25 abril, 2010

La historia delmedio hermano de Brizuela Méndez - Parte 1/2

Homenaje al gran locutor y pionero de la TV argentina, Guillermo Brizuela Méndez, fallecido el 1º de setiembre de 1997. Una historia imaginaria de la Fundación Ferrante Kramer, con amor y respeto...

Por Casimiro Arenas, biógrafo del Peruano Dorado

La historia de hoy es muy especial porque es de esas que te dejan un gusto raro en la boca, un sabor diferente... No sé cómo decirlo. Quizás la mejor forma de explicarlo sea a través de mi relato, al menos eso espero.

Ricardo Brizuela, fue uno de los co-fundadores de la Fundación Demian Ferrante Kramer. Y era medio hermano del “negro” Brizuela Méndez, un afamado conductor radial y televisivo de la década del ’60.

Le decían “el gris”, ya que no era negro como su hermano el locutor, ni blanco como su madre. En su caso, la combinación no se había dado pareja como acostumbra hacerlo la naturaleza, sino de una manera notoriamente caprichosa: Brizuela tenía algunas partes de su cuerpo “oscuras como la noche”, y otras blancas “como la nieve”.

Y si bien intentaba siempre ocultar esa rara especie de vitíligo o afección tan particular de la piel, su profusa actividad sexual en Villa Martelli y alrededores habían sacado a la luz su secreto... Las mujeres deliraban de placer al ver a este fenómeno bicolor; Brizuela gozaba de gran prestigio por sus probadas dotes físicas y sus genitales particularmente contrastados.

Por aquellos días la Fundación DFK estaba en sus comienzos... Y como era de esperar, a sus miembros les sobraba voluntad, pero les faltaba dinero para llevar a cabo su obra: ingresar a Demian al hall de los famosos de la literatura moderna, aunque no tenían ni idea de cómo hacerlo.
Lo único que hacían era organizar rifas que terminaban en rotundos fracasos económicos – de mil números vendían dos, y uno de ellos resultaba ganador -, kermeses a las que asistía gente que quería jugar de fiado, o loterías con pozos tan miserables que los que ganaban decidían no cobrar porque no se justificaba ir hasta el primer piso de la sede donde se hallaba ubicada la caja.

Fue entonces que sucedió lo que resultó ser un golpe de suerte para la institución. Una de las “amantes” del gris Brizuela se apareció en medio de la Fundación a los gritos, reclamando por la “falta de atención” de éste... La realidad era que Brizuela no podía con todas; lo suyo más que placer se había convertido en un trabajo de negro (o en “gris”, mejor dicho).

- “No puedo, nena!!.... Mañana te llamo, mañana! ¿Estamos?”, le respondió.

Dobetti, Rouco y Ferreyra, consocios de la Fundación, no entendían nada y lo miraban como diciendo: “Dios le da pan a quien no tiene dientes”. No obstante, con el paso de los meses la cosa no mejoró... Fue empeorando progresivamente con más negativas de Brizuela, que incitaban y provocaban al grupo. La admiración y el desconcierto iniciales de Dobetti, Rouco y Ferreyra, finalmente habían devenido en bronca hacia su persona.

Una tarde, Dobetti no aguantó más y se le fue al humo…

- “Pero qué te pasa, che??.... No te gustan más las minas?”, le gritó.

Y aquella pregunta, por la que cualquiera hubiera apostado a favor del comienzo de una trifulca, terminó siendo todo lo contrario. Todos se sorprendieron ante la respuesta de Brizuela…

Continuará…


3 comentarios:

Troy McClur dijo...

NO ELIMINEN EL BLOG POR FAVOR!!!!!!

Luis dijo...

Quién está hablando de eliminar el blog?. Aclaren por favor!
Laura

©Claudia Isabel dijo...

Esta historia está buenísima!!!

cómo es eso?
Qué sabe Troy que no sabemos tus atentos lectores? huyyyy :(