Muchas fueron las personalidades de reconocimiento internacional que sucumbieron ante la obra de Demian Ferrante Kramer. Solo a modo de ejemplo, podemos nombrar a Jim Morrison o a Martin Scorsesse (cuyas historias se cuentan en distintas entradas de este blog) o bien Steven Spielberg quien actualmente se encuentra encabezando un proyecto cinematográfico de dimensiones descomunales sobre la vida del Coloso de Tumbes (subiremos los detalles de este tema durante el mes de enero en el Blog de la Fundación: http://dfk-foundation.blogspot.com/). El reconocimiento que le fue esquivo en su patria al parecer y por razones que muchos simposios de sociólogos no pueden determinar en el resto del mundo Demian, tal vez casi sin saberlo, fue marcando una huella.
En la Argentina, su suerte fue dispar. Odiado por unos, venerado por otros, fríamente ignorado por la inmensa mayoría, nos animamos a decir que estuvo cerca de un momento de gloria, esa que tantas veces lo gambeteó –casi con alevosía- gracias al accionar del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Jorge Telerman, Jefe de Gobierno de la ciudad autónoma, un político justicialista que creció bajo el ala de la centro izquierda de los años 60, fue catapultado hacia ese puesto por la separación de Aníbal Ibarra a quien Telerman acompañaba en la formula como Vice Jefe de Gobierno.
Telerman, que viene del “riñón” de las artes, marcó su gobierno con un apoyo inconmensurable a las actividades culturales. A tal punto que en épocas de elecciones, empapeló la ciudad con vía publica difundiendo su obra.
Uno de los puntales de su campaña estaba puesto en la difusión de obras de cultura latinoamericana contemporánea a través de la edición de libros de escritores famosos, que luego eran distribuidos gratuitamente en los distintos organismos municipales, escuelas, clubes y registros civiles.
Telerman, quien se reconoció “afrancesado” (1) por sus refinados modales y gustos, pasó su juventud en las afueras de París. Entre la bohemia y el estudio Jorge interactuó con distintos intelectuales de segundo piso de la época en los cafés de Champs Elysee, hasta que llegó a dar con Demian Ferrante Kramer, quien en ese entonces y luego de peregrinar por Europa, había recalado en un humilde bar de la calle Rondeau Voiture, en la planta baja del albergue juvenil donde residía Telerman.
Dicen los que saben, que Demian y Jorge - pese a la diferencia de edad - se hicieron amigos, y hasta que el peruano con cierta devoción separaba y envolvía “las Colitas” del jamón para llevarle al cerrar el bar a Telerman a su casa. Nunca falta aquel ladino que desliza que además de las colitas del jamón, compartían otras colitas a los postres, pero como nosotros no podemos aseverarlo vamos a dejarlo como un rumor que solo busca desestabilizar la figura del Coloso de Tumbes.
Se sabe que Telerman guardaba un muy cálido recuerdo de Demian. De hecho, se supo con los años que cuando se despidieron (ya que Telerman continuó sus estudios en Buenos Aires), Demian a modo de agradecimiento por su amistad, le entregó un paquete con hojas de máquina Lancaster. Algunos estudiosos intuyen que el obsequio no era ni mas ni menos que una copia manuscrita de La Biblia Peruana (The Peruvian Bible - All Right Reserved), la obra máxima de Ferrante Kramer.
La veracidad de este rumor, se incrementó cuando Jorge Telerman ya convertido en el N°1 del Gobierno Porteño, encargó al responsable de la Secretaria de Cultura y recreación de la Ciudad de Buenos Aires, la impresión de 150.000 ejemplares de la Biblia Peruana a principios de 2006.
La movida – retaceada por los responsables pero aceptada para no ponerse en contra al Jefe-, incluia accion de prensa, afiches publicitarios de via pública y un prólogo de Jorge Bucay (también conocido de Ferrante), que nunca pudo llegar a imprimirse por recomendación de los asesores de prensa de la Municipalidad, porque en ese momento habia estallado un escándalo por plagio que habia tenido a Bucay como protagonista.
Telerman, como nunca, se puso al frente de esta campaña casi dispuesto a poner a Ferrante en el altar de la cultura ciudadana. Dejó de lado actos de gobierno, entregas de ambulancias, exposiciones de cuadros y firma de decretos. Todo estaba listo para darle el espaldarazo a Demian hasta el estrellato que siempre habia merecido y vaya a saber por que motivo siempre le habia dado la espalda.
150.000 ejemplares del libro, 6500 afiches de vía pública impresos, 45.000 gacetillas de prensa a distribuir a los medios mas importantes del continente y el hijo de Walter Liberatti, Carlitos (históricamente enfrentado con su padre desde su adolescencia), trabajando como chofer suplente de Telerman… un coctel explosivo.
El tema es que unos dias antes de comenzar la distribución, el chofer de Telerman sufrió una indisposición y Carlitos Liberatti tomo su lugar. Una noche de octubre de 2006, recogió a Telerman del edificio de la Gobernación frente a Plaza de Mayo y lo llevó a su casa en Recoleta. En el viaje, Carlitos intuyó que era la oportunidad de atestarle un golpe fulminante a su padre Walter (2)
“Asi que van a editar un libro de Ferrante…?”, le dijo a Telerman con tono desafiante.
“Si”, contestó Telerman sin mirarlo.
“Un grosso el peruano ¿eh?”, agregó Carlitos
Telerman se compuso violentamente... “¿Lo conocés?".
Carlitos se regodeó.. “Claro… De hecho mi viejo es presidente de la Fundación que lleva su nombre…”
Telerman no podia salir de su asombro. ¿Una Fundación de Ferrante Kramer?... “Esto es fantástico... Por favor, dame mas datos!”, le dijo excitado
Y a partir de ahí, la debacle. Carlos le contó con lujo de detalles la historia de ese peruano sarnoso que conocia de memoria. No faltó ninguna historia. Todos los fracasos propios y de seguidores de Ferrante. En fin, un desastre.
Y al cierre cuando ya estaban llegando al señorial edificio de la calle Quintana, Carlitos deslizó: “…Parece mentira, pero todo aquel que se mete con el peruano, termina hecho mierda…”
Telerman al dia siguiente faltó al trabajo sin aviso. Y via mail desde su domicilio – donde adujo se encontraba con una indisposición pasajera - dio instrucciones a su gente para que destruyeran los ejemplares, las gacetillas y los afiches previstos para el lanzamiento de la Biblia Peruana y dio orden estricta de que se eliminara la información de Ferrante de los registros de actividades municipales.
Dicen quienes conocen al jefe de gobierno que es un tipo verdaderamente muy supersticioso.
(1) Para contrarrestar algunos rumores que lo marcan como “amanerado”
(2) Walter nunca se enteró que su hijo lo odiaba.
2 comentarios:
La verdad, es que no da para leer todo lo que suben en este blog, pero con verle la cara a ese Telerman, o como se escriba, te dan ganas de reir... De mas esta decir que la cara del otro tipo, o sea, El peruano, es un cago de risa. Hicieron muy bien, encontraron una cara de boludo fenomenal!!... los felicito por el flog. ¿Para cuando un libro?. Vi que tienen bastantes entradas y seria fenomenal compilar todo eso para hacerlo libro. Buen trabajo!
upa la la .....
la gente ya pide el libro !
yo estoy volviendo de mi viaje ganado !
pronto les comentaran mas !
saludos a medio volver
nando !
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