Demian tendría una labor pequeña, por ser
su debut, pero bien remunerada: $ 1.000 dólares, cifra que le permitiría irse a
Norteamérica y dejar atrás a su hermano y las discusiones por el poder en el
seno de la familia.
Y aunque también sería la última, se
debatía entre “aceptarla o rechazarla”, ya que sus manos, a partir de ese día
en que cruzara la línea, estarían manchadas de sangre.
Sabía del riesgo que corría. Sabía que no
podría ver a nadie más frente a frente sin sentir vergüenza. Y quizás haya sido
por eso que tomó la resolución que tomó.
A la mañana siguiente del robo, Demian se
anotició por los diarios... Toda la banda, 9 (2) en total los que participaron
del robo, habían sido abatidos. Un llamado anónimo había puesto en alerta a la
policía, y ésta les había tendido una trampa mortal.
Demian, finalmente, había decidido no
participar del hecho. Intuición, arrepentimiento, sentido común?....
No…
A los pocos días del hecho, el peruano
recibió una carta en su hogar. Era la primera vez que le escribían... El
remitente llamó la atención de la madre, Felisa, quien le entregó el sobre y le
preguntó: “¿Dime, hijo, en qué andas?”.
El peruano no respondió. Simplemente
cumplió lo que la carta le ordenaba y se dirigió al Ministerio del Interior a
retirar algo... Era un premio: La
Beca “Pájaro Campana” al “Buen Comportamiento Ciudadano”.
Casi U$S 2.000 cash. Y todo por avisar a la policía del robo que finalmente se
frustró gracias a su ayuda.
Demian partió a U.S.A. bajo un nombre falso
al poco tiempo. Y su padre, Doroteo, jamás fue detenido nuevamente por la
policía durante su trabajo nocturno (3).
Ah!... Y un dato más no menor: el día que
Demian partió al extranjero, aquellos zapatos de tacos altos desaparecieron
misteriosamente.
Fin
(1). La nota fue
así titulada, ya que de haber muerto Demian en el enfrentamiento policial, el
mundo no lo estaría padeciendo como escritor hasta el día de hoy.
(2). El cuerpo de
Edmundo Carlés, jamás pudo ser identificado en forma positiva entre los 9
abatidos. Algunos historiadores suponen que sobrevivió al asalto del camión
blindado, y que sería el verdadero “cerebro” detrás del complot en contra del
peruano Dorado… ¿Será cierto?
(3). Dicen que
dentro del trato con las autoridades del Ministerio, Demian exigió que la
policía dejara trabajar tranquilo a su padre por las noches… “Con un aportante
menos en la familia…” -decía Demian pensando en su partida hacia los EE.UU- “…
va a tener que romperse mucho más el culo para mantener a mis hermanos”
FIN