21 diciembre, 2008

Hoyo 19, el reencuentro - Parte 1

Recomendamos leer la historia publicada en 2006, titulada "Hoyo 19", íntimamente relacionada con la presente. Les servirá para entender esta segunpa parte...

El auto estaba a la miseria, hacía ruidos por todos partes. Tenía la cubierta delantera derecha casi deshecha, a duras penas estaba llegando a la estación de servicio. Y venía de recorrer unos cuantos kilómetros. A pleno sol, el del desierto de Tijuana…

- “Déjalo ahí, chaval… Yo me encargo!," se le sintió decir al viejo dependiente del puesto de combustible; parecía ser el dueño, y único habitante del lugar, junto a ese mugroso perro.

Un joven negro, en los treinta, descendió del lujoso BMW 320 Si, también negro como él. Se lo veía cansado, agobiado por el calor. Se notaba que no era de la zona, que venía de lejos.

Había pasado inadvertido para todos en aquel lugar, incluso para el anciano que lo había recibido. Pero muchos, de haber sabido quién era, habrían pagado por estar allí en ese momento. Aquel negro era una estrella del deporte…

- “Excuse me… I’m Tiger Woods, do you know me?”, preguntó el visitante.

Como era de esperar, el viejo hizo señas de no entender. El multicampeón del golf, entonces, ensayó lo que creía olvidado: hablar español… Y recordó viejos tiempos, cuando lo hablaba a menudo…

- “Disculpa, soy Taiger Buds, juego al golf” -dijo en un castellano bastante bien pronunciado, ante la mirada atónita del hombre mayor… “Se me rompió la rueda.. Quisei cambiarla, pero está muy trabado lo rueda…”, agregó, mostrando sus manos sucias…

- “Ah, hablas espanglish, gringo??... Bueno, nos vamos entendiendo... Mientras voy adentro a buscar repuesto, toma este papel y límpiate un poco..”, casi ordenó, entregándole un añoso periódico de “El sol de Tijuana”

Tiger comenzó a restregarse el papel por sus manos, cuando algo despertó su atención. Creyó haber leído al pasar la palabra “golf”; como mecánicamente dejó de frotar el diario por sus extremidades. Y buscó con casi desesperación lo que había visto…

Y así era. El titular rezaba: Hombre caga pelota de golf y sufre desgarro anal”. Comenzó a reírse como loco, se doblaba de la risa. Nunca había escuchado algo así. A quién se le podía haber ocurrido comerse una pelota de golf…


Sin embargo, sus carcajadas cesaron de pronto. Debajo de la nota, una pequeña foto dejaba ver a quien había expulsado analmente el esférico… Su cara cambió, y pasó de la risa a la emoción…. Al grito de “Señor, señor, venga por favor”, dirigiéndose al viejo de la gasolinera, Tiger saltaba y golpeaba la hoja de papel sobre su pecho… “Lo encontré, lo encontré, al fin, amigo, mi peruanito!”

- “Qué te pasa, gringo?... Tomaste de la mala?”, preguntó con sorna el viejo. Hacía instantes, aquel negro parecía ser el “Mr. Control”, y ahora estaba desbocado como un caballo con sobredosis…

- “Mira esta foto, señor, mira!”, repetía entre sollozos, Woods…. Mira, este hombre es amigo mío, el Peruano… Así lo conocía yo, solamente por Peruanito… Y lo perdí de vista hace más de 15 años; mi carrera como golfista se la debo a él!”, bramó a los 4 vientos, como queriendo honrarlo allí mismo, ante todos… Pero no estaban nada más que ellos dos y aquel mugroso perro…

Tiger estaba eufórico. Creía haber encontrado al Peruano Dorado

- “Ah, ese imbécil?”, refunfuñó el viejo,… “Desde aquel entonces que no se supo más de él…. “

- “¿Desde aquel entonces?” -se preguntó el campeón-. Fue entonces que se percató de la fecha del periódico, era de 1989….

- “Acá era el hazmerreír…”, prosiguió el anciano con su relato. “… Lo llamaban El hombre que cagaba redondo, Bollito, Fábrica anal de esféricos, Gallina de plástico, y cuanto nombre humillante se imagine… Un día se fue, creo que dijo que se iba para la Argentina, donde era famoso y hasta tenía una Fundación que lo cuidaba… Era un delirante!!... Decía que se había comido la pelota para ayudar a un amigo; nadie le creyó… Que era escritor; afirmaba ser amigo de un famoso jugador de golf.. Un delirante, un loco!”

Tiger comprendió que estaba de más en aquel lugar. Y que aquel anciano era un pelotudo que no podía atarse los cordones. Pagó la reparación, y con el diario en la mano se encaminó a Tijuana… En sus planes estaba recuperar aquella amistad perdida…

Continuará…


4 comentarios:

Alimontero dijo...

Hola Patricio, algo te escribí en mi blog días pasados cuando pasaste por ahi y me dejaste tu saludo!
Ahora me "acomodo" para prepararme ante esta nueva aventura que veo será tan espectacular como las anteriores!
Mientras tanto te dejo un gran abrazo deseándote tanta genialidad y creatividad para el pmo. año y que tengas unas Felices Fiestas junto a esta fantástica "Fundación"...espero te dé las utilidades correspondientes!

Con mucho cariño y respeto,

Ali

El Peruano Dorado dijo...

Gracias, Ali. Te deseo felicidad y prosperidad para el año próximo. Un beso y nos seguiremos viendo en nuestros Blogs. Qué la imaginación y el humor nos acompañen.

Patricio

BETTINA PERRONI dijo...

Me encantan tus historias que me hacen ver que hay una vida afuera... y llena de humor.

Peruano, muchas gracias por tu compañía y tus palabras. Vengo a desearte una navidad hermosa y un año nuevo de grandes hazañas ;)

Un abrazo

©Claudia Isabel dijo...

Patricio, Damian, pasé para dejarles mis saludos y deseos de que tengan una hermosa Navidad y un año nuevo brillante!!!
Los quiero!
luego los leo con tiempo, como me gusta hacerlo!
Besos