Los Archivos Ferrante Kramer (IV): "Demian, héroe nacional de los trabajadores brasileños" (Homenaje en su 73º natalicio)

Los acontecimientos que se relatan a continuación pueden no ser totalmente ciertos.

Brasilia, 30 de octubre de 2006

El lunes 30, un día después de las elecciones que coronaron presidente a Lula Da Silva por un nuevo período, el Jornal Do Brasil titulaba en primera plana: “Apareció Clodovil Hernandes”.

La noticia – aparentemente intrascendente - contrariaba la lógica... Cualquier lector, en cualquier lugar del mundo donde se disputaran elecciones presidenciales, habría esperado que fueran éstas las que ocuparan aquel lugar de privilegio en los diarios.

Pero sucedía que Clodovil Hernández no era una persona cualquiera. Afamado modisto brasileño de la década del ’70, confeso gay y flamante diputado, Clodovil había desaparecido un mes atrás, desplomando las expectativas del Partido Trabalhista Cristiano que lideraba, y facilitando el triunfo de Lula.

Con una escueta carta que rezaba “Renuncio a mi candidatura y me voy con mi amigo donde nadie nos moleste”, el modisto devenido ahora en político, decepcionaba a cientos de miles de votantes que habían visto en él a una figura prometedora.

Sin embargo, el motivo de su alejamiento de la política, en parte cierto, tendría derivaciones insospechadas. Habría preguntas sin respuestas... O respuestas que sólo un personaje, un grande, podría ofrecer: Demian Ferrante Kramer.


San Pablo, 4 de noviembre de 2006

Lula, de festejo en festejo, y alentado por el abundante alcohol que pulula en los eventos políticos, sería quien habría de hacer estallar el escándalo: “¡Gracias a Ferrante, a mi queriiido Deeemian, gané en segunda vuelta... y viva la caipiriña mieerda!!”.

Apretado que fuera por la prensa, un Lula desaforado, confesaría que la desaparición de Clodovil había sido “.. Parte de un plan diseñado en conjunto con su amigo Demian Ferrante Kramer” (1), con quien habría entablado una profunda amistad en la Cumbre de las Américas, cuando compartió tragos y algo más junto a Evo y Chaves.

Así, de la noche a la mañana, Demian se convertiría en héroe nacional. En alguien que se había deslomado como nadie antes en pos del “trabalhador” brasileño: en “El rey de los trabalhadores” o “Trabalhiño”, como cariñosamente se lo bautizó.

Y no era para menos. Los entretelones de un frustrado plan de “secuestro”, devenido luego en “singular trabajo de seducción” por sugerencia de y a cargo del propio “Maestro”, lograron que un “desprevenido Clodovil” cayera en la trampa de ese gigante erótico que es Ferrante Kramer.

Hábilmente, y con promesas a Hernandes que asegura no haber cumplido porque “..Mi moral me lo impidió”, según confesaría sonrojando a la prensa, Demian se las ingenió y como se dice “..Se rompió el culo como un verdadero laburante”, para tener “a raya” al neo-político en cuestión por 30 días en una casa playera de Buzios, y permitir que Lula llegara sin oponentes de “envergadura” a las elecciones.

El 5 de noviembre, todos los diarios brasileños darían cuenta de la hazaña de Ferrante. De la entrega de este “hombre” por el pueblo de Brasil, por su amigo Lula, por la revolución latinoamericana.

Como en Huasago años atrás ayudara a capturar a Salinas, su amigo violador de gallinas, aquel día, en Brasil, Demian Ferrante Kramer comenzaría a escribir las primeras páginas de su atribulado camino a la victoria. Demian acariciaría por vez primera la fama y el éxito... Fama y éxito que, vaya uno a saber, cuánto lodo y pecado inconfesados le habrán costado!.

Demian Ferrante Kramer, sería otra vez un héroe verdadero!... No simplemente un “flojo de boca” o un luchador de pluma y papel, sino de los que combinan las plumas con la acción. De los que muerden el polvo, se levantan y vuelven a bajar, pero para morderlo otra vez, con ganas, con bronca... De los que nunca se rinden... Hasta acabar!!

(1). Recuérdese que Demian trabajó como ascensorista en el hotel que albergó a los presidentes latinoamericanos.