17 febrero, 2007

El "Demian" (Parte 2)

En la primera parte de "El Demian", habíamos visto como una simple idea, percibida inicialmente como "un delirio más" de la Fundación DFK, se había convertido de a poco en una esperanzadora propuesta para encumbrar al Coloso de Tumbes por vez primera... Aquella fascinación ante tanta creatividad, los había alineado a todos detrás de Artemio Ferreyra, el líder del proyecto.

"Creo que está todo, no... Ustedes ven que falte algo?", reclamó Artemio al grupo, sabiendo que no se le había escapado nada. El plan estaba completo, como pocas veces se había visto en la Fundación.

"No, nada Ferreyra, está todo claro", dijo Dobetti, manso como una oveja... "Manos a la obra", sentenció Artemio, "Cada uno a lo suyo", agregó. El que se mantuvo callado, quizás el que primero adhirió a la idea y disparó la iniciativa, fue Liberatti. El papel que había asumido Ferreyra, ese porte altanero y despótico que evidenciaba, le quitaron el buen humor.

Después de todo, él era el Presidente de la Fundación, y Ferreyra un simple vocal suplente, por aquel entonces.... "Qué quiere realmente Ferreyra con este asunto?", especulaba para adentro... "No será que lo del Demian es sólo una excusa para desplazarme?", se preguntaba en silencio.

El miedo a perder su espacio de poder en la Fundación invadió a Walter... Pero, no obstante, como buen político y buscavidas que era, le sonrió al grupo y dijo: "Vamos, carajo!! ... Todos con Ferreyra... Hay que apoyarlo!!".

La gesta por el "Demian" arrancó con todo. En la casilla de e-mail de la Fundación se comenzaron a recibir miles de cuentos, ensayos, poemas de más de 100 países. Y todo ello, aún a pesar de que a último momento se decidió incluir un "Cargo de Inscripción" para tener derecho a concursar. Eran $ 5 (o 5 dólares, para los participantes extranjeros)... Pero, contra todo pronóstico, el hecho de ser pago no había afectado los resultados esperados.

En apenas 15 días, y faltando aún un mes para que venciera el plazo de recepción de los trabajos, se habían recibido 1456 participaciones, o su equivalente en pesos/ dólares: $/ U$S 7.280. La cuenta bancaria -una cuenta corriente- abierta al efecto, crecía día a día, para sorpresa de todos.

La movida había dejado de ser local... Su repercusión llegaba hasta la Capital. A días del cierre, la cuenta registraba más de diez mil dólares. La Fundación llegó a rechazar a algunos escritores conocidos que querían participar como miembros del Jurado... Así, se impugnaron a último momento las solicitudes de Marcos Aguinis, Jorge Asís y Pablo Coelho.

Las obras fueron revisadas y leídas por los que integraban el Jurado elegido, clasificadas y debidamente calificadas, respetando normas internacionales sobre la materia que el propio Ferreyra había conseguido; se llegó a hablar incluso de Normas ISO, aunque no tenían nada que ver. La pulcritud y prolijidad de la empresa encarada eran admirables... Los parroquianos de Martelli no podían salir del asombro.

Hasta la Municipalidad de Vicente López, viendo la seriedad del asunto, le confirió al evento carácter "De Interés Municipal", con traslado a la Gobernación de Buenos Aires, para que se le otorgue similar status a nivel provincial.

Lo único que no había salido de acuerdo con lo presupuestado era la obtención del metal que requería la producción de las estatuillas. Todos los vecinos lo habían vendido, y ninguno de la Fundación obedeció la orden de Ferreyra de salir a cirujear. Pero no había problema, el dinero recaudado alcanzaba perfectamente para pagar todos los gastos realizados hasta el momento, incluso la confección de los 1020 "Demian" (1).

Quien no daba señales, quizás por sentirse despechado, era Liberatti. Todos recordaban haberlo visto el viernes por la mañana, alrededor del mediodía, prometiendo venir para el día de la entrega de premios.

La semana anterior, fue la de los pagos. Ferreyra y Dobetti comenzaron a firmar cheque tras cheque, hasta agotar la libreta de 50 que el Banco les había proveído. Cada vez que firmaban uno, ambos se miraban y sonreían... Sucedía que, sensibles a los errores del pasado, no podían creer que dispusieran de "dinero real" y que los cheques fueran de verdad... "Hay fondos!", gritaban por cada firma estampada.

El primero que se acercó aquel jueves fue el panadero, Genaro Delgado, uno de los que había apoyado la idea de Ferreyra. "Che, Artemio, me vino rebotado el cheque que me diste... El Banco dice que difiere la firma"...

"Cómo que difiere la firma, si lo firmamos el gordo Dobetti y yo?", gritó enfurecido... "Llamame a Liberatti, que él fue el que llevó los papeles al Banco... Dónde andará ese boludo, justo ahora que lo necesitamos!!", agregó.

Durante los siguientes días, aparecieron decenas de acreedores con cheques rebotados por "Difiere firma". A esa altura, ya todos lo sabían. Ni Ferreyra ni Dobetti estaban autorizados para emitir cheques... El único con firma válida era Walter Liberatti.

Walter fue encontrado 10 días después en un prostíbulo de Escobar... Desde hacía una semana estaba enfiestado por un grupo de señoritas que lo había apodado "El viejo verde", por la cantidad de dólares que se patinaba en bebidas y servicios sexuales. Dobetti y Ferreyra habían sido detenidos y se encontraban procesados por estafa, fueron auxiliados por un abogado de la zona que se llevó los últimos pesos que le encontraron a Liberatti.

Los lugareños de Martelli, decepcionados una vez más, cubrieron las paredes de la Fundación con graffitis que rezaban "Todos chorros, Ferrante también". La Municipalidad evitó el bochorno milagrosamente; a último momento, y con la resolución en el Consejo Deliberante, transformó la declaración de Interés Municipal del "Demian" por lo primero que tuvo a mano: "La elección de la Reina del Pochoclo de Villa Martelli".

Y lo que pudo volver a sus dueños, volvió. Algunos perdieron todo, y otros acreedores recuperaron parte... Como el que fabricó los "Demian", que pudo venderlos por e-bay a un organizador de eventos del extranjero, atraído por el rostro de la estatuilla... Decía que como tenía cara de "Don Nadie", iba a poder utilizarlos para premiar cualquier acontecimiento sin valor.... " .. Siempre se organizan porquerías, y todo boludo quiere su premio, no?", se cuenta que confesó en rueda de amigos.

Una vez más, paradójicamente, ocurría algo parecido a lo sucedido siete décadas atrás con el Oscar de la Academia de Hollywood... Pero al revés.

(1). Dobetti, Penetieso, Aguirre Caspa y Castagno, estaban en desacuerdo con el nombre “Demian” que Ferreyra le había impuesto al premio, y preferían llamarlo “Peruano Dorado” o “Golden Peruvian”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguien muy cercano a mí me regalo una estatuilla parecida a la que aparece en vuestro Blog. Soy chilena, e hija de Hilda las Condes. Sabré apreciar cualquier aclración al respecto.

Zulema las Condes