30 mayo, 2008

El evangelio según Demian - Parte 1

Su corta experiencia en Editorial Codex -se recordará-, y un poco también de confusión acerca de su persona, fueron factores determinantes en la elección de Ferrante Kramer para aquella tarea. Así como le ocurriera al personaje caracterizado por Peter Sellers en “La fiesta inolvidable”-, el apuro y equivocadas referencias le allanaron el camino al Peruano Dorado para convertirse en el hombre envidiado del momento, en un “elegido”.

Y no era para menos... Había sido seleccionado para reportear a una celebridad de las letras, el gran José Saramago, casualmente en Argentina allá por mediados de los ‘90.

La gente de Editorial Planeta estaba buscando a una persona a la altura de las circunstancias. A algún hombre “del medio” que estuviera dispuesto a enfrentar la avasallante personalidad del escritor portugués. Y Ferrante era del medio, digamos mediocre; al menos en eso no se equivocaron al elegirlo.

Se cuenta que alguien lo mencionó al pasar y lo anotaron por error en la lista de “personas a llamar”, no se sabe bien... No obstante, la cuestión es que el Peruano Dorado de pronto pasó a integrar una nómina de la que participaban “grossos” como Jorge Lanata, Pacho O’Donnel, Sergio Renán, Mariano Grondona y Ernesto Sábato, entre otros.
Algunos afirman que la confusión se habría producido a raíz del traspapelado de una solicitud de empleo para cubrir un puesto de “Guardia de Noche”; “... Lo más probable”, según estudiosos de la vida y obra del Peruano Dorado, ya que por aquella época Editorial Planeta necesitaba reforzar su seguridad debido a la gran cantidad de robos de la que había sido víctima.

Ante la falta de mejores candidatos, el nombre del peruano comenzó a tomar cada vez más fuerza. Y de allí al mito, hubo muy poco. A la pregunta “Queda solamente para llamar a Ferrante Kramer.... Perooo... ¿Quién carajo es este Ferrante Kramer?”, salieron al ruedo los que decían no saber nada, como también los fabuladores de siempre -dispuestos a contestar cualquier pavada con tal de figurar-, que afirmaban haberlo visto varias veces por televisión, que era “una eminencia”, “un filósofo” o “un genio del arte moderno”; hasta los hubo aquellos que improvisaron una falsa biografía que bien podría haber sido premiada con el Cervantes.

Así, y luego de infructuosos intentos, finalmente Demian fue contactado por los funcionarios de Editorial Planeta y tratado con inmerecida deferencia. A esa altura de los acontecimientos, Demian era casi un “semidiós”, a la luz de los falsos títulos atribuidos por sus anónimos seguidores.
Lo encontraron en la pensión de “Don Horacio”, en Villa Martelli, sitio donde paraba por aquel tiempo. Afortunadamente, el titán de Tumbes pudo atender el teléfono aquella tarde... No estaba borracho ni drogado...

Como el llamado era de una empresa, imaginó que tenía que ver con alguna solicitud de empleo que había enviado, aunque no sabía cuál, ya que había contestado un par de avisos más para “cuidador de perros” en una veterinaria, y “lanzador de cuchillos” en un circo de Temperley, respectivamente.

Pero lo sorprendió el hecho de que el llamado fuera de una Editorial y para hacer una entrevista... Lo sorprendió tanto como el nombre de quien sería su entrevistado... “Quién será Saramago, quién será...?”, se preguntaba mientras escuchaba a los de la Editorial rogándole su participación. Sin embargo, esta vez su ignorancia terminaría beneficiándolo.
Inconsciente, y partidario de arrojarse a la pileta sin agua, Demian aceptó sin chistar la propuesta, circunstancia que dejó perplejos a los funcionarios de Planeta: “Es nuestro hombre, sin duda... Ni titubeó cuando le dijimos que se trataba de Saramago... Qué seguridad, qué determinación... Se nota que es un tipo experimentado!”, exclamaron, sin conocer el verdadero trasfondo del asunto.
Cuando los de Planeta se contactaron con el autor de “El evangelio según Jesucristo” y le mencionaron al “...Gran maestro Ferrante Kramer” como la persona que lo entrevistaría, Saramago acusó cierta extrañeza.... ¿Se le habría perdido algún nombre entre los tantos grandes de la literatura?... ¿Sería alguien nuevo, joven... O medio tardío como él, que hubiera comenzado recientemente a escribir?...

A pesar de no registrar al peruano, Saramago no opuso traba alguna. Tenía por norma no discutir con las Editoriales; además, sabía que las elecciones que hacían eran serias, cuidadas... Y confió... Una pena...
La reunión sería en la habitación del hotel donde casualmente se encontraba, sobre Carlos Pellegrini, casi esquina Lavalle.
Continuará....

8 comentarios:

©Claudia Isabel dijo...

jajaj, que grande el Peruano, hombre de letras es!!!
Me mata la Disco del Peruano, genial!!! falta la bola de espejos...
Besitos

Leandro DS dijo...

No dudo que de la maestría del magnífico Peruano, pero... con Saramago? es como para ir sintiendo verguenza?
Saludosssss

El Peruano Dorado dijo...

Claudia, sabíamos que te iba a pegar El vino griego de José Vélez!. Pero veo que la disco pudo más...

Leo, Ferrante Kramer con Saramago... Sí!!... Y qué??... Pensás que Demian no está a la altura de Don José. Cuando termine la historia, me contás!.

Un abrazo a ambos.

Patricio

Luis dijo...

Vamos Peruano!!!.. Con Saramago, nada menos!.. Por fin se te da una. Creo que se viene la reivindicación del peruano, o me equivoco??

Laura

ItoCuaz dijo...

No puedo decir que estoy de vuelta, no, si el puto semestre aún no acaba y de verdad que ya estoy harto... pero me ha gustado tanto esta historia, me distraje un poco. Por cierto, creo que el que el Peruado Dorado haya enviado su solicitud de conserje a la editorial planeta se debe a que éste consideró que dicha editorial necesitaría un conserje inmiscuido en el medio. Eso creo yo...


Un abrazo!

El Peruano Dorado dijo...

Muy buena apreciación la tuya, Itocuaz. Un abrazo y gracias por tu visita.

Patricio

Penélope dijo...

Digna historia de un mediocre como Demian. Metido con Saramago... Válgame Dios!. Espero que no se ofenda la figura de un grande de las letras de verdad. Peruano, te sigo a muerte,por detrás!

Mrs. Robinson

Anónimo dijo...

"No estaba borracho ni drogado..."

Al menos...

Con lo de lanzacuchillos no se dió cuenta que el puesto era para el sujeto al que se los lanzan... ;-)

Ya me imagino al peruano después de la llamada de la editorial:

Sara el Mago??

Me voy a la segunda parte...