Mucho podrá hablarse, escribirse y hasta invertarse sobre las actividades desarrolladas por Demian Ferrante Kramer y sus miles de seguidores en todo el mundo a lo largo de los últimos 50 años. Sin lugar a dudas pocas cosas relacionadas con el coloso de Tumbes hayan generado una marca tan profunda en las generaciones futuras de latinoamericanos como el proyecto más ambicioso encarado por la Fundación DFK desde su creación, ligado íntimamente al ámbito cultural.
Habiendo fracasado la idea de la Estatua de Demian (si lo desea puede encontrar detalle de esta historia en entradas anteriores en este blog) nadie quiso por mucho tiempo, proponer proyecto alguno para implementar a través de la fundación. De hecho… casi no había tema de conversación en cada reunión de Comisión Directiva: El olor a humedad en el Salón Principal, las Cajas de Remeras acumuladas cuando el retrato de Demian lloró sangre (que no fue mas que un error de interpretación de alguien deseoso de encontrar algo nuevo en quien creer), los resultados del turf, en fin… no había mucho y de esa forma, la Fundación como asociación civil entraba en terapia intensiva.
Milo Alvarez, coordinador cultural encaró por su cuenta una serie de cursos de electricidad (de hecho, era electricista) y hubo un par de anotados. Reparación de heladeras y aire acondicionados no tuvo tanto éxito, pero con los de pastelería –más allá de que Alvarez poco sabia de gastronomía- repuntaron.
El hecho es que este tipo de actividades tuvieron cierta repercusión en Villa Martelli y “Los Cursos de la Fundación” como de a poco empezaron a ser conocidos adquirieron cierta (e inexplicable) popularidad. De a poco empezaron a aparecer transeúntes que ingresaban a la sede para preguntar por el dictado de cursos de la más diversa índole (origami, tejidos, corte y confección, física cuántica, análisis matemático, diseño gráfico, ikebana, bonsái y reiki, eran por lejos, los mas consultados).
De a poco, Milo Alvarez, empezó a darse cuenta de que sus iniciativas estaban “levantando” a la Fundación. La “semilla” de la expansión cultural estaba instaurada en la sociedad a través de la Fundación. Este era el momento para dar el gran salto. La Educación Argentina tenía un bache y este era el momento de cubrirlo. Habían surgido los basamentos esenciales para el nacimiento de un ámbito donde –exaltando la figura del coloso de Tumbes- la cultura latinoamericana renaciera: LA UNIVERSIDAD FERRANTE KRAMER.
De más está decir que cuando Alvarez expuso su idea, sus compañeros de comisión directiva no salían de su asombro, de hecho…Esteban Loti (coordinador de deportes) llamó a escondidas a la mujer de Alvarez durante la reunión, para corroborar si Milo estaba bajo el efecto de algún medicamento o inconveniente de salud que lo hubiera hecho –al menos momentáneamente- perder la razón.
Al no encontrar un motivo racional para negarle el apoyo y frente al entusiasmo, las explicaciones y proyecciones que había preparado Alvarez, la Comisión Directiva (con ciertos reparos) apoyaron la idea.
Milo recorrió durante meses el Ministerio de Educación cumplimentando los trámites necesarios para poder funcionar como casa de estudios, hasta llegó a pedir entrevistas con el ministro de turno quien se negó sistemáticamente a recibirlo al no encontrar un motivo sustentable que avalara la reunión.
La Sede de la fundación, funcionaría como Rectorado y Secretaria. El Centro Italiano de Villa Martelli aportaría (al menos en un principio) espacio para aulas y una sociedad de fomento de la zona facilitaría sus instalaciones para ser utilizadas como campo de deportes.
Milo (autonombrado Rector) reclutó un centenar de docentes de dudosa procedencia. El tiempo empezó a correr. En 60 días debía presentar en el ministerio el plan de estudios del a nueva Universidad de Ciencias Humanas (1). Analizó curriculums, entrevistó postulantes y en un par de semanas hilvanó bastante precariamente un plantel docente y administrativo.
Mientras las autoridades de la Fundación no llegaban a entender el esquema de repago de este faraónico emprendimiento (¿de donde saldría el monto para asumir sueldos y cargas sociales de los empleados y los gastos operativos para ponerlo en marcha?) aprobaron un préstamo de $ 400 (monto aportado desinteresadamente por las fuerzas vivas de la zona) para el desarrollo de una campaña publicitaria.
Llegó el día el comienzo de la inscripción de 134 carreras de grado diferentes (una más que Harvard), mucho entusiasmo y un gran optimismo. A los diez días, en una decisión concensuada junto a las autoridades de la Fundación, Alvarez redujo a 35 las ofertas docentes y al mes solo quedaban 6.
Utilizando un sin fin de herramientas de persuasión que llegaron a incluir el recorrer durante ldos meses la zona“puerta a puerta” para convencer a potenciales alumnos, Alvarez no logró inaugurar la lista de inscriptos. Sólo se acercó una vecina una mañana, para preguntar si allí bañaban mascotas.
El proyecto nacido como la revolución cultural de la década en Latinoamérica comenzaba a hundirse cual titanic en aguas congeladas…
El Ministerio de Educación no aprobó el permiso para funcionar como Casa de Estudios. Objetó 675 ítems en la presentación realizada por Alvarez a tal fin. Las entidades sociales que inicialmente iban a colaborar en el proyecto, al intuir el desenlace, se desentendieron velozmente y cortaron relaciones con la Fundación por considerarla poco seria.
Alvarez desapareció de un día para el otro, y Martin Garrido (publicitario que ideo la campaña de lanzamiento y la imagen institucional de la entidad) hasta el momento no cobró los $ 400 del presupuesto aprobado oportunamente por su trabajo.
Junto a esta entrada, un aporte desinteresado de un lector que –conocedor de esta historia- nos envió una foto de una placa que le pareció familiar, descubierta casi de casualidad en la parte trasera de la puerta del baño de hombres de la confitería “El Tren Mixto” que supo estar en Av. Del Tejar (hoy AV. Balbín) y la vía del Ferrocarril Mitre.
(1) Nunca llegó a definirse que abarcaba este concepto.
1 comentario:
Para cuándo la memorabilia de Ferrante Kramer?. Qué les pasa... No se animan con algunos productos caseros: dulce de leche, esponjas, remeras, Chirolitas...
Soy comprador y pago bien. Espero respuesta. Cambio y fuera!
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