28 febrero, 2007

El loco del bate (Parte 1)

A principios de los años ’80, la sociedad argentina se encontraba consternada por una serie de acontecimientos que se conocieron por el alias asignado a su autor: “El loco del bate”. Este individuo, un criminal muy huidizo del que poco y nada se sabía, tenía desorientada a la policía y hasta al propio Ministro del Interior.

Demian, quien por ese entonces se encontraba por aquellas tierras, no era ajeno al hecho.

Su condición de escritor, pero mucho más su vocación periodística, ya manifestada tempranamente como redactor de la columna “Quien se portó mal esta semana” del diario del Colegio donde estudiaba, inclinaron decididamente su atención hacia el resonante caso... Sus innumerables vericuetos y derivaciones, sumados a la permanente campaña por radio, TV y decenas de periódicos y revistas, invitaban a la curiosidad del más indiferente de los mortales.

Pero había algo más en aquellos sucesos que alimentaba la inquietud del Peruano Dorado... Un común denominador que no podía identificar, y que lo remontaba a recuerdos de su niñez en Tumbes. No obstante, sabía que no era nada bueno... Sentía un gusto feo en la boca cada vez que escuchaba hablar de “El loco...”. Es que su modus operandi no era tradicional; el arma utilizada por este criminal era “un bate de baseball”, instrumento con el cual sometía sexualmente a sus presas antes de darles muerte. Y una particularidad: sus víctimas eran siempre hombres maduros.

Sin embargo, eso no sería nada comparado con un detalle enfermizo que coronaba las escabrosas puestas en escena de este demente: junto a sus víctimas, y al mejor estilo de “El silencio de los inocentes”, dejaba dentro de las bocas de sus sometidos un “insecto”, más precisamente “una cigarra”. De ello que también se lo conociera como “El loco de la cigarra”.

La agudeza analítica que le confería su perfil de investigador, más el alcohol que habitualmente ingería para sentirse “Al palo!”, como solía decir, llevaban a Demian a especular entre amigos teorías policiales rayanas con la fantasía y el delirio: “Podría ser un jugador de baseball que fue sometido en los vestuarios, no?”, inquiría al grupo buscando adeptos; “Ahh!! No, mejor alguien que de niño fue obligado por su padre a comer cucarachas”, argumentaba, recurriendo a imágenes de su infancia ... “Pero yo no salí un psicópata”, bramaba furioso como afirmando que no todos tenían porqué terminar así; “No, esperen!!.. Seguramente algún fracasado que no pudo llegar a nada en su vida y se desquita matando gente... Eso!!”, reflexionaba, al mismo tiempo que abandonaba la idea por guardar semejanzas con alguien que conocía muy bien.

No obstante la última gafe, Demian continuaba deduciendo posibles líneas de investigación ante sus ocasionales amigos del trago, mientras miraban por la televisión del bar las últimas novedades.

Pero no fue hasta que habló “Esponja”, el japonés (es "ponja" por japonés y por lo que chupaba), que a Demian se le iluminó el estante.

“Milá, Felante, ahí está!!... El loco de la Cigala!”... “CIGARRA, japonés”, contestó Demian... “Se dice cigarra, no CIGALA”... Y no terminó de decir CIGALA por segunda vez, cuando se le cruzó por la mente su amigo de la infancia, TITO CIGALA (Ver “Los crímenes de Huasago”).

“¿Tito?, se dijo, “Tendrá algo que ver?”, gritó causando temor en los presentes. Ferrante Kramer sintió que el destino volvía a ponerlo nuevamente en una situación difícil. Y estaba decidido a enfrentarla para desentrañar la verdad. Aún a costa de un nuevo fracaso, de un nuevo dolor....

Continuará ...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te extraño..si !!
el tiempo pasa y no volves...
un profundo poso en mi , queda sin cubrir..
espero tu regreso peruano de mi vida !
se mi delincuente !
si me buscas...aca estoy.

http://www.fabian-schultz.com.ar/

tuyo
FS

El Peruano Dorado dijo...

Gracias Fabián por los elogios al Golden Peruvian. Esperamos ansiosos tomar contacto con lo tuyo... Aunque no dudamos que tus cantos sean mejores que los de Demian.
Cuando te parezca, puedes darte una vueltita por la Fundación. Walter desea conocerte.

Artemio Ferreyra
Fundación DFK