18 enero, 2009

Dionisio, la navidad de los reyes - Primera Parte

Por Ebar Gorriti, enviado especial a Tumbes

Sinceramente -inicia con emoción Ebar su relato-, Tumbes me cautivó desde el minuto cero. Anexada al imperio Inca en el siglo XIV, dicen los historiadores que aquí se realizó el primer desembarco de conquistadores españoles en el siglo XVI. Formó parte del Virreinato de Nueva Granada y la provincia de Guayaquil hasta que fue transferido al Virreinato del Perú, el 7 de julio de 1803.
En cada esquina hay una mezcla de las distintas influencias culturales que marcaron esta región a lo largo de su historia: casas con dibujos incaicos en sus fachadas, mezcladas con arquitectura colonial -y sus colores amarillo oscuro y blanco-muy difundidos en Sudamérica con la llegada de los conquistadores españoles.

La combi que me trasladó durante más de dos horas desde el aeropuerto de Lima, me dejó en la plaza Santa Juana, frente a la iglesia homónima, lugar en donde -cuenta la leyenda- las monjas que la habitaban daban ayuda a heridos y refugiados en la Guerra peruano-ecuatoriana en 1941.

Esta plaza, según me han contado, fue una de las zonas mas afectadas por un fuerte terremoto con epicentro en la frontera con Ecuador en 1953, que destruyó gran parte de la ciudad agrietándose calles y caminos, y muriendo 43 personas.

Tumbes sufrió inclemencias similares en mayo de 1970 y en 1997-1998 el Fenómeno del Niño, desoló la ciudad, más de 100 personas murieron arrastradas por las riadas, 25 desaparecieron, el Malecón Benavides se destruyó en gran parte, y unas 20.000 personas fueron reubicadas debido a los daños irreparables de algunos barrios completos.
Pude averiguar durante mi estadía en esta sufrida localidad peruana, que Doroteo Ferrante Kramer colaboró fehaciente y desinteresadamente todas y cada una de las veces que la ciudad fue afectada por los desastres naturales mencionados, atendiendo a víctimas y reparando -montando empresas a tal fin- los daños ocasionados.

Algunos detractores locales de la historia de esta familia, aducen que esta "participación desinteresada" generó a la larga el despegue económico de Doroteo y los suyos.

La cosa es que el calor era agobiante. Pregunté a los lugareños el camino a seguir para llegar a la mansión de los Ferrante Kramer. La casa de Dionisio está ubicada sobre la ladera norte de la ciudad, a pocas cuadras de la iglesia Santa Juana. Si bien la zona es pintoresca, la morada de esta familia se destaca definitivamente de las demás por su tamaño buen gusto y opulencia.

El 24 de diciembre, pasadas las 14 horas, me anuncié. Al rato, criados de la mansión me llevaron a mi habitación.
Lo sorprendente fue que si bien desde afuera la mansión era extremadamente bucólica, su interior no se condecía con la ornamentación de sus jardines y muros atestados de adornos.
Los cuartos y salones principales se encontraban pintados en su mayoría de colores maíz, muy sobrios y con grandes ventanales con cortinas livianas que protegían del sol impiadoso en esta zona. Intuyo que Dionisio Ferrante Kramer estaba alineado a estos parámetros de vivienda más despojada y moderna, a diferencia de su padre quien había edificado a comarca.

Poco mueble, madera exquisita y un perfume a rosas invadía todos los sectores de la casa. Emir, el criado que me acompañó, muy amablemente me dio algunas instrucciones:

- "El meeting previo a la cena se servirá a las 19. De riguroso sport. Allí usted tendrá unos minutos a solas con el Sr. Dionisio. A las 22 comenzarán a llegar los invitados. A las 23 iniciamos la cena y luego del brindis navideño, en el salón central del ala Oeste, se iniciará el baile".

¿Meeting previo? ¿Invitados? ¿Salón central del ala oeste? Evidentemente los Ferrante en Tumbes tenían estilo para festejar la navidad...

Continuará…

6 comentarios:

Alimontero dijo...

uhmmmm esta historia me tiene espectante...
Ahora a esperar como es este Dionisio Ferrante...por favor, ruego a Dios que no tenga la suerte de Demián...
Hasta aqui, esto del "salon centro del ala oeste..." promete mas que algo interesante por venir...
NO demoren, porfis...
Besos
Ali

El Peruano Dorado dijo...

Ali, gracias por visitarnos. Como vemos que no conocés mucho a los hermanos de Demian, te comento que DIONISIO es el mayor 4 que forman el clan Kramer, y quien profesa por el peruano dorado un profundo odio desde el día que le quitó su lugar de privilegio en la posada de los Ferrante Kramer; Dionisio era único hijo hasta que Demian vino al mundo 4 años después.
Si bien luego nacieron Duilio y Danilo, Dionisio solo odia a Demian y lo culpa por haberle robado su espacio.
Las navidades de los FK te van a mostrar quién es quién en esta saga. Un beso.

Patricio

Anónimo dijo...

Pues como dirían por acá en Medellín, Colombia, qué hombre tan pichado!

Me gustaría estar en la mansión de Ferrante Kramer, parece ser muy cómoda, pero me da susto encontrarme allá con Dionisio, pues adoro a Demian. Bueno, seguro que se doblegará ante mi dulzura... me sonrío.


¡Un abrazo renovador de energías cósmicas y mis mejores deseos para ti, en este 2009!

El Peruano Dorado dijo...

Gracias, Lully, tus palabras de reconocimiento y las ganas solapadas que le tenés a Dionisio, nos motivan a seguir adelante. Demian se quedó receloso!!
Un beso.

Patricio

Briks dijo...

navidades eran las de antes !!!

Mónica dijo...

Hola buen relato... esperaré como todos!

Bsss. Buen 2009!!! Nos vemos.