03 octubre, 2009

Ferrante Kramer y el "Tantra" - Parte 1/4

Las duras experiencias vividas por Ferrante Kramer en busca de su superación profesional como escritor, son poco conocidas.

Esta falta de información, que según los detractores del Peruano Dorado no sería otra cosa que “... el resultado de un ocultamiento deliberado en el que estaría involucrada la propia Fundación Ferrante Kramer para evitarle nuevas humillaciones al dramaturgo”, a nuestro entender se debe más a la desidia de esa organización señera, que a la ejecución de un plan deliberado de su parte para alejarlo de la deshonra pública.

La historia de hoy, que nos acercó orgulloso Walter Liberatti, ex presidente de la mencionada institución, lamentablemente prueba que estábamos en lo cierto.

Por aquellos días, Demian se hallaba en una verdadera encrucijada: “Abandonar para siempre las letras o continuar fracasando como escritor”... ¡Pavada de dilema para el mundo literario de aquel entonces, y no era para menos!!.. A nadie se le escapaba el hecho de que si el peruano se inclinaba por la segunda alternativa -seguir escribiendo-, habrían de padecerlo hasta la muerte.

Ferrante estaba deprimido, triste… Sentía que el mundo se le había achicado, y en parte era cierto. Don Horacio, el dueño de la pensión de Villa Martelli donde se hospedaba, había decidido trasladarlo a la baulera, ya que no eran muchas sus pertenencias y su camita entraba perfectamente aunque un poco inclinada.

Pero Ferrante no era hombre de rendirse ante la adversidad, así porque sí. Para él no existían los callejones sin salida, encrucijadas, o papas tan calientes que no pudieran sostenerse sobre la palma de la mano....

Fue así como comenzó a barajar opciones para seguir adelante y tomó la que tenía más a mano... Un vaso de vino. Y después, dormir la mona. Demian era optimista al respecto: “Quizás la realidad no sea la misma cuando me despierte del pedo que me voy a agarrar”, imaginaba sonriente; “… Sería una más de ésas a las que estaba tan acostumbrado…”.

Pero, no. Aquella vez la cosa se le presentó más difícil... Para su sorpresa, la realidad NO había cambiado cuando despertó. Y para colmo, no tenía un mango más para seguir borracho... Debía pasar al Plan B, algo en lo que ni siquiera había pensado aún...

Y para eso tenía que oxigenarse... Intentó salir de la pensión con sigilo para no ser escuchado por Don Horacio, el dueño del lugar -debía más de 2 años de alquiler-, pero no le sirvió de nada. El maloliente capanga del hotelucho se había avivado y lo estaba esperando en la puerta...

- “Decime, Demian.... Vas a poner la que me debés algún día de estos?... No creés que 2 años es bastante tiempo para encontrar una ‘buena’ que te saque del estado de vagancia y dejadez en el que estás?... Mirate!... parecés un linyera!”, le espetó el viejo, sin la ternura con la que acostumbraba hablarle, especialmente esos días en los que esperaba del peruano algún favorcito...

- “Don Horacio, estoy en eso, créame!... Usted sabe como es la vida del artista... La inspiración va y viene”, sentenció, aunque en su caso parecía no haberlo visitado nunca.

- “Demian, vos sabés que yo te quiero”, dijo el viejo, un poco menos ceremonioso, “... Pero mientras estés así de confundido, sin rumbo, sin amor, sin ...”, y no le gustó nada escuchar eso último a Demian; lo paró en seco... Sabía que si el viejo seguía avanzando, detrás podía venir una declaración lujuriosa; y sacárselo de encima, entonces... “Me va a costar un Perú...” -pensó-, aunque no sabía tampoco el significado de aquella frase que tanto repetía la gente (1)

- “Aguánteme un tiempo más, Don Horacio... ¿Cuándo le dejé de pagar, eh??... Dígame!”, y era cierto, nunca le había dejado de pagar un peso, porque jamás le había pagado nada. Estaba viviendo de gorra desde hacía 2 años; una vergüenza!.

Don Horacio lo miró como quien mira a un inimputable... Había que matarlo ahí mismo o dejarlo vivir y quererlo así como era: una nada, una cosa inservible, una verdadera ofensa social....

No obstante, el viejo dejó que se fuera. Sin duda estaba caliente con el peruano, y sabía que pronto le daría lo que buscaba. Mirándolo irse, se enfocó en sus glúteos, y se dijo para adentro: “Ya me vas a dar eso de vuelta, peruano... Ya me lo vas a dar!”.

Continuará….

(1). Nunca había visto una moneda, y menos un Perú.

4 comentarios:

Alimontero dijo...

cuál es el karma de Demián...?? es que le llueve siempre....no "acampará" nunca???

un beso,

Ali

Luis dijo...

Este Demian me parece que se trae algo guardado... Bah!, qué novedad, n0?.

Laura

©Claudia Isabel dijo...

A pesar de todo Demian me produce ternura...

El Peruano Dorado dijo...

SE RETIRO UN GRANDE....

No, no hablo de Maradona, aunque bien nos haría

Me refiero a otro grande....

Una lástima, se venía venir, AlexB dejó el Blog.

Luego de una interminable lista de historias a medio terminar, su ausencia ha sido la manera que eligió para despedirse.

En silencio, sin dar señales. Siquiera con un comentario (aunque tuvo el coraje hace como un mes, en otro de sus frustrados regresos)

Me gustaría poner en el Blog alguna de sus historias inconclusas para que el lector juegue con su imaginación y las complete... Quizás lo haga.

Bueno, intentaré seguir adelante con mi media inspiración, a la espera de algún milagro.

Recen ustedes, los que nos visitan. Acaso el clamor, como en la Plaza de San Pedro, lo corone Rey de la Tinta Invisible....

Se siente, se siente "AlexB, está presente?

Patricio