05 diciembre, 2007

El Efecto Mariposa - Parte 1

Corría el año1969, y Demian se encontraba en Albuquerque, Nuevo México, trabajando como botones en el hotel Best Western Río Grande Inn. Nada de lo soñado en su Tumbes natal se estaba haciendo realidad. Ningún nuevo libro, siquiera una nota periodística, un reportaje… Nada!

Demian había partido de Perú huyendo del fracaso, pero éste lo había alcanzado y anclado en aquel hotel de Nuevo México, sin lugar a dudas. Los Estados Unidos estaban muy lejos de ser lo que él anhelaba para su carrera artística.

Su frustración era tanta -ya nadie siquiera recordaba que era el autor de La Biblia Peruana-, que no había momento en el que no se sintiera un perdedor y se preguntara qué estaba haciendo allí, en qué estaba fallando para que todo le saliera al revés.

Y la respuesta a sus interrogantes le llegaría por casualidad.

En aquel hotel, para fortuna del Peruano Dorado, se alojaba un tal Edward Lorenz, un personaje totalmente desconocido para Demian, pero que habría de darle un vuelco a su patética vida.

Lorenz era un prestigioso meteorólogo que por aquel entonces se dedicaba a estudiar el comportamiento de la atmósfera, intentando encontrar un modelo matemático que permitiera predecir los cambios climáticos mediante simulaciones en una computadora.

Y fue durante una de las tantas conferencias que diera Lorenz en el auditorio del hotel, que Demian escuchó de su boca aquello que le cambiaría el modo de ver la realidad…

“…Señores… imaginemos a un meteorólogo que hubiera conseguido hacer una predicción muy exacta del comportamiento de la atmósfera, mediante cálculos muy precisos y a partir de datos muy exactos…. Bueno, este buen hombre podría encontrarse con una predicción totalmente errónea por no haber tenido en cuenta el aleteo de una mariposa en el otro lado del planeta….Amigos, ese aleteo que no consideró, podría ser el causante de una tormenta, de un ciclón o de un maremoto!!….”

“GUAU!”, gritó Demian, llamando la atención del meteorólogo, y despertando la hilaridad de los presentes, que miraron sorprendidos hacia el lugar donde se encontraba aquel insolente botones…

Sin quererlo, Demian se había desayunado de una de las especulaciones científicas más importantes de los últimos 50 años, y nada menos que de uno de los más grandes hombres de ciencia del momento: Edward Lorenz…. Demian había escuchado lo que se conocía como “Modelo de Lorenz”, y su “Efecto Mariposa”

Pero aquella exclamación del peruano no había sido casual; se había debido a que algo de lo dicho por Lorenz le había pegado verdaderamente fuerte en su interior…

“¿Podría también el aleteo de una mariposa ser la causa de su fracaso?... ¿Sería su mala suerte consecuencia de no haber considerado los pequeños detalles?... ¿Estaría aún a tiempo de cambiar su destino?...”
Todas estas preguntas repiqueteaban en la cabeza de Demian como un campanario de carrusel; estaba abstraído de lo que lo rodeaba, las palabras de Lorenz lo habían shockeado…

- “Jovencito… Te sientes bien?”

- “Este, sí, me quedé pensan…”… No había terminado de armar su respuesta, cuando Demian se dio cuenta de que quien se dirigía a él en términos tan amables y afectuosos era el famoso científico que acababa de concluir su ponencia. La cara de admiración del Peruano Dorado fue indescriptible…

Por la expresión asombrada de Demian, Lorenz se dio cuenta de inmediato que tenía delante suyo a un cachorro inexperto, temeroso de todo… Quizás en su primer empleo, con muchos sueños por delante, extranjero, y sin nada en mano… Sintió pena por él, y actuó condescendientemente...

- “Dime, muchacho… ¿Qué cosa dije que te asombrara tanto como para proferir ese GUAU que nos sobresaltó a todos!!?"

La simpatía con la que aquel hombre formuló la pregunta, produjo en Demian una automática reacción de confianza. Era el primero en tratarlo de buen modo, además de ser también el primero al que le había importado algo de su persona… Todos, hasta aquel momento, sólo le decían que llevara las valijas de acá para allá, que acompañara a los señores en el ascensor, o que no bebiera en horas de trabajo… En fin, solamente órdenes y maltrato.

La comunión entre ambos fue tan grande, que Demian se abrió como pocas veces antes…

- “Mire, Don, no lo conozco, pero no se qué me pasa con usted que me inspira confianza… Le voy a contar”…

Así fue que Demian le habló de su niñez en tierra peruana, de su soberbia partida de Tumbes dando un portazo, de su familia que lo odiaba, de sus intentonas por escribir una gran obra, de lo poco que se hablaba de La Biblia Peruana, su único libro...

Le contó de sus vivencias junto a “grossos” como Truman Capote, Jim Morrison, Malcom X, Luther Ling; Frank Sinatra, Kennedy, Biggy Teicher, Troilo, Sábato, Lucas Demare, y hasta con el mismísimo Duke Elllington…. Pero que nada de ello le había servido, nada lo había sacado de ese profundo vacío en el que se encontraba…

- “Dígame, Don… ¿Tiene algo que ver conmigo ese tal Efecto Mariposa del que usted habla?... Séame sincero, no me venga con vueltas”, inquirió Demian, en un poco claro inglés.

Lorenz extrajo una lapicera de su bolsillo, tomó un papel, y anotó una dirección.

- “Hey boy, take this paper!... Toma esta nota y ve a la dirección que te indico”, le respondió el científico, agregando sin que Demian pudiera escuchar: “Muchachos confundidos, si los conoceré!”.
Continuará...

2 comentarios:

©Claudia Isabel dijo...

Esta historia se viene con todo...se le dará por fin al peruano?
espero impaciente el desarrollo!!!
Besotes.

El Peruano Dorado dijo...

No sé si se le dará al peruano, pero que se la van a dar.. Seguro!!
Gracias por tu visita, claudia, sos de fierro!!

Patricio D'Orrys