10 marzo, 2009

El arriero - Parte 4

“Tiene que ser hoy!”, se juró Demian aquel día. El latiguillo de Don Eusebio ante cada partida había colmado su paciencia.

“Hoy hago la entrega de sal y me voy para el norte, ya bastante hice por este viejo... La cuenta ya está SAL-dada!”, dijo, alardeando por su ocurrencia. Pero todos sabemos que no hay paga alguna por salvar una vida; y Demian lo sabía, aunque no quería reconocerlo...

Ciegamente, como poseído, comenzó una carrera alocada por esos senderos pedregosos de montaña. Quería terminar su trabajo cuanto antes y largarse.

Dominado por la ansiedad, y no contento con el ritmo del animal, tomó el rebenque y emprendió una seguidilla de azotes contra él. Azotes que se tornaron despiadados. Por cada latigazo, el pobre burro emitía un grito de dolor irreproducible. No obstante, Ferrante Kramer no cejaba en su accionar.

Demian no sabía bien porqué apuraba tanto el paso. Quizás fuera su desesperación por terminar con la entrega de ese día.. O acaso, la embriaguez que le producía el saberse tan cerca de la gesta revolucionaria que -imaginaba-, pronto habría de protagonizar junto al Che Guevara...

En verdad, la respuesta no importa mucho. Lo cierto es que Demian parecía endemoniado...

- “Vamos, burro de mierda, apurate, carajo!!!”, gritaba mientras fustigaba cada vez más al cuadrúpedo ... “Apurate, mierda!.. Que la historia no puede esperar más al gran Ferrante Kramer!”, insistía como si el animal lo pudiera entender.

Por cada azote, el pobre bicho lo miraba de reojo, como implorando piedad...
Y tanta iracundia, sumada a su falta de experiencia, hizo que sucediera lo que tenía que suceder... Un mal paso produjo la rodada de ambos, burro (el burro) y jinete (Demian).

La carga se abrió, y un reguero de sal quedó desparramado por doquier. Demian, tendido sobre la grava, se mostraba aturdido…Como aquella vez, cuando lo rescatara Don Eusebio en el desierto. ¡Qué paradoja!...

El cuadrúpedo, en cambio, había quedado de bruces sobre una de las bolsas, amortiguando el golpe.

Continuará...

6 comentarios:

Luis dijo...

Qué bueno se está poniendo esto!. Espero que no termine empomado. Besos

Laura

ade dijo...

- No tengo idea de como aparecí por aca, seguro que a lomo de burro no fue, o fue así???y no me dí cuenta???? Bueno ahora me quedo, ojo con el burro, cuidate. Ade

Alimontero dijo...

aahhh noooooo, justo ahora le tenía que ocurrir estoooooooo!! Demián pará, pará por favor!!
y.. hasta cuando me tendrás así, en ascuas???

los amoooooo!!

Ali

J. Marcos B. dijo...

Llegue aquí leyendo tu comentario en el blog de mi amiga Ali...me gusto ver que andas sin mascaras!! uno más! Siempre me alegra conocer a las personas tal como son.

Solo era para decirte eso, pasare a leerte cuando pueda, un abrazo amigo.

Que la paz, la fuerza y el amor anden contigo.

Marcos.

El Peruano Dorado dijo...

Hola, Marcos. Gracias por el comentario que dejaste en el Blog. Me di una vuelta por el tuyo y me interesó mucho la peli "What the Bleep do we know" (creo que es para recomendar a todos los que siguen al Peruano Dorado), de la cual hay dos vídeos. Espero poder conseguirla. Al respecto, y a tono con la temática, te cuento que creo fervientemente en el orden cósmico y las consecuencias de no respetarlo. No me guío mucho por la razón, la mente engaña. Prefiero inclinarme por lo que me dicta mi interior... Resuena perfectamente con ese mandato milenario e inasible que es el universo físico. Creo que en pequeña escala somos una reproducción del modelo maestro, pero distraído. Nos hemos dedicado a perder el tiempo conociendo el "afuera", y no sabemos nada de nosotros mismos. Nos seguimos viendo. Un abrazo.

Patricio

Anónimo dijo...

jajaja!! muy gracioso. Sé lo que es una mula ranchada y esa escena me la hiciste ver con tus letras,

Abrasos gemelos!