26 diciembre, 2010

El cine, nuevos rumbos – Parte 3/4

Lamentablemente, el idioma y las costumbres hacían complicada la interrelación entre el peruano y el resto del elenco mas allá de set. Una mañana, cansado de que nadie le dirigiera la palabra (por un lado por celos y por otro porque Demian no podía hilvanar una respuesta coherente a nada que se le preguntara en el idioma local), optó por una tarea de confraternidad. Pidió a Shim que invitara en su nombre a todo el elenco y técnicos (algo más de 70 personas) a una cena que el brindaría en honor del equipo.

- "Diles que yo cocinaré desde la entrada hasta el postre", pidió Demian a su interlocutor. “… Por favor, que no falte nadie. Los espero a todos en el comedor del estudio. 8 de la noche puntuales”

Ese día Ferrante no se presentó a las grabaciones y su "faltazo" fue en parte justificado por la producción por el hecho de que iba a ofrecer una fiesta en honor a sus compañeros de trabajo: Aishwarya Rai, Kajol, Amitabh Bachchan, Salman Khan, Shah Rukh Khan, Raj Kapoor, Dev Anand, Hrithik Roshan entre otros, jóvenes figuras del cine hindú, serian de la partida.

La noche de la reunión, Demian estaba exaltado. Se había gastado todo lo que había recaudado hasta el momento en su incursión en el cine de la India en esa cena. Estaba seguro que limando asperezas con el elenco, su potencial éxito se incrementaría.

Shim prestó su casa, una hermosa finca en la zona acomodada de Bombay, con parques iluminados y una pequeña laguna artificial frente a la mansión. Ferrante pidió a todos que lo dejaran cocinar solo. Quería que su entrega fuera total.

Los artistas llegaron puntualmente a la hora indicada, no sin un dejo de sorpresa y cautela por tan fastuosa recepción. Varias decenas de tipos de canapés, ostras, y ensaladas con frutos nativos. Demian, vestido de blanco les dio personalmente la bienvenida diciendo a todos "Es todo casero…cociné para ustedes" en un extraño dialecto que el consideraba que era hindú.

A lo largo de la velada, pocos fueron empezando a sentirse cómodos, alguno hasta empezó a profesar algún tipo de simpatía para con el Atila de Tumbes, lamentablemente esto duró únicamente hasta el momento de presentar el plato principal.

Cuando todos los invitados estaban sentados en las amplias mesas ubicadas en los jardines, el peruano apareció con un delantal y un gorro de cocinero empujando una gran parrilla con ruedas. Sobre la misma se encontraba un costillar a punto y varios trozos de carne jugosa….

Continuará….