31 agosto, 2006

El visionario

Hace apenas unos días, entablamos contacto con altos directivos de la Fundación DFK, quienes nos sugirieron no seguir adelante con nuestra obra, sin antes dar a conocer un dato clave en la vida de Ferrante Kramer: su lugar de nacimiento.... Sí, todos sabemos que fue en Tumbes, Perú, un 5 de octubre de 1933. Pero la Fundación se refría al preciso lugar donde Felisa, su madre, lo dio a luz.

Como las sugerencias de la Fundación son como mandatos para nosotros, cumplimos en informarles que Demian no nació en un hospital, ni en un sanatorio ni en su casa, como todos podríamos llegar a imaginar. Fue parido en una plaza, un día lluvioso y gris. Una plaza muy peculiar, de cuyos “sortilegios” hablaremos más adelante.

Se preguntarán qué tiene que ver esto con la nota de hoy?... quizás mucho, quizás nada, ... veremos. Ahora, vayamos al tema que nos ocupa .... apenas una corta historia.

A principios de los ’80, Ferrante no mostraba aún signos de la debacle moral a la que ingresaría su vida pocos años después. Todavía estaba entero, íntegro. A punto de retirarse el último presidente de facto, Bignone, en Argentina ya se podía respirar el despertar de las masas. El advenimiento de la democracia traía nuevos aires, y con ella el renacer de las artes: la música, las letras, el cine y el teatro.

De todas ellas, la que más había tomado vuelo era la música, y Demian sabía que ahí había lugar para él, para lo suyo.

Por esa razón, solía frecuentar un barsucho ubicado en Sarmiento y Rodríguez Peña, donde paraban la mayoría de los músicos “under”, los que recién comenzaban. Su estrategia era “entablar contacto”, y qué mejor lugar que ése para hacerlo!, se decía.

Y lo hacía de manera simple, acercándose a la mesas con su pesado laúd, el mismo que le había regalado su padre en Tumbes (1), quien no pudo acompañarlo en su travesía por el mundo cuando Demian dejó su tierra natal.

Piadosa, la joven concurrencia del lugar le permitía cantar y “tirar sus ideas”, como Ferrante decía. Para saber de ellas, este cronista reporteó al dueño del bar, Darío Fabián Kempes (pariente lejano del goleador del Mundial 78), quien presenció las anécdotas.

Kempes cuenta que “ .... Una vez lo invitaron a Demian picar unos manices y palitos a una de las mesas con tal que dejara de tocar esa porquería... sonaba como la merda!. Eran 3 muchachos de unos 20 años, jodones, como todos a esa edad. En un momento comienzan a tirarse migas de pan, palitos y aceitunas entre ellos... era habitual que boludearan así, más cuando se tiene unas copas de más. Fue ahí cuando Ferrante entró en la joda.... tomó los 2 sifones que había sobre la mesa y comenzó a mojarlos a todos al grito de “Soda, soda... soda estereo!!”. Uno de los presentes era nada más y nada menos que Gustavo Cerati, que a raíz de esa anécdota bautizó así a su grupo... ¿qué me contás nene??.”

Kempes me sigue asombrando con una de no creer: “Ah!!... tengo otra: a sus más allegados, los de confianza, Demian tenía la contumbre de darles pequeños golpecitos en la panza.... alternando sus manos, como la Mona Giménez, pero más rapidito. Lo hacía de puro cariñoso que era, nomás; y decía al ritmo que los daba: ZAS!, ZAS!... Recuerdo que al que lo tenía de punto con ese yeite era al tano Miguel ... sabés quien era: Mateos!!!. ¿Qué me contás nene??”

Y me revienta la cabeza con otra.... mortal!!: “Escuchá ésta que es para coleccionistas. Faltaba una pierna para el truco porque les había fallado el patilludo ése, y lo invitaron a jugar a Ferrante. Como había morfi en la mesa y siempre andaba cagado de hambre, se prendió como huérfano a una chota (2). En una de esas el loco de Ferrante grita FLOR, pero un pelado del otro equipo le responde, “CONTRA FLOR AL RESTO”. Demian la pensó un poco y sonriendo en joda dice: “CONTRA FLOR, A LO SUMO”. Todos se rieron de la broma, menos uno que se quedó pensando. Era el pelado al que saludó con un “Chau Luca”, cuando se retiró pasada la medianoche... ésa no la entendí, pero igual tengo una foto...mirá!!, éste era el pelado”, y agrega “¿qué me contás nene??”.

El viejo Kempes no entendió esta última, porque no reconoció al pelado de la foto. Era Luca Prodan, otro que también sacó provecho del “don mágico” de Ferrante.

Como ven, tres sencillas anécdotas, bien cortitas, pero que lo dejan bien parado. Tal como era él: un seco, bonachón, medio garronero, sin visión de futuro, pero con brillantes ideas.

Ideas que nunca aprovechó para sí, pero que significaron mucho para los demás y para la historia grande de la cultura, aunque de él no se hable nada. Por eso existe este Blog, para recordar lo importante que fue esa vida suya “signada por la yeta permanente”. ¿Una frase final para concluir esta historia? .... se me ocurre: “Demian Ferrante Kramer.... un gran hombre meado por los perros (3)!”.

Ah!... me olvidaba!. Les dije que había nacido en una plaza, no?.... con muchos sortilegios. Efectivamente, estaba llena de “sortilegios”, de todos las formas, colores y gustos. Casualidad o fatalidad del destino, la cuestión es que Felisa lo parió en el canil. Y no fue en un día lluvioso, lo que pasa es que la arenita siempre estaba muy húmeda allí.

(1). Años después, en un allanamiento casual en la pensión de Constitución donde vivía, descubrieron vieja droga en el interior de su pesado laúd. Su padre había intentado usarlo como mula, pero se acobardó a último momento y no viajó con él.
(2). Kempes hace una extraña asociación entre los huérfanos y los trolos que no comparto, pero exigió que pongamos “chota” en lugar de “teta”.
(3). De todo tamaño

PD: Nunca voy a poder olvidar las últimas palabras de Don Kempes antes de retirarme del lugar: “¿Qué me contás nene?”

30 agosto, 2006

Ferrante, y una historia perdida de su juventud

Iba a titular esta entrada como “Ferrante, y una historia de su juventud perdida”, pero recordé de pronto lo que me había jurado cuando les acerqué aquel triste episodio con el gordo De Renzis, recuerdan .... Les prometí “ ... no volver a tocar nunca más el ominoso pasado del maestro”. Aquella iba a ser la última de una serie de desafortunadas notas sobre su persona.

Sucede que me es mucho más fácil recordar pasajes de Ferrante ligados al desastre, anécdotas ruinosas y caóticas, porque como se suele decir, “la noticia que la gente lee, la que queda en la memoria..... es la mala noticia”.

Sin embargo, también hay algunas pocas y pequeñas anécdotas que ligan a Demian con la virtud y el arrojo. Son las que se remontan a sus briosos años jóvenes. Me propuse entonces cambiar el título de esta reseña enrocando hábilmente las palabras “perdida” y “juventud”, para darle el tono adecuado a lo que se viene.

Esta conmovedora historia de hoy, pinta a Ferrante tal cual fue por aquella época: arremetedor y transgresor. Un ínfimo pero delicioso fragmento de su vida que muestra “.... el talento del escritor en ciernes”, como alguna vez dijera de él, Guido Gorgatti, su entrañable compañero de trapisondas nocturnas, devenido hoy en uno de sus más caros biógrafos.

Una partícula de su existencia, que se sitúa hacia fines de los ’50 o principios de los ’60, fruto de alguna de sus escapadas desde los EE. UU. a la Argentina, “... mi segunda patria”, como solía decir el peruano.

Demian había conseguido “conchabo”, así acostumbraba definir él al trabajo. Decía bromeando que le gustaba más pronunciar esa palabra porque “.... sabe mejor y se me hace agua la boca” (1).

Se trataba de un buen empleo en la Editorial Códex (2), aunque con poco futuro: era asistente junior del Sector de Utilería, vale decir, el encargado de ensobrar compases, sacapuntas y papel secante que se entregaban junto con las enciclopedias “Papá lo sabe todo”, muy famosas por ese entonces. Un trabajo rutinario pero fácil, que dejaba libre la cabecita del espléndido escritor para cosas mayores.

Ante todo... y como presiento que estoy creándoles a los lectores demasiada expectativa con este relato, quiero hacer una pausa para aclararles y afirmarles que lo que sigue no es nada rimbombante. Por el contrario, es tan sólo otra anécdota característica del maestro. Continúo.....

Ferrante, acomodaticio y seductor como siempre, no desperdiciaba ocasión que lo llevara a rozarse con el entorno gerencial de la editorial, por más humillante que fuera. Era común verlo munido de pomada negra y marrón para zapatos, hilo dental, pasta dentífrica, peines, pañuelos, rimel, aspirinas, curitas o gotas óticas, con tal de tener siempre a mano aquello que podía necesitar el dueño, su esposa o el gerente tal o cual .... parecía un vendedor ambulante (3). Pero su objetivo no era poner una zapatería ni la practicar la medicina, estaba claro. Su propósito era otro: “llegar a las altas esferas con su material literario” – muy pobre por cierto en esos tiempos (4) – una serie de “aforismos y máximas”, que años después volcaría como sofisticados consejos en La Biblia Peruana.

Los altos mandos de la empresa – decididamente familiar – ya le habían tomado el pulso a Ferrante. Si bien su personalidad era en el fondo débil y vulnerable, su empeño por sobresalir lo hacía parecer peligroso, y nadie le brindaba el espacio que anhelaba, ni mucho menos.

Sin embargo, se las arregló para imprimir pequeños libritos llamados “Consejos, máximas y aforismos” que él mismo vendía en la boca del Subte B de Federico Lacroze los sábados y domingos. Un compañero con el que había hecho migas y que a la sazón manejaba la impresora de la Editorial, le proveía por izquierda el tan preciado material en retribución a la solidaridad demostrada por Ferrante en ocasión de sus frecuentes desmayos. Demian jamás olvidaría a Mich, a quien volvería a ayudar años más tarde.

Pero aquellos libros le habrían de cobrar más de una mala jugada en plena calle Corrientes. Para promocionar el material, Ferrante charlaba sobre el contenido de su obra con la gente y daba ejemplos. Una tarde, me tocó presenciar uno de ellos. Un interesado le preguntó que le hiciera conocer uno de los consejos de su libro, a modo de prueba. Demian, muy circunspecto y ceremonioso le contestó: “No está bien comer tamales”.... y a la pregunta “Por qué?”, el maestro respondió: “Porque tamal”, y sonrío como gastándolo.

Recuerdo que le bajaron 3 dientes de una trompada (5), mientras el ex potencial comprador le gritaba “Sos un nabo, un dolobu del carajo!!”, no sin antes despedirse con un “Tamal que te patee los huevos??.. Tamal imbécil?”, obviamente acompañado de los respectivos golpes ahí.

Sin embargo, Demian no se rindió aquella vez ni nunca. Su férrea voluntad asombraba. Por caso, en otra ocasión, visitó la Editorial un gran escritor, Julio Cortázar. Se estaba por publicar un libro relacionado con reportajes a Pío Baroja, filosofando sobre “La Ignorancia”. Recuerdo que Demian lo estaba leyendo tan concentrado que no se percató de la presencia del escritor belga (ver foto), a punto tal de no llamar su atención mientras se le acercaba subrepticiamente por detrás. Estimo que Don Julio habrá pensado: “....un hombre tan joven..... tan interesado por la filosofía!”.

Demian se sobresaltó cuando vio a Cortázar, pero estoy seguro que no lo reconoció. Si no salía en tapas de revistas que pudiera hojear de garrón en algún quisco, para él no existía nada.

¡Era una oportunidad de oro para Ferrante ... de la hooostia!!!. Era como si Michael Schumacher te sentara hoy en su Ferrari y te diera las llaves, pero ....

Fue en ese momento cuando lo vi a Don Julio, tomándolo paternalmente por los hombros a Demian, e inquirirle con su profunda y cálida voz: “Dime muchacho... para ti, QUÉ ES LA IGNORANCIA?”. Ferrante, pensando que se trataba de algún fastidioso vendedor de corbatas, le contesto “MIRE, NO SÉ, NI ME INTERESA!!”, a lo que Cortázar respondió persignándose delante de él, y pronunciando algunas palabras en latín que creo haber leído alguna vez en el ritual cristiano de exorcismo.

Aquel fue el último día de trabajo de Ferrante en la Editorial Códex.
Mich, por algún tiempo siguió entregándole algunos ejemplares de “Consejos, máximas ...” a Ferrante para que los hiciera plata en el subte; eso también se cortó el día que descubrieron el fraude y lo despidieron.

Algunos, los que lo aprecian, cuentan que Demian volvió a los EE. UU. y continuó fracasando allí; otros, sus más ácidos detractores, afirman que siguió cuesta abajo: “... le gustaba tanto la boca del subte, que a lo mejor le pegó un chupón, luego se enamoró y la invitó a dar una vuelta”, se mofan, fantaseando que terminó manejando un subte (6).

(1). Ya en esa época se perfilaba el Ferrante que se vendría en tan solo algunos años.
(2). Códex era todo un referente literario por aquel entonces. Poco después de la partida de Ferrante, la editorial comenzó a registrar una inexplicable seguidilla de tragedias económicas que llegaron a ser conocidas por el nombre de “Síndrome Códex”. Quebró pocos años más tarde.
(3). Sus problemas de columna en la vejez, se atribuyen al exceso de peso que cargó por esos años
(4). Algunos detractores sostienen que la frase correcta habría sido “muy pobre”, solamente.
(5). Uno lo guardé como recuerdo. Hace poco intenté subastarlo por Internet con base de $ 5, pero no tuve ofertas.
(6). Al menos, ahora sus detractores bajaron el volumen de la infamia. Anteriormente, decían que “Ferrante se había dedicado a la escritura, porque de adolescente siempre estaba con la boca llena”

29 agosto, 2006

Ferrante y el psicoanálisis. La influencia de Bucay


Demian hurgueteaba en su vida todos los días, tratando de entender porque el era un personaje distinto (ver entrada "El Elegido"). Esas dudas lo acompañaban todas las mañanas, durante el día y estimamos que también al anochecer (esto no podemos validarlo porque como se vio, una determinada parte de la vida de Demian fue oscura, por lo cual no tenemos certeza de que en determinado momento de su historia, Ferrante podría discernir entre el día y la noche).
Tropezar...tropiezan todos. y Demian no podía ser la excepción. Hasta Aquiles para salvar a su amada, en cuclillas, recibió el flechazo que terminó con el mito de su invencibilidad. Demian Ferrante Kramer, señores, fue como ese flechazo, que destruyó -tal vez sin quererlo- otro mito moderno.
Corrian los años del jolgorio Menemista (puede encontrarse en entradas anteriores, la relación de DFK con la fauna política argentina), y con mucho éxito, Jorge Bucay (Médico psiquiatra y psicoterapeuta gestáltico), bebía deía las mieles del éxito -con más de una veintena de libros publicados y el apoyo de distintos personajes mediáticos- en su momento de gloria.
Demian, como nos tuvo acostumbrados durante toda su vida, puchereaba y buscaba algo para hacer, mientras ojeaba una revista Mecánica Popular en un puesto de Av. Belgrano al 600, despatarrado sobre la vereda.
Jorge Bucay salió de una mueblería hacia un taxi que lo aguardaba en la calle, y tropezó con la pierna de Demian, cayendo boluptuosamente sobre él. Diagnóstico: fractura de clavícula.
Bucay se sintió más que culpable y trataba de atender a Demian mientras este gritaba presa del dolor y la desesperación "Al Durand no! por favor". Bucay intentó usar su experiencia gestáltica para calmarlo y recién lo logró cuando lo invitó a comer un choripán en un carrito de la costanera.
Allí nació una amistad que puso a Demian dentro del círculo íntimo del famoso psicólogo, a cargo de distintas tareas menores. En la foto que ilustra esta entrada, vemos a Demian junto a Bucay, Nacha Guevara y al sobrino del entrañable Osvaldo Pacheco, en un viaje en tren al Chaco, en enero de 1990.
Una tarde de setiembre de 1998, y ante el gran flujo de trabajo que tenía Bucay, reunió a sus colaboradores en su quinta de Del Viso -donde Demian usualmente desarrollaba tareas de jardinería, pero ese día estaba utilizando sus dotes conocidas de parrillero, haciendo unas achuras para amenizar la reunión- y les explicó su idea. Todos contribuirían con textos propios en la nueva obra de Bucay a cambio de una retribución económica, ya que el Doctor estaba considerablemente tapado de trabajo.
Mientras Demian servía mollejas, intentó pasar el aviso -frente a la risotada general- acerca de su experiencia literaria (el tenía escritos más libros que todos los asistentes a ese almuerzo!!!!). Bucay, tal vez por lástima o por afecto, le tiró un par de temas guía y le dijo: "Demian...armate algo que si es bueno lo subimos al libro..." Todavía hoy son comentadas las caras del entorno, menospreciando el gesto samaritano del Doctor Bucay.
Demian se dedicó durante semanas, e increiblemente, él, que escribió libros hasta en un banco de aeropuerto, no podía sacar nada en limpio... pero no quería defraudar la confianza que uno de los psicólogos mas afamados y conocidos del mundo habia depositado en él.
Hurgueteó todo un fin de semana en la librería Fausto de Santa Fe, vivió semanas en la bibilioteca del Congreso y finalmente despues de más de un mes, logró consolidar un texto de casi 20 páginas para entregar a Bucay.
Ese trabajo fue un éxito y formó parte junto con otros trabajos del libro Shimitri de Jorge Bucay. El libro fue un récord de ventas, ahora sí la fama golpeaba a la puerta de Demian. Bucay lo consideraba, lo habia convertido en su asesor. Demian sabia que ahora si iba a vivir de la literatura. Todo era un sueño...
Pero despertó de golpe. Una mañana leyendo Clarín casi entra en convulsiones: la escritora española Mónica Cavallé, declaraba desde Lisboa, que Jorge Bucay habia plagiado su obra.
Monica Cavallé... el nombre le resultaba familiar..
"No hay un libro copiado, hay sólo citas que no han sido correctamente acreditadas", insistió con fastidio el autor, que negó haber reconocido el plagio, tal como informó el lunes el diario El País, en un artículo titulado "Bucay reconoce haber copiado en Shimriti una sesentena de páginas de un libro ajeno".
Bucay —que en vano pidió una rectificación al diario español— dijo (por consejo de Demian) tener sólo una verdad: "No soy ni un filósofo ni un pensador, soy alguien que aprende y transmite, no tengo nada que ocultar pero no voy a aceptar que alguien me haga decir lo que no dije." Las excusas ya sonaban insostenibles...
En el artículo, el diario cita párrafos del libro de Bucay en los que se advierte la similitud que guardan con los pasajes de Cavallé en La sabiduría recobrada. Frente a esto, el autor se defendió diciendo que él era "sólo un repetidor de cosas". También resaltó, en su defensa, que en muchas oportunidades la gente se confunde y cree que los cuentos que él narra en sus libros son de su autoría, pese a que él ha reiterado en entrevistas que la mayoría de ellos son milenarios y no salen de su imaginación. "Lo mismo ocurre en este libro: yo sólo recreo imágenes; las ideas se configuran en base al pensamiento de Lao Tsé, Osho y Cavallé".
"Lamentablemente he aprendido la dolorosa frase que dice: habla mal que algo queda. Hay gente que se pone contenta de que se hable mal de mí porque están esperando que yo caiga para poder ocupar el espacio que yo tengo".
¿Había sido una jugada de Demian? ¡Había sido Ferrante un estúpido que arruinó la carrera de alguien que por primera vez confió en él? ¿O fue una movida maquiavélica para ocupar su lugar?
El hecho es que de un día para el otro Demian desapareció del entorno de Bucay. Dicen que se llevó un par de toallas de la casa del Doctor, y sus amigos aún lo buscan para ajusticiarlo.
La figura de Bucay entró en crisis. Ya no le creen ni sus hijos.

28 agosto, 2006

Cuesta abajo y el infierno tan temido

La entrada de hoy pretende ser la última de un grupo de historias negras, desagradables, escabrosas, sobre la vida del maestro. La última que dé cuenta de sus trapisondas, allá por los años ’80 y ’90, en ocasión de su más profunda crisis moral

Hablar del “Ferrante controversial” no es tarea grata. Por el contrario, se torna más difícil aún, porque debemos superar nuestra idolatría por la figura del coloso, y continuar hacia adelante en busca de la verdad.

Por ello, en este Blog que defiende la obra de Ferrrante como ningún otro, también encontrarán ustedes historias como ésta, rayanas con la vergüenza, el mal gusto y la declinación más abominable, pero absolutamente veraces.

Un corto repaso por la vida de Demian de aquellos tiempos no nos lleva a otra conclusión que ésta: Ferrante estaba casi en las puertas del infierno. Algunos amigotes de la época, entrevistados por periodistas de este sitio en la cárcel del Villa Devoto, se aminaron a contarnos algunas anécdotas de Ferrante de esos años. Vivencias vinculadas a la bailanta, al alcohol, la pasta, las mujeres, los traviesos, los juguetes raros o al Libro Guiness de los Records, que lo tiene como el “hombre que más ingresos registra a la sala de guardia de un hospital con obstrucción de vientre por ingesta contra natura de un objeto no identificado”.

La historia de hoy se inicia en un tiempo en que la televisión abierta le había dado vuelta la cara (1) a Ferrante, una época en que la prensa grande no lo registraba siquiera vestido como Pepino el 9 a la salida de una “festichola” con tremendas trolas al lado, un período en que apenas resonaban los ecos de su trascendental Biblia Peruana en Lituania y Madagascar.... un punto que nos muestra a Ferrante desesperado, apelando a cualquier artimaña para robar un pedacito de ese tesoro esquivo: el éxito.

Estaba tan abajo, que todo le daba lo mismo. Sin embargo, Dios aprieta pero no ahorca: el destino nuevamente le tenía reservada una carta.

Fue cuando vio un programa de TV por cable de Miguel Angel de Renzis, un periodista político polémico, al que todos los que llamaban por teléfono, puteaban al aire. Un programa naif, pero que tenía bastante raiting porque la gente quería escuchar cómo lo verdugueaban.

Ferrante consideró que era su oportunidad. Quién mejor calificado que él para desafiarlo inteligentemente, y, con altura, demostrar al público – su público - que cuando se está enfrente de un “libre pensador” en serio, no hacen falta las malas palabras ni los insultos.

Imbuido de una fortaleza pocas veces vista en él, pero igualmente estimulado con un par de pastillas que le había convidado un amigo, llamó a De Renzis por teléfono en medio de una discusión al aire sobre “Políticas para el Mercosur”, un tema que dominaba al dedilllo.

Lamentablemente, el proveedor amigo había sido Oggi Junco, quien no reparó en el efecto demoledor que tendrían esos dos torpedos en la avejentada humanidad del peruano. Ferrante, totalmente volado e invadido a la vez por un miedo irracional, muy parecido al que lo atormentaba en su difícil niñez, apenas podía pronunciar palabra, tartamudeaba, y volvía a gangosear como a los 10 años de edad.

"¿Quién habla, quién está al aireee??", preguntaba De Renzis, mientras la audiencia esperaba la clásica.... “Andá a la conch... de tu madre, gordo forro!!!”

Del otro lado... silencio.... silencio, mientras el periodista inquiría nuevamente con su pregunta.

Al aire, una voz entrecortada y tímida se comenzó a escuchar: “Hola, de Guensis.... soy Fgante Kgame”.

“¿Cómo?”... repetía el gordo, no sin comenzar a esbozar una sonrisita pícara que, por primera vez, anunciaba que la tortilla se le había dado vuelta.

“Fegante Kgame... ñor deguensis” ....

“Fegante queee?... No te escucho!!!”, volvió a la carga de Renzis, canchereando y guiñando un ojo a la cámara, como el que va a patear con el arco regalado.

“Fegrrrante Kggame”....”..no mee cuchas? ... Fegante Kggggameee!!!”. , se escuchó gritar casi histérico a Demian.

El gordo de Renzis la tenía servida, y no se pudo contener. La clásica frase de Tito Cigala, el amigo de la infancia de Demian, le salió de la boca. Una frase que le reventó la cabeza a Ferrante, como si se tratara de un fantasma del pasado que venía a cobrarse de nuevo una broma macabra:

“VENÍ AL ESTUDIO Y MAMAMEEE!!!, “VENÍ AL ESTUDIO Y SUCCIONAAME!!”, gritaba desenfrenado De Renzis, entrando en una especie de trance que evidenciaba su deseo de alcanzar aquel clímax. La gente lo sacó del set, estaba en una especie de shock convulsivo, sonriendo y babeando de felicidad.

En el estudio, todos estallaron en una carcajada interminable que hizo recordar a Demian a su infausta familia (2). Ferrante se encontraba en medio de una pesadilla de la que no podía escapar, y se dejó vencer.

A la mañana, amaneció en una granja del Gran Buenos Aires, atendido por varias enfermeras, a una de las cuales conoció de inmediato. Había sido en aquella bailanta de Once, alguna de las tantas noches locas que supo disfrutar.

Era la hija de Lía, una amiga. La única que se había interesado por su vida, por su obra, y a la que le había dedicado un poema que aún conservaba dentro de un camafeo que descansaba entre sus voluminosos pechos.

Se cuenta que aquella tarde, Demian, en los inicios de una vuelta al ruedo literario como jamás nadie imaginó, comenzó a esbozar los primeros trazos de su nuevo libro “Rescate Emocional” (3)

(1). Samid, el Enano Nelson, Tony Kamo y Saibaba entablaron una demanda conjunta contra Ferrante y los canales de TV.
(2). El programa de De Renzis se pasaba en Tumbes. La madre y hermanos de Demian lo estaban viendo, e ingresaron en tandem a la conversación, compartiendo risas con televidentes y asistentes del canal.
(3). Los Rolling Stones demandaron a Ferrante por el uso indebido de la marca registrada del grupo “Rescate emocional”, y cobraron un millonario juicio. El libro de Ferrante había sido un rotundo éxito económico, por vez primera.

27 agosto, 2006

Oportunismo, dinero y lujuria

Los ídolos, los próceres, los héroes y todos los mortales que alguna vez conquistaron la gloria, han tenido un tratamiento exageradamente benévolo por parte de la historia. Han sido los mimados, los perfectos. Los que nunca mentían, ni decían palabrotas, ni iban al baño... por el contrario, siempre estaban prestos a poner el pecho en defensa de nobles principios o a ayudar a cruzar la calle a una viejita.

Sin embargo, la propia historia nos muestra que eso ha sido, es y será siempre totalmente falso!!.... Todos ellos fueron mortales, al igual que nosotros. Todos pecadores y virtuosos, como usted o como yo. Y por extensión, amigos, también como Demian Ferrante Kramer.

Y que este Blog haya sido piadoso y hasta condescendiente con el maestro Kramer, contando primeramente las historias suyas que lo muestran probo (0) y ejemplar, no significa que haya cargado las tintas en su favor o renunciado de manera alguna a sacar a la luz su mitad siniestra, que la tuvo.

En esta entrada, y tal como lo hemos venido haciendo últimamente, tocaremos una etapa de su vida situada entre mediados de los ’80 y principios de los ’90, que agravia y avergüenza tanto a la figura del escritor, como a la integridad de quienes, como nosotros, hemos pasado gran parte de la propia existencia urdiendo cuanta defensa estuvo a nuestro alcance.

Nos referimos a la época de su “vuelta a las adicciones”. La que se inicia aquella noche en la bailanta de Once, con Pocho, cuando “muy maquillado” manoteó lo que tuvo a mano y terminó en un hospital con parte del cuerpo destruido (Ver: “La caída”).

Demian, por aquellos tiempos, era un bólido fuera de control, un flor de bólido. Sólo le importaban 3 cosas: chupar lo que tuviera a tiro, darle placer a su cuerpo, y tener un mango en el bolsillo. Se propuso seguir a muerte esos 3 objetivos.

Quería sepultar y dejar atrás para siempre los días de miseria; se lo escuchaba decir:” ... prefiero morir rico y hecho pelota, que pobre y sanito”. Era un “latin looser” jugado hasta las últimas. Su moral la había tirado a los chanchos.

Lejos estaba el Ferrante solidario que ayudara (1) a Jim Morrison en los ‘ 70. Más lejos aún, el Ferrante que cargaba en brazos a los pequeños desvalidos, en Tumbes (2).

Para “...hacer plata!!!”, como solía gritar beodo, no tuvo reparos ni límites. Por unos pocos pesos fue panelista la noche del affaire Samid – Mauro Viale, y uno de los que - se comenta - sumó certeros golpes por la espalda a ambos. Había ido a presentar otro de sus libros oportunistas titulado “La carne no engorda”, chabacano y vulgar libelo que aparentando seriedad en sus primeras páginas – parecía ser un conjunto de recomendaciones dietarias – avanzaba con pornografía explícita en la que se tocaba el tema de la carne, especialmente un uso diferente de las achuras y embutidos.

También, por monedas, aceptó ser invitado (3) de la “Su”, nuestra famosa Susana, cuando trajo a Nelson de la Rosa (4), el hombre más pequeño del mundo (54 cm) a su programa de TV. Se comenta que aparentando una entrañable amistad con el diminuto personaje, Ferrante utilizó su popularidad para provecho propio (5), haciéndolo hasta participar de una carrera de regularidad entre Villa Martelli y Vicente López (ver foto), con fines presuntamente “caritativos”.

Lo que Ferrante ganaba infamemente por aquellos días, así lo gastaba. En alcohol, en alguna pasta que no era dentífrica, y en lujuria.

Demian se rodeaba permanentemente de artistas de poca monta. Era un dandi, pero del subdesarrollo. Se le adjudicaron todo tipo de romances baratos y partusas multitudinarias e indefinidas. Vivía tan volado que, muchas veces no sabía dónde ni con quiénes había estado.

Por aquellos días, sus visitas al Hospital Durand aumentaron. Así también la necesidad de intervenciones quirúrgicas de urgencia para extraerle algún juguete nocturno. Fueron muchos años de descontrol y ausencia de referentes y valores. Hasta que una tarde llegó el tan esperado “Rescate emocional” que lo haría retornar una vez más a las fuentes.

Se trataba de una mujer (ver foto). Una de aquellas, de sus noches de bailanta, que descubrió en Ferrante una virtud oculta, conocida solamente por sus más íntimos (6).

Pero de esa relación y de sus frutos, daremos cuenta en otra entrada de este Blog.

(0). Qué probó.... probó de todo!!
(1). Sin éxito
(2). Los perdió en una revuelta popular y no se supo más de ellos, aunque se les presume una mejor suerte en manos de cualquiera.
(3). Nadie lo recuerda ni hay registro televisivo.
(4). También conocido como el Hombre Rata por su participación estelar en el filme “Ratman”.
(5). Se dice que Ferrante aprovechó su notoriedad para promocionar otra de sus tantas obras oportunistas, una comedia de equívocos titulada “Fe de ratas”.
(6). Consultar el libro de Steve McLogan “Un pedazo de mi amor”

La caída

Reza un proverbio popular que “Todo tiene un límite”. Las cosas y también las personas. Y Ferrante, por más que para muchos no encaje en ninguna clasificación ordinaria, tampoco pudo escapar a ese aforismo.

Demian continuaba residiendo en Argentina sin domicilio ni trabajo fijos. De pensión en pensión, y debatiéndose permanentemente entre fracaso y fracaso, cualquiera fuere la disciplina artística que encarara.

Ferrante veía que su humanidad flaqueaba, que la voluntad y la paciencia que lo acompañaron y dieron vida a su entrañable sonrisa, habían encontrado dos poderosos enemigos por delante: el hastío y el cansancio.

El flagelo de la droga y el alcohol volvieron a aparecer, en medio de una noche, cuando se dijo “querer divertirse a lo grande.... a lo grande como yo!!”, y dirigirse a una bailanta del Once porteño, donde actuaba el conocido Pocho La Pantera, por aquellos días, proclive a cuanto vicio tuviera a mano.

Por aquel entonces, Demian lucía un voluminoso peinado afro, muy ochentoso, que lo hacía parecer muchos años más joven, aún cuando en realidad ya había pasado los 50. Pensó en una entrada triunfal, y se animó a acercarse al DJ para que por el micrófono anunciara su presencia. Dos personas de seguridad, de los llamados “patovicas” se le acercaron y lo manosearon para ver si estaba armado. Su actitud avasalladora, su look y vestimenta, crearon sospechas de que se tratara de un borracho (muy habitual por esa zona) o un carterista.

A la voz de “... a mi no me toquen, soy Ferrante!” (muy habitual en él antes de recibir una golpiza), se zafó de los gorilas y comenzó a danzar desenfrenadamente, contagiando a la concurrencia con un paso característico de su Tumbes natal, el “Guarimbango”, algo así como el “pan y queso”, pero aleteando los brazos como un pájaro, a la vez que se menea la cabeza como cuando uno desea descontracturarse.

Quien cantaba era el mismísimo Pocho, y el tema que sonaba y causaba conmoción al paso de Ferrante, no era otro que “El hijo de Cuca”. Pocho quedó deslumbrado por el carisma místico de ese danzarín frenético que era Ferrante, y lo convocó a que subiera con él al escenario (1).

Ferrante, en trance, similar al que lo atacó en otras oportunidades (McDonalds, Saibaba, Tony Kamo), aceptó la invitación y robó parte del canto a Pocho, especialmente en la parte que decía “El hijo de Cuca”, lo que fue mal interpretado por Demian, quien en su lugar repetía “El hijo de p....”, o sea la mala palabra que ustedes imaginarán, pero que no escribo en este Blog por temor a que se cierre por obsceno.

Además, Demian acompañaba aquel estribillo “provocando” a quienes bailaban. Como si esa cantinela fuera dirigida especialmente a ellos. Empinando el tetra entre frase y frase, con los ojos desorbitados como Maradona en el ’94 después del gol a Nigeria, y señalándose los genitales en forma rítmica y desafiante, Ferrante empezó al caldear los ánimos y el descontrol hizo presa del lugar.

Pocho, aún dado vuelta, advirtió lo temeraria de la situación, y ordenó parar la música de golpe, dejando a los presentes con el último grito en boca: “Te vamo a reventar, te vamo a reven...!!". Todos ya estaban a punto de boxear a Ferrante quien, en su estado, confundía ese principio de rebelión popular en su contra, con una celebración en su favor debido a sus dotes de bailarín.

Lo tomó de un brazo a Ferrante y lo sacó por la puerta trasera. Allí, esperaba a Pocho una hermosa limusina negra, con dos tremendas bebotas rubias adentro – Sandra y Carla - bebiendo champagne y pintándose con una especie de azúcar impalpable los labios.

“Vení Ferrante, vení a ver lo que es vida!!”, gritó el Pocho, mientras se abalanzaba sobre una de ellas, y la otra comenzaba a desvestir a Demian. La Pantera le dijo a quien estaba con el peruano: “..Che, tenele piedad, no lo lastimes, mirá que no es un pibe!”, a lo que contestó con una voz ronca y profunda: “Dejámelo a mí Pocho... no sabés quién soy?”.

“Uy!!!, qué lo parió”, gritó el Pocho, pero ya era tarde. Ferrante había empezado a darle, y su “compañera”, mientras gemía, comenzaba a sacar del bolso unos potes cremosos y artefactos que semejaban algo así como un matafuegos.

La mañana encontró a Ferrante dolorido (2), en la sala de guardia del Hospital Durand (ya era la segunda o tercera vez que caía allí). Entre las enfermeras era famoso, y siempre le pedían que les escribiera algún poema, a lo que Demian accedía de buena gana. Pero esta vez, no le pidieron nada.... lloraban desconsoladamente, mientras veían a Demian desnudo, boca abajo sobre la camilla: “... No se preocupe, maestro.... pronto se va a curar y va a volver a sentarse”.

Recién en ese momento, Demian tomó cuenta de su estado y de lo que había ocurrido. Especialmente, cuando en un doloroso giro de su cabeza, vio a Carla entre los que estaban a su lado, pero sin la peluca rubia que llevaba puesta la noche anterior.

Se dice que fue ese día el que Pocho reflexionó que así su vida no podía seguir. Que debía buscar una salida para él y para sus más íntimos. Y entre esos íntimos se encontraría Ferrante, a quien desde aquel entonces Pocho se entregó de lleno para pagar de a poco la deuda que, por su culpa, le produjo tanto daño y dolor. La foto que ilustra esta entrada, es una prueba de esa amistad.

(1). Se dice que ahí mismo Pocho le convidó con una mercancía, trayéndolo de regreso al flagelo de su pasado. Otros dicen que Ferrante ya venía tocado, con talco fino o vino común, pero tocado.

(2). Pronóstico reservado. Fisuras

26 agosto, 2006

Más enigmas en la dinastía Ferrante Kramer

Mucho se ha hablado de los misterios de los Ferrante Kramer. Y no nos referimos solamente a Demian, sino a Doroteo (su padre), a Donato (su abuelo) y de sus orígenes, que se remontarían hasta el mismísimo Tutnkamón, según sostiene la Fundación DFK.

Sobre esto último, se ha llegado a vincular el sino trágico de Demian a la violación (0) de la pirámide donde descansaba el famoso faraón egipcio. Conocida es la leyenda que da cuenta de misteriosas muertes de todos los que participaron en la profanación del sepulcro del monarca.

También forman parte de este laberinto de enigmas y contradicciones las empresas supuestamente relacionadas con su persona - los Grupos Ferrante o Ferrante Kramer - de cuyas actividades ha informado este Blog anteriormente.

Sin embargo, una nueva revelación acerca del maestro ha llegado hasta nosotros por la vía del vocero de la Fundación DFK, Dino Ford Kent. Pareciera que siguen brotando estas manifestaciones de su “presencia omnímoda”, solo para provocar los ánimos de quienes se resisten a la idea de que Demian sea algo más que un “simple mortal”.

Se trata de la pintura del gran creador Pablo Picasso, intitulada “Guernica”.

Muchos, me incluyo, pensamos que se trataba de un ardid oportunista de la Fundación DFK, que intentaba sacar provecho del lanzamiento de la película “El Código Da Vinci” para ganar espacio en los medios. Pero, nos equivocamos. Lo que vimos, que se reproduce en esta entrada para deleite de nuestros lectores, ha estado a la vista de millones de personas por años en los más prestigiosos museos europeos.

Una imagen que no sería la de Demian - porque el cuadro data de 1937 y Demian nació en 1933 - aparece como “codificada” dentro de la pintura. A través de un proceso de avanzada digitalización de imagen, se amplía en la foto que ilustra esta nota, el sector donde se ve claramente la tradicional “carita sonriente” de Ferrante Kramer, presumiblemente la de su padre o abuelo.

¿Son realmente Donato o Doroteo los que aparecen en la famosa pintura o se trata simplemente de un espectacular parecido?..... ¿Se conocían.... eran tan poderosos los Ferrante Kramer?

Se rumorea que en sus accidentadas visitas a la Argentina, Ferrante Kramer intentó desentrañar este asunto, y viajó mucho a la conocida localidad bonaerense en busca de respuestas. Se sabe que además de no haber encontrado absolutamente nada en Guernica, fue víctima de una tremenda paliza (1) en Glew cuando se resistió al robo de su billetera en la que llevaba 2 pesos para un pancho y una gaseosa.

Años más tarde, en ocasión de tramitar un préstamo personal en una financiera de Moreno, se despachó con que se encontraba inhabilitado y en mora en varios créditos (2). Aparentemente, los ladrones de aquel robo usurparon su identidad y obtuvieron dinero fácil gracias a su inagotable desdicha.

(0). La maldición amenazaba con cobrarse "ojo por ojo, diente por diente"
(1). Algunos moretones en los glúteos, mordiscones en el cuello, arañazos. Se afirma que Demian Ferrante Kramer estaría pagando el precio de la violación de la tumba de Tutankamón.
(2). En esta oportunidad, sólo su identidad fue violada.

25 agosto, 2006

El elegido

Quienes estudiamos a fondo la colorida existencia de Ferrante Kramer, somos conscientes que ella estuvo caracterizada por innumerables situaciones extrañas y anormales. Accdidentes increíbles, vínculos siniestros, sorpresivas desapariciones, desdoblamientos astrales y dramáticos infortunios, fueron un común denominador en su vida.

Ferrante no era ajeno a esa sensación de “sentirse diferente”, como “tocado” por una varita mágica. A nosotros - quienes lo seguimos de cerca - también nos invade esa sensación ..... una sensación que crece y crece en la medida que lo conocemos más y más.

Demian se sentía un “elegido”, y no era para menos. En ocasiones, cuando rememoraba su milagroso escape de la muerte, a los pies del Cristo Redentor, se preguntaba cómo había podido salir indemne debajo de casi media tonelada de latas de sardinas; o de la asombrosa huída del Club Sacachispas en ocasión de su demostración sobre el arte de asar carnes. Se preguntaba, “... porqué Laredo y no yo??... por qué?”

Esa ausencia de respuestas fue la que lo condujo a las puertas del mismísimo Saibaba, en la India. Ferrante había leído mucho sobre ese místico personaje (1), se sentía sumamente identificado con él, a tal punto que llegó a creerse el sucesor de aquel gurú hindú (2).

En una ocasión, instantes después de la toma fotográfica que ilustra esta entrada, Ferrante se arrojó sobre Saibaba, le quitó su atuendo blanco, se lo puso encima, y comenzó a danzar ante la multitud como un poseído, con los ojos en blanco, y a predicar en un idioma extraño mientras babeaba en abundancia un líquido espumoso.

Saibaba, totalmente en pelotas, concitó más que Ferrante la atención de la audiencia, especialmente la de Steve McLogan, quien se encontraba entre sus seguidores luego de que abandonara el cine hard (3) para dedicarse a la práctica religiosa.

En ese colosal despelote, Ferrante fue detenido y golpeado por las autoridades locales, y deportado a través de la embajada peruana en ese país.

El escarnio y la vergüenza padecidos por Ferrante no fueron suficientes para hacerlo desistir de su búsqueda. Se seguía sintiendo superior, un “predestinado” para cosas mayores. Fue entonces cuando se interesó en dos cuestionados mentalistas: el húngaro Uri Geller y el español Tony Kamo.

Ferrante afirmaba que gozaba de una mente superior, que podía hacer cosas fuera del alcance de los mortales. Para demostrarlo, ya que a nadie le interesaba, desafió por carta a Uri Geller a doblar cucharas y tenedores o a detener relojes cuándo y dónde él quisiera, a lo que Geller respondió con una rotunda negativa, ya que desconocía quién era Ferrante por completo.

Viendo que era imposible acceder a ese “grande” que era Geller, optó por Tony Kamo, alguien más accesible, y que estaba de capa caída en esa época trabajando en una kermesse en Piura, un pueblo al norte del Perú.

Haciendo dedo, Demian viajó como pudo hasta aquella ciudad en la parte posterior de un camión recolector de residuos. Ni bien hubo descendido, se dirigió hasta donde actuaba Kamo, quien casualmente ya había comenzado su función. En el medio del acto, y seducido por la falta de efectivos policiales, Kramer se abalanzó sobre Kamo, a quien tildó en público de “Farsante!” (ver foto).

Kamo, en ese momento se encontraba practicando con éxito su rutina de “adormecer” a uno de los integrantes del público. En tanto, Ferrante fuera de sí, intentaba demostrarle a la audiencia que todo estaba arreglado mientras le increpaba al mentalista: “... yo sí tengo poderes, no hago trampa como vos!”.

Kamo, muy asustando, dejó a Ferrante seguir con su locura. Mientras tanto, Demian había convencido a una persona del público a participar de su acto de “hipnotismo”.

Ferrante tomó al individuo con una mano por la frente y con la otra por el cuello, propinándole el clásico golpecito “a lo Tony Kamo” y exclamando: “.... se cae!!, se cae!!, dormido!!”.El resultado predicho por Ferrante ocurrió tal cual: el participante cayó al piso como una bolsa de papas con principio de afixia, rompiéndose la parte posterior del cráneo por el golpe.

Demian quedó atónito, pensó que lo había matado. Aprovechando ese instante de desconcierto, Kamo puso su mano sobre la frente de Ferrante, haciéndolo caer en un profundo sueño, entre aplausos de la concurrencia y el sonido de la ambulancia que venía por el herido.

Así, dormido como estaba, trasladaron a Ferrante a la terminal de micros y lo ubicaron en la zona donde se transportan las valijas y los bolsos. El micro se dirigía a Buenos Aires... otra vez el destino lo traería por aquellas entrañables tierras suyas.

Se cuenta que Ferrante despertó durante aquel viaje en plena oscuridad, y que pensando que se trataba de otro de sus tantos viajes astrales, utilizó aquel incidente para escribir años después “La oscuridad tiene aroma”. Luego, en trance nuevamente por el vaho a gas oil que inundaba el interior del baúl, volvió a dormise hasta su destino (4).

Ya en Buenos Aires, Ferrante siguió invadido por esa sensación de ser un elegido. Continuó pensando que el podía con su mente “dominar la materia, convertir tenedores, cuchillos y cucharas en cualquier cosa”. Y en parte no se equivocó.

Se sabe que por aquellos días el peruano ganó su sustento trabajando para “Tramontina”, quien había desembarcado en Argentina con su sistema de venta domiciliaria. Al poco tiempo, Ferrante era elegido el “vendedor del mes”, se había vendido todo!. Triunfo o fracaso, según como se lo mire. Para sus defensores: “Ferrante se salió con la suya.... por primera vez era un elegido, y había transformado la materia”

(1). Hasta 1995, Ferrante tomaba nota de Saibaba a través de revistas que leía de prestado en el quisco de su amigo Elvio Gorgatti. Dejó de hacerlo como consecuencia del cierre del quisco por quiebra.
(2). Vieron que las palabras zulú, hindú, gurú, tienen acento en la “ú” como Perú?
(3). McLogan no reconoció a Ferrante entre la multitud, y viceversa, aunque habían participado de 4 películas juntos (Ver entrada: Miseria y vergüenza en Salt Lake City). McLogan volvió al cine hard, se dice, con un nuevo actor parecido a la Mona Giménez.
(4). Fue arrojado en la playa de ómnibus de Retiro. Se comprobó que para subsistir durante el viaje se alimentó de una pasta frola peruana hecha con lúcuma y guayaba. Se sabe que la guayaba causa diarreas instantáneas. La empresa de transportes tuvo que pagar los seguros correpondientes por destrucción de equipaje.

24 agosto, 2006

Ferrante y el ansia de poder

A lo largo de su carrera artística, Ferrante Kramer supo aceptar con sumisión y recato las imposiciones de un destino hostil a sus inclinaciones literarias. Porque si en algo se destacaron sus fracasos, sin duda las letras ocuparon el primer lugar.

Harto de que se le negara la oportunidad de alcanzar el éxito pleno y la fama (0), apenas arañados cuando publicara en más de un idioma (1) su Biblia Peruana, durante la década del ’90 Demian hurgó en distintas fórmulas en busca del tan ansiado “batacazo”.

Aconsejado por un marketinero barato, educado en la escuela del “copy - paste”, y seducido por el premio obtenido en vida por Fernando Savater con su libro “Ética para Amador”, se dijo, “... el éxito pasa por combinar lo popular con el marketing... fijate por caso Savater, tuvo buena prensa y tocó el tema sexo que le pega a todos”. Lo que no sabía Demian (2) era que “Amador” no tenía nada que ver con el sexo.

Fue así, como confundido una vez más, y mal informado, dio forma a su nuevo libro “Consejos para el asador”, ya que consideraba que el asado era “tema de todos” e impactaría positivamente sobre el público (ideaba lanzarlo en Argentina).

Por su parte, unos pocos pesos ahorrados en sus horas de trabajo como cuidador en una playa de estacionamiento, le permitirían solventar una modesta campaña radial en una FM trucha de Villa Martelli, dando forma a la ecuación que, a su estrecho y mal aconsejado entender, lo conduciría a la victoria:

BOOM! = MKT + POP

Y así fue como “Consejos ..” salió a la calle, impactando en el público (no en el que pensaba) ni tampoco favorablemente.

Soberbio como pocas veces se lo había visto – era común que Ferrante se agrandara cuando estaba por editar un libro - , se animó a meterse en temas escabrosos, con poco margen de opinión en el oficio de asador profesional, ganándose el odio de gran parte de la afición culinaria parrilleril. Por ejemplo, uno de sus capítulos dedicado al carnes, consistía en una arenga en contra de la utilización de carne “canina” por considerarla inmoral, poniendo de manifiesto lo mal que había quedado después del trauma que le ocasionara Fami, víctima de la crueldad de Dionisio, su hermano (4)

Pero, la cosa no terminó allí. La Asociación de Asadores de la República Argentina consideró al libro “... un mamarracho, escrito por un ignorante fanfarrón.... un insulto para la profesión del parrillero”; por su parte, la Liga de Observadores de Collies Grandes y Enanos (L.O.CO.G.E.N.), calificó la obra de Ferrante como “... una nueva provocación de ese señor, que no quedó satisfecho con las anteriores porquerías que nos supo dar.... flaco favor le hace al collie en su libro, ya que no va a faltar algún asesino que se coma un collie a la parrilla porque él le dio la idea”.

Ferrante fue retado a duelo por la Asociación de Parrilleros, para que “... demuestre en la práctica lo que afirma en su libro!!”, comentaba su vocero, Renato Trippa. La propia asociación le ofreció el lugar para hacerlo, el estadio del Club Atlético Sacachispas: “.... queremos estar todos para verlo a ese personaje hacer lo que dice que sabe hacer!!”, vociferaba un iracundo Trippa.

Demian, ni lento ni perezoso, aceptó el convite; puso fecha y hora, y el espectáculo se llevó finalmente a cabo. Recuerdo que era un viernes caluroso de verano. Había más de mil personas reunidas que pedían la cabeza de Ferrante. Él, como siempre, con su clásica sonrisa, veía acariciar las mieles del éxito y ni siquiera se daba cuenta de que se encontraba en medio de un volcán a punto de estallar.

Ferrante estaba eufórico. La parrilla, de 6 metros por 2 metros, ardía en brasas. Estaba sobrecargada de todo tipo de carnes y achuras. El calor sobre el escenario donde se encontraba vestido de chef (5), era insoportable.

Fue en ese momento cuando Ferrante provocó a la audiencia desde su micrófono diciendo: “ Y ahora, para que tengan, les voy a hacer el “CHINCHULIN ESPACIAL”, giles!!”. La gente en las gradas enmudeció de golpe, y cambio el clásico “Ferrante, compadre, .....”, por un único grito “NOOOOOO.... el chinchu espacial., NOOOOO!!”.

Una risa cuasi endemoniada de Demian confirmó que no se detendría, y comenzó con los primeros movimientos de la destreza que presenciaríamos en breve. Ferrante, con un tenedor, pinchó la punta de un largo chinchulín – de casi 2 metros desplegado – y comenzó a balancearlo hasta hacerlo girar en dirección contraria a las manecillas del reloj a una velocidad creciente cuya magnitud no podría establecer.

Del interior de la achura comenzó a salir una tremenda cantidad de grasa y líquido hirviente que, primero, se abatió sobre los espectadores provocándoles graves quemaduras, para luego caer sobre el tablado del escenario y comenzar a arder al contacto con las brasas que se desprendían del asador.

Fueron solamente segundos los necesarios para que todo el Club ardiera como pira funeraria, haciendo honor a su nombre: Sacachispas. De pronto, se volvía a repetir la escena dantesca que caracterizaba a Ferrante, la del incendio llevándoselo todo.

Nada se supo de Demian, pero se presume que escapó de una muerte segura – la de los parrilleros – gracias al humo que los abrumó. No se registraron víctimas humanas, pero sí la de un can, la mascota del Club, un collie trágicamente llamado Laredo. Otra vez, las notas musicales como común denominador de una muerte perra!! ... primero FA-MI, ahora LA-RE-DO. No viene al caso la comparación... 2 sonidos ó 3., la cuestión fue que ambos sonaron.

Lo que siguió a aquel nefasto episodio son apenas trivialidades a la luz de aquel siniestro ígneo. El Club juró vengarse de la carbonización de Laredo y dicen que puso precio a la cabeza de Kramer; la propia barra brava sería la encargada de llevar a cabo el contrato.
La Asociación de Asadores tomó por la fuerza la Editorial que publicó “Consejos... “ la misma noche del incendio. Se hizo de las copias en depósito, y avivó con ellas las últimas llamas del desafortunado Club.
Y desde Perú, un Dionisio Ferrante Kramer acongojado, mientras cocinaba algo a la parrilla, ofrecía un reportaje a la prensa local afirmando: “... mi hermano es un sádico incurable”.

(0). Se dice que su inclinación por las letras - como móvil para alcanzar el éxito - fue alentada por el dicho “La fama es puro cuento”. La Fundación DFK adjudica sus fracasos a una cuestión de “apresurada interpretación” que Ferrante hacía de todo.
(1). Castellano y Zulu (3)
(2).
Algunos de sus más irreverentes ofensores, afirman que apenas sabía leer. De ahí que no supiera el tema del libro.
(3). El lanzamiento de la edición en idioma Zulu estaba previsto para un 25 de diciembre. Terminaron carbonizadas en un depósito del Congo Belga, como consecuencia de un siniestro ígneo causado por una cañita voladora. Se habló en la prensa local que “.. el éxito se le había hecho humo”
(4). Consultar nota sobre el tema: “El perro de Demian, una historia de amor negro”
(5). Ver foto ... un payaso!!

El costado místico.

Si bien hay muchos que hablan de Ferrante y dejan entrever dejos de una personalidad con rasgos alquimistas, porque vieron a Demian en dos lugares equidistantes entre sí, al mismo tiempo, lo cierto es que, en su libro, “La luz al final del túnel”. Demian relata el único hecho que podría denominarse paranormal, desnudando un costado místico en su personalidad.

A modo de síntesis, (ya que el libro en cuestión fue editado en 1974, con una tirada de 12.000 ejemplares, que se dice fueron comprados en su totalidad por el magnate hindú Sal-al bada, conocido admirador de la obra de Demian) cuenta la historia que durante el invierno de 1972, Ferrante se dirigía hacia Chile, de polizón, subido a un trailer de un camión Kenworth de Transportes Magnone.

Si bien él no lo especifica en su relato, hay detractores que dicen que Demian intimó con el camionero en cuestión en un parador mendocino, a cambio de poder cruzar el paso internacional Cristo Redentor (1). Dudamos plenamente de esta afirmación y confiamos en la buena voluntad de Walter Roncote, conductor del camión, en ayudar a Demian a pasar a Chile.

La cosa es que Demian habitaba el trailer entre latas de sardinas en aceite y aceitunas riojanas. El frío calaba los huesos en el trailer y Demian no podía dormir. Mientras jugaba al Sudoku para matar el tiempo pensaba en lo que lo llevaba a cruzar del otro lado de la cordillera. Intentaría volver a conquistar al amor de su vida, la joven Hilda Las Condes, joven chilena que robó su corazón cinco años antes.

Mientras pensaba en Hilda, el camión frenó de golpe. Demian fue aplastado por veinte cajas de aceitunas y perdió el conocimiento. Mientras el conductor luchaba por mantener erguido el convoy, la puerta trasera se abrió violentamente arrojando a Ferrante, sus pertenencias y dos palets de sardinas al costado de la carretera justo a la entrada del paso Cristo Redentor.

Demian desvanecido pensó que moría. Empezó a reparar en los hechos más importantes de su vida. Su madre llamándolo “Diana”, sus hermanos mofándose de el en su infancia, sus viajes por el mundo y un pensamiento que le taladraba el alma: “yo nací para morirme en hollywood, no en este pueblito cordillerano de mierda como este…”.

Cuando sus fuerzas lo abandonaban, Demian sin poder moverse libremente (se encontraba tapado por mas de seiscientas latas de sardinas en aceite (2)) intentó liberar su visión con la esperanza de poder pedir ayuda, y solo pudo divisar un túnel y en el fondo, una luz blanca que lo tranquilizó. Para si pensó “Es el final…confieso que he vivido. Y comenzó a recitar una antigua oración indígena que repetía su abuela cuando preparaba chicha. Vio acercarse la luz y se desvaneció pensando en que muy pronto se encontraría con sus ancestros, con sus padres, en fin… La tranquilidad total.

Minutos después, Demian volvió en si violentamente, Walter Roncote (el conductor del camión) lo despertó a los cachetazos, mientras dos oficiales de vialidad nacional, le despejaban el cuerpo de latas de sardinas. El tunel que vió Demian era la entrada al paso internacional Cristo Redentor y la luz era la linterna halógena, equipamiento indispensable en toda cabina de camión.
Demian estuvo internado un par de semanas en un hospital provincial en las afueras de San Rafael (Mendoza). Cuando estuvo repuesto dudó en seguir en ese estado hacia Chile. Y se volvió a Buenos Aires.

Diez Años después, Victor Sueyro, conocido periodista argentino, amigo de la juventud de Demian, obtuvo fama publicando una serie de experiencias místicas vividas al haber sufrido un paro cardíaco durante una intervención quirúrgica.

Casualmente, sus comentarios coinciden bastante con la situación vivida por Ferrante en la frontera Argentina Chilena una década antes. Muchos dicen que Sueyro, usó la anécdota de su amigo personal para provecho propio. No son pocos los que comentan que Demian se acercó hacia los estudios de Canal 11 (donde trabajaba Sueyro) a pedirle explicaciones cuando el periodista comenzó a disfrutar de la fama que el nuevo libro le habia brindado. La crónica de la época dice que Sueyro lo hizo sacar a los golpes, por personal de seguridad.

Sueyro y Ferrante a partir de ese momento, se distanciaron para siempre.

(1) Por este lugar pasó a Chile -en 1817- la División del Ejército Libertador al mando del general Las Heras, en la Campaña de los Andes. Allá se erige el monumento al Cristo Redentor, a 4.000 m de altura sobre el nivel del mar.
(2) Teniendo en cuenta que el peso bruto de una lata de sardinas es de 380 grs. Demian se encontraba bajo un peso total superior a los 230 kgs.

22 agosto, 2006

DFK y JFK.. El encuentro

John Fitzgerald Kennedy, trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, pasó a la historia como uno de los políticos más recordados tanto por ser el presidente más joven que ha tenido su país y el único hasta el momento de religión católica, así como por su trágico magnicidio en un atentado en Dallas.

Kennedy, con ideas verdaderamente revolucionarias para la política americana de la época, pretendía reducir el paro, aumentar el gasto en la educación pública, crear un seguro sanitario para todos los norteamericanos, establecer un salario mínimo, reducir impuestos, etc.

Estas propuestas políticas eran consensuadas previamente por JFK (atención a estas iniciales...¿no suenan conocidas?) con distintas personalidades de la cultura, la economía y la política americana.

Aquí, dicen muchos seguidores de Demian es donde se cruzan los dos FK mas conocidos de la historia.

Cuenta la leyenda que a mediados de noviembre de 1963, Ferrante se encontraba en una gasolineria Exxon de Dallas esperando para ser atendido por el playero con un buick 55 alquilado (nótese de aquí, la relación de Ferrante con este modelo de autos que años después le serviría de refugio cuando no tenia donde ir). Mientras esperaba escuchando una estación de radio local, vio una limusina que se detuvo en la isla de combustible continua.

Mientras el playero se acercaba al auto de Demian, comenzó a gritar es "JFK, es JFK!!!" y corrió hacia la limusina para atenderla.

Demian presa del desconcierto respondía (no sabiendo bien a quien...) "DFK DFK, soy DFK!!" no hubo caso, atendieron primero a la limusina.

Demian salio despedido de furia persiguiendo a ese desconocido que le habia arrebatado el lugar en la cola del combustible cuando la limusina se puso en marcha nuevamente.

Trescientos metros después de haber salido de la gasolineria, el buick derrapó sobre el asfalto y fue cruzado por una camioneta negra del servicio secreto de los Estados Unidos.

DFK fue bajado del auto, recibiendo de tres uniformados, una golpiza como nunca antes había recibido. Fue directo al hospital estatal en las afueras de Dallas, donde estuvo internado durante un par de semanas.

Cuando John F. Kennedy se enteró del mal entendido se acercó con su comitiva presidencial al hospital a ver al joven latinoamericano lastimado, con la certeza de que si se conocía el hecho, podría llegar a generarle un conflicto en los medios.

La foto que acompaña esta entrada, es del momento en el que se despiden luego de casi veinte minutos de reunión a solas.

Los seguidores de Ferrante, insisten en destacar que en ese momento Demian le platicó acerca de distintas ideas de tinte social que fueron muy bien recibidas por el joven mandatario.

Nunca faltan aquellos pesimistas que en cambio aseguran que ese fue el tiempo que tardó Kennedy en hacerse entender en spanglish (1) pidiéndole disculpas al peruano por el incidente ocurrido en la carretera días atrás.

Más allá de estas dos corrientes, se dice que acordaron un futuro encuentro para aunar ideas comunes.

Lamentablemente, este encuentro nunca pudo darse. Al día siguiente John F. Kennedy fue asesinado por un disparo de un francotirador durante un viaje oficial, en lo que se convirtió en el hecho de mayor conmoción, junto con las torres gemelas, para la sociedad americana de los últimos 50 años.

Los restos de John F. Kennedy se encuentran enterrados en el Cementerio de Arlington, en los Estados Unidos. Algunos empleados del lugar que no quisieron revelar su identidad, aseguran que cada 22 de noviembre, un joven corpulento de barba candado y anteojos oscuros, se acerca hacia la tumba de JKF y deja un ramillete de jazmines.

(1) Se dice que Ferrante no hablaba inglés.

Los Negocios de Ferrante Kramer

Que Ferrante Kramer vivió casi toda su vida en bancarrota, ya no es novedad. Que sus hermanos se dedicaron a negocios únicamente en Perú, también. Ahora. Una investigación desarrollada por una serie de biógrafos no oficiales de Demian, encontraron a lo largo del mundo una serie de emprendimientos comerciales en los cuales siempre figura un Ferrante Kramer como asociado.

Las declaraciones juradas familiares (tuvimos acceso a todas salvo, claro está a la de Demian, porque nunca en su vida llenó una) no registran ninguna inversión fuera de la república hermana de Perú.

Las investigaciones también demostraron que las notificaciones de capitalización de todas estas compañías (no las liquidaciones de ganancias porque en todos los casos los resultados comerciales eran negativos), se dirigían indefectiblemente a una dirección para nosotros conocida, que por cuestiones de seguridad hoy no develaremos: la de la sede social de la fundación DFK.

Este último dato, sin dudas es estremecedor. ¿Quién fondeaba estos emprendimientos? ¿era Demian? ¿Tenía Ferrante un mecenas oculto que utilizaba su nombre para montar negocios alrededor del globo?

Este es el detalle de las actividades comerciales encontradas:

a) Una casa de edición y producción de videos en Oregon, Mitchigan (EEUU)
b) Un instituto correccional de menores privado, en Piazenza (Italia)
c) Un Café en el centro de Roma (Italia)
d) Una joyería en Herzogenaurach (Alemania)
e) Un bazar gastronómico en Dresden (Alemania)

Todos funcionaron entre los 60 y los 80. Todos fundidos hacia 1989. En Italia hay una causa penal por estafas a los dueños del café y el instituto correccional de menores. Algunos detractores de Demian dicen que en Europa, Ferrante tiene pedido de captura por la Europol. Nosotros no pudimos encontrar datos certeros como para aseverar dicha información.

El affaire Apollo: la verdad que conocí

Por Raymundo Sforza, México

Oficialmente, la misión Apollo-Soyuz de julio de 1975 (Sttaford – Brad – Slayton, por los EE. UU. y Leonov – Kubasov, por la U.R.S.S.) fue la última del Programa Apollo y por otra parte, el primer acoplamiento entre dos naciones en el espacio. Todos los que ya pasamos los 40, seguramente recordamos aquel famoso “apretón de manos” que dio vuelta al mundo a través de medios gráficos y televisivos.

Pero, como bien sabemos los que estamos en la investigación, la “verdad” no siempre es la evidencia primera, sino la parte que se encuentra oculta, vedada a la opinión pública por algún motivo. El quid es desentrañar “cuál?”

La Fundación DFK, organización escrutadora como pocas, bien que lo ha sabido desde siempre. Y aquella noche de invierno, pude comprobarlo personalmente: “ ....sólo nos dejan ver la puntita, amigo”, escuché decirle a Artemio Ferreyra, cofundador de la prestigiosa Fundación, mientras charlaba y bebía con sus pares, Dobetti, Rouco y Brizuela, en un bar de Villa Martelli.

Si bien me encontraba allí para hacerle una entrevista a Ferreyra, lo de “...la puntita” y la forma en que me lo dijo, no me gustó nada. Sobre la mesa alrededor de la cual compartían unos tragos, había algunas revistas medio raras, “Honcho”, “Diferent”, “Crazy boy”, y todo en su conjunto, me dio mala espina. Además, pronto iban a cerrar el lugar, ellos eran 4, y estaban acomodando las sillas sobre las mesas, medio como que habíamos quedado encerrados entre el mobiliario, y desde afuera no se veía nada.

Sin embargo, mi afán escrutiñador me dio coraje, y me jugué a salir con la información que había ido a buscar, a cualquier costo. Por suerte, Artemio prosiguió con su historia aclarando que la cosa no venía como parecía: “ ... es como ese cubito de hielo, ves?”, mientras señalaba su vaso de whisky: “... Solo te dejan ver la puntita” - ahí respiré aliviado - , y continuó: “Si no te tomás todo lo que hay adentro, que está recontra fresquito y rico....., te decía, hermano, si no te la tomás toda, sin dejar ninguna gotita, NO PODÉS ver el cubito entero, me entendés mi amor??...... y viva el trago, carajo!!!”, repetía, mientras llamaba al mozo para una enésima vuelta, me acariciaba la pierna y me miraba a los ojos.

Sentí que estaba en peligro nuevamente. Los 4 se abrazaban entre sí y estaban casi al borde del coma alcohólico... sin embargo, seguían siendo un riesgo para mi integridad física... repito, eran 4, y yo uno solo. Pero, la cuestión era que estaba allí, y que soy un investigador fanático del caso Apollo.

El tema Apollo fue el disparador que me llevó a dedicarme de lleno a la vida y obra del "maestro Kramer”, ni más, ni menos. En aquel entonces, fines de los ’60, se hablaba mucho del fraude del “Viaje a la luna”, de la conspiración, de la carrera espacial contra los soviéticos. Yo quería saber la verdad, y la verdad la tenía la Fundación DFK.

Ferreyra me invitó a ir hasta su departamento para mostrarme algunos “materiales descomunales”, tal como los calificara. “Te vas a volver loco, pibe!”, me dijo sosteniendo mis manos con las suyas, y deslizando una caricia nada inocente.

Fuimos en un taxi, bajamos y abrió la puerta como pudo. Estuvo a punto de caerse varias veces, y se arrojó sobre un sillón cama, haciéndome gestos de que me sentara junto a él, dando golpecitos suaves sobre el cotín.

Me senté a su lado. La baranda a whisky que lanzaba cuando hablaba podría haber volteado a un mamut de un saque, pero me aguanté estoicamente. Comenzó a hurgar por debajo del sofá cama como buscando algo, hasta que sacó una caja roja con un moño negro en la parte superior que me hizo temblar, al punto de llegar a decir entre dientes:
“soy boleta”.

Sin embargo, al abrirla, mis ojos no pudieron dar crédito a lo que estaban viendo. Quiénes eran Malden y Phoenix?... yo nunca había oído hablar de ellos!. Cómo era eso de que después de la Apollo – Soyuz hubo un último y frustrado intento?.... el “Viaje a Júpiter? .... tripulado?”. Me pregunté: ¿En el 76?... pero si no existía la tecnología necesaria!

Le rogué se dejara de dar vueltas y me revelara “la verdad”: Quién había sido o quién era (si vivía) Demian Ferrante Kramer!.

Me palmeó la espalda - lamentablemente con la mano que sostenía el vaso de whisky, dejando caer algo del etílico brebaje sobre mí - y me dijo: “.. Dame un beso Julia, no seas arisca”. Me lo saqué de encima como pude, al tiempo que parecía que se dormía. “Justo ahora!”, me dije, y le volví a la carga, cacheteándolo para que se despertara: “... Ferreira, compadre.... dejate de hacerte el boludo.... o te querés llevar el secreto a la tumba?”.

La palabra “tumba” lo despertó, saltó como un resorte, y eso que tenía un pedo tremendo. Sentí que le había dado al talón de Aquiles. Fue en ese momento que sacó del fondo de la caja roja una foto, en blanco y negro, con 3 astronautas: los de la “Apollo SIN NÚMERO”, tal como la conocemos quienes estamos en tema.

Ferreira me contó, entre balbuceos incoherentes que “ ... Demian no fue de la partida. A último momento, lo llamó un tal Lectoure, desde Argentina, que lo hizo cambiar de parecer. Me parece que lo necesitaban para ayudar a su amigo Carlos Monzón, el boxeador, para una pelea con el colombiano Valdez, por el título del mundo”.... “Ah, Julia, ¿y.... me das un beso?... dale!!”, me dijo finalmente, antes de caer en un profundo letargo.

Lo que sigue, todos lo conocemos. La prensa norteamericana, en un pequeño recuadro y en páginas interiores, publicó que tres de sus pilotos, Malden, Phoenix y Ferkram (1), tripulando un nuevo avión prototipo, el caza bombardero Sky Bird XL5 (2), se habían estrellado en Arizona mientras desarrollaban pruebas rutinarias.

En la Unión Soviética, ese mismo día, se publicaba la noticia de un “extraño estallido” en la atmósfera, a unos miles de kilómetros de la Tierra, y en trayectoria a Júpiter.


(1). Ustedes se dieron cuenta del parecido (ver foto) del astronauta con Ferrante Kramer?. Además, vieron que Ferkram parece ser una abreviatura de Ferrante Kramer, increíble, verdad?.

(2). El proyecto jamás existió. El único XL5 que se conoció era el del Capitán Marte, y se utilizó para una serie de marionetas animadas de la TV. Eso sí que no se lo traga nadie!

21 agosto, 2006

Todo en uno: "Ferrante en imágenes"

Los chinos dicen que "una imagen vale más que 1000 palabras".... será cierto?. Póngale precio usted a las imágenes que ilustran esta entrada, entonces.

Un Ferrante Kramer fresco, auténtico, desenfadado, multifacético y en pleno movimiento.

Para exigentes, un viaje por el mundo de Demian: lo mejor que le podía pasar a esta altura de su vida. Disfrútelo!

20 agosto, 2006

Ferrante, Japón, y la tristeza del Tango

Quizás haya sido aquella, la que viviera en uno de sus tantos viajes como polizón entre el viejo y el nuevo mundo, la experiencia que más involucre a Ferrante Kramer con la poesía. Y, además, la que lo identifique tanto en Japón como Argentina como uno de los hombres más recordados entre los cultores de esa pasión llamada “Tango”.

No hay precisiones sobre la fecha de esta anécdota de Ferrante que la Fundación DFK se niega a reconocer como válida, aunque sí su biógrafo – Cecilio Dinga, hoy con nosotros – la sitúe alrededor de los años ’70, luego de su efusivo encuentro con Morrison, y antes de su resonante fracaso televisivo en la última temporada de Los 3 Chiflados (Moe, Larry y Ferry).

“Fue en aquel entonces cuando Demian conoció a Takuma De Sato” - su parecido con el nombre del actual piloto de Fórmula 1 es pura coincidencia, afirma Dinga - o “.....como se lo conociera más tarde... por El jilguero japonés”.... “ ... ambos viajaban hacia Sudamérica en busca de la oportunidad perdida, aquella que tanto Damián como Takuma buscaban, pero en terrenos diferentes del arte”, concluye.

Y mientras rememora el encuentro, Cecilio nos deleita con una ocurrente vivencia que habla del preciso instante en que Demian y Takuma se conocieron.

Ferrante, comenta Dinga, “ ... no hablaba japonés pero le preguntó igual a Takuma, ¿cómo te llamás ponja?”, a lo que el oriental respondió, “... Yo De Sato”, y mientras lo repetía una y otra vez, desanudaba los cordones de los gastados zapatos de Ferrante poniendo “... una cara de pícaro, tipo Zulu, de Star Trek” que el peruano le reprodujo como pudo a Dinga (1) en ocasión de comentarle la anécdota.

“Esa humorada los unió para siempre”, asevera Cecilio. Se sabe que el que más se esforzaba para hacer crecer la relación era Takuma que, ante la falta de un lenguaje común que los uniera, apelaba a las bromas constantemente “... De Sato buscaba variantes, como para no caer en repeticiones .... y también le ataba los cordones de ambos zapatos entre sí a Ferrante en cuanta oportunidad tenía a mano .... el nipón festejaba con risotadas estruendosas cada caída de Demian”, rememora.

Ferrante, de infinita paciencia que sólo pocos pudieron quebrar a lo largo de su vida, toleraba las humoradas del asiático y hasta había llegado a quererlo. Pensó en hacer “Sombras Chinescas” con él, como lo hiciera en EE. UU junto a Sammy Davis Jr., pero finalmente, la cosa no disparó por ese lado.

Recuerda Dinga, “Ferrante me contó que Takuma, en medio del viaje, comenzó a tararear algo ininteligible de lo que pudo descifrar “Tintaló, tintaló” . Luego de escucharlo por largo rato, Demian se avivó que se trataba de “Tinta Roja”, el famoso tango de Castillo y Piana.

En las propias palabras de Ferrante - recuerda Dinga - llamó poderosamente su atención la voz de Takuma. Me decía... “La voz del japonés era TLEMENDA!!!... un jilguero, te podías QUEDAL escuchándolo por HOLAS”, y haciendo una pausa marginal, Dinga agrega mientras repite TLEMENDA... HOLAS: “ .... a veces pensaba .. Qué dorata es el maestro!..... te lo digo en serio, porque ver a Ferrante hacerse el gracioso imitando al japonés, te hacía reflexionar profundamente si debía vivir o no ... de buena leche te lo digo!”.

Ferrante, a esa altura cansado de bailar siempre con la más fea, de transitar caminos ajenos que lo alejaban de su “razón de ser”LAS LETRAS – creyó ver en el japonés la esperanza de un promisorio porvenir .... Los “Gardel y Lepera” de otrora, serían ahora “De Sato y Ferrante”.

Inspirado como no hacía desde largo tiempo, Ferrante tomó papel y lápiz y comenzó a esbozar la poesía que se habría de convertir en ícono del debate tanguero posmoderno. Nacía una nueva controversia entre los tangueros “tradicionalistas” y los “innovadores”.

La llamó “Desprolijo”. Ferrante, agrandado como sorete en kerosén, la incluyó en su nuevo libro de poemas al que tituló inconvenientemente “Te mojo la oreja Discepolín!", que este Blog tiene el agrado de hacerles llegar en parte, a fin de que los lectores se conviertan también en imparciales jueces, y opinen si la misma guarda algún parecido que permita ser tomado como prueba para iniciar un juicio por plagio en su contra, tal lo ocurrido en realidad.

“DESPROLIJO”

Que el planeta fue y va a ser algo fulero,
creo que sí,
allá en el siglo seis,
y catorce siglos después.

Que eternamente hubo ladrones
y gente abusada en su fe,
tristes y felices,
medialunas y soufle

Pero, no me digan que estos tiempos
no son tremendos,
que no son malvados,
Pordio!!! no me lo nieguen!!!

Estamos sobre algo muy blandengue,
y en esa bardo, todos re-usados

(siguen varias cuartetas que se omiten por razones e espacio y concluye)

Da igual el que trabaja,
o el que vive como un rey,
que el es un chupasangre,
que el daña o el que sana,
o está al margen de la ley.


HECHOS POSTERIORES

- El disco se llegó a grabar en Moon Records de Japón, subsidiaria de la Sun Records estadounidense.

- Se grabaron 10.000 copias y tenían surcos.

- El disco fue guardado en un depósito que no se incendió.

- El disco es lanzado a los mercados japonés y argentino simultáneamente.

- Las copias salieron a distribución y legaron a los locales de venta.


La crónica policial de Japón y Argentina tituló: “Vandalismo de fanáticos”, y el caso se cerró como “Destrozos en vía pública y propiedad privada como consecuencia de un acto político de la UCR” (en Argentina) y del PJ” (2) (en Japón).

Lo que pocos sabemos es que grupos defensores de Enrique Santos Discépolo en Argentina y Japón, consideraron al poema un insulto mayúsculo, saqueando todas las disquerías donde el disco había llegado, e impidiendo gozar del nuevo zorzal criollo, devenido en jilguero japonés.

Ferrante continuó en lo (?), y de lo poco que se sabe de Takuma, es que se quedó trabajando en la trouppe circense de Carlitos Balá, atándole los zapatos al entrañable payaso del lugar, hasta el día en que encontró la muerte... de forma natural, de manos del propio payaso.

(1). Dinga no veía Viaje a las Estrellas, aunque sí era fanático de William Shatner, pero a partir de T. J. Hooker

(2). Partido Japonés.

(?). Qué es??