El primero en despertarse fue Barrandegui. Lo siguieron Arizmendi, Frumento, y así los otros. El que seguía roncando como un tronco era Demian.
- “Bueno, mejor déjenlo como está, que así por lo menos no hace mal a nadie”, dijo Cigala. Fue cuando se percató de lo inconveniente de sus dichos y buscó la mirada acusadora de Casimiro...
Pero el polaco no estaba…
Comenzaron a gritar su nombre. Primero tímidamente, luego a viva voz… Pero Casimiro no respondía. Buscaron su bolsa de dormir, pero tampoco aparecía. Especularon con que se había alejado del grupo molesto “por los ronquidos”, “que los mosquitos”, “que se había decidido por pescar de madrugada...”
- “Bueno, mejor déjenlo como está, que así por lo menos no hace mal a nadie”, dijo Cigala. Fue cuando se percató de lo inconveniente de sus dichos y buscó la mirada acusadora de Casimiro...
Pero el polaco no estaba…
Comenzaron a gritar su nombre. Primero tímidamente, luego a viva voz… Pero Casimiro no respondía. Buscaron su bolsa de dormir, pero tampoco aparecía. Especularon con que se había alejado del grupo molesto “por los ronquidos”, “que los mosquitos”, “que se había decidido por pescar de madrugada...”
Sin embargo, nada les cerraba del todo. Repentinamente, cierta inquietud se apoderó del conjunto...
- “Muchachos, muchachos!”, rompió en gritos Barrandegui, eran aullidos de terror... “Vengan, vengan, vean esto!”
Todos -menos Demian que seguía por el séptimo sueño- acudieron al llamado. En el lugar donde estaba el negro Barrandegui, dispersos, podían verse restos de lo que había sido la bolsa de dormir de Casimiro. Totalmente destrozada. Había plumas de ganso por doquier. Algo había sucedido aquella noche, y no era nada bueno...
De pronto, unos sonidos de animales a la carrera atrajeron la atención de los allí presentes. A lo lejos, a unos 100 metros, un simio y un puma parecían jugar con algo. Lamentablemente, pronto todos llegarían a la misma conclusión: se trataba de las ropas de Casimiro Wajda, el polaco ...
La congoja y la angustia se apoderaron de ellos. Existían altas posibilidades de que hubiese ocurrido lo peor… Que durante la noche, y sin que nadie del grupo tomara cuenta de nada, Casimiro hubiera sido atacado por animales salvajes y muerto de una manera inimaginable: despedazado, destrozado.
Súbitamente, el sentimiento de dolor que los invadía se transformó en ira. Y la ira, en deseos de venganza. Infante, Barrandegui, Molina Barros, Arizmendi, Zabala, Frumento y Cigala se miraron y supieron qué hacer. No necesitaban palabras. Había un solo culpable…
Demian estaba dormido aún cuando ocurrió la debacle...
Una suerte, ya que de alguna manera su estado mitigó en parte el castigo recibido de manos de sus “amigos”. Aunque algunos afirman que no fueron solo golpes de manos y puntapiés, sino también otros desmanes que hicieron camino donde se suponía ya había huella previa.
Como a la media hora de iniciada la paliza, y con un Ferrante Kramer inconsciente y al borde del coma irreversible, apareció tras ellos Casimiro, quien al ver lo que quedaba del Peruano, increpó al grupo al punto de trenzarse a las trompadas con Molina Barros y Barrandegui, sobre los que cargó la responsabilidad del desastre...
El polaco estaba desnudo, algo que extrañó a todos… No obstante, nadie preguntó nada.
Mientras trasladaban a Demian en una improvisada cama hecha con las cañas de pescar, Casimiro les contó lo sucedido…
- “… Había ido a refrescarme al río Tumbes, cuando veo que unos animales salvajes se apoderan de mis ropas y de la bolsa de dormir…No me había repuesto del disgusto, cuando siento una descarga eléctrica en la pierna derecha…Puta!, dije, lo que me falta, una anguila!... Casi me ahogo!!. La verdad, muchachos, fue un día de mierda!!”, agregó algo disgustado, dando por cerrado el diálogo.
Todos lo miraron, sin hablar… Aunque también todos sabían lo que había detrás de ese silencio….
Fue Barrandegui el que no aguantó más, y se animó:
- “Y qué me decís ahora, polaco?... Es o no es un mufa del orto este Ferrante Kramer?... O querés seguir sosteniendo que es un tipo normal?”...
Casimiro miró el despojo que era Demian, sobre la camilla, y pidió hacer un alto… Tendido sobre la ruta, volvió a mirarlo, y agitó la cabeza de lado a lado consternado por el estado en que se encontraba su amigo…
- “¿Díganme… le pegaron mucho?", preguntó al grupo...
- “Esteeee…. no sé, Casimiro, qué se yo!... Un montón de patadas y golpes”, respondió, Infante...
- “Sí, patadas y algo más!”, agregó, Zabala, mientras se subía el cierre de su pantalón...
- “No, no, noo!.. No es justo!”, exclamó Wajda, “No se merece esto!”…
- “Sí, tenés razón, se nos fue la mano!... Perdonanos, polaco, perdonanos!”, se lamentó Barrandegui, “…Tenés razón, no es justo!”.
Ninguno de ellos lo vio, sucedió en tan solo un segundo…
Al grito de “No es justo que siga viviendo, no es justo!!!”, Casimiro se lanzó contra Demian a golpes de puño y patadas. Se ensañó tanto, que lo tuvieron que parar entre cuatro....
FIN
7 comentarios:
Brillante final para tan opaco personaje!. Lo molieron a golpes, pobre Demian... Muy buena historia. Los felicito.
Laura
Pobre Peruano che, para mi les pasa todo eso por envidiarlo.
Un Abrazo!!!
uhhh pobre peruano! que fácil es echarle la culpa che! una vergüenza. arriba el peruano carajo.!
saludos!
Nooo, no es justo, pobre peruano!!!
siempre lo mismo...
Me entristecio lo de Demian, no, no quiero imaginarlo de nuevo como acabo de hacerlo, un besito para el. Cuidenlo. Mis saludos para todos.
q cosa!! como le dieron!
temendo!
salutes desde SCI TERROR
H
Gracias Poetiza, Claudia, Manu y H. Gracias por seguirnos. Hoy a la noche se vienen los premios Peruano Dorado de setiembre. Viene Demian en persona a la Fundación, para otorgarlos. Estén atentos!!.
Patricio
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