30 julio, 2011

La Iglesia Ferrante Kramer – Parte 2/7

Demetrio comenzó a balbucear unas palabras que los demás no terminaban de entender, de un idioma desconocido para ellos, parecía un loco…

Entretanto, el peruano ya se les había acercado lo bastante para escuchar lo que Kellner, abstraído vaya a saberse porqué, continuaba repitiendo como un credo.

Demian, despojándose de los auriculares de súbito, miró a Demetrio y le dijo:

- “Inka simi?”

Fueron las primeras y últimas palabras que escuchó del peruano… Inmediatamente, se le quebraron las piernas y sobrevino el desmayo..

- “Ché, agárrenlo al ruso!”, gritó Aguirre Caspa, mientras Liberatti, Dobetti y Penetieso hacían ingentes esfuerzos por incorporar la monumental estructura de Kellner, de más de metro ochenta de estatura.

Como a los 5 minutos, y gracias a los vapores de una petaca de ginebra que Penetieso sacó del bolsillo de su pantalón, Kellner se recuperó del vahído. No obstante el haber recobrado su capacidad motriz, continuaba desvariando como sumido en un trance…

- “No puede ser!.... Sería una en un millón!... No puede ser real!”

Demian, mientras tanto, simplemente observaba desde una posición ideal. Alejado, como un mero espectador… Nos atreveríamos a decir, como si entendiera qué estaba sucediendo allí…

- “Maestro!”, gritó Dobetti, “… Pero, dígame, qué fue lo que le dijo al ruso para ponerlo así!”

Ferrante solo atinó a decir: “No sé!”, y sonrió…

- “Ya estoy mejor, muchachos!...”, alcanzó a decir Kellner, “… Pero, dónde está ese Ferrante Kramer que me habló hace un rat…”

No alcanzó a terminar la frase, cuando su mirada se cruzó con la figura del Peruano Dorado. Quien minutos antes le había parecido un ganso, un payaso de un circo cerrado, una piltrafa, un imbécil, se erigía ante él como un “tótem”, un semidiós…

- “Señor Ferrante, creo que no es casual que nos hayamos cruzado”… Y mirando al grupo, prosiguió…

- “Para que me entiendan todos… Si bien casi no me conocen, ustedes saben que además de jugar al ajedrez, muy mal, por supuesto, me dedico al estudio de historia precolombina, especialmente al idioma de esas culturas… Puedo confesarles que es casi la única razón por la que me uní a la Fundación: los libros de historia precolombina que tienen…”

- “Ah!, los que donó mi hermano unos meses antes de fallecer!”, interrumpió Sandro Dobetti. Y continuó el ruso….
- “Y entre los más antiguos antecedentes de esas corrientes indígenas a las que he podido acceder, se encuentran unas crónicas peruanas conocidas como “Cantares épicos incaicos y quipus”… El pueblo incaico, como pueblo joven y guerrero en pleno período vital de expansión y de fuerza, cultivó la poesía heroica, como estímulo para la guerra organizada por su aristocracia guerrera…”

Todos los presentes, no muy cultos al respecto, intentaban seguirlo a Demetrio…

- “Los cronistas españoles explican en sus libros cuáles eran los ritos del triunfo entre los Incas… El vencedor de los enemigos del Cuzco –ya fuesen los Chancas, los Andahuaylas o los Collas– era recibido por la población en medio de grandes hurras, danzas y canciones, alabando sus acciones y agradeciendo al Sol. Una de esas canciones a las que tuve el honor de acceder en una de mis últimas expediciones al Machu Pichu, me vino a la mente cuando el señor Ferrante Kramer venía caminando hacia nosotros… No sé la razón, pero comencé a tararearla…”

La intriga se había apoderado del grupo. Si bien no entendían una jota de historia, que el Peruano fuese el motivo de semejante alboroto, y ellos sus seguidores, los llenaba de orgullo y expectación…

- “Pocos entendidos, entre los que me incluyo, conocen el idioma antiguo con el que ha sido escrita su prosa, el INKA SIMI, o LENGUA INCA, cual su traducción expresa… El señor Ferrante Kramer me susurró al oído esas palabras, y me desmayé de la emoción… Aún estoy consternado!... Creo que estamos ante de la presencia de un descendiente directo de esa aristocracia guerrera incaica…”, dijo, y se detuvo súbitamente, como si hubiera visto un fantasma…

Continuará…