- “De ninguna manera!”, gritó Liberatti…. “… Vos, Kellner, que no tenés ni 6 meses de antigüedad en la Fundación, te nos venís con que te querés llevar al Peruano para reflotar tu iglesia familiar, y todo porque se dieron una serie de casualidades?... Pero, lo peor… Para qué querés a Demian, si no tenés intención de prorrumpirla en su nombre sino en el tuyo??... Arreglátelas solo, armate tu iglesia vos solo!!... No vengas a romper la armonía que reina en este grupo de seguidores honestos y de la primera hora, entendiste?”, retrucó…
- “Eso, andate a Perú solo, y dejalo a Demian en Martelli, que ya está grande para ir de un lado a otro..”, agregó Dobetti…
Fue cuando Kellner irrumpió en llanto...
- “Es que solo no puedo, no puedo, necesito estar asistido por una autoridad religiosa de mi tierra…. DEMIAN!”, dijo a modo de confesión…
- “Autoridad religiosa?... Vamos, aclará, ruso… que me parece que escondés algo!”, sentenció Liberatti con inusitada autoridad…
Así, en medio de un lloriqueo desesperado, Kellner se redimió… De sus estudios en Perú había descubierto un viejo manuscrito que versaba sobre la existencia de una dinastía conocida por la sigla DFK.
- “Yo lo relacioné con mis iniciales y mis antepasados, e intenté llevar adelante lo que podría denominarse una profecía que…”, lo interrumpió Walter…
- “Profecía?... De qué hablás?”
_ “Lo que escuchás, Walter… Una cita religiosa que hablaba de que quien invocara unas runas (1) en INKA SIMI, el lenguaje que sorprendentemente conoce Demian, obtendría conocimientos jamás imaginados por el hombre…La sabiduría universal!...”,exclamó extasiado… Pero, lo intenté, y NADA!!... No soy yo la persona indicada!”
- “O se trata de una superchería estúpida!”, retrucó Liberatti…
- “Puede ser, Walter, no lo niego, quizás esté persiguiendo una quimera… Pero, hoy… lo que sucedió don Demian, todo esto no puede ser casual!!... Para mí se trata de un mensaje de arriba. Por esa razón quiero que Demian me acompañe a Cuzco; después de todo, yo correré con todos los gastos”
Desoyendo todo consejo, Demian palmeó la espalda de Kellner, y le dijo: “Estoy en sus manos, haga de mí su instrumento para llegar a la verdad!”.
Una velada sonrisa de triunfo iluminó el rostro del ruso Kellner…
Continuará…