25 enero, 2007

Dionisio, el maldito de los Kramer

Mucho se ha hablado de la familia Ferrante Kramer en este Blog, pero creemos que aún no lo suficiente. Así como sabemos que de ella surgieron personas de la catadura moral de Demian, el célebre clan de Tumbes también se ha caracterizado por prohijar al más vil depositario del odio.

Acaso nacido de la envidia o los celos, vaya uno a saber, lo cierto es uno de sus integrantes, Dionisio, compuso su propia sinfonía de odio, una melodía macabra para un solo espectador, su hermano Demian, único destinatario de tanta inquina.

Según los biógrafos de la popular familia tumbesina, el encono de Dionisio con Demian data del día del nacimiento del Maestro... Pero convendría primeramente hacer un poco de memoria al respecto para situarnos en tema...

El primogénito de los Ferrante Kramer fue Dionisio, nacido el 5 de octubre de 1929; Demian no nacería sino hasta cuatro años más tarde, también un 5 de octubre, al igual que Duilio (1) y Danilo (2), pero estos dos últimos de 1935 y 1937, respectivamente... Doroteo era objeto de veneración y festejo en Tumbes por su precisión suiza en cuanto a las fechas... Y como no se lo veía con reloj de muñeca, hasta corrió un chiste sobre el asunto.. Se decía que para echarse polvos tan exactos, lo usaba alrededor de la poronga.

Pero volviendo al tema, Duilio y Danilo nunca causaron mella en Dionisio; por el contrario, quizás odiar tanto a Demian había generado en él un contrapeso de amor para con sus dos hermanos menores, como una forma de resarcirse y encontrar redención y perdón más allá de este mundo.
Su problema era exclusivamente Demian. Dionisio había sido el primero, el favorito, el elegido, el mimado de sus padres. El único, pero hasta ese nefasto 5 de octubre de 1933, justo el día de su cuarto cumpleaños. El que no pudo festejar jamás, porque todos estaban en el sanatorio vivando a su querido hermanito.

A partir de aquella trágica fecha, las miradas se dirigirían hacia otro lado. Los regalos, los dulces, las golosinas y las ternuras serían para el pequeño Demian... “Mirá como mastica la galletita, el goloso éste” (se dice que de allí surgió que le dijeran Coloso, no de sus méritos como escritor) o “Éste sí que va a salir bueno!” (cuando garabateaba boludeces sobre una hoja), eran frases recurrentes en Doroteo que, si bien estaban dirigidas a su esposa, tenían un segundo destinatario: Dionisio.

En la medida que Demian concitaba más y más atención, la maldad y la bronca crecían en Dionisio. Cada vez era mayor la presencia de una turbidez maligna en la casa. Podía hasta presagiarse un cercano plan de venganza. Sin embargo, y para asombro de muchos, los primeros años se desarrollaron bastante normalmente en la residencia de los Ferrante Kramer.

Apenas algunos incidentes menores como el increíble autoencierro con candado dentro de una hielera, la inexplicable explosión de una granada dentro del inodoro (lo que le produjo el primer desgarro anal), o la inesperada invasión de una docena de ofidios venenosos a la cama del pequeño Demian, fueron todo lo ocurrido por entonces.

La debacle recién habría de ocurrir durante la adolescencia de Dionisio... El primogénito de los Ferrante comenzaría a dar señales preocupantes. Pero sucedía que tanto Felisa como Doroteo no podían pensar que dentro de la cabeza de Dionisio se estuviera produciendo un desequilibrio semejante.

Los años transcurrieron, y la partida de Demian de Tumbes en los años ’50 ayudó a recomponer el lugar de privilegio de Dionisio dentro de la familia. No obstante, las agresiones siempre continuaron... El hecho de tratarlo de “blando de mierda”, enviarle cartas con virus de influenza, asesinar a su collie Fami y asarla en un ritual familiar, no acudir en su auxilio cuando casi muere electrocutado arreglando las guirnaldas del árbol de navidad, o los tantos desplantes en frustrados reencuentros, fueron tan solo atemperados comportamientos de quien quiso siempre mantener la línea para parecer la víctima y no el victimario.

Ya con 73 años de edad, son sobradas la pruebas de que Demian es un completo perdedor. No existen razones valederas para envidiarlo; por el contrario, si algo resulta difícil de aceptar es que pueda existir una persona capaz de amar el fracaso.

Sin embargo, la lucha sin cuartel no cesa. Dionisio, en otro intento por destruir a su hermano, desde su empresa de alimentos para mascotas (3) ideó un nuevo juguete comestible. Mejor dicho, un mordillo para perros con la forma de Saddam Hussein, muy de moda en estos tiempos.

Si se presta la debida atención, se podrá apreciar que el modelo utilizado guarda un gran parecido con nuestro cíclope literario. ¡La gran puta que se odian, carajo!!

(1). Duilio es dueño del Morrison Medical Center, uno de los tres centros para el tratamiento de adicciones más importantes del mundo
(2). Danilo distribuye aceite de lino en San Francisco, USA. Se utiliza para lubricar los condones preferidos de la comunidad gay
(3). Dionisio es presidente de la Cadena de Alimentos para Mascotas FAMI

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Para cuando el blog de Dionisio?
aguante Dioni mueran los blandos!!!