No lo voy a permitir!! -Ultima Parte

Había ya pasado un minuto largo, y nadie había salido a atender…

El hecho de que no acudieran a su llamado, por un lado parecía haber conformado a Ferrante… “Bueno, yo vine, y no lo encontré… Qué se le va a hacer, mala suerte!”, se repetía una y otra vez, como justificándose ante el cómodo fracaso… Pero, por el otro, bien sabía en su interior que el valor inicial que lo había llevado hasta allí estaba desapareciendo. Y que si no daba un paso decisivo, heroico, nada lo diferenciaría de los cobardes socios de la Fundación a los que había insultado un rato antes…

- “Pero qué soy, entonces??... Un cobarde?”, se recriminó… Y recordó las risas de los cagones de la Fundación, cuando el rusito Doremberg preguntó por la historia de Rolegio, el gorila tumbesino…”Dije que me iba a poner el mono a cuestas y lo voy a hacer, no voy a aflojar ahora, en este punto!”, se dijo para auto convencerse…

Y dicho y hecho… Fue en ese instante cuando, casi instintivamente, atinó a manotear el picaporte de la puerta… No obstante, su mano temblaba del miedo.

Contra todo pronóstico esperado, se abrió… “La puta madre!”, se le oyó susurrar, era lo que menos quería. No cabía duda alguna que estaba aterrorizado, aunque decidido. Y entró…

- “Hola, Dani… Esteee…¿Estás adentro, puedo pasar?”, casi balbuceó. Parecía un corderito (Pobre!!!)

Demian se introdujo poco a poco en la casa. Parecía no haber nadie, Losasso no estaba.

Esa circunstancia lo hizo nuevamente sacar un poco de pecho, y comenzar a moverse con más libertad… Y reflexionó: “Vine a enfrentar a Losasso, cuando nadie se animó a hacerlo... Entré a la casa, y no lo encontré…”, … La cosa ya no sonaba tan mal. Cualquiera que escuchara su historia diría: “Qué huevos este Peruano, no?”… “Lo que es capaz de hacer!”…

No obstante, había algo que no le cerraba, y era Walter. No soportaba la idea que “no supiera nada de lo de su hija y Losasso”.

- “Se lo tengo que decir!”, bramó, y tomando el retrato de Isabel que alcanzó a ver sobre la cómoda en su camino, se dirigió a la puerta…

No la había alcanzado, cuando sintió que se le venía sobre la cara. Alguien del otro lado intentaba ingresar… Y pensó: “Losasso”, acompañando su pensamiento en voz alta con una exclamación… Pero, no… No era el viejo.

- “Hola!”, le dijeron dos voluminosos muchachos que identificó al toque… Eran obreros de la compañía de ascensores ubicada en la finca lindera a la casa de Daniel…

- “Buscábamos a Losasso!”…

- “Uy, yo también!”, dijo Demian, ensayando una sonrisa…

- “No sos vos?”, inquirieron…

- “Estee… No!!, yo estaba de visita… Como la puerta estaba abierta, entré…”, respondió con cierto nerviosismo. Mientras se desarrollaba esta conversación, Demian sudaba como un chivo… No había motivo para ello, pero un sexto sentido le indicaba que había peligro inminente…

La actitud y respuestas de Demian no parecieron convencer a los intrusos, que ya estaban con los pies dentro de la casa. Uno de ellos, cerró despaciosamente la puerta…Ambos se miraban.

- “Y decime, si no sos Losasso, quién sos?”, dijo uno de ellos, el de pelo enrulado…

- “Soy Demian… Demian Ferrante Kramer, y estaba acá… Este, quizás no se entienda… Este… Pero, no soy Losasso, soy peruano. Escribo, vieron??... Libros… Conocen a Don Horacio, es un viejo degenerado de una pensión.. Sobre Mitre, lo conocen??...Yo también estaba buscando a Losasso porque es otro viejo atorrante que se está moviendo a la hija de…”, y se trabó de golpe. Fue cuando, en un descuido, se le cayó el retrato de Isabel al piso…

- “Y esooo?”, preguntó nuevamente el de rulitos…. “Qué pedazo de sorete!!... Por poco caemos, casi te creemos… Ahora vas a ver hijo de una gran puta!”, le dijo el otro, que no había abierto la boca hasta el momento…

- “Venimos de parte de Walter Liberatti!... Sabés quién es??... El padre de Isabel, la nena que te están culeando, viejo degenerado!”, y comenzaron a prepararse para lo que parecía ser una golpiza…

- “Muchachos, están en un error.. Soy Demian, el Peruano, el de la Fundación… Walter es mi amigo!... Por favor, no me peguen!”, suplicaba como un marrano…

- “No, Losasso, si no te vamos a pegar”, dijo el de rulitos, y sacó de un bolso lo que parecía ser un matafuego o una carga de un viejo sifón Drago…

Lo penúltimo que escuchó fue que uno de sus agresores decía “Che, MONO, cargátelo vos!”, y que alguien lo tomaba por detrás… Algo frío, como metálico, intentaba abrirse paso entre sus nalgas…

Lo último que escuchó fue: “Losasso, comete este pedazo!”. Acto seguido, se desmayó…

Al día siguiente, Walter se enteró de la confusión y de la delicada situación del Coloso de Tumbes. Aparentemente, se le había ido la mano a los muchachos, y con ello, el matafuegos.

Demian debió ser operado de urgencia. En principio se creyó que se trataba de una gastroenteritis aguda. Luego se comprobó que el gas que despedía, no provenía de sus intestinos, sino de un elemento ajeno a su organismo.

Fin

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