17 noviembre, 2007

Pasión por las tablas - Parte 1

Fue oscura su participación, muy oscura. Quizás por eso no se hable del tema. Pero también en el teatro Ferrante Kramer intentó suerte, aunque de la mala, como de costumbre.

Corría el año 1996, y Demian había sido llamado a declarar en los Tribunales de Nueva York por un viejo tema relacionado con sus participaciones en las películas porno de Steve McLogan, el director de cine que se aprovechó del Peruano Dorado cuando sus peores épocas en los Estados Unidos.

McLogan había defraudado económicamente a una productora de vídeo hogareño, y ésta lo había demandado aduciendo que los originales de 4 de sus filmes, en los que casualmente había actuado el peruano, habían sido manipulados digitalmente, aumentando la dimensión real del miembro viril del Coloso de Tumbes.

Demian había sido llamado a declarar como testigo; otro bochorno en su vida, para quien fuera obligado por la ley yanqui a desvestirse en público y a mostrar que la manipulación digital había existido.... “Manipulación necesaria”, adujo McLogan en el juicio, confesando que con Demian había equivocado la elección... “Si no agrandaba la imagen de los solos de Demian, el fraude habría sido mayor, porque no se hubiera visto nada en la pantalla”.
Aún hoy resuenan las risas y los comentarios del Jurado sobre aquel asunto... De esos tiempos le viene a Demian el apodo con el que fuera bastante conocido: Mr. Lipstick (Señor Lápiz Labial, en inglés).

Lo cierto es que aquel mal momento oprobioso finalmente sirvió para que Ferrante hiciera doblete, y sumara frustración sobre frustración.... La foto en primera plana de un diario amarillista neoyorquino donde aparecía con los pantalones bajos probando la triste realidad del fraude cinematográfico, le había conferido al peruano cierta notoriedad pública. Fama que aprovecharon algunos, sin que él estuviera al tanto de ello o siquiera lo notara.

A los días de haber declarado, y en espera del pasaje del Consulado argentino que lo trajera de regreso a la Argentina, Demian se encontraba caminando por la zona de teatros del Broadway Boulevard, en Nueva York, cuando fue interceptado por alguien que lo conoció....

- "¿Tu eres Ferrante Kramer, no? ...¿El del caso de las películas porno?....”

Demian, asintió con fastidio... Lo habían reconocido, y sabía que su fama se parecía más a la ignominia que a otra cosa. La palabra “lipstick” se había hecho algo común en sus oídos; donde se encontrara, sonaba como un murmullo de fondo entre risitas socarronas.

- “No, no te enfades, no te estoy faltando el respeto, para nada... Me imagino cómo debes sentirte con tu tamaño, pero lo mío es otra cosa”..., se adelantó a decir su interceptor, al verle la cara... Y le explicó su idea.

Ernesto Pacenza era argentino, y productor de teatro. Y había visto, al igual que millones de personas en los Estados Unidos la transmisión del juicio de Demian.

Pacenza había quedado muy impresionado por la personalidad del Coloso incaico... Por su ductilidad para enfrentar la cámara, pero especialmente por la naturalidad con la que había enfrentado la humillación y la vergüenza en público... “Un auténtico profesional”, a decir por el productor, “... Y un buen candidato para mi próxima obra”, sentenció.
Se trataba de “Social Security “, un guión de Andrew Bergman, estrenado por aquel entonces en el teatro americano judío, y del que el productor argentino había adquirido los derechos para su puesta en escena.

Así fue como Demian se interesó en el asunto. Pacenza parecía serio, y ante la falta de otro horizonte mejor, consideró la oferta y la aceptó. Cuando regresara a Argentina, se daría una vuelta por el teatro donde el productor habría de estrenar la obra. Se llamaría “Mamá”, mucho más llamativo que el título original y más caro a su contenido, ya que trataba de la “tercera edad”, y de quién se hace cargo de la gente -en la obra, la madre de la protagonista- cuando llega a vieja.

El papel reservado para Ferrante -amen que los roles principales estuvieran en cabeza de mujeres - no era menor, por cierto.

Así, como se veía la cosa, la propuesta pintaba interesante. Quizás, el destino le reservara a Demian una revancha en otras arenas, las del teatro....

Continuará…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pase dos dias haciendo la cola para ver Racimo de porongas y cuqndo llego el dia de la funcion hubo paro de maquinistas del tren y nos dijeron que los artistas no llegaron a la sala
un desastre
Igual...demian indemne
salud

Chiche G.
Chacarita

El Peruano Dorado dijo...

Gracias, Chiche, por tus comentarios. Pero para tu conocimiento, te cuento que la función igualmente se hizo... Tras bambalinas!!.
Esteee... te voy a ser sincero, el guionista cambió a último momento el argumento. Yo no salí bien parado, los demás del elenco (*), sí.

Demian

(*). Eran los que conformaban el famoso racimo.