Marck llegó a Seatle muy temprano. En su attache llevaba su laptop wire less (algo indispensable en esa región. No tener una Laptop de última generación era considerado ser looser) y un pen drive de 1 GB con su trabajo. La Historia del Peruano Dorado. Su pasaporte a la fama.
Ingresó a la sede de la fundación y se dirigió directamente al piso 14. Todo ese piso estaba reservado para Bill o para Melinda cuando atendían personalmente los asuntos de la agrupación. Cuando se abrió el ascensor, Marck vio a Yenny, a quien -se rumoreaba- la apodaban "la abducida". "Hola muñeca!", le dijo Marck casi en confianza.
"Hola...", le respondió Yenny, seca. "Bill te está esperando... "
A Marck le faltó el aire. Mientras seguía a Yenny por un pasillo pensaba en la trascendencia que tenía el encuentro que iba a vivir... De pronto, Yenny abrió una puerta bruscamente y lo devolvió a la realidad. Un escritorio enorme, pulcramente acomodado, una laptop una lata de Coke diet y un i-pod sobre una agenda... Bill Gates lo estaba esperando a él... Grandioso!
Ingresó a la sede de la fundación y se dirigió directamente al piso 14. Todo ese piso estaba reservado para Bill o para Melinda cuando atendían personalmente los asuntos de la agrupación. Cuando se abrió el ascensor, Marck vio a Yenny, a quien -se rumoreaba- la apodaban "la abducida". "Hola muñeca!", le dijo Marck casi en confianza.
"Hola...", le respondió Yenny, seca. "Bill te está esperando... "
A Marck le faltó el aire. Mientras seguía a Yenny por un pasillo pensaba en la trascendencia que tenía el encuentro que iba a vivir... De pronto, Yenny abrió una puerta bruscamente y lo devolvió a la realidad. Un escritorio enorme, pulcramente acomodado, una laptop una lata de Coke diet y un i-pod sobre una agenda... Bill Gates lo estaba esperando a él... Grandioso!
Yenny se retiró casi levitando, o bien los nervios de Marck no le permitieron escucharla. El muchacho abrazaba su laptop, y pensaba las cientos de horas que tuvo que pasar escuchando a decenas de fracasados inoperantes que habían escupido mil y una historias acerca de un peruano mediocre que nunca había hecho nada. Le pareció mentira pensar el hecho de que ese estúpido latinoamericano perdedor iba a hacerlo famoso, reconocido y tal vez millonario.
¿Quién iba a poder rebatirlo si nadie conocía a Demian?. El solo hecho de que Bill lo recibiera ya significaba un triunfo. Aunque podía significar también que todo lo realizado se fuera por la borda. Todo un riesgo...Pero, ... “¡Qué más da!”, se dijo... Estaba frente a las puertas de su consagración, delante de Bill Gates, el acontecimiento bien lo valía.
"Hola Marck...", se escuchó desde el fondo del salón, "... Gracias por venir... ¿Quieres tomar algo?"... Marck no sabía qué contestar ni cémo actuar... ¿Extrovertido? ¿Tímido?...
Mientras ensayaba algunas respuestas de cortesía trato de pensar en la fama que lo esperaba e intento tranquilizarse. Sacò su laptop y se dirigió a Gates casi con confianza... "Tienes bluetooth"..
Bill lo miró sorprendido... Y sonrió... "Mejor cuéntame... ¿Quién es tu personaje?"...
Marck comenzó a explayarse sobre la figura del peruano pero sin decir su nombre. Relató con lujo de detalles la historia del ilustre desconocido que tenia una vida casi epopéyica.
A medida que avanzaba el relato Bill se iba acomodando en la silla.
Después de veinte minutos de prédica y con varios prints y fotos sobre el escritorio que avalaban el contenido de su trabajo Marck dijo: ".. El nombre del hombre es...".
Marck comenzó a explayarse sobre la figura del peruano pero sin decir su nombre. Relató con lujo de detalles la historia del ilustre desconocido que tenia una vida casi epopéyica.
A medida que avanzaba el relato Bill se iba acomodando en la silla.
Después de veinte minutos de prédica y con varios prints y fotos sobre el escritorio que avalaban el contenido de su trabajo Marck dijo: ".. El nombre del hombre es...".
Marck obedeció, incrédulo. Ambos fueron a una salita continua al despacho de Bill, algo así como una sala de lectura con biblioteca incluida.
Bill pego un salto al tercer estante y sacó un libro.
Se acercó a Marck y con una sonrisa socarrona se lo dio...
Marck sintió que la muerte estaba parada a su lado. Un libro editado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, con un perro lassie en la tapa y en la página 3 una dedicatoria que decia:
"Bill: que este libro sea un Windows para que veas tu inside un abrazo. Demian".
"¿Adiviné?", dijo Bill apesadumbrado, como tratando de estar equivocado.
"Lo siento..." - le expresó ante la cara de desazón de Marck- "... Creo que todo tu trabajo fue en vano..".
Y mientras decía esto, lo acompañó a la salida.
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