30 mayo, 2008

El evangelio según Demian - Parte 1

Su corta experiencia en Editorial Codex -se recordará-, y un poco también de confusión acerca de su persona, fueron factores determinantes en la elección de Ferrante Kramer para aquella tarea. Así como le ocurriera al personaje caracterizado por Peter Sellers en “La fiesta inolvidable”-, el apuro y equivocadas referencias le allanaron el camino al Peruano Dorado para convertirse en el hombre envidiado del momento, en un “elegido”.

Y no era para menos... Había sido seleccionado para reportear a una celebridad de las letras, el gran José Saramago, casualmente en Argentina allá por mediados de los ‘90.

La gente de Editorial Planeta estaba buscando a una persona a la altura de las circunstancias. A algún hombre “del medio” que estuviera dispuesto a enfrentar la avasallante personalidad del escritor portugués. Y Ferrante era del medio, digamos mediocre; al menos en eso no se equivocaron al elegirlo.

Se cuenta que alguien lo mencionó al pasar y lo anotaron por error en la lista de “personas a llamar”, no se sabe bien... No obstante, la cuestión es que el Peruano Dorado de pronto pasó a integrar una nómina de la que participaban “grossos” como Jorge Lanata, Pacho O’Donnel, Sergio Renán, Mariano Grondona y Ernesto Sábato, entre otros.
Algunos afirman que la confusión se habría producido a raíz del traspapelado de una solicitud de empleo para cubrir un puesto de “Guardia de Noche”; “... Lo más probable”, según estudiosos de la vida y obra del Peruano Dorado, ya que por aquella época Editorial Planeta necesitaba reforzar su seguridad debido a la gran cantidad de robos de la que había sido víctima.

Ante la falta de mejores candidatos, el nombre del peruano comenzó a tomar cada vez más fuerza. Y de allí al mito, hubo muy poco. A la pregunta “Queda solamente para llamar a Ferrante Kramer.... Perooo... ¿Quién carajo es este Ferrante Kramer?”, salieron al ruedo los que decían no saber nada, como también los fabuladores de siempre -dispuestos a contestar cualquier pavada con tal de figurar-, que afirmaban haberlo visto varias veces por televisión, que era “una eminencia”, “un filósofo” o “un genio del arte moderno”; hasta los hubo aquellos que improvisaron una falsa biografía que bien podría haber sido premiada con el Cervantes.

Así, y luego de infructuosos intentos, finalmente Demian fue contactado por los funcionarios de Editorial Planeta y tratado con inmerecida deferencia. A esa altura de los acontecimientos, Demian era casi un “semidiós”, a la luz de los falsos títulos atribuidos por sus anónimos seguidores.
Lo encontraron en la pensión de “Don Horacio”, en Villa Martelli, sitio donde paraba por aquel tiempo. Afortunadamente, el titán de Tumbes pudo atender el teléfono aquella tarde... No estaba borracho ni drogado...

Como el llamado era de una empresa, imaginó que tenía que ver con alguna solicitud de empleo que había enviado, aunque no sabía cuál, ya que había contestado un par de avisos más para “cuidador de perros” en una veterinaria, y “lanzador de cuchillos” en un circo de Temperley, respectivamente.

Pero lo sorprendió el hecho de que el llamado fuera de una Editorial y para hacer una entrevista... Lo sorprendió tanto como el nombre de quien sería su entrevistado... “Quién será Saramago, quién será...?”, se preguntaba mientras escuchaba a los de la Editorial rogándole su participación. Sin embargo, esta vez su ignorancia terminaría beneficiándolo.
Inconsciente, y partidario de arrojarse a la pileta sin agua, Demian aceptó sin chistar la propuesta, circunstancia que dejó perplejos a los funcionarios de Planeta: “Es nuestro hombre, sin duda... Ni titubeó cuando le dijimos que se trataba de Saramago... Qué seguridad, qué determinación... Se nota que es un tipo experimentado!”, exclamaron, sin conocer el verdadero trasfondo del asunto.
Cuando los de Planeta se contactaron con el autor de “El evangelio según Jesucristo” y le mencionaron al “...Gran maestro Ferrante Kramer” como la persona que lo entrevistaría, Saramago acusó cierta extrañeza.... ¿Se le habría perdido algún nombre entre los tantos grandes de la literatura?... ¿Sería alguien nuevo, joven... O medio tardío como él, que hubiera comenzado recientemente a escribir?...

A pesar de no registrar al peruano, Saramago no opuso traba alguna. Tenía por norma no discutir con las Editoriales; además, sabía que las elecciones que hacían eran serias, cuidadas... Y confió... Una pena...
La reunión sería en la habitación del hotel donde casualmente se encontraba, sobre Carlos Pellegrini, casi esquina Lavalle.
Continuará....

27 mayo, 2008

El mediador - Última Parte

Ferrante Kramer se dirigió al jefe del operativo policial. Luego de presentarse, en pocas palabras le resumió las condiciones de los delincuentes, que se trataba de 4 mujeres disfrazadas de divas de la TV, y que había simpatizado con una de ellas, la que quería que volviera con la respuesta.

- “Me va a usar de rehén!”, sollozaba el peruano. “Qué hago señor policía?”..

- “Mire, Ferrante.... Haga lo que le dicen, es muy raro que tomen represalias con un rehén”, afirmó con notable seguridad el jefe policial... “Simplemente no los contradiga, haga lo que le pidan y todo va a salir bien, no tema... Usted es casi un héroe, Ferrante, se da cuenta!... Y lo mejor de todo es que hasta ahora no hubo derramamiento de sangre… Y eso se lo debemos solo a usted!”...

La frase “Hasta ahora no hubo derramamiento de sangre, y eso se lo debemos solo a usted!”, funcionó como una inyección de coraje en Demian.

Era un “héroe” y no se había dado cuenta. Fue en ese momento que vio decenas de cámaras de TV que lo estaban filmando, y se percató de la presencia de periodistas en las inmediaciones que en vano intentaban llegarle con alguna pregunta.

- “Comisario, ya voy a decirles que está todo concedido por parte de ustedes. Y no dude, que si algo está al alcance de este peruano valiente para que no “haya derramamiento de sangre inocente”, lo voy a hacer, cueste lo que cueste!”, exclamó Ferrante. Parecía otra persona, quizás el gran Ferrante Kramer que todos queremos...

Demian ingresó a la fábrica como ya lo había hecho horas antes. A los pocos minutos, un Ford Focus se estacionaba al frente a la puerta. El juez, tal como lo habían requerido, fiscalizaba el acto, y cerraba el acuerdo con la imitadora de Florencia...

El operativo de salida fue rápido. Apenas si se los vio a Demian y a las chicas subir al rodado. En segundos, nomás, desapareció de la vista de todos.

Acto seguido, y tan velozmente como había llegado, autoridades, curiosos y medios de prensa abandonaron el lugar. La fábrica, ahora vacía, apenas era un eco difuso de la reciente hecatombe...

A la mañana siguiente, los diarios publicaban en primera plana el éxito policial:Cayó la banda de las imitadoras. Su líder y 3 travestis cómplices, entre rejas”... Y más abajo, “Rehén, liberado, debió ser internado por lesiones sufridas en el escape”.

En la Fundación Ferrante Kramer, el que se anotició primero fue Liberatti, que se encontraba leyendo Clarín y mateando con los vagos de siempre. El viejo líder había leído entre líneas la noticia. Lo de “travestis” y “lesiones sufridas en el escape”, le insinuaba algo. “¿En el caño de escape?”, pensó para sí... En ese preciso instante tuvo la corazonada que el que había armado los titulares, era un jodido hijo de puta.... Ahí mismo, arengó a su tropa...

- “Che, muchachos, lo de ayer se fue al carajo!... Nos vamos todos al Durand… Demian está internado, y temo que con fisuras de esas…”. Su rostro reflejaba un estado de preocupación alarmante. Fue Dobetti el que puso en autos a Fábregas y Rinaldi, dos socios recientes: “Me parece que lo desgarraron de nuevo al peruano!”… Aunque ninguno entendió de qué hablaba el gordo.
No obstante el confuso final, y más allá de las críticas mal intencionadas que sobrevinieron a los hechos en todo Martelli, nadie podrá negar jamás que el Peruano Dorado fue el héroe de aquella jornada. Lástima -eso sí-, que no haya podido cumplir su promesa de evitar “derramamientos de sangre”. En el parte médico consta que cuando llegó al Durand, ya había perdido casi un litro…


FIN

24 mayo, 2008

El mediador - Parte 3

- “Chicas, yo de medianería no sé nada.... “, se excusó el Peruano, dejando en claro que no tenía idea de lo que estaban hablando.

No obstante la gafe, y la sarta de gansadas que decía en un estado de pánico lamentable, a De la V, el peruano parecía simpatizarle. A cada estupidez de Demian, le sobrevenía una defensa suya ante el grupo…

- “Bueno, chicas, no me lo critiquen... Nadie nació sabiendo, no?”, profirió Flor a sus compinches. .. “Déjenme a mí, yo me encargo de instruirlo a este bombón para que lleve a la poli nuestras demandas. Lo va a hacer bien, yo confío en él... No ven que tiene ojitos de bueno”. Era obvio que le caía bien…

Esa actitud protectora de Flor tranquilizó en parte a Demian. De la V no paraba de pellizcarlo en los cachetes; le acariciaba el pelo, y hasta se le había hecho como un tic, el tocarle los labios con su dedo índice como a los bebés, para que hagan “Blu, blu, blu”.

A esa altura, además de agradecimiento, Demian comenzaba a sentir algo parecido a una excitación sexual. Sin embargo, Demian sabía que no era mujer para andar metiéndose. Estaba muy buena, era innegable que tenía un físico tremendo, pero el peruano no quería líos con la policía. Por más caliente que estuviera, no era como para jugarse. “¡Minas hay de sobra!”, reflexionó, aunque fuera el dicho más desacertado en su caso.

Fue cuando Demian se animó a decirle algo en confianza... “Discúlpeme, Flor, estoy muy nervioso con esta situación... Dígame qué quiere que les diga a los de la bonaerense, y yo voy, pero déjeme librarme de ésta, por favor!”, rogó.

- “Ay, qué lindo!... No me tuteás, eso me pone más loca”, dijo, mientras jugaba con una calibre 38 sobre el tórax del peruano... “Mirá, es fácil… Andá y deciles que queremos un auto, que no haya policías a 10 cuadras a la redonda, que venga un juez a fiscalizar el acuerdo, y que vos venís con nosotras como rehén hasta que estemos seguras”, le apuntó al oído la De la V.

- “Pero, de rehén?... No me dijiste que me ibas a ayudar?”, lloriqueó Demian.

- “Si estás conmigo, nada te va a pasar... Confiá, me caés muy bien, Demi!”, le susurró la Flor, en clara actitud felina.

Demian estaba jugado. Era eso, o nada. Con el recado a cuestas, salió de la fábrica.

- “No disparen soy el de la medianera”, gritó a la policía. Nadie entendía nada...

Continuará....

23 mayo, 2008

LOST: Solidaridad o culpa??

Ustedes recordarán, hace un tiempo les hicimos saber de la frustrada participación del Peruano Dorado en la afamada serie televisiva LOST, debido a la elección -a último momento- de otro actor latino, Hugo Reyes (Hurley, en la ficción), por una cuestión de "cachet"(1).

Bueno, quizás hayan creído que se trataba de una humorada más del Blog, y no los culpamos por ello.

Pero esta noticia a parecida en el sitio MINUTOUNO.COM Espectáculos, evidencia una vez más que todo lo que contamos de Demian no es producto de afiebradas mentes.

Sí, seguramente se trata de lo que están pensando en este instante. Hurley, solidario -o arrependido, vaya a saberse-, estuvo en Argentina visitando a Ferrante Kramer. El casting los unió, y comenzó la magia. Todos sabemos lo difícil que resulta desprenderse del peruano una vez que uno se engancha, no?.

Bueno, los dejamos con la nota, y un LINK para corroborar su existencia. Hicimos este paréntesis a "El Mediador", porque creíamos que valía la pena

Nos vemos.

Patricio/ AlexB

(1). El Peruano habría fijado su participación por casa y comida, y eso hizo sospechar a los productores de la serie.



¿Hurley de la serie Lost está en Argentina y se toma el colectivo?

¿Crées que posible que uno de los protagonistas de la serie que causa furor esté viviendo en la Argentina ?

Si no te imaginabas que uno de los actores de Lost podría estar en el país, mirá las fotos que publica el sitio Taringa y te vas a sorprender.Hace varios días circula una cadena de mails en la que se puede ver a un clon de Hugo “Hurley” Reyes, uno de los sobrevivientes del Vuelo 815 de Oceanic que se cayó en una isla desierta, tomándose un colectivo de la línea 41 que va de Munro a Once.

Jueves 22 de Mayo de 2008 14:41

Para quienes duden: http://www.minutouno.com/1/hoy/article/79588-


22 mayo, 2008

El mediador - Parte 2

Su figura apolínea, apenas opacada por una leve renguera producto de una paliza recibida en la cárcel de San Francisco (USA) de parte de fanáticos de Village People, era admirada en silencio por decenas de efectivos de la bonaerense, vecinos y otros tantos curiosos que se habían acercado al lugar de la batahola.

Exclamaciones tales como “Quién es ese tipo?... “Fijate la seguridad con que camina!”... “Debe ser del Grupo GEO”, o simplemente “Qué hace ese pelotudo en medio del quilombo!”, era todo lo que se escuchaba. Apenas un puñado de voces que se animaban a romper aquel silencio cómplice de la magnánima gesta del Peruano Dorado.

El ruido de la balacera había cesado por completo, parecía un milagro.... ¿Qué cosa había generado Demian entre los malhechores como para parar así, en seco, una situación que hacía instantes parecía no tener salida?... ¿Sería, como afirman muchos, que la sola estampa del Peruano Dorado profería un respeto más cercano a lo mágico que a cualquier explicación racional?... ¿Se habían quedado sin balas?...

Esos y otros interrogantes estaban presentes en el lugar. La policía no podía creer que ese titán estuviese caminando hacia la fábrica, con paso tan firme y decidido. Demian tenía todos los ojos encima...

Frente a la puerta de acceso a empleados, Ferrante detuvo su paso. Tomó el picaporte, y la puerta se entornó hacia adentro. Su figura desapareció de pronto. Afuera, la angustia comenzaba a hacer su trabajo.

En cambio, adentro, grande fue la sorpresa del Coloso tumbesino cuando vio quiénes eran los hampones....

- “Uia!!... Nunca imaginé encontrarme con algo así!”, exclamó Demian, perplejo...

Y no era para menos... La banda estaba compuesta por 4 señoritas y señoras, extravagantemente vestidas. Algo inusual, quizás hasta inédito en la historia del delito en Argentina. Pero la cosa no terminaba allí, había algo más...

Cuando aguzó su vista, el peruano se percató del detalle. Al mejor estilo de la película “Point break", la de los “surfistas” que se disfrazaban de presidentes norteamericanos para robar bancos, Demian tenía ante sí burdas imitaciones de las cuatro divas más afamadas de la TV: Susana Giménez, Moria Casán, Nacha Guevara y Florencia de la V.

Todas estaban armadas hasta los dientes.

- “Uia!!... Recién ahora caigo!!”, dijo, sonriendo... “Ustedes imitan a famosas de la televisión para cometer delitos. Como en la película yanqui que vi en la tele el otro día con Keanu Reeves y ... Uia!!.... Y vos te parecés a la SU, y Uia!!... Vos te...”
- “Pero a ver si te callás y te dejás de decir UIA! como un tarado!”, bramó la copycat de Nacha...

- “Decime, salame... ¿Vos no sos mediador, no?”... “Quién te manda’… Batí, sos rati, no?”

- “Esteee, chicas, cálmensennn, no se enojen!. No me manda nadie... Vine por las mías, no sé... Sentí como un impulso que me llamó a entrar. Una atracción... Ya me ha pasado otras veces... A ustedes no les pasa que...”, no lo dejaron seguir...

- “Te dije que no era nadie!!. Solo a vos, se te ocurre dejar entrar a uno de los de afuera... Y ahora que hacemos con este idiota?”, rompió el silencio la SU, dirigiéndose al clon de Florencia, que no dejaba de mirarlo a Demian como si lo conociera...

Ante la pregunta de la Giménez, instintivamente todas giraron la cabeza en dirección a De laV. Aunque no había abierto la boca hasta ese momento, estaba más que claro que Florencia era la voz cantante de la banda...

- “Chicas, chicas, chicas”, dijo en tono maternal, cargado de sarcasmo... “Quizás no sea el mediador, pero nos puede servir igual. Hagan volar un poco la imaginación, qué va!”, increpó al grupo.... “A ver, vos, decime cómo te llamás, guapo?”, preguntó al peruano...

- “Estee... Demian, señorita… Demian Ferrante Kramer”...

- “Bueno, chicas... Demian será nuestro mediador a partir de ahora, yo le voy a enseñar... Vamos a ver qué tan bien se porta, y cómo negocia nuestra salida”...

La risa de Demian cesó por completo. Recién es ese momento tomó conciencia del escenario en que se encontraba. De pronto, sintió que un líquido tibio se le deslizaba sobre su pierna. Se estaba orinando...
Continuará....

19 mayo, 2008

El mediador - Parte 1

No era común que Ferrante tomara ese camino, pero aquella tarde algo lo llevó a meterse por Franklin.
Desconectado de la realidad, y silbando su melodía preferida de los Erasure“Gime a litle respect” -, Demian se dirigía hacia la pensión “Don Horacio” -sobre Mitre-, donde vivía.

Venía por Venezuela y dobló a la derecha, instintivamente. Quizás, embriagado por aquel ruido -similar al de los fuegos de artificio-, que se acrecentaba a su paso, no sabemos…
Pero haya sido o no esa la causa, no hace al tema. Demian no había dado siquiera un par de pasos, cuando de pronto se vio metido en medio de un verdadero caos.

- “Agáchese, tírese al piso”, escuchó Demian que alguien, que dedujo era policía por su uniforme azul y birrete, le gritaba entre tanto barullo…”Quiere que lo bajen?”….

Recién en ese momento, el Peruano tomó cuenta de la situación. Era testigo de en enfrentamiento entre la policía y malvivientes. Se encontraba en una posición delicada.

Luego del shock inicial, Demian se arrojó al piso con la agilidad de un muchachote. Sigilosamente, y casi inadvertido -algo habitual en su vida- se arrastró (también algo habitual) hacia el auto de la bonaerense.

- “Qué pasa?”, preguntó tartamudeando Demian al policía, cuando era obvio que se trataba de un tiroteo….

- “Está ciego??... No ve?... Estamos en el horno!!! Esto se pone cada vez peor!!”, gritó el policía… “No podemos parar la cosa, los que están adentro de la fábrica, tienen armas de grueso calibre… FAL, FAP… Tienen de todo y están dispuestos a todo!”.

El Peruano enmudeció de golpe, y su mirada se perdió en un punto lejano. No cabía duda alguna que se encontraba pensando, elucubrando vaya uno a saber qué…

Y habrán pasado tan solo unos segundos cuando, intempestivamente, y como guiado por un ser superior, Demian se paró, dejando su cuerpo al descubierto. De pronto, estaba a merced de las balas…

En este punto, queremos hacer una aclaración…Por un lado, hay quienes sostienen que no se trataría de otra cosa que de una de las tantas “… manifestaciones del coraje cívico de Ferrante en situaciones de peligro”. Estos seguidores de Demian, afirman que ha sido una constante que el Peruano “… arriesgue su vida en pos del prójimo, y que se olvide de sí mismo”.

Sus detractores, en cambio, dan la razón en parte a los primeros: “Sí, se olvida de sí mismo porque vive empastillado o borracho”; y agregan que “sus reacciones valientes” no serían más que preparativos para la huída o simple desconcierto ante el terror.

Pero más allá de lo que digan unos u otros, lo cierto es que nuestro Ferrante Kramer, el Atila de Tumbes, el Gran Coloso peruano, se había puesto de pie por algún motivo aquella tarde… Estaba jugándose la vida por alguna razón.

Desoyendo las órdenes de la policía que le recomendaban tirarse al suelo, Demian comenzó a caminar lentamente en dirección a la fábrica de donde provenían los disparos, distante unos 40 metros. Era una de las típicas PyMes del conurbano, dedicada a la fabricación de tanques de acero inoxidable para la agroindustria láctea.

Amén de ir con los brazos en alto, Demian se encontraba en grave riesgo… Nada le aseguraba que no volvieran a disparar… Pero parecía no importarle.

Fue cuando desde dentro del lugar donde estaban los malhechores, se escuchó: “No disparen!”… “Ahí viene un mediador!”…

Continuará…

17 mayo, 2008

Demian en la NASA - Última Parte

Demian se recostó tranquilo en un catre que se encontraba en un rincón, debajo de una pequeña ventana.
Estaba cansado y los simios que lo acompañaban se entretenían con unas bananas. Por primera vez en mucho tiempo, Ferrante reflexionó. Tuvo un instante de triste cordura cuando llegó a la conclusión de que había llegado a la NASA con la idea de que su obra trascendiera los confines de la tierra, y ahora estaba encerrado en una celda de cristal, rodeado de primates de la selva africana.

En ese instante lo invadió una inmensa pena, y vivió una sensación parecida al fracaso. "Maldito destino” -dijo- “… No me doblegarás. He luchado toda mi vida contra designios adversos, pero el fin último es lo que cuenta. Me sobrepondré como lo hice tantas veces!!!". Este magno final lo encontró de pie, sobre el catre… Agitando su remera blanca, de espaldas a los monos, y viendo por la ventana la luna resplandeciente colgada de un cielo límpido que engalanaba las Rocallosas.

Volvió a acomodarse, y vio como lentamente los monos se acercaban a él. No se asustó.
"Evidentemente…” -pensó- “… Mi arenga les ha llegado. Soy como una especie de Tarzán moderno, tengo llegada con los animales...". Inmediatamente recordó su historia de juventud con el gorila Rogelio, y al instante, de la emoción, se le escapó una lagrima..."Rogelio...Viejo amigo" dijo, mientras se recostaba.

Los simios se acurrucaron junto a él. Había un poco de olor, pero no pudo determinar desde donde emanaba. Poco importó. Había sido un día largo. Y la noche lo esperaba para reponer fuerzas.
"Buenas noches amigos” -dijo a los monos, creyendo que lo entendian- “Qué descasen!". Solo se escuchó del otro lado, una especie de jadeo creciente que duró unos segundos. Demian lo interpretó como una respuesta amigable. Nada sabía acerca de que ese sonido sería el preludio del doloroso momento que tenía por delante.

Se durmió profundamente. Le pareció sentir detrás suyo que un simio lo apoyaba. "Está buscando calor...pobre. Debe sentirse solo", pensó. Aquí vuelven a surgir esas voces malintencionadas que se empecinan en remarcar las falencias del peruano. Nosotros lo apoyamos como siempre, incondicionalmente. Demian es todo bondad!!!!.

La mañana lo sorprendió violentamente con un pinchazo en el brazo. Abrió los ojos y se encontró en una camilla rodeado de médicos. “Tranquilo!!”, le dijo una enfermera. “…Va a estar bien, relájese”. No hubo caso. Demian intentó ponerse de pie, pero un pinchazo a la altura de sus nalgas lo inmovilizó. Ahí se dio cuenta que el dolor irradiaba por el coxis hasta las rodillas. “¿Qué me pasó? ¿Están experimentando conmigo alguna sustancia para la guerra química?.. Por Dios, qué me han hecho!!!!!”, gritó desorbitado.
"Tranquilo. Soy John Tolove, jefe de veterinarios de la NASA. Estamos trabajando es un proyecto de interacción de simios en atmósferas modificadas. Creamos un ambiente similar al que tendrían los micos en una colonia espacial, y estudiamos sus reacciones. Sorprendentemente hemos descubierto que en este hábitat, con poco oxígeno, más dióxido de carbono del habitual y con luz modificada, los simios no diferencian a un mono de un hombre, e interactúan con los humanos como parte de su comunidad."

“Interactuar... Hasta qué punto?”, preguntó Demian, intuyendo el origen de sus dolores.

- “En todos los puntos”, dijo Tolove sin mirarlo. “Pero, no se preocupe, se repondrá. Después de unos días, no sentirá nada. Es más, esta tarde mismo usted será dado de alta y volverá a sus quehaceres sin inconvenientes”.

A Demian le dolía todo. Intentó reincorporarse y vio en un lateral del cuarto, ventana de por medio, estaban los simios en la jaula de cristal. Se acercó al vidrio y al verlos, los antropoides se alborotaron, lanzándose contra el cristal, como excitados.

- “Sorprendente!!”, dijo Tolove.

- “Sorprendente y doloroso”, dijo Demian.

El peruano no volvió a hablar con nadie. Esa misma tarde, abandonó el complejo de NASA al cual había entrado con el objetivo de viajar al espacio. “Algo es algo”, dijo para sí... "… Después de estos monos, desde esta mañana estoy viendo las estrellas..."

13 mayo, 2008

Demian en la NASA - Parte 3

El camión del zoológico de San Diego atravesó el portón principal con Demian colgado del paragolpes trasero. Al llegar a uno de los edificios principales del complejo de Cabo Kennedy, el peruano se recostó contra el paragolpes. El momento vivido con los simios lo había dejado exhausto.

Un hombre con guardapolvo blanco se le acercó y suavemente le dijo: “Buenos días… ¿Usted viene con los primates?”… “Sí”, respondió Demian en seco y seguro de lo que decía. Y en realidad, era absolutamente cierto, él había venido sobre el camión que transportaba a los monos. "Soy Demian Fe...", intentó decir, ensayando una presentación formal, pero el hombre (¿médico o docente?), del guardapolvo blanco, había desaparecido.

Al instante, el conductor del camión y un acompañante procedieron a abrir las puertas del convoy. Demian, mientras tanto, miraba desorientado buscando las oficinas de admisión para presentarse. De pronto, tres simios, tal vez guiados por el mismo gen natural que en otra época impulsó al gorila Rogelio, o tal vez por haber participado en la escena que contamos al principio de esta historia, se abalanzaron sobre Demian, tocándole sus partes íntimas.

- "Bueno! Bueno! Ahora no!... Quietos!", exclamó el conductor, y los monos al momento se calmaron. Los simios fueron llevados a un área de seguridad y Demian por no tener claro dónde ir, acompañó al hombre de guardapolvo blanco. Tal vez él, más tarde, pudiese indicarle donde hacer los trámites de admisión.

- “Pase por aquí”, le dijo el hombre, y Ferrante se encontró dentro de una sala vidriada, con un árbol artificial en el medio, una trepadora, muchas bananas diseminadas por el piso, y una especie de sillón en un rincón. Se dirigió hacia allí para descansar un poco.

- "Usted podría informarme...", dijo Demian, dirigiéndose al supuesto médico, pero fue en vano. Una vez más, el hombre había desaparecido.

Ferrante comenzó a preocuparse cuando se dio cuenta que había quedado encerrado en esa habitación de cristal junto con los cinco micos que jugaban entre sí, sin percatarse de su presencia.

En ese instante comenzó a sentir una extraña sensación. Algo parecido al miedo. Pero lo pensó mejor. ¿Qué podría pasarle?... Al fin y al cabo estaba en la NASA. El cuarto era vidriado, y por afuera había cámaras de video que lo enfocaban constantemente.

Además los monitos parecían inofensivos.

Parecían…

Continuará…

10 mayo, 2008

Demian en la NASA - Parte 2

Demian llegó a Cabo Kenndey siguiendo la estela dejada en el cielo por el cohete casi dos horas después de que abandono el callejón.

Cuando lo hizo, se encontró con una larga cola de micros, automóviles y camiones que esperaban pacientemente que el puesto de policía militar que se levantaba frente al portón principal, autorizara el acceso.

Algo llamaba a Demian hacia dentro, no tenía claro qué, pero tal vez un extraño designio del destino lo impulsaba a la que él pensaba podría ser su aventura mas apasionante. Trascender al espacio... Sin dudas sería el acontecimiento más importante de su familia en los últimos cien años. Algo descomunal...

El calor era agobiante. Un chillido agudo lo saco de su laguna mental, y lo encontró recostado del lado de la sombra de un camión con el logo del zoológico de San Diego.

Desde su interior, se escuchaban sonidos extraños que por un momento, le hicieron acordar a su juventud en Tumbes, y el episodio vivido con el simio Rogelio, del que poco o nada recordaba, por fortuna.

Demian trepo a la parte posterior y pudo ver que dentro del camión había cuatro simios que se estaban tocando sus partes intimas frenéticamente. Demian, conociendo a fondo la manera de actuar de los monos luego de haber tenido esa relación adolescente con Rogelio, pensó de inmediato: "Deben estar estresados...", y empezó a proferir palabras dulces para calmarlos, sin dejar de mirarlos embelesado.

En ese momento, el rodado pasó por el puesto militar y dos conscriptos corpulentos se quedaron mirando a Demian extrañados. “¿Será el cuidador?”, murmuraron entre ellos, a lo que el Peruano pareció contestar "Shiii... Shiii..." en un tono libidinoso, producto de la escena que estaba observando dentro del camión. Cualquiera que hubiera presenciado aquella situación, habría concluido lo mismo: el Peruano estaba excitado tanto o más que los monos.

- “Adelante...!”, gritó uno de los guardias. “Pasen!!!!”, descontando que el hombre colgado en la parte de atrás del vehículo formaba parte del convoy del zoo.

El camión pasó y la puerta se cerró. Demian (a punto de tener un orgasmo mirando a cinco primates excitados) estaba dentro de Cabo Kennedy. Su sueño de viajar al espacio, al menos en teoría, estaba empezando a corporizarse. ¿Podría hacerse realidad?...
Continuará...

08 mayo, 2008

Demian en la NASA - Parte 1

No!!.

Eviten ese chiste barato de que Demian esta siempre en la luna. O aquel que lo acusa sin respetarlo que vive en otro planeta. Esta historia es real. Ferrante Kramer participó de un programa espacial de la NASA en los Estados Unidos en los años 60.

Se que parece extraño. Algunos pueden pensar que quienes armamos este blog estamos empezando a incursionar en drogas pesadas, o mix alcohólicos. Nada de Eso. Alex B, es hipertenso y P. D´orrys, uno de los tipos más sanos de este siglo, lleva una rigurosa dieta a base de vegetales y jugos de fruta natural.

Casimiro Arenas, el biógrafo oficial del Peruano Dorado, y Walter Liberatti, tal vez el seguidor número uno de Demian, coincidieron en algo: “No publiquen esta historia. Lo van a hacer quedar como un loco…”

La historia en cuestión amigos, es verdadera. ¿Qué debíamos hacer? Ocultar uno de los relatos tal vez más trascendentes del peruano por miedo al “qué dirán” o mostrar al mundo una vez más la grandeza del Coloso de Tumbes?...

Claro está, que al estar leyendo estas líneas ustedes sabrán que optamos por la segunda alternativa.

Los detalles que siguen fueron acercados por Bobby Scott, hijo de David R. Scott, miembro de la tripulación del vuelo 9 del programa Apolo.
El Apolo IX, fue lanzado de Cabo Kennedy el 3 de marzo de 1969. Sería el encargado de probar el módulo lunar. Fue la tercera misión tripulada del programa Apolo. El equipo estaba a cargo del Comandante James A. McDivitt y además de Scout por Russell L. Schweickart, quienes utilizaron el habitáculo que debería depositar a los astronautas en la superficie de la Luna.

El vuelo amerizó el día 13 de marzo tras orbitar 151 veces nuestro planeta y después de 241 horas de vuelo. Ya estamos escuchando las voces de nuestros lectores. ¿Qué tiene que ver Demian con todo esto?

La cosa es que el Peruano Dorado, se encontraba una mañana de diciembre de 1968, durmiendo en un callejón en las afueras de la Florida. Un estruendo descomunal lo despertó. No tenía muchas certezas de donde estaba, pero vio una llamarada gigante en el cielo, que hizo que sus pantalones se mojaran inmediatamente. Petrificado del miedo trataba de descubrir que podía ser eso que avanzaba en el firmamento mientras emitía un sonido ensordecedor.

- “Es un cuete pibe…”, escuchó Demian a sus espaldas. Se dio vuelta. (Algo frío corría por su entrepierna). “Sí, un cuete…Un cuete que va al espacio. Viene de Cabo Kennedy, al norte. No te asustes, es de los nuestros”.

Un hombre harapiento dormía entre bolsas de residuos a metros de donde lo hacia él. Seguramente no lo había visto llegar la noche anterior.

“¿¿Van al espacio??…”, dijo Demian sorprendido. “Ése es mi lugar…No solo trascendencia en este mundo. Se puede tener trascendencia en otros mundos también…” y salió del callejón intentando orientarse. Se dirigiría a Cabo Kennedy.

La eterna idea de trascender ahora era más grande. En otro mundo, si hubiese vida, la cultura llegaría de su mano. Fuera de las garras de su tortuosa historia familiar, ni de sus fracasos tal vez digitado por alguna mano negra… Era su oportunidad.

Aclaramos a nuestros lectores, que no tenemos constancia de que ingirió Demian la noche anterior.

La cosa es que guiado por la estela dejada por el cohete, Demian llegó a las puertas de Cabo Kennedy. Con un sueño. ¿Sería posible llevarlo a cabo?...
Continuará...

06 mayo, 2008

Un entrañable vídeo para recordar

Hace más de un año, gracias a la labor del cinéfilo Genaro Pignataro -viejo fanático del séptimo arte y cultor de la actividad en Villa Martelli-, exhibimos en carácter de primicia 3 viejas reliquias del cine y la animación realizadas por Ferrante Kramer en Argentina y el extranjero.

La primera de ellas, "El Chirolita Ferrante", despertó la atención de varios cineastas locales, e incluso la de los ítalo americanos Martin Scorcese y Francis Ford Coppola, que supieron tener algo que ver con le Peruano Dorado; Martin, por su intento fallido de llevar a la pantalla grande "La Biblia Peruana", y Francis, por el papel que le concedió al Coloso en la versión original de "El Padrino".

Hoy, desempolvando vídeos con AlexB, nos conmovimos al verla nuevamente y decidimos llevarla a la pantalla chica de nuestro Blog, gentileza de Youtube mediante.

Más adelante, recordaremos también "El Padrino" y "Los 8 magníficos" -las 2 short movies restan- que conforman la trilogía descubierta por este estudioso del cine que es Don Genaro.

Disfrútenla!!!



Patricio/ AlexB

04 mayo, 2008

El peruano cambió la discoteca privada!!...Ahgg!!

Después de la última entrega de "El primogénito" (que esperamos haya sido de vuestro agrado), el Peruano nos ordenó renovar su "Discoteca privada", con unos temas que son tremendos.
Recomendamos especialmente:
- Lunático Punk (lo pusimos al final de la lista para hacer el menor daño posible), "cantando", El pisco es peruano...
- Triciclo Perú - versión rock - por LOS MOJARRAS... Ayyy!!!
- Contigo Perú, por Cavero, que canta como los dioses... Como los dioses lo hacían cuando tenían diarrea...
Y, por último, si es que no murieron en la escucha anterior...
- CUENTA CONMIGO, PERU, por Los Zañartú... Una experiencia inolvidable!!... (hay que escuchar los grititos de fondo de acompañamiento para saber lo que es sufrir de verdad!!)
Bueno, visto el desastre que se avecinaba con la lista de Demian, y siendo que él nada conoce de HTML ni templates, le hicimos "trampa" e intercalamos algunas "cositas" que pueden escucharse sin riesgo.
De todas maneras, para los que no gusten de leer con música de fondo, siempre está la opción de "pause".
Nos vemos en unos días, con una nueva historia del Peruano Dorado.
Patricio / Alex B

03 mayo, 2008

El primogénito - Última Parte

Don Horacio se encaminó a la puerta de entrada de la pensión despaciosamente. Daba la impresión de no querer llegar, y no era para menos…

- “Sí, ya voy”, dijo por decir, como en un intento de quebrar ese frío que le estaba helando la sangre. Y abrió la puerta de un tirón…

- “Horacio, viejo verde!”, fue lo que escuchó… Eran Walter y su banda de vagos de la Fundación.

- “Escuchamos tu mensaje en el contestador, y vinimos lo más rápido que pudimos!”, explicó Liberatti, “… Decime, ¿Ya vino el HIJO del maestro?”, agregó, no ocultando una especie de sonrisa socarrona…

- “No, no llegó, lo estábamos esperando… Pensamos que era él, cuando tocaron ustedes el timbre… Pero, bueno, pasen, no se queden afuera.”, reclamó.

El viejo Horacio se adelantó a convidarlos con “mate y palmeritas”, a sabiendas que no habían traído nada, y no se equivocó…

- “… Uh!... Al final, vinimos con la manos vacías!, viste?... Es que salimos a las apuradas!”, exclamó Liberatti, impostando una cortesía que no le iba con su actitud histórica y harto conocida de garronero.

- “No importa, ya está”, lanzó Don Horacio, y comenzó a servir las masitas que había comprado solo para él. Cuando de pronto, apareció Demian, y los dejó boquiabiertos a todos. Tenía una pinta que mataba!... Hasta se sentía perfumado.

- “Hola a todos!… Pero les pido que no me hagan preguntas”, dijo, anticipándose a la chusma… En eso, comenzó a hablar sin que nadie le preguntara nada… “Estuve pensando, saben?... Y que yo recuerde, hace más de 40 años de mi estadía en Chile. Fui por un trabajo de publicidad, y no regresé nunca más... ¿Se acuerdan?, fue cuando pasó lo de Hilda las Condes…”, susurró, como queriendo ocultar algo vergonzante…

- “Estee… Sí, cómo no nos vamos a acordar?”, disparó Ferreyra, "... O sea que…”, y no concluyó la frase. Nadie quería precisar bien aquel enredo trasandino; había sido un bochorno, nada diferente de lo que acostumbraba el peruano, pero internacional…

A partir de ese momento, todos se callaron. Nadie se animó a emitir un sonido. Y se decidieron por esperar al tal “Christian”…
Las horas pasaron, y casi se hicieron las 10 de la noche. Ninguno quería seguir esperando. Muchos ya inferían que se trataba de una broma de alguien que conocía muy bien al Peruano Dorado, y comenzaron a especular con nombres en sus cabezas…

“Casimiro Arenas, Aguirre Caspa, Raymundo Sforza?”… Eran los nombres que más sonaban, los tres eran de hacer bromas, pero nadie decía nada… Solo esperaban…
Fue cuando sonó el teléfono…

Era un llamado de la Seccional policial de Villa Martelli. El principal Azcurra le comunicaba que tenía bajo custodia a un detenido de nombre Christian que había dado el nombre de “Demian Ferrante Kramer”, como el de su padre, y el número de teléfono donde estaba llamando…
Consultado por el viejo Don Horacio acerca de cuáles eran los cargos, el oficial se negó a dar explicaciones por teléfono, y requirió la presencia del tal Ferrante Kramer.

Don Horacio explicó a los presentes la situación, y todos decidieron acompañar a Ferrante a la división policial. Al final de cuentas “eran sus amigos”, y no podían abandonarlo en las malas…

- “Déjenme a mí, entro yo”, espetó Demian al grupo, una vez en la puerta de la seccional. “Un padre debe tener en claro cuáles son sus obligaciones”, agregó, e ingresó decidido al destacamento.

Como al rato, un adolescente vestido con ropas afeminadas, zapatos de tacos altos y peluca rubia, que salía de la seccional, se presentaba ante Walter Liberatti y los otros: “Hola, soy Christian, el hijo de Ferr… Bah!!... No sé bien si soy el hijo o la hija, o nah!! Je, je!”, sonrió, y prosiguió… “A mi de chico mi abuela Hilda me decía que mi papá era Demian, cuando iba a visitarla al neurosiquiátrico… Pero, yo que sé, la vieja estaba del coco!!... Entonces se me ocurrió que viniendo a Argentina, a lo mejor le podía sacar algo a este tipo... Pero está más tirado que yo!!”, sentenció finalmente, no sin antes ofrecerles sus servicios a todos por unos pocos pesos.

Nadie aceptó la oferta, obviamente. Aunque quedó flotando la duda si había sido por respeto a la probable investidura paterna del Coloso, o a la falta de dinero, esto último altamente probable... También se barajó la hipótesis de que no “le fuera bien a nadie”; el morocho era bastante feo…

Fue Walter quien preguntó: “¿Y Demian?... ¿Se quedó en la seccional?.... Vayamos a buscarlo, carajo!”, gritó a los demás…

Mientras ingresaban a la comisaría de Martelli, el sonido de “You can leave your hat on” cantada por Joe Cocker crecía en intensidad. Detrás del mostrador, se podía ver reír a un grupo de policías que miraban hacia la zona de celdas.

Walter miró a Saverio, Artemio, Sandro y Horacio… Todos agacharon las cabezas, en espera de algo peor. Fue cuando preguntó:

- “Esteee…. Buscamos a Ferrante Kramer padre… ¿Lo tiene adentro?”…

- “Sí, caballero, bien adentro!... Está pagando la fianza del pibe, y cóomo!!”, respondió sonriente el oficial a cargo, en tanto pegaba media vuelta en dirección al patio de la comisaría.
Entre risas y el sonido de la canción que no dejaba de sonar, se podía escuchar al gentío bramar: “Vamos, peruano, acompañá a Joe Cocker con este órgano!”… “Sos mejor que tu nene, el chilenito, maestro!”…

No necesitaron más, ni preguntaron. De pronto supieron que era verdad eso que la gente cuenta sobre la policía…Todos dieron media vuelta y se retiraron presurosos del lugar. No fuera a ser que…

FIN