Dejando de lado a “La Piedad” de Miguel Angel que fuera atacada por un loco a martillazos a mediados de los años sesenta, ingresan en este siniestro club, el mural de Cantinflas en pleno DF mexicano, que fuera dañado por hinchas del América cuando su equipo perdió el campeonato con las Chivas de Guadalajara en febrero de 1985, o la estatua de Walt Disney con Mickey Mouse que se encuentra en la entrada principal del Eurodisney, atacada a botellazos por un visitante chino por sentirse disconforme con las atracciones del parque temático en relación al costo de la entrada.
Demian no escapa a esta regla. Como toda personalidad con trascendencia internacional Demian tiene su estatua. No fue dañada... directamente no fue...
Porque nadie tiene claro donde está.
Sí... Imaginamos, querido lector, su incredulidad ante esta afirmación, pero este tema –por su importancia- merece una explicación.
En la primavera de 1982, Carmelo Lipozzi, en ese entonces coordinador de eventos y agasajos de la Fundación DFK, propuso en una reunión de Comisión Directiva, la creación de una estatua para inaugurar en los festejos del 50 aniversario del nacimiento del escriba de Tumbes.
Si bien la moción fue aceptada casi por unanimidad, la discusión se planteó en relación al lugar en el cual ubicarla: La plaza de Villa Martelli, el patio trasero de la sede de la Fundación, la esquina de Mitre y General Paz, en fin, hubo mas de una veintena de lugares.
Finalmente se decidió colocarla en la entrada de la Estación Padilla, del Ferrocarril Belgrano, en la entrada de Villa Martelli. Este sería sin dudas, un punto neurálgico en el cual toda la comunidad iba a poder ver el homenaje día a día y reconocer de esta forma al reconocido poeta latinoamericano.
La gente de la Fundación se movió rápidamente y recolectó entre los vecinos y en distintas demoliciones de barrios aledaños, una considerable cantidad de canillas, marcos de puertas, tapas de inodoros y caños de plomo, para poder fundirlos y generar la materia prima para la obra que sin dudas seria un hito en la historia de la Fundación. (1) .
También hubo gente que realizó donaciones de cadenitas, relojes, calentadores, etc. Al mejor estilo 24 horas por Malvinas. Hasta se llegó a convocar a Pinky (amiga de Demian) para utilizarla como cara visible de la campaña recaudadora, pero ésta se negó aduciendo cuestiones personales.
Desarrollaron una rifa y un bingo para juntar fondos. $ 895 pesos fue el total recaudado que fue entregado al reconocido artista plástico bonaerense Aldo Licome, quien en marzo de 1983 comenzó la obra.
Lipozzi, a pleno con la tarea, se contacto con Daniel Ferrante Kramer (sobrino nieto del Maestro) para conseguir algunas fotos. La falta de colaboración familiar para esta causa hizo que solo trajera unas fotos de Daniel aduciendo que “es un calco el hijo de puta… es igual a Demian” y de ahí se tomaron las bases para tallar el rostro de la estatua.
Pasaron los meses y en el lugar indicado para la ubicación de la estatua se encontraba tapado, Licome trabajaba noche y día y cuanto más se acercaba el día, mas excitación se generaba entre los integrantes y allegados a la Fundación. Hasta las vecinas del barrio, acercaban bajo las tapias donde trabajaba Licome, sandwiches, frazadas, colchones, frutas y gaseosas como una forma de contribuir con la obra.
Llegó el día. Casi 90 personas estaban listos y frente a un paño que cubría la obra, el intendente de Villa Martelli (que llego tarde pero llegó) una orquesta que amenizaba la velada con obras características del norte de Perú… pero faltaba Licome.
Llegó la hora estipulada y Lipozzi tomó la posta. Improvisó unas líneas, que emocionaron a varios de los presentes, con un discurso plenamente sesgado hacia la obra de Ferrante y cuando llego el momento corrió el velo violentamente ante el estupor de la multitud.
Frente al monolito donde debía posarse la estatua había un cartel de aluminio que decía:
“Ferrante no tiene patria, no tiene lugar va para todos los putos que siempre me cargaron diciendo: Licome se la come”
Desazón total. Mientras la orquesta tocaba sin saber que… y a Lipozzi (quien ya le había pagado a Licome (2) lo atendían los médicos del SAME, varios de los vecinos que habían realizado donaciones, sintiendose estafados, cargaron contra los integrantes de Fundación DFK.
Meses después, a la Fundación comenzaron a llover mails de todas partes del mundo, que aducían haber visto estatuas de Ferrante Kramer en los rincones más recónditos del planeta.
Desarrollaron una rifa y un bingo para juntar fondos. $ 895 pesos fue el total recaudado que fue entregado al reconocido artista plástico bonaerense Aldo Licome, quien en marzo de 1983 comenzó la obra.
Lipozzi, a pleno con la tarea, se contacto con Daniel Ferrante Kramer (sobrino nieto del Maestro) para conseguir algunas fotos. La falta de colaboración familiar para esta causa hizo que solo trajera unas fotos de Daniel aduciendo que “es un calco el hijo de puta… es igual a Demian” y de ahí se tomaron las bases para tallar el rostro de la estatua.
Pasaron los meses y en el lugar indicado para la ubicación de la estatua se encontraba tapado, Licome trabajaba noche y día y cuanto más se acercaba el día, mas excitación se generaba entre los integrantes y allegados a la Fundación. Hasta las vecinas del barrio, acercaban bajo las tapias donde trabajaba Licome, sandwiches, frazadas, colchones, frutas y gaseosas como una forma de contribuir con la obra.
Llegó el día. Casi 90 personas estaban listos y frente a un paño que cubría la obra, el intendente de Villa Martelli (que llego tarde pero llegó) una orquesta que amenizaba la velada con obras características del norte de Perú… pero faltaba Licome.
Llegó la hora estipulada y Lipozzi tomó la posta. Improvisó unas líneas, que emocionaron a varios de los presentes, con un discurso plenamente sesgado hacia la obra de Ferrante y cuando llego el momento corrió el velo violentamente ante el estupor de la multitud.
Frente al monolito donde debía posarse la estatua había un cartel de aluminio que decía:
“Ferrante no tiene patria, no tiene lugar va para todos los putos que siempre me cargaron diciendo: Licome se la come”
Desazón total. Mientras la orquesta tocaba sin saber que… y a Lipozzi (quien ya le había pagado a Licome (2) lo atendían los médicos del SAME, varios de los vecinos que habían realizado donaciones, sintiendose estafados, cargaron contra los integrantes de Fundación DFK.
Meses después, a la Fundación comenzaron a llover mails de todas partes del mundo, que aducían haber visto estatuas de Ferrante Kramer en los rincones más recónditos del planeta.
Vaya a saber si es la misma, si Licome emplazó réplicas de su obra en varias ciudades del mundo, o algún gracioso los estuvo jodiendo durante años.
Lo que en casi todos los mails se repite, es la foto que se adjunta a esta entrada. Si usted llega a verla avíselo por mail a mailto:yovilaestatua@fundaciondfk.com.ari ndicando la ubicación exacta en la que fue vista. A la fecha, se han recibido 46.122 mails. El mail 50.000, tendrá de premio una reproducción firmada por Licome (que es lo único que hay) enmarcada.
(1) Dicen los que saben que llegaron a juntar 249 kgs de fundición.
Lo que en casi todos los mails se repite, es la foto que se adjunta a esta entrada. Si usted llega a verla avíselo por mail a mailto:yovilaestatua@fundaciondfk.com.ari ndicando la ubicación exacta en la que fue vista. A la fecha, se han recibido 46.122 mails. El mail 50.000, tendrá de premio una reproducción firmada por Licome (que es lo único que hay) enmarcada.
(1) Dicen los que saben que llegaron a juntar 249 kgs de fundición.
(2) Licome nunca presentó rendiciones de gastos por lo cual, se hizo de una con los $ 895
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