Hace apenas unos días, una noticia sobre el legendario cantante de los Rolling Stones causó conmoción en todo el mundo.
El director Julien Temple, quien se encuentra en México con los Stones dirigiendo el video clip de "Undercover of the night", declaró que "... Jagger cubrió su pene con una caña de bambú e insertó varias abejas, que al atacar su miembro viril, lo hincharon e hicieron crecer de tamaño".
El cineasta reveló que el famoso vocalista aceptó someterse a un antiguo ritual amazónico de boda durante la filmación de la película "Fitzcarraldo", en 1981. Y según comentarios de allegados al artista, Mick se sometió a ese experimento con su pene porque quería que adquiriera "dimensiones mayores" en el filme de Werner Herzog.
Lamentablemente, su sufrimiento fue inútil... Finalmente desertó de participar, por no disponer de espacio en su agenda.
Desde ese entonces, Jagger jamás pisó el Perú. No quería rememorar aquel triste pasaje de su vida. Sin embargo, sus 63 años a cuestas y mujeres más jóvenes junto a él en su cama, exigían cambios a su vida que sólo aquel confín latinoamericano podía garantizarle.
La historia de hoy, que brindaremos en 3 partes dada su extensión, nos cuenta algo ocurrido en el Perú durante la década pasada, y de lo que el gran escritor Demian Ferrante Kramer fue testigo. Gloria a Demian!!
“To be or not to be”, that is the question, Mick - Parte 1
Los que conocieron verdaderamente a Ferrante Kramer afirman que su capacidad para relacionarse con “los grandes” no conoció de límites. Músicos, escritores, actores, directores, científicos y deportistas afamados, abonaron una interminable lista que asombraría al más pintado.
El director Julien Temple, quien se encuentra en México con los Stones dirigiendo el video clip de "Undercover of the night", declaró que "... Jagger cubrió su pene con una caña de bambú e insertó varias abejas, que al atacar su miembro viril, lo hincharon e hicieron crecer de tamaño".
El cineasta reveló que el famoso vocalista aceptó someterse a un antiguo ritual amazónico de boda durante la filmación de la película "Fitzcarraldo", en 1981. Y según comentarios de allegados al artista, Mick se sometió a ese experimento con su pene porque quería que adquiriera "dimensiones mayores" en el filme de Werner Herzog.
Lamentablemente, su sufrimiento fue inútil... Finalmente desertó de participar, por no disponer de espacio en su agenda.
Desde ese entonces, Jagger jamás pisó el Perú. No quería rememorar aquel triste pasaje de su vida. Sin embargo, sus 63 años a cuestas y mujeres más jóvenes junto a él en su cama, exigían cambios a su vida que sólo aquel confín latinoamericano podía garantizarle.
La historia de hoy, que brindaremos en 3 partes dada su extensión, nos cuenta algo ocurrido en el Perú durante la década pasada, y de lo que el gran escritor Demian Ferrante Kramer fue testigo. Gloria a Demian!!
“To be or not to be”, that is the question, Mick - Parte 1
Los que conocieron verdaderamente a Ferrante Kramer afirman que su capacidad para relacionarse con “los grandes” no conoció de límites. Músicos, escritores, actores, directores, científicos y deportistas afamados, abonaron una interminable lista que asombraría al más pintado.
No obstante tales aseveraciones, lo cierto es que todas ellas siempre bordearon más el mito que la realidad. Y que más allá de alguna prueba fotográfica en la que se ve a Ferrante con Truman Capote, Pelé, Sábato o Cortázar, el peso de la diatriba ha superado con creces todo lo bueno que pueda decirse de él, que es bien poco.
En línea con esas leyendas, ficciones, fantasías o ... ¿revelaciones? -como se las quiera ver-, hay una anécdota –también no comprobada- que lo remite a su país natal, Perú, que indicaría que Ferrante llegó a conocer en persona a los Rolling Stones, allá por los finales de los ‘90... Y que muy comentada fue la entrañable amistad que entabló con Mick Jagger, a la sazón un veterano, borrachín y “vicioso” como él, por aquel entonces.
Si bien se decía que Mick había abandonado por completo la mala vida, la joda y la parranda porque el cuerpo no le daba más, parece ser que fue un problema de “impotencia” ligado a su pasado lúbrico el que lo llevó a recalar en Perú, en búsqueda de una cura milagrosa.
El Viagra estaba en sus albores, y había varios laboratorios practicando medicamentos similares. Pero, los que disponen de fortuna como Jagger, la juegan de excéntricos y no se andan con chiquitas.... “Lo que está a la venta lo pueden tener todos”, en cambio, una medicina “especial”, “no tradicional”, totalmente “fuera de catálogo” como la que sabía existía en Perú, era lo que él estaba buscando.
Y no solamente había escuchado de ella... Jagger conocía muy bien sus poderes milagrosos: la había probado en ocasión de su actuación en el filme “Fitzcarraldo” (1) en 1981, cuando se internó en la selva peruana y por poco se vuelve loco...
Y no solamente había escuchado de ella... Jagger conocía muy bien sus poderes milagrosos: la había probado en ocasión de su actuación en el filme “Fitzcarraldo” (1) en 1981, cuando se internó en la selva peruana y por poco se vuelve loco...
Ésa era la razón de su presencia en un lugar tan alejado de Inglaterra, y no otra... No había ido para arreglar una futura gira del grupo, ni a hacer negocios gastronómicos o inmobiliarios como Stallone o Benetton, nada que ver. Mick Jagger buscaba solamente algo que le pusiera “duro el miembro”, así de simple. Y “eso” se encontraba solamente en el Perú.
El cantante mantuvo en secreto el asunto por largo tiempo. Era infamante que se supiera que un “líder”, “ganador de mujeres” como él, tuviera problemas eréctiles... Lamentable!!
Y el secreto hubiera podido mantenerse mucho más, de no haber sido por la intervención del Peruano Dorado que, sin querer, le dio inusitada trascendencia al asunto.
Jagger se encontraba de incógnito en Lima. Había tomado todas las precauciones del caso, y para ello había alquilado una pequeña casa en las afueras de la ciudad a una inmobiliaria a través de Internet. Su nombre falso: Scott Chamberlain.
Continuará…
(1). Finalmente debió cancelar su participación en la película de W. Herzog por problemas de agenda
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