02 noviembre, 2007

Los 74 de Demian - "¿Quién es este tipo?"

Recomendamos la lectura de las partes UNO, DOS y TRES de "Los 74 de Demian"....

Ya en el auto, Liberatti (conocedor como pocos al detalle la vida del peruano) empezó a preguntarle algunos aspectos puntuales acerca de la historia, como para poder confirmar su teoría.

- “Me enteré que está escribiendo un nuevo libro: EL REGRESO A LAS FUENTES… ¿Cómo viene eso, Demian?”

Walter sabía perfectamente que hacía años que el peruano no tocaba un lápiz…

- “Complicado”, dijo el supuesto Demian… “Estoy parado frente al final de la introducción. No puedo avanzar….”

Walter acrecentó sus sospechas mientras veía como Tapia agarraba la mano del peruano.

- “Tengo un vecino en Martelli, Don Horacio Libonatti (aludiendo al dueño de la pensión donde se aloja Ferrante) que estaría encantado de que usted le firme algún ejemplar de su obra… Podrá ser factible?”

Walter sabía que Don Horacio ni siquiera conocía la obra del peruano, y que con solo mencionar su nombre, y teniendo en cuenta que Demian debía como dos años de alquiler, el peruano se sentiría incomodo. Esto, sin hacer mención a que nadie tenía a ciencia cierta un ejemplar de la obra del peruano impresa como para firmar.

- “No hay problemas. Cuando lleguemos al hotel, te firmo un ejemplar de , mi mas importante obra”.

Esta respuesta fue el final. Walter estaba en lo cierto. El nombre de la obra es –como todos ustedes saben- “La Biblia Peruana”, y no la “Biblia de Tumbes”. Este hombre era un impostor.

Cuando llegaron al hotel “Tejas Rojas” de Villa Gesell, que hacía las veces de bunker de la organización del evento, todos bajaron del auto. El Demian falso encaró directamente al lobby y se retiró a su habitación.

Tapia, con una hospitalidad que ya exasperaba a Liberatti dijo:

- “Walter, la suite 214 está disponible si quiere darse una ducha y descansar un rato. El desfile es a las 19. Déjeme invitarlo.”
Al principio, Liberatti iba a rechazar la invitación con un insulto, pero recapacitó. “Tal vez, estar dentro del hotel, seria la única manera de obtener respuestas”

- “Gracias, verdaderamente me va a hacer falta”, dijo, y tomó la llave de la suite.

Cuando se dirigía hacia el ascensor, se cruzó con el botones y le preguntó:

- ”Perdón, pibe… El viejo vestido todo de blanco con un sombrero de paja, en qué habitación está alojado?”

- “Cuál, el que se mueve como bala?”, inquirió…

- “Creo que sí”, asintió Walter sin tener claro a que se refería el muchacho.

- “307”, dijo el empleado, y extendió la mano a la espera de algún tipo de dadiva.

Walter, poco entendido de estos menesteres, le tomó la mano y cordialmente le dijo.

- “Gracias”…

En un par de minutos, Liberatti llego frente a la puerta de la habitación 307. Le dio miedo lo que podría llegar a descubrir. Sería verdaderamente ese bendito complot del que él siempre había pensado que el peruano era protagonista?... ¿Tendría Demian verdaderamente un cuadro de doble personalidad?.. ¿Que estaría pasando?

Golpeó la puerta casi con violencia.

- “Quién es?”, se escucho del otro lado con un tono algo afeminado.

Walter estaba, una vez más, frente a un escándalo mayúsculo relacionado con el Peruano Dorado.
Continuará....

1 comentario:

©Claudia Isabel dijo...

Es un delirio!!!
Interesante.
Besos.