28 enero, 2007

El Hombre de la Atlántida

Tumbes es una ciudad que además de ser la cuna del Peruano Dorado, siempre fue un reducto ideal para vacacionar. Esta considerada por los que saben como uno de los puntos turísticos más importantes del Perú.

Casi todos los habitantes de este pintoresco departamento, están muy familiarizados con las actividades acuáticas, ya sea en forma deportiva o profesional.

Y decimos “casi”, porque siempre hay una excepción que confirma la regla.

El verano de 1975 encontró a Demian varado en Las Toninas, un balneario de perfil familiar de clase media argentina, en la Provincia de Buenos Aires.

Había viajado con la idea de poner un Bar en la playa en alguna de las playas del Partido de la Costa, de acuerdo a lo que había podido ver en sus numerosos viajes como polizón en las costas de España e Italia.

La idea que podía ser pintoresca en las costas del viejo mundo, fue rechazada por las autoridades del municipio costero bonaerense por considerar que el mismo era inviable: la playa era para tomar sol, y los bares para tomar algo. En ese entonces no se concebía poder tomar algo mientras se descansaba en la arena.

El hecho que el coloso de tumbes quedó pegado en la costa. Con poco dinero para gastos pero con muchas ganas de disfrutar de la playa, un ámbito que le recordaba con mucho cariño a su paraje natal.

Una tarde, mientras charlaba con unas señoras sexagenarias que compartían un mate con facturas en el balneario “Sol y Playa” de Las Toninas, Demian vio con su “ojo de lince acuático” que dos jóvenes habían perdido la estabilidad y como doscientos metros mar adentro estaban siendo arrastrados por la corriente. Intentó ubicar al bañero pero justo en ese momento el guardavida había ido al baño. Este era su momento. El había nacido en Tumbes, la ciudad con más relación con el mar del Perú. El agua salada también corría por sus venas. Casi todos los habitantes de Tumbes se desenvolvían más que bien en el mar.

Casi todos…

Allí fue Demian al trote con su malla de lycra amarilla al rescate. Parecía que estaba todo bien, que tenia controlada la situación, cuando de pronto, una ola lateral lo arrastró hacia el oeste haciéndole tragar aproximadamente180 cc de agua salada (1), eso le hizo perder momentáneamente la línea, la ola en retirada lo hizo revolcar y a partir de ese momento, Demian estuvo mas en peligro que los dos jóvenes que iba –teóricamente- a rescatar.

Demian se perdió. El agua lo arrastró. Como las ancianas no lo vieron meterse en el mar, nadie se percató del peligro y nadie avisó finalmente al bañero. Los dos jóvenes que al parecer se estaban ahogando, salieron sin ningún inconveniente minutos después.

Pasaron los días, Demian por alguna extraña razón del destino permaneció inconsciente durante más de una semana, flotando a la deriva en el océano atlántico. Increíble. Sin alimento, sin agua, definitivamente un milagro.

Una madrugada, casi de repente volvió en sí. Aunque no podemos aseverar su conciencia plena, creemos que el hambre lo despertó y lo encontró totalmente entumecido por la temperatura del agua, flotando casi agonizando. Vio una luz blanca frente a sí y pensó que estaba ingresando al paraíso (Esta figura fue recurrente, el lector encontrará en el blog una historia anterior de Demian cuando fue aplastado por mas de un centenar de latas de sardinas una carretera de los Estados Unidos, en donde se hace referencia a una sensación similar).

El agua salada había mutado la coloración de la epidermis de Ferrante, tornándola gris violácea.

Sus manos, por la acción de los residuos arrojados en ese sector del océano, especialmente en su unión con el Río de la Plata, se encontraban envueltas en un film de nylon (2), pegado a sus dedos por restos de petróleo.
Es fácil recordar que en gran parte de la costa Argentina es esa época, eran usuales los derrames de desechos derivados del petróleo en distintas densidades, que si bien no alcanzaban a dañar el ecosistema local, usualmente teñían las aguas y arena de las playas con un tono negruzco.

El tema es que Demian avanzaba hacia esa luz, sin la posibilidad de poder restablecerse ni al menos ubicarse. Era una mañana gris, por lo cual tampoco pudo orientarse con la salida del sol. En realidad estaba tan turbado que no hubiese podido establecer su posición por más que estuviese parado en Corrientes y Florida (3).

De golpe y casi violentamente, Ferrante sintió que su andar se detenía violentamente. Como si fuese atrapado por algo. Al instante su cabeza comenzó a tejer un sinfín de creativas alternativas para justificar lo que estaba ocurriendo… Después de todo, Demian era escritor, o por lo menos escribía (lo cual dicen sus detractores que no es lo mismo)... Y algo de imaginación tenía que tener.

Me atrapó un tiburón…me atrapó un delfín… me atrapó una ballena…me atrapó un pulpo…en fin, opciones muy creativas no le surgieron.

Con el tiempo se supo que esas reacciones estaban regidas por un cuadro febril de casi 41 º C, que no lo dejaba pensar coherentemente (Aquí vuelven a surgir voces detractoras que aducen que Demian tuvo fiebre crónica toda su vida).

Lo cierto es que el Peruano Dorado se había entreverado con una red de contención utilizada por Mundo Marino (uno de los oceanarios mas importantes de Sud América, ubicado en San Clemente del Tuyú, en el Partido de la Costa Bonaerense a 8 km al norte de Las Toninas) a modo de filtro, para evitar el ingreso de basura a los estanques de sus animales.

Esto salvó a Demian porque un complejo sistema de alarmas dio parte a los encargados de mantenimiento del acuario quienes rápidamente se acercaron al lugar pensando encontrar algún cetáceo. Al ver a Ferrante (o lo que quedaba de él) no salían de su asombro.

Muerto no estaba, pero la alta fiebre y los días sin comer habían desfigurado un poco su aspecto. Si a eso le sumamos que mientras era llevado a la enfermería, balbuceaba en dialecto tumbesino, frases un tanto inconexas que como posteriormente pudimos comprobar eran fragmentos al azar de “La Biblia Peruana” podemos inferir el cuadro de nervios de sus salvadores.

La noticia del rescate de Demian estuvo en boca de los habitantes de la zona y fundamentalmente de los empleados del acuario, quienes se referían a Ferrante en forma socarrona llamándolo “El Hombre de la Atlántida”.

Ese apodo casi despectivo, incorporado por los casi 180 trabajadores de Mundo Marino para referirse a uno de los mas controvertidos escritores latinoamericanos contemporáneos, adquirió casi sin querer una trascendencia inusitada.

Por esos días, y por un intercambio comercial entre Mundo Marino y el Los Angeles Acuarium, en San Clemente se encontraba el conocido oceanógrafo americano Martin Greene, realizando tareas de relevamiento y estudio de los hábitos de la Ballena Blanca.

Martin, a quien en el ambiente se lo conocía como “Jack 2.0” por su enfermiza modalidad de trabajo inspirada en el mundialmente conocido Jack Cousteau (4), quedó ensimismado por la historia de Demian. Tipo creativo también (que a veces bordeaba lo delirante) empezó a imaginar la historia del hombre de la Atlántida. Pidió entrevistarse con Demian pero los médicos de la Sala de Primeros Auxilios de San Clemente no lo recomendaban porque Ferrante continuaba con una fiebre muy alta al momento en el que el americano tuvo que emprender su regreso a L.A.

Por este tema, Greene volvió a Estados Unidos con una idea relativamente vaga de que el hombre encontrado efectivamente tenia un origen especial. Tal fue su excitación por este tema y todas las historias que a su alrededor se habían tejido (que tenia membranas interdigitales que facilitaban su nado, que su atuendo amarillo adherido a su cuerpo permitía el deslizamiento en las profundidades con mayor velocidad, que un lenguaje desconocido le permitía relacionarse con los animales submarinos, etc.) que estuvo semanas comentando a sus allegados esta historia, mas cercana al desequilibrio emocional que a la anécdota de un viaje laboral.

Uno de los que pacientemente escuchaba el fantástico relato de Martin, fue su primo Tom Greene, durante la cena de acción de gracias de fines de 1976. Tom, era un joven escritor que despuntaba el vicio de la literatura desarrollando guiones para potenciales programas de televisión junto a su amigo Herbert Solow, que trabajaba en los estudios NBC de televisión americana como asistente de producción.

Tal vez por lo aburrido de la reunión familiar (casi todos los integrantes de la familia Greene eran mujeres de mas de 60 años), Tom comenzó a retener algunos aspectos de la historia de su primo. Si bien siempre lo había considerado un desequilibrado mental por su fascinación por pasar meses rodeado de moluscos vivalgos, Tom descubrió que su primo tal vez estaba dándole la llave hacia el éxito.

Herbert Solow –a través de sus contactos en NBC- presentó una idea para realizar una serie televisiva tomando como base la experiencia transmitida por el primo de Greene, con el relato del rescate de un desconocido en las aguas del Atlántico Sur.

En ella, Mark Harris (tal el nombre del protagonista, inspirado en Mark, pareja de Tom Greene y Harry pareja de Solow), era el último sobreviviente del mítico continente perdido. Sin dejar muy claro como, Mark aparece de un día para el otro en la superficie, con membranas interdigitales (recordar el nylon empetrolado en las manos de Demian) y la capacidad de respirar bajo el agua (recordar los días de Demian a la intemperie flotando en las gélidas aguas del Atlántico Sur), Mark se emplea para la Fundación de Investigación Oceánica para ayudar a cuidar el medio ambiente. (¿???)

“Man From Atlantis” protagonizada por Patrick Duffy (como Mark Harris), Belinda Montgomery (como la Dra. Elizabeth Merrill) y Victor Buono (como Mr. Schubert) se convirtió en la primera producción televisiva importada por la República Popular China.

La serie fue un fracaso total en los Estados Unidos. Solo llegaron a emitirse 13 capítulos entre septiembre de 1977 y junio de 1978.

Aquí surgen retractores que entre risas se preguntan si existe relación entre la aceptación de la serie por parte del público americano, la cantidad de episodios emitidos y la presencia de Demian como “actor” involuntario, como para justificar una vez más que algo relacionado al Peruano Dorado, fracasa estrepitosamente

No queremos hacernos eco de pensamientos malintencionados. Quienes hacemos este blog, cada tanto revemos los capítulos de El Hombre de la Atlántida e imaginamos la cara del Coloso de Tumbes cada vez que aparece en Pantalla Patrick Duffy.

(1) El equivalente a un pote de Serenito
(2) Similar al que se envuelve el salame y el queso en las fiambrerias de buenos Aires.
(3) Intersección de dos de las mas importantes calles del centro de la Ciudad de Buenos Aires, en donde se estima transitan en días hábiles 1.000.000 de personas y 311.000 automóviles
(4) El más importante oceanógrafo submarino de todos los tiempos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya tengo casi 80 años, pero recuerdo haber presenciado algo inusual allá por el '75, en Mundo Marino. Había un despelote bárbaro!!. Habían encontrado un animal atrapado en unas redes, o algo así. Con el tiempo, y más allá de considerar al ser humano como un animal, leí que se trató de Demian Ferrante Kramer. Y de me dije: Tan mal no estuve, era un verdadero animal.
Muy buena la entrada!!!

Anónimo dijo...

Doña MARIA del CARMEN GUTIERREZ AZCURRA, mi ti a buela ,creo que fue una de las sexagenarias a las cuales se refiere la nota,dado que aun tengo en mi memoria sus relatos de lo acontecido ese verano,relato que por supuesto nadie creyo y se suponia que las "abuelitas"solo querian tener algo mas para contar de ese verano que las mateadas a la orilla del mar con bizcochitos de grasa.Ellas magnificaron ese recate como si se hubiese tratado de un"tirioptido supustus",conocido como pez ganso,pero finalmente se trato de otro ganso:Demian Ferrante Kramer..
Muy buena la nota!!!
Para cuando la historia de la Abadia de St.Pauls???

Anónimo dijo...

Veo que somos varios - hombres y mujeres como Carmelo y María - los que estuvimos presentes aquel día. Fue terrible!!!. No se sabía bien qué cosa era eso que habían atrapado. Puede que haya sido un ganso, aunque algunos afirmaban que era una "marmota" o un "pez tilente" por el olor a podrido que tenía.
Como emitiía algunos sonidos, también dijeron, recuerdo, que era un "delfín"... No me olvido más, porque empezaron una joda 3 actores argentinos, De Grazia, Víctor Bo y Bauleo. No fueron ellos los de Delfín y Mojarrita??

Pamela Komo
www.melakomo.com

Anónimo dijo...

Es imposible no emocionarme con esta historia. Ahora entiendo porque seguia tanto a esa serie... con un tipo que usaba anteojos y campera de gimnasia todo el dia arriba de un short de lycra amarillo... incomprensible desde la tele pero "re-ferrante" si lo miramos en detalle. Muchas gracias por poner luz sobre la imagen de Demian.

Unknown dijo...

JFK!!!!!!
Ah, no DFK... siempre me confundo

En fin, siempre genial

Saludos!

Anónimo dijo...

Soy Demnian, desde el Paraiso. Basta de mentir. Ese día, en Las Toninas, le salve la vida a un cangrejo, y a una taralila marina. Hoy residen conmigo en este placentero lugar. BASTA!!