14 febrero, 2009

La navidad de Duilio - Primera Parte

Luego de la digresión motivada por el mal rato que está pasando nuestra amiga y mentora Claudia Isabel Lonfat y su incomparable Blog de poesía "La perla de Janis", volvemos al ruedo con la crónica de la navidad 2008 vivida por Duilio Ferrante Kramer, otro de los hermanos de Demian, médico, realizada por nuestro enviado espacial a Denver, USA, Andrés Lucca Paredes.

Que la disfruten!!

Patricio/ AlexB/ Demian


Andrés Lucca Paredes llegó a Denver en la mañana del 24 de diciembre. En los Estados Unidos, la nochebuena no es festejo; las actividades sociales y familiares comienzan el 25 a la mañana con la apertura de los regalos (como nosotros hacemos en reyes) por lo cual, nuestro enviado, aprovechó para pasar todo el día previo a navidad con Duilio Ferrante Kramer y tratar de averiguar -más allá de nuestro pedido- otros detalles de su actividad en el Centro de Sanación de la Mente Ferrante Kramer, en Denver.

Algo empezó a incomodar a Andrés, cuando informó al taxista el destino, en las puertas del aeropuerto de Denver…

- "Al loquero?"….-dijo en perfecto español- "...Por lo menos usted se hace cargo… ¿Sabe usted que en Denver, todos estamos medio locos?”, sin más, dijo, haciéndose el interesante… “… Mire lo que pasa en este aeropuerto!!…"
- “¿Qué pasa?”, preguntó Lucca Paredes con cierta incredulidad, sintiendo una fuerza interior que le hacia crecer exponencialmente su curiosidad.

- Si paseás por el hall central –empezó a hablar el taxista- vas a ver una mujer africana con vestido colorido de nativa, que supuestamente celebra el arte que se muestra en el aeropuerto, una chica rubia con labios de cupido, una estrella de David en su pecho y una Biblia cristiana en sus manos yacen en sus tumbas abiertas para alegrarte la vista; una ciudad en llamas, niños durmiendo en pilas de ladrillos, una cola de mujeres llorosas en andrajos con niños muertos en sus brazos, una nota real de una niña que murió en un campo de concentración nazi, una enorme figura semihumana con máscara de gas blandiendo una enorme espada y una metralleta... palabras extrañas, en idiomas extraños en el suelo sin explicación acerca de su significado… ¡Bienvenidos al Aeropuerto Internacional de Denver!”, gritó, cerrando su soliloquio.

Esos murales, llenos de una extraña historia, son la manera que tiene la ciudad de recibir a sus visitantes, con imágenes que muestran sus escalofriantes murales llenos de oscura simbología.

- “Ciudad de locos!!…Aeropuerto de locos!!” -continuó el taxista mientras Andrés se impacientaba por escuchar más de la historia.

- “Lo más evidente se encuentra sin duda en los murales y piezas llenas de simbolismo en todas las esquinas y muros de este aeropuerto. Los artistas que realizaron estos murales, aseguran que las líneas maestras para sus obras les fueron dadas antes de comenzar. Hay un montón de simbología de sociedades secretas en el aeropuerto”

Andrés estaba desorbitado. Justo él, adepto como pocos a los proyectos faraónicamente desopilantes, se encontraba frente a uno que a simple vista parecía imposible.

- "Niños muertos bajo la espada de una militar con un símbolo muy parecido al del águila nazi en su gorra. Edificios destruidos y miles de deportados tras él, que llevan una metralleta en la otra mano y una mascarilla antigás en su rostro lo que le da un aspecto extra terrestre… La paloma de la paz bajo su espada, un misterioso arco iris en el cielo y mujeres llorando con sus hijos muertos en sus brazos, una niña rubia muerta con flores en sus manos y la cruz cristiana, tortugas atrapadas en la red, una nativa africana en su tumba… Qué tiene que ver eso con un aeropuerto internacional?", preguntaba el taxista, mientras Andrés se babeaba y no podía dar crédito a lo que escuchaba..

- “Es más…”, terminó diciendo casi resignado, “… Hasta hay signos por todos lados de una "g, una regla y un compás"… ¿Será el escudo de los arquitectos?... Llegaaamos!!!... son catorce dólares con 25 centavos!!!”, dijo, trayendo violentamente a Andrés de ese extraño viaje a la realidad.

A Andrés -que seguía concentrado en el relato- se le heló la sangre…el signo descrito por el taxista era el símbolo de la masonería.

Continuará…

2 comentarios:

Luis dijo...

Qué historia más intrigante!!

Laura

Mariel Ramírez Barrios dijo...

terribles las imàgenes
terrible sobre todo el mural del nazi
la placa con el sìmbolo masòn
impresionante texto
Adònde lo estaràn llevando,no?
Los cuatro mellizos nos van a enloquecer a todos,che