Dedicado a Maraia Blacke en el día de su cumpleaños... Feliz cumple, Maraia!!! El calor era insoportable en aquella salina salteña. Parecía el mismísimo infierno.
Sobre el ardiente pavimento de la ruta 51, y sin saber que se dirigía a San Antonio de los Cobres, Demian zigzagueaba sin rumbo fijo. Parecía un zombie; ojos desorbitados y una boca jadeante...
Solo sus ideales libertarios lo mantenían en pie. Pero no duraría mucho su entereza... Finalmente, cayó rendido.
Sobre el ardiente pavimento de la ruta 51, y sin saber que se dirigía a San Antonio de los Cobres, Demian zigzagueaba sin rumbo fijo. Parecía un zombie; ojos desorbitados y una boca jadeante...
Solo sus ideales libertarios lo mantenían en pie. Pero no duraría mucho su entereza... Finalmente, cayó rendido.
Seguramente sumido en medio de imágenes de quienes hicieron grande a nuestra patria, acaso entremezcladas con la de su ídolo de Hollywood, Montgomery Clift, Demian mordió el salitre de un golpe...
Los buitres no tardaron en precipitarse sobre su humanidad. El final parecía próximo...
Pero, de pronto, una gran sombra lo cubrió....
- “Amigo, amigo!!”, se oyó una voz....
Demian no respondió, parecía muerto...
- “Pero, la gran pucha!!... A quién se le ocurre andar a pata por estos lares!... Solo a un imbécil!”, se repetía una y otra vez el viejo baqueano, no imaginando que sin querer había dado en el blanco con el calificativo...
- “Si no te encontraba yo, pronto ibas a ser banquete de buitres y carroñeros!”, seguía gritando sin que el Peruano Dorado lo escuchara, entretanto se disponía a trasladarlo en su burro a lo que parecía ser su rancho, a pocos kilómetros del lugar... Ni bien llegaron, Demian pareció volver en sí...
- “Agua, agua!”, comenzó a repetir…
- “Si, che!... Agua es lo que te estoy dando, agüita buena con azúcar!”, le respondió Eusebio Espósito, tal el nombre de su salvador. “… Pero tomala despacito, amigo!”, le dijo, casi ordenándole... "No vaya a ser que se me atragante!”.
- “Pero, la gran pucha!!... A quién se le ocurre andar a pata por estos lares!... Solo a un imbécil!”, se repetía una y otra vez el viejo baqueano, no imaginando que sin querer había dado en el blanco con el calificativo...
- “Si no te encontraba yo, pronto ibas a ser banquete de buitres y carroñeros!”, seguía gritando sin que el Peruano Dorado lo escuchara, entretanto se disponía a trasladarlo en su burro a lo que parecía ser su rancho, a pocos kilómetros del lugar... Ni bien llegaron, Demian pareció volver en sí...
- “Agua, agua!”, comenzó a repetir…
- “Si, che!... Agua es lo que te estoy dando, agüita buena con azúcar!”, le respondió Eusebio Espósito, tal el nombre de su salvador. “… Pero tomala despacito, amigo!”, le dijo, casi ordenándole... "No vaya a ser que se me atragante!”.
Con cada sorbo, el Peruano parecía recobrar el alma. De a poco, y con la ayuda de Don Eusebio, fue entendiendo dónde estaba y qué le había sucedido.
Luego de escucharlo, Demian no tenía palabras de agradecimiento para con el viejo baqueano. Intentó en vano hacerle entender cuál era la razón por la que se encontraba allí: “Libertar América Latina, luchar por la independencia junto al Che Guevara!... Quiero ir a Bolivia, y después a Perú, como San Martín y Bolívar...”.
Pero a Don Espósito parecía importarle un comino lo que le estaba contando. En sucesivas charlas, y amén de haber pasado varios días desde que lo encontrara al borde de la muerte, el viejo seguía creyendo que aún deliraba por los efectos de la insolación.
- “Demian, amigo, no sé bien de qué me hablás, ni qué querés hacer de tu vida”, le dijo, cansado de escuchar sus quimeras... “Lo que yo puedo ofrecerte es comida, y una camita a cambio de que me des una manito con mis cosas”, agregó, ofrecimiento que enmudeció a Demian, ya que no estaba en sus planes detenerse en su designio libertario.
Sin embargo, el Peruano se quedó pensando. Estaba en un lugar que no conocía, sin un peso -nada inhabitual en él-, y con hambre. Rechazar la oferta, significaba seguir adelante, pero sin nada.
Prefirió especular, y ver qué le acontecía. Después de todo, estaba a un paso de la frontera. Retroceder significaba renunciar a su gesta. Por delante, en cambio, algo grande lo estaba esperando.
- “Acepto, Don Eusebio, usted me dirá...”, dijo, y le extendió la mano....
Continuará...
8 comentarios:
HOLA!! UDS. SI QUE PROMETEN Y CUMPLEN!
Gracias por la dedicatoria y por calcular mi edad con el índice de vida publicado por el Indec intervenido !jaja
Lo del recuerdo de Montgomery entremezclado y la mordedura del salitre... me hacen pensar que en el tríptico fotográfico (cuyo rostro agradezco en mi día de cumple)hay un mensaje subliminal ...
Bueno...ya que soy mayor me voy a dormir!
Gracias chicos, tiene un gran corazón. Besos!
María
Maraia, te queremos!!!
Patricio/ AlexB
Qué buena se está poniendo esta historia del peruano! Quiero pronto lo que sigue!. Laura
Jaja, está muy buena la historia, ya le estoy tomando cariño a Demian y a ustedes, por supuesto
Besitos
Gracias, Isabel II (Isabel I es nustra querida amiga del Blog La Perla de Janis) por tu visita y elogios. El peruano es así... A veces te dan ganas de matarlo, pero le perdonás la vida y empezás a quererlo. Un beso.
Patricio
Una vez màs confirmo como medica de cabecera del Loser de Tumbes que padece el sìndrome mononeuronal pèndulo,avatar que le lleva-cada vez que la ùnica neurona pendular alcanza un borne de contacto-a tener una de estas ideas cuasi brillantes ,y por què no decirlo,convenientes,que hacen que sigamos disfrutando sus aventuras...no me lo imagino comido por un carancho,che.
continùe asì.
No saben como me gustaria ver a Demian monatado a caballo, asi lo imagine al leer. Besos, cuidense.
Bendito don Eusebio, debe ser de seguro el Angel de la Guarda de Demián...no creo otra explicación...
Veamos que acontece ahora.. estoy espectante!!!
besos, abrazos y frutas tambien!!
Ali
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