29 marzo, 2007

Ferrante, Ecclestone y la Fórmula 1 (Parte 2)

La leyenda del Coloso de Tumbes parecía estar tomando un giro sorpresivo, y sobre ruedas... ¿Estaba Demian llamado a ser el sucesor de aquel Fangio que entrevistara alguna vez en Cuba (1)?... ¿Podría ser entonces que su futuro no se escribiera con tinta sino con el caucho caliente de los neumáticos de un F1?

El tramo final de esta historia nos responderá esos y otros tantos interrogantes. Para Demian, un final de bandera a cuadros...

Ferrante entregó su delantal y la bandeja a Billy, el dueño de la taberna, cobró los U$S 103 que le correspondían en pago por la semana, y tomando del hombro a Ecclestone, salió lentamente ante la mirada absorta de los presentes... Se retiraba del salón un “ganador”, se notaba en el aire la presencia de un futuro grande del automovilismo... Quizás el nuevo Ascari o Farina.

- Mañana mismo empezás con las pruebas, Darío!!... Darío me dijiste que te llamabas, no?...

Esas fueron las últimas palabras de Ecclestone antes de caer desmayado... Sin duda, aquella noche Bernie estaba absolutamente beodo; no podía diferenciar un burro de un astronauta... Pero, por suerte, se encontraba Demian a su lado...

El Gran Premio se corría el 4 de octubre, tenían algunos días por delante para practicar. Demian entraba y salía de los boxes como si fuera el dueño. La gente del lugar lo conocía, lo habían visto traer maltrecho al patrón noches atrás, y eso lo convertía en un amigo de la casa... Además, era notorio que Ecclestone había puesto a todos al tanto de “Quién era este tipo”.

Cuando estaba solo, Ferrante se subía al que sería su auto, y fantaseaba haciendo ruido con la boca “Brrrrr.....Brrrr!!!, primera, segunda, tercera, quinta!!”. Parecía un chico...

Los días transcurrían sin que Ferrante hiciera actividad alguna. Todos tenían una tarea asignada, pero él no. Se mantenía a la espera de las órdenes de Ecclestone, pero éste no aparecía... Y eso comenzaba a incomodarlo.

Quizás fue el aburrimiento, la larga espera o la propia estupidez habitual que caracterizaba a Ferrante; lo cierto es que sin que nadie lo viera, a menos de 24 horas de la largada, el Coloso decidió probar suerte sin pedir permiso.

Empujó el Brabham BT 33 -un genuino Tauranac (2)- fuera del box y lo puso sobre la calle principal: Se calzó el casco del reemplazante de Rindt, el debutante Reine Wisell, y sin que nadie se percatara del hecho se introdujo dentro del cockpit.

Sin saber mucho de cómo poner en marcha ese monstruo de la velocidad, pero obedeciendo a ese instinto heredado de sus ancestros incaicos, Demian dirigió el dedo índice de su mano derecha a aquel botón rojo. Todo le decía que ése era el que debía apretar. Todo... Incluso el cartel que tenía debajo y decía “Arranque”.

El estruendo fue tremendo!!... Y la salida de Demian hacia la recta principal del circuito, antológica. Todos se preguntaron quién era ese loco que había salido disparado como un rayo. Pero solamente él, Demian Ferrante Kramer, tenía la respuesta.

No obstante, la incógnita duró muy poco. A los pocos segundos de lanzarse Demian a pista, hacía su entrada al lugar Bernie Ecclestone.

- ¿Alguien vio a mi chófer?.. Un latino de barba candado y anteojos, medio....

No terminó de describirlo, cuando se escuchó al final de la recta principal una explosión... Era Ferrante, no había podido doblar. Digamos que nadie podría haberlo hecho a más de 300 kilómetros por hora, según dijeron las autoridades del circuito.

Demian fue trasladado al hospital con más de 40 fracturas expuestas. Incluso se habló de que su pene se había quebrado, algo ilógico, pero tratándose de Ferrante, perfectamente posible.

Ecclestone no intentó siquiera demandarlo, sabía que no tenía un cobre. Aquella borrachera y la ayuda del peruano le habían costado muy caro, casi un millón de dólares.

Sin embargo, Bernie estaba acostumbrado a ganar y perder, ya tenía en mente su próxima movida hacia el éxito... Un nuevo piloto: Carlos Alberto Reutemann (3)

(1). Demian participó de alguna manera del secuedtro del Quíntuple Campeón de la F1, Juan Manuel Fangio, en Cuba. Ver el Post en: http://ferrantekramer.blogspot.com/2006/08/una-tarde-gris-en-la-habana.html
(2). Diseñador de la escudería Brabham. Diseñó el modelo BT (Brabham – Tauranac) 33. Posteriormente, Ecclestone, dueño de la escudería y junto al diseñador Gordon Murray, retomaría la serie BT 44, desdeñando la etiqueta EM (Ecclestone – Murray)
(3). Se comenta que el prototipo del auto de F1 del Lole fue fabricado con las partes que se salvaron del Brabham destrozado por Ferrante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola tìo, estàs para hacerle el aguante a mi homònimo con su Ferrari ?
te dejo un beso y voy a ver si aprendo a leer rapidito porque acà tengo mucho material !