La terrible infancia de Ferrante Kramer - Última Parte

Demian se apareció de pronto, vistiendo un delicado delantal con detalle de encaje, de llamativo color rosa. En el centro de la prenda, una simpática figura de Bugs Bunny comiendo una zanahoria, coronaba la vestimenta de la peor forma imaginable.

Al verlo, portando sobre sus dos manos en alto una enorme fuente de vermicelli, Dionisio lanzó una carcajada que fue festejada veladamente por Doroteo. Felisa, apenas si modificó el gesto; Duilio y Danilo, ajenos a todo, se asombraron como si hubieran visto a su superhéroe preferido...

Realmente, más que un cocinero profesional, Demian parecía Petrona C. de Gandulfo... Un mamarracho!!.

- “Bueno, Bueno!”, exclamó para llamar más la atención, “... Vamos a ver ahora quién es el que sabe de pastas en esta casa!”, desafió con desenfado, clavándoles los ojos a todos. Y prosiguió con su perorata…

- “Sí señores!!... Demian Ferrante Kramer, porque así me llamo yo, por si no lo saben, TIENE UN LUGAR EN ESTA CASAAA!!. No es un Don Nadie, ni será nunca más el idiota, el tonto, el bueno para nada, NI EL BOLUUDDDO QUE ALGUNA VEZ FUE!!!... ENTENDIEEEROOON??”, gritó con todas sus fuerzas, mientras su rostro se desencajaba por la furia.

Y no era para menos... Todo tenía un límite, y esa regla hasta le cabía a alguien como él.

No obstante, y con la parsimonia digna de un experto en el arte culinario, Demian sirvió a cada comensal. Sin perder el aplomo… Uno a uno, lentamente… Hasta que le llegó el turno a su padre...

Una vez servido Doroteo, Demian se le quedó mirándolo... Solo para presenciar el momento en que su padre probara el primer bocado y quedara fascinado, no quería perderse aquella imagen de sublimación de su obra, su más grandioso triunfo...

Doroteo llevó a su boca una buena cantidad de vermicelli y…. sobrevino la catástrofe!!. Como si hubiera probado mierda, vomitó lo que había engullido. Pidió algo de beber a Felisa, y su rostro comenzó a enrojecerse. Un acceso de tos agravó el cuadro; y se podían apreciar notorios síntomas de una inflamación creciente y desenfrenada en sus labios.. “Un médico!”, alcanzó a decir, no sin antes rematar la frase con “Y tú Demian, demonio!.... Tira esa pasta, TIRA EL FIDEO, TIRALO, OBEDECE!!!." Luego cayó desmayado al piso.

Demian quedó shockeado... Lo que creía sería su coronación, terminó siendo su ruina.

Entretanto, Felisa intentaba sin éxito comunicarse con el médico de la zona; y los pequeños Duilio y Danilo lloraban a moco tendido. Quien parecía sentirse muy a gusto, era Dionisio. Mientras sonreía observando lo que ocurría desde un rincón, con disimulo escondía en su pantalón una pequeña bolsa de ají picante. Él había sido el causante de todo, y lo festejaba en silencio...

Demian permaneció inmóvil por unos minutos más, hasta que de pronto desapareció de la vista de todos. La ambulancia pasó frente a él sin que la viera, parecía poseído. Por meses, no pisó la posada ni se comunicó con ningún familiar.

La chusma del lugar se encargó pronto de aclarar el enigma: Demian estaba viviendo con el tano Aparicci quien, según dirían las malas lenguas, “... Lo estaba iniciando en el arte culinario”.

Dicen que los mandatos paternos nos persiguen por siempre, y parece ser cierto. A la luz de lo acontecido después con la vida del Peruano Dorado, es innegable que aquella frase de Doroteo “Tira el fideo!”, dejó su huella, y muy profunda....

FIN

fideo pasta al+dente tano salsa fetuccini vermicelli foratti malnatti cqc hermandad familia burla sorna provocación desafío arte+culinario comidas platos delicias