus desgracias!!...Tumbes te espera.

Tumbes está localizado en la parte noroccidental del Perú, frente al Océano Pacífico. Limita con Ecuador por el norte y el este y con el departamento de Piura por el sur. Su capital es la ciudad de Tumbes. De acuerdo al censo de 2005, en este departamento habitan 191.713 personas.
El Clima

El clima de la región de Tumbes es cálido, húmedo tropical y seco tropical con una temperatura promedio de 27°C. La temperatura máxima de verano es de 40°C en (mayor a esta si el fenómeno del niño esta presente) y de 18°C en los meses de invierno. La temperatura raramente baja de los 26°C aún durante el invierno; en los los meses de primavera y otoño la temperatura oscila entre los 30°C y 22°C. Por lo cual a llevar poca ropa.

Los principales productos agropecuarios de la región son el tabaco, arroz, algodón, plátano, camote y frutales. De hecho los antepasados de Demian cultivaban arroz y tabaco

El mayor atractivo de la zona lo constituyen sus playas de aguas cristalinas (muchas de ellas propicias para la práctica de deportes acuáticos), limpias arenas, palmeras y sus paisajes, como son sus manglares y esteros en el delta del río Tumbes. Hacia el norte de la ciudad de Tumbes destacan las playas de Puerto Pizarro con sus islas del Amor, Hueso Ballena e Isla de los Pájaros. En el centro del partido, se destaca la posada de los Ferrante Kramer. Un gran solar alrededor de un inmenso baldío que en otras épocas fue un fértil terreno de plantación.

El paseo en botes de alquiler es bastante recomendado. En dirección sur sobresalen las playas Murmova, caleta La Cruz, Puerto Loco, Santa Rosa y Zorritos (que cuenta con un puerto apto para recibir embarcaciones y yates de pesca mayor). Continuando por el sur se ubican Bocapán, Cancas y Punta Sal. Esta última, dicen los que conocen al detalle la historia de esta etapa de la vida de Demian, fue donde conoció los placeres de la carne por primera vez (a los 9 años, corría solo por ahí a comer chorizos barrilleros con su hermano Dionisio y su primo hermano Delmar).

El lugar donde hoy se sitúa la región Tumbes, en tiempos preincas estuvo habitado por grandes etnias de agricultores, cazadores y comerciantes. Entre estos grupos humanos, destacó la cultura Yumple. Sus pobladores llegaron a ser los navegantes más consumados de la costa peruana. Además, sobresalieron por sus trabajos de tallado de valvas de moluscos (de la especie spondyllus pictorum).

Posteriormente, la zona estuvo incorporada al Señorío del Gran Chimú. Durante el incanato, y especialmente en el gobierno del inca Pachacútec, los cusqueños extendieron sus dominios hasta Tumbes. En 1532 llegaron al Perú, a través del puerto la Leña, los primeros españoles al mando de Francisco Pizarro.

En tierra tumbesinas se dio el primer encuentro entre la cultura occidental y el Imperio Inca, marcado por una férrea resistencia por parte de los indígenas en el combate de los Manglares. Antes de partir, Pizarro colocó una cruz, símbolo de la cristiandad, en la playa que hoy conocemos como caleta La Cruz. Además - y está de más mencionarlo -, fue el pueblo que vio nacer al personaje mas controvertido de la cultura latinoamericana de los ultimos 100 años: Demian Ferrante Kramer

La independencia de Tumbes fue proclamada el 7 de enero de 1821. El espíritu combativo y patriota de los tumbesinos quedó patente, una vez más, durante el conflicto de 1941 contra Ecuador. Tumbes fue elevado en 1942 a la categoría de departamento como reconocimiento a su apoyo a la victoria peruana frente a los ecuatorianos. Luego de la batalla de Zarumilla, el conflicto fue resuelto con la firma del Acta de Talara, antecesora del Protocolo de Río de Janeiro.

El folklore tumbesino típico es la Danza de la Pava que es un especie de tondero en ritmo de vals peruano. Tambien son populares las cumananas que vienen de Piura, el vals peruano y los pasillos que vienen del cercano Ecuador.

Esto es solo un adelanto. Participá del sorteo y conocelo en vivo.

Feliz navidad para todos y como dice Demian en la Biblia Peruana en su capitulo 14: "Brinden con alcohol que tranquiliza!".

Nace un nuevo Blog: Fundación DFK

Ayer inauguramos un nuevo Blog, el de la Fundación Demetrio Ferrante Kramer.

No estábamos seguros de que fuera una buena idea hacerlo, lo considerábamos un riesgo: era muy probable que nos fuera bien. Pero como de costumbre en estas situaciones, nos invadió esa falta de fe tan característica en nosotros, esa incertidumbre tan ligada al fracaso.

Fue entonces que nos dijimos: "Estamos en el camino correcto, el mismo por el que transita Demian", y lo hicimos, sin más meditar.

En él reeditaremos algunas de las entradas del Blog de Demian, e incluiremos nuevas historias de este grupo de prohombres que integran la Fundación, que dedican su vida a preservar el patrimonio cultural del más grande escritor latinoamericano del siglo XX.

Los esperamos en: http://dfk-foundation.blogspot.com/

Nos vemos.

AlexB - P. D'Orrys - DFK

20 diciembre, 2006

Amor de estudiante

Ferrante Kramer está en Argentina!!.. Nos ha llegado la noticia desde de Delegación de la Fundación en La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires. Estamos desbordados por la alegría, aún no lo podemos creer!

Pero no quisimos encaminarnos todos hasta allá sin antes comentarles la razón de la visita del Coloso de Tumbes a estas tierras.

El motivo se remonta a los años ’60, finales para ser más exactos, cuando se produjo lo que se conoció como “El aluvión peruano”. Una bandada interminable de compatriotas del Perú, había recalado en aquella localidad bonaerense para estudiar en su Universidad, una de las más prestigiosas de la Argentina y Latinoamérica. Muchos notables de las ciencias, las artes y la cultura han salido de sus claustros.

Sin embargo, en aquellos ’60 había algo mucho más importante para los platenses que la Universidad y sus estudiantes. Eran tiempos de grandes pasiones, tiempos de fútbol: “Estudiantes”, uno de los emblemas futbolísticos locales salía en 1967 campeón por primera vez en la historia del Club. Y lo sería también en los años posteriores, consiguiendo la Copa Libertadores de América y la Intercontinental, en la que le ganó al Manchester United.

Era un equipazo, que incluía nombres como Zubeldía, Pachamé, la “Bruja” Verón o “el Doctor Bilardo”, quien más adelante, en 1986, obtendría como técnico el Campeonato Mundial de la FIFA dirigiendo al seleccionado argentino.

La mayoría de aquellos estudiantes peruanos que transitaron los años ’60 en Argentina – más precisamente en La Plata -, habían adoptado al “Club Atlético Estudiantes” como el equipo de sus amores. Amor que se proyectaba hasta por sus colores, los mismos que ondeaban en la bandera de su Perú natal.

Demian, quien por aquellos tiempos se encontraba accidentalmente en su casa paterna, en Tumbes, vivió el regreso de aquellos ya “doctores”, “ingenieros” o “abogados”, recibidos a miles de kilómetros en tierra hermana. Alegres muchachos que portaban tanta juventud como entusiasmo, y una pasión singular: el fútbol.

Y fue aquella tarde, junto a sus amigos, que Demian supo del Club Estudiantes de La Plata, y de lo que habrá significado para sus compinches de juerga, allá, tan lejos, en Argentina. El entusiasmo de aquellos camaradas suyos era enorme. Estaban como “enfermos” de fútbol, no hacían otra cosa de hablar de jugadas, partidos, estrellas y goles.

Ese fervor popular entusiasmó tanto a Ferrante que, aún si haber presenciado lo que contaban su compañeros, se contagió de tanta alegría a punto tal de sentirse como un “hincha” más de Estudiantes de La Plata.

Fue en aquel instante que uno de los venidos deslizó un comentario... Habían traído “camisetas” del equipo; estaban guardadas, aún no habían abiertos los bolsos de viaje. Al escuchar lo que decían, Demian estalló con “Quiero una, quiero una!”... Recibiendo como respuesta: “Ni borracho flaco, andá a Argentina y conseguítela vos!”. La desilusión de Demian fue tremenda... Eran sus amigos, pero se había perdido la camaradería que alguna vez había existido entre ellos.

“Por las buenas no hay caso”, se dijo, “Pero la voy a conseguir, yo de acá no me voy sin la camiseta”. Aprovechando un descuido del grupo que seguía contando anécdotas futboleras, manoteó uno de los bolsos, y se fue sin saludar a ninguno.... “Ellos me jodieron, yo los jodo a ellos”, sentenció. Ya en su casa, Demian abrió el bolso y en un paquete encontró lo que buscaba: “La camiseta de Estudiantes”. Se quedó también con un dinero que había en la billetera, una petaca de ginebra, y arrojó el bolso en un terreno baldío.

Aquella camiseta acompañaría a Demian por más de 40 años. Nunca se había decidido a usarla, era como un santuario, un botín de guerra, un fetiche. Estaba en aquel paquete tal como la había encontrado. Y aunque fruto de un robo, la sentía muy suya, como todas las cosas de las que apropió a lo largo de su vida.

Bueno, hace apenas unos días, Demian se decidió a utilizar la camiseta. “Estudiantes campeón”, escuchó en la radio, y se dijo: “Es tiempo de ir a festejar con el equipo argentino de mis sueños”... “Debe ser el destino el que hizo que me encuentre hoy en Argentina, el mismo día en que Estudiantes sale campeón”, pensó, y casi en trance místico abrió el paquete, se puso la camiseta, y se dirigió a Constitución para tomar el tren a La Plata. No quería perderse los festejos bajo ninguna circunstancia.

Serían las 11 de la noche cuando el tren abandonó la estación... Demian estaba extasiado de placer y emoción; no dejaba de imaginar “la fiesta” de la que pronto formaría parte. Y decidió adelantarse a ella. Sorbió la última gota de la botella de caña quemada que llevaba consigo, se incorporó como pudo, y comenzó a caminar por los vagones, entonando un: “Yo a este equipo lo banco a muerte!”... “Somos los mejores de La Plata y del mundo!”, y boludeces por el estilo, típicas de un hombre en estado de ebriedad.

“Qué haces vestido así, salame?”, le espetó el más voluminoso de un grupo de diez muchachotes que se encontraba bebiendo cerveza. Demian les respondió señalándose la camiseta: “Voy a festejar el triunfo del campeón, forros!!!... O ustedes dónde viven!!”.

"En La Plata, imbécil!”, fue lo último que escuchó Demian, según nos contó hace unas horas por teléfono desde el hospital platense donde se encuentra internado. “La gente está loca, muy agresiva... Iba a festejar con los de Estudiantes y me cagaron a trompadas”, agregó antes de cortar. No se animó a decirnos todo telefónicamente; el parte arroja hasta ahora, y habría más: una costilla rota, 3 fisuradas, los 2 ojos morados y desgarro de la mucosa rectal.

El médico a cargo nos adelantó que la camiseta que llevaba puesta Demian era blanca, con una raya azul cruzada al medio.

Como amigos y admiradores de Demian que somos lo que formamos parte de la Fundación DFK, nos da mucha lástima que se haya perdido los festejos en La Plata.... Aunque viéndolo con optimismo, en parte tuvo su fiesta privada en el tren con aquella decena de hinchas del equipo de sus amores, no?.

19 diciembre, 2006

25 aniversario de La Biblia Peruana

A mediados de 1985, en Villa Martelli se había generado un clásico entre las fuerzas vivas de la zona. En la Av. Mitre, casi en el límite con Munro, la Sociedad de Socorros Mutuos (SSM) competía por cierto protagonismo por el favoritismo comunal con la Fundación Ferrante Kramer. Esta casera rivalidad, tuvo su punto culmine, el 6 de octubre de ese año, cuando la SSM realizó una humilde pero emotiva celebración recordando el 70 aniversario del nacimiento de Giusseppe Rípolí, su querido fundador, quien había llegado a los 6 años a Buenos Aires, y desde entonces había trabajado en la zona. Familia querida en Villa Martelli, los Rípoli conservaban el negocio familiar que había empezado como un modesto almacén y hoy era un coqueto supermercadito que le peleaba palmo a palmo desde la calidad de atención de sus dueños y los precios acordes, a los Supermercados chinos de la zona.

Los festejos fueron austeros y todo fue pagado conjuntamente por la familia Rípoli y la SSM, asistieron el intendente de Martelli y una importante cantidad de representantes de entidades sociales y gubernamentales de la zona norte del gran Buenos aires.

Entre los invitados, estuvo Renato López, que en ese entonces estaba encargado de la subcomisión de eventos y festejos de la Fundación DFK. El fastidio de Renato durante los festejos fue evidente y al finalizar los mismos, se volvió 45 cuadras caminando mascullando su bronca, dispuesto a encontrar algún motivo para poder recordar algo de la vida del Coloso de Tumbes y de esa forma eclipsar la fiesta que había realizado la SSM.

Cuando Renato planteó su idea a Liberatti, éste le expreso la falta de necesidad de ir al choque en este tipo de temas. Recordó los sucesivos fracasos que habían convertido a la Fundación en el hazmerreír de Villa Martelli (La Estatua de Demian, El retrato que lloraba sangre, La Universidad DFK, El museo, La rata en la biblioteca…) en fin, otro fracaso podía llegar a ser devastador para la credibilidad de la entidad.

Renato desoyó los consejos del presidente y se puso a organizar el 25 aniversario de la publicación de la primera edición de la Biblia Peruana. Si bien Liberatti no apoyó definitivamente el proyecto, no le quedó otra que acompañar la idea. Era una actividad que a simple vista no debía generar inconvenientes, más allá de la convocatoria que pudiera llegar a tener.

López convenció a los integrantes de la Comisión Directiva que pusieran algunos bienes propios en garantía como para poder fondearse y de esta forma contar con un presupuesto para tareas organizativas. Liberatti aportó una cadena de oro de su abuela, Mateo Carrá –Tesorero suplente- un reloj citizen automático y Fernando Havejugaray, -revisor de cuentas-, quien por ese entonces habia vendido su Renault 12 break, mientras buscaba un nuevo auto, prestó $ 3000 a Renato con la promesa de devolución inmediata de ese monto al dia siguiente del evento.
Renato alquiló el teatro José Hernandez de San Martín, gestionó (sin éxito pero con mucha garra) el apoyo de la intendencia de Villa Martelli el carácter de Interes municipal para el evento y cursó casi 15.000 invitaciones. Estableció un acuerdo con Ticketek para la comercialización de entradas (a un precio promedio de $ 15), y contrató a una orquesta típica peruana para que interpretara piezas autóctonas de Tumbes para amenizar la velada. No tuvo eco en la familia de Demian, ya que ninguno de los hermanos confirmó la presencia al evento, previsto para el 31/12/85.

Al no lograr el auspicio de ningun local gastronómico de la zona que abonara su presencia en víveres, López tuvo que cocinar el mismo 3600 empanadas que guardó marcadas en todos los freezers de Villa Martelli y 6500 sandwiches de miga de cocido y queso. El único aporte desinteresado para el evento lo realizó la familia Rípoli que para participar de la fiesta, donó 600 botellas de Coca Cola de 2 litros y 600 de Cerveza Quilmes.

A mediados de diciembre, cuando a través de diversos contactos de López en las radios vecinales, comenzó a hacerse mención al evento, se empezó a generar un “boca a boca” bastante interesante. A tal punto que se presentaron en la sede de la fundación, varios vecinos interesados en adquirir entradas. Walter Liberatti, mientras derivaba las consultas de los transeúntes al número de Venta Telefónica de Ticketek, tuvo una corazonada: Estaba frente a una oportunidad histórica: una vez más, o despegaban para siempre, o serían tapados definitivamente por los escombros del fracaso.

Esa corazonada se convirtió en miedo cuando en mas de una oportunidad, Liberatti le pidió a López, una síntesis de los temas que iban a formar parte de la velada. ¿Quiénes serian los oradores?, ¿habria invitados familiares? En fin… que iban a festejar.

López, mas cerca de la desorganización que del trabajo metódico solo se limitaba a decir: “…tranquilo Walter, tengo todo controlado, hay una filmación inédita de Demian en Tumbes que cuenta algunos aspectos que le inspiraron a escribir La Biblia Peruana. Damos la bienvenida, hablas vos, proyectamos ese material, repartimos ejemplares de la Biblia Peruana, aplauden todos, comemos unas empanadas y listo… el éxito asegurado".

Walter había escuchado hablar de esa filmación desde el primer dia que ingresó de casualidad a la sede de la Fundación, buscando una pelota de su sobrino que había quedado colgada en el techo una tarde de domingo de verano en 1966, y nunca creyó que existiese. "¿Cómo podía ser que él siendo presidente nunca la haya visto y este tarambana de López la tuviese a su disposición? ¿Por qué el no la habia visto?", pensó. "En fin", se dijo, decidido a relajarse y dejar que las cosas fluyeran. EL Apollo 11 ya había sido lanzado, no había vuelta atrás.
Y llegó el día del evento…Desde temprano las autoridades de la Fundación llegaron al Teatro. Había un clima de alegría que se fue enturbiando a medida que se acercaba la hora de inicio. Pero sólo se apropicuaron treso personas: el administrador del teatro, Ricardo Larrande, (carnicero que había entregado a fiado 75 kgs de bola de lomo para el relleno de las empanadas que había hecho López), el gerente Comercial de Ticketek y el representante de Sadaic, al igual que los primeros, dispuesto a cobrar por los servicios prestados.

Liberatti buscó desesperadamente a López que nunca llegó. A las 22.30 y ante la presión de los acreedores, se dio por suspendido el evento. Se generó una pequeña gresca que terminó con la intervención del cordon policial que se encontraba en la puerta de la intendencia (frente al teatro). Varias personas fueron demoradas pero el tema no pasó a mayores.

Liberatti y otros funcionarios de la Fundación tienen el paso prohibido por el centro de San Martín, Fernando Havejugaray no pudo comprar un auto porque nunca recuperó los $ 3.000 y nunca mas se volvió a ver a Renato López. Su desaparición además de generar una serie de inconvenientes importantes de índole financiera a la fundación acrecentaron el mito de la filmación de DFK explicando los basamentos de la Biblia Peruana…¿existirá verdaderamente ese testimonio?

16 diciembre, 2006

Crónica de una muerte anunciada

El mundo del espectáculo se ha caracterizado desde siempre por profesar una morbosa inclinación a la “exposición pública”. Una buena manera de obtener publicidad sin costo, por cierto, y gracias a la cual se nos impone de temas “tan interesantes” como el gran romance de la hija de tal con cual, la cena del empresario con el ministro, el próximo casamiento de la actriz con el polista, o la justificación del último fracaso cinematográfico del galán de turno.

Sin embargo, esa ostentación valiente y desprejuiciada que a diario vemos en diarios, revistas, no se verifica de igual forma en algunos hechos o en situaciones particulares. Por el contrario, podría decirse que existe una marcada vocación por esconder acontecimientos “vergonzantes”, por denominarlos de alguna manera que, de trascender al exterior, pondrían en ridículo a sus protagonistas y los despojarían a la vez de ese halo encantador que los distingue del resto de los mortales.

La Fundación DFK tuvo acceso a los hechos que se comentan en esta entrada, merced a las declaraciones de un involuntario testigo. Una persona que por su condición social siquiera fue atendido por las autoridades y, lo que es peor, fue calificado de loco y mantenido en prisión por más de 30 días.

Nunca nuestro protegido, Demian Ferrante Kramer, se había visto involucrado en hechos de esta naturaleza. Pero algún día tenía que sucederle a él, el más grande entre los grandes. Un grande que, como tantos prohombres de la historia, no siempre fueron bendecidos por la fortuna.

Seguramente los seguidores de este Blog recuerden con tristeza la época en que Demian debió enfrentar la adversidad trabajando como jardinero, ya sea como cuentapropista, tocando timbres en las mansiones de la zona norte del Gran Buenos Aires, o rentado con casa y comida en Puerta de Hierro, a las órdenes del General Perón.

La historia de hoy se corresponde con esa primera época, cuando en la búsqueda del mendrugo de pan “Para mis hijos” - como solía mentir por necesidad - el destino lo puso frente a la puerta de la diva más famosa de la Argentina: Susana Giménez.

Ferrante no la conocía. Casi no veía televisión en aquel período infortunado de su vida; apenas tenía para comer.

“Señora, le corto el pasto?”, era la frase con la que el “peruano de oro” iniciaba el diálogo con sus ocasionales clientes. La “Su”, apócope por el que se la reconoce desde sus orígenes, no supo qué responder aquella tarde. Su jardín estaba impecable, recién había sido renovado por especialistas.

No obstante, esa piedad que ennoblece a la clase alta cuando ve a alguien que con esfuerzo y trabajo intenta “salir de pobre”, o acaso ese “poder seductivo animal que emana del Maestro”, a decir por sus más conspicuos seguidores, produjo en la afamada estrella argentina una reacción dispar... Habría de aceptar el ofrecimiento de Demian de sumo grado, sonrisa mediante, mientras acariciaba a su adorable mascota.

Susana Giménez no sabía en aquel momento a quién estaba delante suyo vestido con sucias ropas de jardinero. Y quizás nunca haya llegado a saberlo siquiera. La diosa no sabía que estaba frente al “Coloso de Tumbes”, todo un genio de la literatura. Un fenómeno que superaba con creces a Nelson, el hombre rata, a Tony Kamo, al gordo que se cocinaba dentro de un horno a 150 grados, o a cualquiera de los que habían pasado por su programa de TV.

“Cuál es su nombre, caballero?”, inquirió la diva amablemente, mientras retaba a su perrito con un “Jazmín!!”, quien no paraba de ladrarle al peruano..... “Demian Ferrante Kramer, señorita, escritor de profesión y hoy temporalmente conminado a hacer este trabajo para sobrevivir... Pero ya se va a acabar, pronto voy a estar en otro lado, se lo aseguro!”, respondió firmemente Demian, con un tono que indicaba que estaba decidido a darle vuelco definitivo a su triste presente.

“Demian, como verás, está casi todo hecho”, respondió la Giménez ... “Solamente podame un poco más aquellas rosas y ese jazmín”, agregó, señalando con su mano, en dirección al lugar donde se encontraba orinando su mascota.

Ferrante acató la orden de la dama como solía hacerlo: al pie de la letra, pero mal. Al día siguiente, la “Su” saldría en cámaras llorando. Toda la prensa pensó que se trataba de otra vuelta del caso “Roviralta”, que el dandy había regresado por más plata o para pelearla en público. Pero, no, no se trataba de eso. “Crónica TV” subtitulaba “Murió Jazmín, el perro de Susana”, en tanto la actriz y conductora no encontraba consuelo y sollozaba: “Ya era muy viejo”.

Nunca mostraron a Jazmín muerto. Nadie se hubiera atrevido a mostrarlo, si duda. Especialmente porque hubiese sido imposible identificar cada una de sus partes.

Ferrante cumpliría una vez con lo prometido: “Pronto voy a estar en otro lado señora, se lo aseguro!”. Estuvo detenido casi un mes en la cárcel de Villa Devoto por “Homicidio”; fue compañero de celda de quien acercó a la Fundación esta historia. La causa fue desestimada por no constituir delito la muerte de un animal, pero especialmente al comprobar el Juez que Ferrante “era ininputable”.

Sus biógrafos aseguran que Demian nunca tomó conciencia de su hecho criminal: “Tanto lío porque le corté mal un jazmín”, solía decir. También afirman que durante un año aproximadamente, Demian se presentó ante la casa de la diva con un ramo de jazmines en su mano, y que desistió el día en que alguien desde su interior le arrojó un cenicero.

Al principio no creímos que esta historia fuera real. Pero, “Alguien alguna vez vio el cadáver de Jazmín?”.

14 diciembre, 2006

Dick “Fish” Kramer y el origen del linaje

Si hay algo que caracteriza a la tierra natal de Ferrante Kramer es la cálida sonrisa de su gente. Una expresión permanente de alegría que, para muchos que venimos de afuera, nos parece algo sobre actuada y artificial.

Sin embargo, ese estado de ánimo pletórico de felicidad que parece fingido a primera vista, no es casual. Es el resultado de una forma de vida, de costumbres y de prácticas diferentes, como la del “Río Tumbes”. Una experiencia adolescente, de la que todos participan.

El juego del “Río Tumbes”, es un acto de iniciación juvenil. Todos han pasado por él, hombres y mujeres. Y consiste en introducirse sin ropas en su lecho por una hora, lapso durante el cual “está prohibido sonreírse”.

Cuenta la leyenda del lugar que nadie salió airoso del desafío. Todos, tarde o temprano, terminan cediendo a la risa, la que no se detiene hasta mucho después de salir de sus aguas. De allí que se lo reconozca al lugar como el de la “alegría”.

Todos se preguntarán qué tiene que ver esto con el sujeto de nuestra novela de hoy, Dick “Fish” Kramer.... Mucho, les aseguro que mucho.

La presente historia se remonta a principios del siglo pasado o fines del XIX. Dick Kramer (en realidad Demetrio Fortunato Kramer, de nacimiento), contrariamente a lo que sucedía con la mayoría de los que participaban de la experiencia del río, “retornaba diariamente a sus aguas, en busca de esa sonrisa que mágicamente le proporcionaba su cauce manso”.

La razón de aquella conducta, un cetáceo: “El escondido”, un escurridizo pez extinguido en la actualidad, cuya habilidad mayor consistía en introducirse y salir repetidamente de cuanto orificio encontrara. El animalito acuático poseía una desproporcionada aleta posterior, lo que dificultaba su ingreso y egreso de cualquier agujero y que al decir de los entendidos: “Era lo que provocaba hilaridad en los individuos... Era imposible no sonreír cuando aleteaba fuertemente para entrar o al salir” .

Aquella experiencia, tan graciosa como desagradable en virtud de las dimensiones nada despreciables del animalito (largo 25 cm y un diámetro de 6 cm, sin contar la aleta), determinaba en todos los casos que aquel “bautismo de fuego” fuera algo que nadie quería repetir... Ninguno quería volver a introducirse desnudo en las aguas del Tumbes. Ninguno, con excepción de Dick.

La actitud de Dick, y el hecho de que sus incursiones al río fueran frecuentes, avergonzaron a la familia Kramer. Originarios de Italia, eran personas de fuerte formación religiosa que no estaban dispuestos a aceptar a “diferentes” en la familia, aún cuando llevaran su sangre y apellido.

Esa aversión por Dick, el “patito feo”, hizo que lo conminaran a marcharse de Tumbes. Dick, o Fortunato, como más guste, se dirigió a los Estados Unidos a probar suerte...

Acaso haya sido el hecho de ser discriminado por su propia familia, o el impulso visceral de aventurarse en tierra ajena lo que no se apuesta en la propia, la cuestión es que Dick “Fish” Kramer se convirtió en pocos años en el “Capo de la mafia del pescado” en U.S.A., manejando el precio del producto desde Oregon hasta San Francisco. Si bien había roto lazos con la tierra que lo vio nacer, nunca pudo hacerlo totalmente... Continuó vinculado a su gente a través de pequeñas importaciones de peces “Escondido” para uso personal.

Debido a esas “extrañas actitudes”, y un poco también a filtraciones de paisanos suyos que habían como él recalado en Estados Unidos, Dick no pudo evitar que su pasado en el Perú pronto fuera conocido también en Brooklyn, de ahí que lo apodaran “Fish”.

¿Pero, quién fue en realidad Dick “Fish” Kramer, y qué importancia tuvo en la vida de nuestro héroe: Demian Ferrante Kramer...?

Como se habrá podido apreciar hasta ahora, el apellido Ferrante no ha aparecido en esta historia. Sin embargo, irrumpiría muy pronto en la persona de Dino Ferrante, un ser despiadado y violento, dispuesto a disputarle a Dick una parte de su negocio del pescado.

Demetrio Fortunato Kramer (alias Dick Fish) y Dino Ferrante se convertirían en poco tiempo en acérrimos enemigos, librando batallas despiadadas por dinero, negocios y poder. Pero no sería en realidad solamente por esos motivos su lucha sin cuartel... Entre ellos se interpondría también una bella mujer, “Clareta”, una inmigrante italiana a quien Dick Kramer presentaba como su “novia” para desvirtuar los crecientes comentarios que se ventilaban sobre su hombría.

No hay certezas sobre lo ocurrido realmente, pero la mayoría de los historiadores del linaje Ferrante Kramer sostienen que Clareta mantuvo un tórrido y promiscuo romance con ambos. Dick, por la mañana, Dino, por la tarde; Dick, los sábados, Dino, los domingos. Y que no obstante los ingentes esfuerzos de Clareta por mantener oculta la situación, su juego “a dos puntas” pronto fue descubierto por ambos mafiosos. Y no por un hecho común, sino por una tremenda noticia: el embarazo de la mujer compartida.

Luego de mucho discutir qué hacer con la situación, finalmente el fruto de vaya a saber “cuál” de los dos, Dick o Dino, “vio la luz”: un niño, un saludable y robusto gurrumino cuyo apellido sería disputado por años entre ellos. Sin embargo, aquel litigio de sangre no sería dirimido sino hasta el día en que aquel pequeño, llamado Doroteo, pronunciara su primer palabra: “Papá”, mirando a ambos a la vez.

Doblegados por el amor del infante, las paces no se harían esperar. Dick y Dino se fundirían en un fuerte abrazo y decidirían que el vástago llevara ambos apellidos... El niño sería a partir de aquel entonces Doroteo Ferrante Kramer... Por años bromearían con amigos diciendo que “Nos amigamos porque somos de buena leche”.

Años más tarde, Doroteo Ferrante Kramer viajaría a Perú, el lugar de nacimiento de Dick, uno de sus posibles padres. Y recalaría en Tumbes, lugar del que se enamoraría para siempre. Doroteo, pronto se casaría con Felisa Rahmane, quien daría a luz a cuatro hermosos varoncitos: Demian, Dionisio, Duilio y Danilo.

Obviamente, esta historia hecha por tierra muchas otras que hablan de los orígenes del maestro como descendiente de Tutankamón, o nieto de Donato Ferrante Kramer... Pero alimentan y promueven tantas otras, mucho más consistentes a nuestro entender, como la de la vinculación de los Ferrante - Kramer en U.S.A. con Guido Liberatti, dueño de la pescadería de la 5ta. Avenida y Riverdale y, a la sazón, abuelo de Walter, Presidente de la Fundación DFK.

Antes de publicar esta entrada nos preguntábamos cuán difícil sería para Demian soportar una verdad tan dura como ésta. Sin embargo, el “Maestro” nos animó a hacerlo con una frase que nos conmovió: “Me las he visto con más duras que ésta.... Adelante con la historia muchachos... Toda, y hasta el fondo!”

10 diciembre, 2006

La Guerra Fría (Parte 2)

En la primera parte de “La Guerra fría”, habíamos visto como Demian enfrentó la decisión de brindar servicios de inteligencia para su país. Como, con actitud firme y decidida y a riesgo de perder su vida, había aceptado ser “espía”, y hacerse pasar por Vladimir Arenko, casi un “clon” suyo ruso, para evitar una conflagración nuclear.

Sin embargo había algo más en aquella patriótica misión que no le habían dicho: debía llevar un grabador escondido.

En aquellos años ’60 la tecnología no era la que tenemos hoy en día. Aquellos bichos, que funcionaban con cinta magnética como la cassette, ocupaban mucho espacio. Pero, gracias a Dios, la Geloso había diseñado una miniatura electrónica asombrosa, que pasaría desapercibida a cualquier registro. Era una especie de cilindro, que se sujetaba a los extremos de la dentadura superior, y que se accionaba con la lengua cada vez que se quisiera grabar o detener la grabación.

No obstante, había un grave problema: Demian tenía toda la dentadura postiza. Era imposible ubicar el mini grabador allí, dado que se despegaría y dejaría al descubierto el aparato. Quedaba una opción, la cual fue aceptada de inmediato por el peruano y alabada por todos los presentes. Sin saberlo, Demian se adelantaba una vez más a su época, dándole forma al personaje de aquel memorable filme interpretado por Steve McQueen, años más tarde: “Papillon”...

Ferrante, bajo un falso nombre ingresó a Rusia la semana siguiente. Sin un plano para ubicarse, y apelando a su ya desgastada memoria, creyó identificar el lugar donde “debería registrarlo todo con su grabador”. Parecía una gran fábrica. “Aquí se debe procesar el uranio”, se repetía Demian, como si al decirlo se convenciera aún más de ello. Esperó toda la noche escondido hasta que a primera hora de la mañana, se levantó la pesada reja metálica y comenzó a entrar gente.

Con paso seguro, Demian avanzó hasta la entrada, miró al guardia y, guiño de ojo mediante, ingresó con holgura. Lo había logrado, ya estaba adentro.

A pesar de haber superado el primer escollo, ahí recién comenzaría su odisea, ya que lo del grabador era todo un tema... Además de ahora tenerlo que encender y apagar “frunciendo los cantos” del ojete, debía permanecer sin defecar por casi una semana. Expulsar la miniatura antes de tiempo, pondría en peligro el planeta. Toda una paradoja, ya que volvía a validarse el apotegma de que “Las cagadas de Ferrante no dejan nada en pie”.

Día a día, hora a hora, minuto a minuto, simulando trabajar para no ser descubierto, y casi manteniéndose despierto las 24 horas, Demian lo registró todo, especialmente las conversaciones que mantenían unos sujetos vestidos con trajes blancos y guantes especiales, que manipulaban cientos de “cilindros de metal” que no paraban de salir de las cámaras refrigeradoras.

Ferrante, especulaba que dentro de aquellos recipientes se encontraba el “uranio”... Fue en ese momento que hizo una pausa, se dejó llevar, y se sintió orgulloso de servir a su nación como lo estaba haciendo, aún a riesgo de su vida. Por primera vez se sintió feliz; al fin y al cabo “era alguien”.

Para mayor mérito, sus presunciones acerca del contenido de los cilindros parecían ser correctas. Una tarde, un operario que había tropezado accidentalmente, dejó caer uno de ellos. La tapa saltó violentamente a varios metros, y Demian pudo apreciar el contenido “verdoso” de su interior... Era como una pasta sólida, semejante a la de las fotos de elementos radioactivos que le habían mostrado.

Aquel operario fue castigado con dureza por su superior, quien no paraba de gritarle y pegarle. En eso, sonó la alarma... Estaba claro que se trataba de un “escape radioactivo” y que todos debían evacuar el lugar. Era su último día en la Unión, y se dijo: “Ya está todo hecho, es hora de volver”. Y así como había ingresado, con la soltura con la que concurrió a aquella fábrica durante siete días... Así como se las ingenió para no expulsar matera fecal y poner en peligro la misión, así, así y así como tantas proezas más debió realizar por la causa de la paz, Ferrante tomó el avión de regreso a su país.

Sus primeras palabras al llegar fueron: “Un baño, por favor!!”. Luego de casi una hora dentro, y cuando todo parecía indicar que algo había salido mal, Demian abrió la puerta y todos los presentes debieron desalojar la sala... Era toda una semana de alojamiento fecal en los intestinos, no era pavada. Sin embargo, allí estaba él, como bombero hidalgo luego de apagar un incendio, con el Geloso en la mano y diciendo: “Señores, misión cumplida”.

Los miembros del servicio secreto de ambos países, la chancillería en pleno y muchos agregados militares, comenzaron a aplaudir y a ensayar una tonada que terminaría en: “Ferrante, el Inca de la Paz, el Inca de la Paz”, con la melodía de El cóndor pasa.

Demian se largó a llorar como a un chico, entre abrazos de sus compatriotas y extranjeros. El grabador fue puesto a disposición de las autoridades y llevado para ser analizado y desgrabada la cinta. Esa noche, en una cena en su honor, Demian fue condecorado con el galardón que mencionaba la canción del festejo: “El Inca de la Paz”, honra sólo concedida a quienes prestan gran servicio a su patria.

Sin embargo, lo que le sigue a esta historia habla del porqué estuvo oculta tanto tiempo: el final fue otro.

Lo registrado por Ferrante en su estadía rusa no resultó ser lo esperado; por el contrario, no fue de ninguna utilidad y provocó un profunda vergüenza a sus compatriotas miembros del gobierno.

Demian se había pasado la semana de su misión en Rusia dentro de una fábrica de helados, para ser precisos, en la sección de elaboración del “pistacchio” , la hoy conocida pasta almendrada verdosa, toda una novedad en la Unión Soviética de aquel entonces. Tampoco la alarma que había escuchado aquella tarde habría sido más que el timbre de salida de los operarios. Ni la reja metálica que transponía a diario otra cosa que un “portón levadizo común”, y no la Cortina de Hierro de la que le habían hablado tanto. Lo de Ferrante Kramer había sido un papelón internacional, un bochorno a todas luces. De ahí que éste fuera uno de los secretos de estado mejor guardados.

Inmediatamente, y en absoluto secreto, le fueron retirados los honores concedidos; se hizo lo posible para que la historia no trascendiera. Ferrante fue no menos que echado a patadas de su país, de ahí que decidiera probar suerte – de la mala, también - en Argentina, donde se sentía tan a gusto fracasando.

Y aquel título que supiera conseguir, el “Inca de la Paz”, que duró apenas unos días, sería reemplazado por otro, más permanente y a la altura de su patético personaje: “El incapaz”

08 diciembre, 2006

Regreso con gloria

INTRODUCCIÓN

Siempre fuimos conscientes de que le debíamos al “Maestro” una entrada realmente gloriosa en su Blog. Lo supimos desde un principio, cuando veíamos que por más que lucháramos a diario para defender la honra y el honor del Coloso de Tumbes, al hacer nuestro balance, nunca quedábamos satisfechos... Nos resultaba imposible hallar un hecho contundente sobre su magnanimidad, incontestable desde todo punto de vista. Había muchas dudas y posiciones encontradas.

Pero, el día finalmente llegó. Hace muy poco nos acercaron una perla, una gema única cedida por la Fundación DFK que nos habla de un momento clave de la vida del genial escritor, aquél que marcó su regreso a las letras con la presentación de un libro sin par.

Los siguientes diálogos, que se cree se ubicarían en los años ’80, dramatizan conversaciones grabadas en poder de esta Fundación, y/o testimonios de personas entrevistadas que presenciaron aquel momento cumbre de la cultura latinoamericana. Todo vuestro!!


DRAMATIZACIÓN

"¿Quién escribió esto, nene?", preguntó exaltado el Jefe de Redacción de una importante editorial argentina. “Estee... un tal Ferrante Kramer, señor... Vino hace unos días y lo dejó sin decir más que: Léanlo, todo está allí... TOODO!”, le respondió notoriamente atemorizado su asistente, al ver la expresión desencajada de su superior.

“Ferrante Kramer??... Demian Ferrante Kramer??... Estás seguro, pibe?.... Pero no se había muerto ese tipo!”.

Advertencia al lector: el anterior diálogo, que parece indicar un nuevo desastre para la literatura a manos de Ferrante Kramer, no es tal; por el contrario, esta vez la historia es muy diferente.... (Sigue)

“Esto es una obra de arte!!”, exclamó el responsable de la Editorial... “Hay que imprimirlo... Llamalo por teléfono y traémelo aquí de inmediato, entendiste!”. El empleado, un poco más tranquilo al ver que la cosa pintaba bien, le explicó que no había dejado teléfono, pero sí una dirección poco precisa, bajo la autopista 25 de mayo. “Andá a buscarlo donde sea, pero no me puedo perder esta genialidad de Kramer ni mamado!”, gritó eufórico.

Ferrante había entregado el único manuscrito de su nuevo libro, el que creía que lo devolvería al ruedo y le conferiría el respeto perdido a lo largo de años de vida disipada en el vicio y el alejamiento de toda virtud. Una especie de autobiografía en la que resumía su vida de una manera magistral, cual confesión de quien pide clemencia y una segunda oportunidad. Digamos, un libro “imposible” para cualquiera que conociera a Ferrante, quien había acostumbrado a su público a una serie “ininterrumpida de fiascos y vergüenzas durante los último 40 años”. Sin embargo, contrariamente a lo esperado de él, un “trabajo notable” que lo ubicaba a la altura de un García Márquez, de un Saramago o de un Vargas Llosa, por lejos.

Aquel libro, jugado de principio a fin, había deslumbrado a Renato Trunzo, uno de los empresarios editoriales más influyentes del país. Si él había sentenciado que “era bueno”, no cabía duda. Pero a Trunzo le faltaba lo principal para editarlo: el autor.

Trunzo, hombre influyente como pocos y un “Image Maker” (Hacedor de imagen) talentoso, personalmente encabezó la búsqueda del peruano junto con autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Policía Federal y ONG’s varias. Quería controlarlo todo, que no se le diluyera la oportunidad de consagrarse como el “recuperador del mito Ferrante Kramer”. Luego de una semana de ardua labor, y cuando ya la desesperanza se había apoderado del grupo, Demian apareció ante sus ojos. Con una botella de vino barato en la mano, sucio, dentro de un Valiant 3 destruido, ubicado debajo de la autopista AU1 a la altura de la estación Villa Luro del ferrocarril Sarmiento.

Al ver a la prensa, la policía y al dueño de la Editorial, Ferrante se largó a llorar, no quería que lo vieran así, hecho una piltrafa humana. El hombre, más allá de sus excesos, aún borracho conservaba una pizca de su dignidad de antaño ... Fue entonces cuando sucedió aquella cosa mágica: nadie se animó a ofenderlo con una foto ... Los periodistas se mantuvieron cautos; apagaron cámaras y grabadores. Y las autoridades lo acompañaron gentilmente, palmeándole la espalda como a un amigo.

Al día siguiente lo bañaron, lo asearon y maquillaron. Un corte de pelo de Pino, y un traje de alpaca de Armani, coronaron un trabajo de restauración personal que terminaría, a la semana, en un conocido hotel céntrico de Retiro, lugar donde se llevaría a cabo la conferencia de prensa y presentación del nuevo libro.

“Uno, dos, tres.. probando!”, repitió el presentador de la velada, nada más y nada menos que Hugo Guerrero Martinheitz, compatriota y admirador de Demian.

Ferrante, emocionado, comenzó a presentar su nueva obra, “Trabas del pasado”, haciendo referencia a todos y cada uno de los trágicos episodios de su niñez y adolescencia que detuvieron su marcha hacia el éxito y la fama. Sus palabras conmovían a la audiencia, a punto tal que acompañaban con su emoción cada relato suyo.

Demian estaba por concluir su relato cuando, desde el fondo, un grupo de señoritas comenzó a vociferar cosas obscenas contra él, mostrando su desagrado por el contenido del libro: “Y... para cuándo la verdad, turro?”, se escuchó la voz de un hombre. La escena era rara... Era un grupo de damas, pero con voces particularmente graves.

No pasó mucho tiempo hasta que los presentes se dieron cuenta que se trataba de los “Trabas del pasado” de Demian, omitidos deliberadamente por el peruano en el libro, quienes estaban dispuestos a hacerle pagar caro ese “involuntario” olvido.

“Vas a quedarte callado, farsante?”, repreguntó una de las chicas; “Cuántas páginas del libro te comiste... tantas como a nosotras?”, regañó otra. Demian no aguantó más las ofensas. No soportaba ya más los agravios que crecían en intensidad y número. Saltó del escenario, y comenzó a avanzar hacia el grupo, decidido.

Pero en la medida que se acercaba, inconscientemente detenía su marcha... En la medida que iba reconociendo aquellas caras, su rostro se relajaba. Los recuerdos y el placer volvían a dominarlo... Como en aquellos tiempos. En síntesis, Demian volvía a ser esclavo de su naturaleza promiscua.

“Gloria!.. Sos vos?”, exclamaría Demian al ver a quien fuera su amiga y compañera de travesuras. “Sí, soy yo atorrante”, respondería sonriente aquella chica, como perdonándole lo hecho con solo verle la expresión de sus ojos... Aquella dama traviesa no era otra que la del Hospital Durand, la del “parto del pescado” (Ver entrada: “Dr. Kramer”).

En medio de abucheos y puteadas, y quizás en el marco dela que sería su última oportunidad de redención literaria, Ferrante Kramer dejaría plantada a la concurrencia, y decidiría volver a recordar aquellas trapisondas de sus mejores tiempos.

Sería, como reza el título de esta entrada, un verdadero “Regreso con Gloria”.

06 diciembre, 2006

Scorsesse y La Biblia Peruana

Martín Scorsesse, es sin lugar a dudas uno de los cineastas contemporáneos mas importantes del mundo. Reconocido y admirado por millones de personas (incluidos sus pares), se ha convertido a lo largo de su extensa trayectoria en un referente social con sus filmes que a menudo tratan temas mas que controvertidos (caos urbano, diferencias sociales, violencia familiar, etc.)

Originalmente, Scorsesse planeaba ordenarse como sacerdote, lo que se nota en muchas de sus películas que reflejan una crianza católica. Fue atraído hacia el cine a edad temprana, y admite estar "obsesionado" con las películas. Siendo un niño enfermizo, pasaba mucho tiempo en recuperación en casa, observando lo que ocurría en la calle, desde su ventana. Gran parte de su infancia la pasó en cines, lo cual contribuyó a su determinación en ser cineasta.

Con casi cuarenta años de carrera, y una treintena de películas, estuvo nominado en siete oportunidades a los premios Oscar, pero nunca pudo alzarse con ninguna estatuilla. En los Golden Globe, obtuvo un premio en 2002 por su película “Gangs of New York”, habiendo sido nominado además 5 veces más.

Hasta aquí, esta información es la que puede encontrarse en cientos de miles de páginas web de amantes del cine. La pregunta es… ¿Por qué una referencia a Martin Scorsesse en la Web del poeta de Tumbes?

Esta es la Respuesta.

En 1999, Scorsesse se decidió a festejar 30 años de carrera, produciendo y dirigiendo una película elegida por él, cuyo guión estuviera realizado por algún escritor desconocido. De esta forma podría estar dándole chance a una nueva camada de guionistas y escritores de participar del negocio del cine. Era una manera de agradecerle al género, todo lo que él le había dado en su vida.

Él mismo se encargó de seleccionar la obra. Durante meses leyó y releyó guiones de jóvenes realizadores y no había ninguno que le hiciera el click necesario. Una tarde mientras leía los últimos libros que había recopilado por las distintas escuelas de arte de Estados Unidos le pidió a su mucama María (joven peruana nacida en Tumbes) un mantecado y un whisky. Maria, que acababa de llegar de hacer la compra de alimentos diaria, comenzó a preparar el pedido de su patrón. Sin darse cuenta, el papel en el que venia envuelto el pescado que había comprado (1), se pegó levemente sobre la parate inferior de la bandeja en la que Maria iba a llevarle a Scorsesse el mantecado y el whisky.

Maria una vez terminado el pedido se dirigió a la sala de lectura del cineasta y apoyó sin querer la bandeja sobre una pila de guiones que Scorsesse estaba releyendo. "Cuidado!!!!", le gritó el hombre con furia. La peruana, retiró rápidamente la bandeja mientras pedía disculpas una y otra vez… pero aquella hoja que venia pegada a la bandeja quedó sobre los escritos.

María salió de la habitación y Scorsesse, mantecado mediante en su boca, tomó el escrito que seguía en la lista, “la hoja en la que se estaba envuelto el pescado”. Scorsesse empezó a leer… y se empezó a entusiasmar… Lo había encontrado. El fragmento que había leído (no tenía claro porqué) era el tema que tanto buscaba, le había gustado.

Buscó la referencia y no encontró el nombre del autor. Solo vio que en el borde superior se leía: “La Biblia Peruana – Demian Ferrante Kramer”.

Terrible desconcierto para Scorsesse. No tenia idea de haber leído jamás ese nombre.
Terrible desconcierto para los seguidores de Demian. Por primera vez había aparecido algo impreso relacionado con la obra del Poeta de Tumbes.
Terrible desconcierto para Maríaa. El pescado (que había comprado en la “Pescadería Liberatti”, en la esquina de la 5ta. y Riverdale) se había descongelado, y al no tener papel que lo envolviese, la cocina se había impregnado de un olor nauseabundo que tardaría horas en quitar.

Scorsesse recorrió editoriales, escuelas de arte y nada… Solo encontró en Internet algunas referencias a Ferrante Kramer, y a un grupo social denominado Fundación DFK que estudiaba y promovía la obra de este ignoto escritor peruano.

Durante meses intentó en vano contactar a las autoridades de esa asociación civil. Fue ignorado ampliamente por el entorno familiar de Demian todas las veces que intentó reunirse con ellos. Siempre recibía la misma respuesta: “¿Scorsesse buscando a Demian? Dejate de joder!!!!!”

Pero se encaprichó tanto Scorsesse que estaba dispuesto a hacer la película a todo o nada. Si no lo lograba, abandonaría su carrera. Se iría a meditar al Tibet hasta el fin de sus días.

No obstante, una mañana, y casi como por arte de magia, apareció en la puerta de la casa un sobre papel madera con un juego de fotocopias anillada. Era un ejemplar de la Biblia Peruana.

Scorsesse no lo podía creer… pero no podía emocionarse del todo por el fuerte olor a merluza que emanaba del interior del sobre. Poco importó. Ya tenía el guión. Ahora el casting estaba por delante.

Con un estado de ámino rayano con el delirio, Martin contactó a Robert De Niro. No tenía todavía claro para qué papel, pero Martin quería a “Bob” en su película. Lo mismo hizo con Cameron Díaz y con Jack Nicholson. Los tres no entendían el esfuerzo de Scorsesse por llevar adelante un proyecto que a simple vista era sencillamente inverosímil, pero solo porque era Martin quien se ponía incondicionalmente al frente de esto, estuvieron de acuerdo en seguirlo.

Más difícil fue convencer a la Twenty Century Fox, para que avalara el proyecto. Si bien respetaban a Scorsesse no estaban dispuestos a invertir un monto de aproximadamente U$S 120.000.000 (2) para financiar la película.

En reuniones de pre-producción, nadie entendía a ciencia cierta el contenido de la obra. No se desprendía un hilo conductor, no había introducción, nudo ni desenlace, no había diálogos. No había personajes marcados, nada. En fin, a espaldas de Martin, todos pensaban que el genial cineasta había enloquecido. La Biblia Peruana – como guión cinematográfico- era totalmente inconsistente y soso.

En definitiva, Scorsesse tuvo que producir íntegramente la película. Si bien las primeras tomas de la película se rodaron en los fastuosos hoteles de Las Vegas y Hawai, finalmente y por razones presupuestarias se utilizaron las propiedades de Scorsesse en Hollywood, San Diego y Chicago como sets de filmación.

El afamado director quería máximo nivel de compenetración entre los involucrados y la historia del film. Su mucama, María, fue nombrada Responsable del Catering durante la producción. De esta forma, durante los tres meses que duró la filmación, abundaron el Chaque Arequipeño, el anticucho, el ceviche, el pescado a la chorrillana, la fritanguita, el ajiaco de papa y las caiguas rellenas. Aún hoy, algunos memoriosos recuerdan a Robert De Niro corriendo a las jovencitas detrás del plató con un vaso de chicha morada en sus manos.

Después de 90 días de filmación y de casi la mitad del equipo con serios problemas estomacales, Martin no había logrado ensamblar una sola escena coherente de la película, llevaba gastada una fortuna y cada noche en su cabeza resonaban las palabras de Pete Wholmann, Directivo de la Fox : “Martin… ¿te parece embarcarte en esta locura…?”.

Una mañana se decidió a parar la filmación y presentar el film como una película testimonial. Los actores se sintieron estafados y abandonaron el set en el término de tres horas. Los sonidistas, iluminadores, maquilladores y vestuaristas se rebelaron e incendiaron varias partes de la escenografía. Scorsesse fue internado por una descompensación cardiaca.

Al reintegrarse a sus tareas habituales, habiendo desestimado definitivamente seguir con el proyecto, fue entrevistado por Larry King (famoso columnista de la CNN) y haciendo referencia a su proyecto trunco que lo dejó por un tiempo en la ruina, dijo: “Filmar la Biblia Peruana fue un error”. El gobierno Peruano, en una actitud que aún no se entiende, lo declaró por ese comentario “Persona no grata”. A ciencia cierta, no queda claro si Martin Scorsesse llegó a enterarse de eso. Y si así fue, no demostró que le importara mucho.

Mientras tanto, debajo de los freezers cargados de kani kama y merluza, en el subsuelo de la Pescadería Liberatti (3) en la 5ta y Riverdale, descansa una importante cantidad de fotocopias anilladas con obras del poeta de Tumbes.

(1) Esa noche estaba previsto cenar Salmón rosado con ensalada rusa.
(2) Scorsesse quería hacer la superproducción más grande del cine moderno
(3). Nótese que se trata del mismo apellido del Presidente de la Fundación DFK. En otras entradas se investigará el tema cuando se hable de “Los Kramer y la maffia del pescado”

05 diciembre, 2006

La Guerra Fría (Parte 1)

El término “Guerra Fría” hace referencia a un período de la historia reciente en el que el mundo estuvo indudablemente en peligro. Una época en la que se hablaba de la “bomba atómica” y de la destrucción del planeta en manos de las dos potencias bélicas de aquellos años ’60: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Y si bien nadie quería ser parte de ese conflicto, en los hechos todos lo éramos de alguna forma....

La mayoría conocemos aquellos sucesos. Por haberlos vivido, los más viejos, o por libros o publicaciones, los que crecieron en los años posteriores. Pero hay un dato poco conocido, quizás absolutamente desconocido para muchos, que vincula a un tercer país con aquel acontecimiento: Perú, la tierra natal de Ferrante Kramer.

Algunos dirigentes del partido gobernante en aquel país habían decidido adelantar una posición a favor de uno de los contendientes, los Estados Unidos, en una clara iniciativa de cerrar vínculos en momentos difíciles para capitalizar los beneficios de un eventual triunfo sobre la Unión Soviética por parte de aquellos. Esa intención se materializó en un “documento declarativo de guerra” emitido por la Secretaría de Asuntos Externos del Perú, sin valor alguno, ya que había sido suscrito por un par de diputados trasnochados, Arregui y López, un militar de bajo rango, Saverio Escalada, y un Subsecretario del área, Artemio Linkes.

El documento llegó al Kremlin a través de la Embajada de la URSS en Perú, y causó el efecto esperado: en pleno, el politburó se cagó de risa, y sin entender cómo podía haber gente tan pelotuda, lo desestimó, pero, no obstante, brindándole el tratamiento burocrático de rigor ... A fin de cuentas, el tema concernía a dos naciones – la URSS y Perú – y había que tomar la medidas del caso, aunque se tratara de una huevada.

La Unión decidió enviar a uno de sus espías, personajes muy comunes aún hoy en día, pero que en aquellos años pululaban por doquier. Y ese espía tendría una particularidad que lo haría especial... Era idéntico a Demian Ferrante Kramer.

Entretanto, la noticia de la irresponsable provocación peruana a los rusos había llegado a oídos de los Estados Unidos. Y también el hecho que la Unión había tomado cartas en el asunto enviando al “clon” de Demian, Vladimir Arenko, lo que llamó especialmente la atención de los norteamericanos. Sin embargo, más allá de ver en ello una crisis, los yanquis percibieron que tenían por delante una gran oportunidad.

Miembros del Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos viajaron a Perú para interceptar al espía en un operativo secreto. Arenko fue detenido a minutos de su ingreso al país, sin levantar sospecha alguna. Los rusos no registrarían el hecho, ya que era muy común que un infiltrado no se comunicara con su “base” si ponía en peligro su misión.

Acostumbrados a hacer cualquier desquició fuera de su casa, el grupo comando del norte interrogó a “su manera” al espía ruso, sin obtener de él una sola palabra. Fue en ese momento cuando el líder del operativo vio algo que lo dejó atónito. Sobre la mesa de la habitación del hotel donde se encontraban practicando “boxing” con el soviético, en la contratapa de un libro denominado “La biblia peruana”, se retrataba la foto de un tipo igualito al ruso que le estaban moliendo los huesos.

“Stop punching him!” (Paren de golpearlo!), gritó a sus hombres el americano, quien no podía dejar de mirar el libro y al espía ruso repetidamente .... “Cambio de planes”, agregó en español... Sucedía que se le había ocurrido una idea que podía cambiar el curso de la historia e inclinar la contienda a su favor.

A través del gobierno peruano, y aunque no existe prueba alguna de ello, Ferrante Kramer fue contactado y puesto en autos. Se le explicó que su tarea sería sencilla: “Inmiscuirse tras la Cortina de Hierro y grabar todo lo que escuchara ... Que se le había puesto en sus manos el desenlace de la llamada Guerra Fría y, por ende, el destino de la humanidad toda, amenazada por la guerra nuclear”. Demian, sorprendido por el ofrecimiento entró en otro de sus recurrentes trances mesiánicos... Se proyectó vaya uno a saber dónde, y como preso de un embrujo aceptó entusiasmado sustituir al espía ruso. Preguntado por cuál sería su precio, Ferrante respondió: “No pretendo dinero alguno, lo hago por mi patria, señores!”

En los siguientes días Demian aprendió algunas cosas básicas del idioma: identificar rangos militares, decir “Si”, “No”, “Hola, chau, buen día y buenas noches, agua, sexo y quiero comer”, como para zafar en situaciones embarazosas. Alguien lo reconocería seguramente, y tenía que salir airoso de la situación.

Las autoridades de inteligencia del Perú y los Estados Unidos enseñaron a Ferrante el sitio aproximado donde debía recalar, qué “artefactos” debían darle la pauta de que se encontraba en el lugar correcto, aquel en el que trabajaba Vladimir Arenko... Sucedía que no se tenía certeza absoluta de ello. No obstante, antes que terminaran su discurso Demian los atajó en seco, diciéndoles: “Están hablando con un artista talentoso, inteligente, un hombre que se las ha visto en peores... no con un boludo!... Me las arreglaré para encontrar el lugar!”. La actitud seria y firme de Ferrante terminó por convencerlos, y ratificar la creencia de “Haber encontrado al hombre indicado”.

En breve, la Segunda Parte de este épico pasaje de la vida del más grande escritor latinoamericano de todos los tiempos, Demian Ferrante Kramer.

01 diciembre, 2006

Hoyo 19

La historia negra de Ferrante Kramer no se limitó únicamente a su participación en la política libertaria de los años 60 junto a Luther King y Malcom X, o a su fugaz paso por el jazz de la mano del mítico Duke Ellington.

Hay otro momento del Coloso de reciente data, ubicado a fines de los ’80, y también en tierra americana, que lo vincula a uno de los actores de color más sobresalientes del deporte de los últimos tiempos: Tiger Woods.

Pero no el Tiger triunfador y millonario que todos conocemos hoy, sino el humilde muchacho de 15 años que a duras penas podía sostener la paga de un “caddie latino”, Demian, que trabajaba a su lado por tan solo unas monedas para poder comer. El Tiger primitivo, en ciernes, discriminado por un establishment “elitista y blanco” que, vislumbrando la amenaza encarnizada en la piel oscura de aquel mocoso, lo segregaba y relegaba para que nunca llegara a formar parte de aquel exquisito y privilegiado mundo del golf.

Quizás ese paralelo que existe entre “latinos y negros”, entre esos dos mundos tan diferentes a simple vista pero históricamente unidos por el mismo desprecio social al que se encuentran sometidos, haya sido el detonante que hizo que entre ambos se generara desde un inicio una especie de “simbiosis”, un proceso de empatía irreversible donde el sudaca sentía el sufrimiento del negro, y viceversa.

No eran el “jugador de golf” y el “caddie”... Eran como hermanos de guerra. El compromiso del uno para con el otro era tal que si los talentos hubieran estado invertidos, ninguno de los dos habría dudado en trocar los roles. “Demi”, lo llamaba cariñosamente Tiger al peruano; “Pequeño Tigre”, le devolvía igualmente Demian, quien era el único en denominar con un apelativo latino al que sería la futura estrella del golf mundial.

Pero por más empeño que Tiger pusiera, por más talento que demostrara, no se podía llegar más lejos en aquel mundo dominado por los popes del “Star bussines”. Siempre había un “pero” que obstaculizaba su meta: la edad, las distancias, el presupuesto, el reglamento, y alguna que otra zancadilla técnica o legal que no habría nunca de faltar si la ocasión pintaba fea para los “muchacos de siempre”.

“No se puede llegar”, diría resignado Tiger... “Al menos que se juegue con sus propias reglas”, agregaría amenazante Ferrante, en un intento por revertir el desánimo del próximo campeón.

“Para ganarles en su terreno...”, añadiría el peruano, “Hay que darles a probar de su propia medicina blanca”... “Todo vale, Tigre.... Hay que hacer lo que sea necesario para ganar.... Y pegar el gran salto de una vez!”. Cualquiera que hubiera en aquel momento al Maestro, iracundo y desbordado, habría muerto de un susto.

Pero no era fácil para Tiger digerir eso, era muy chico para entender a un “especialista en desgracias y mala fortuna” como Ferrante. Sin embargo, había decido entregarse en sus manos, confiado en que el Coloso tumbesino sería su pase a la gloria.

Y llegaría el día del tan ansiado torneo de Loussiana, el que podía marcar el ingreso de Tiger Woods a las “Ligas Mayores” del golf... Allí donde pertenecían los Nick Faldo, los Ballesteros, los Greg Norman y tantos otros a los que veía por televisión.

El encuentro comenzó, y uno a uno los hoyos – 18 en el golf – se fueron completando. Todos los participantes comenzaron bastante parejos, pero a la altura del hoyo 17, sólo 2 podían disputarse el triunfo: Tiger, y un tal Ted Duncan, buen jugador y unos años mayor que él, pero para quien el “golf” era solamente un divertimento para matar el tiempo y el aburrimiento.

Duncan era un nene de papá, un mantenido, y eso sulfuraba a Ferrante quien entendía que ése tipo no debía ganar, y menos ganarle a su amigo, el Tigre.

Fue cuando a Demian se le ocurrió jugarse entero, y hacer otro de los tantos actos solidarios que caracterizaron su vida. Se desprendió disimuladamente del pelotón, y corrió hacia el hoyo 18, distante unos 400 metros de donde estaban, tras una loma y un pequeño lago artificial. Le tocaba golpear a Duncan.

El impacto fue tremendo. De haber habido antecedentes, seguramente muchos habrían sugerido la posibilidad de un “hoyo en uno”. La concurrencia siguió con la vista la pelota y corrió hacia el “18” para verificar dónde había caído. Se hacían apuestas en el camino... Que “la pelota entró”, que quedó a menos de un metro del hoyo”, sostenían la mayoría, aunque también había, los menos, que apostaban por “la arena o el agua”.

Al llegar a la zona, todos los presentes no entendían nada. La pelota no aparecía por ningún lugar, no estaba en el bunker, ni el el green.... A lo sumo, había caído al agua. Verificaron si estaba en el hoyo, y tampoco. Era un misterio.

Cosa que no es habitual en los torneos, se revisó uno por uno a los participantes – para verificar que no se trataba de un bromista - y se rastreó por casi una hora el lugar, pero nada.

En eso, Demian reapareció, bastante agitado y desencajado, la larga carrera lo había hecho añicos. Tiger llegó a preocuparse, porque parecía que le faltaba el aire... Un color azulado invadía su rostro y no respondía a las consultas que le hacía Tiger, por lo que dejó de preguntarle y jugar su último tiro sin el consejo del peruano.

Tiger terminó el partido con un golpe menos que Duncan y se llevó el torneo. Duncan perdió toda posibilidad cuando el jurado, hostigado por un público mayoritariamente negro que comenzaba a desconfiar de su imparcialidad, finalmente y de mala gana tuvo que fallar en su contra interpretando que su pelota se encontraba en el fondo del lago.

Demian levantó la mano en señal de triunfo, le sonrió a Tiger, le guiñó un ojo, y se retiró rápidamente. Ni siquiera estuvo para los festejos. Esa fue la última vez que Tiger Woods vio a Ferrante Kramer. Lo buscó por años y llegó a pensar que estaba muerto; aún recuerda su pérdida en reunión de amigos e íntimos.

A la semana de finalizado aquel torneo, un diario amarillista de Tijuana, México, publicaría una noticia graciosa para algunos, pero dramática para quien fuera su protagonista: “Hoyo 19: Hombre caga una pelota de golf y sufre desgarro anal”.

Jamás nadie llegó a asociar los dos acontecimientos. Demian se encargó perfectamente de que así fuera, yendo a parir su desgracia a otras tierras.

Tiger Woods es aún hoy el mejor jugador de golf de todos los tiempos, y disfruta de una vida de placeres y lujos desde aquel día. Y gracias al gran corazón del “Maestro”, nunca sabrá que aquel triunfo suyo ante Duncan en Loussiana no fue limpio, ni mucho menos. Jamás sabrá que fue tan sucio y sangriento como el tránsito de aquella inocente pelotita blanca por los intentinos del más grande escritor de la historia latinoamericana: Demian Ferrante Kramer.