15 noviembre, 2007

"Me comí un sapito"... El Peruano Dorado, un precursor

Nada nuevo bajo el sol!... Si de llevarse cosas a la boca se trata, Ferrante Kramer merece con creces el número uno del Guinnes de los Records.
Cientos de historias reproducidas en este Blog acreditan fehacientemente el liderazgo del Peruano Dorado en materia de deglutaciones de toda clase de elementos: líquidos, sólidos y hasta gaseosos. Aunque sobre estas últimas -las flatulentas- ostente también el record de emanaciones "insonoras", por razones obvias de laxitud rectal.
Lo que pocos saben es que nuestro héroe tumbesino también fue el primero en abrevar de las glándulas del animalito que hoy ilustra esta entrada. Un inocente sapito que -se afirma- produce los efectos de un poderoso alucinógeno y hasta puede llegar a causar la muerte.
Y si bien no sería éste del único animal que disfrutó ingestas de fluidos, ni tampoco el primer sapo que se comió en su vida, sí estamos en condiciones de sostener que ésta fue la razón por la cual el Atila de las letras peruanas ingresó en el mundo de las drogas y recorrió el camino de perdición que todos conocemos.

Todo comenzó en Denver, cuando intentó sin éxito rescatar con sus consejos a Jim Morrison del mal camino; el cantante fallecería al día siguiente. Y continuaría con las pesadas giras junto a Duke Ellington; Demian era el encargado de cargar el piano al hombro. Los estupefacientes fueron vitales para la continuidad del peruano en USA, sin ellos no habría llegado a nada (aunque con ellos, tampoco).
No obstante, su verdadera debacle comenzaría en Kansas. Más precisamente a las orillas del Río Colorado, donde se vio obligado a recurrir al alucinógeno despedido por este anfibio, para tolerar los abusos policiales a los que ha sido sometido desde siempre el "trabajador latinoamericano".... Especialmente, cuando su vestimenta es inapropiada, porta peluca rubia y calza zapatos carmesí de taco alto.
Valga este recuerdo de hoy como homenaje al artista magno, a la figura excelsa de este grande de la literatura latina: Demian Ferrante Kramer, el Peruano Dorado. Pronto nos volveremos a encontrar con otra de sus inolvidables proezas.

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